Nuevos relatos publicados: 26

Sexo con mi esposa madura

  • 2
  • 20.641
  • 9,50 (12 Val.)
  • 4

A mi esposa y a mí nos gusta hacerlo en sitios distintos a la cama, para salir de la rutina. Anoche lo hicimos en el sofá de la sala de estar. Yo la espero desnudo en el sofá, mientras ella va a la habitación a ponerse ropa sexi.

Mientras espero me acaricio la verga para ponerla a tono, al poco tiempo vuelve con un camisón negro corto y semi-transparente, bajo el cual se ven sus preciosas tetas, algo caídas y con el pezón duro y un tanga de color rojo.

Wow, me levanto y me acerco a ella.

Nos abrazamos y le bajo un poco el camisón para dejar una de sus tetas al aire. Me pongo a chupar el pezón con ansia, mientras con la otra mano le acaricio la otra teta. Ella lleva su mano a mi verga y me la acaricia despacio para que no me corra.

Le beso el cuello y se lo chupo mientras mis manos cogen su culo con fuerza. La quito el camisón y el tanga y se queda desnuda entera, la siento en el sofá y le abro las piernas. Allí está, delante de mis ojos su chochito totalmente depilado. Le abro los labios para poder ver bien su vulva y su vagina.

Maravilloso.

Me pongo a chupárselo entero, le hago lamidas desde el ano hasta el clítoris, metiendo un poco la lengua en su vagina. Así estoy un rato hasta que su coño se moja totalmente.

Con mi cara chorreando de esos líquidos me pongo a besarla en la boca para que ella pruebe también su flujo vaginal. Nos besamos como locos, nuestras bocas abiertas y nuestras lenguas cruzándose y metiéndose en la boca del otro.

Con mi mano le acaricio el clítoris y Lucila jadea como una puta. Yo ya estoy como un burro, no puedo más, le pido hacer un 69 y nos colocamos en posición, yo me pongo arriba y ella abajo.

Levanta bien las piernas y pone en mi cara su ano y su vulva, y le meto la punta de mi polla en su boca y hago movimientos como si la estuviera follando. Con la lengua le lamo bien el clítoris y la vulva. Yo me corrí en su boca enseguida, pero continué comiéndole el chochito.

Como yo ya había terminado, saqué los juguetes para ella, un succionador de clítoris y un consolador, mientras seguía masturbándose con el dedo.

Se puso a cuatro patas y colocó el succionador sobre el clítoris y yo le metía el consolador en su vagina por detrás. Se movía y jadeaba como una puta. Llegó enseguida al primer orgasmo, pero continuó masturbándose esperando correrse otra vez, mientras yo seguía metiéndole el consolador por detrás.

Al rato pegó un grito de placer y movió el culo con fuerza buscando la penetración hasta el fondo del consolador.

Siguió gritando unos segundos más mientras sus movimientos iban siendo cada vez más suaves y cadenciosos. Saqué el consolador de su chocho y se lo puse en la boca para que lo chupara.

Y así terminamos anoche.

¿Para otro día se apunta alguien?

(9,50)