Nuevos relatos publicados: 11

Sofía, mi aqua puta (parte 1)

  • 12
  • 3.899
  • 7,00 (1 Val.)
  • 0

A la mañana siguiente Marie se disculpó.

Marie estaba en el trabajo cuando llegué a casa. Así que, me preparé la cena, limpié la cocina y lavé los platos.

Un poco más tarde esa noche, recibí una llamada de Sofía. Una amiga - novia que a veces viene a usar la piscina conmigo y a hacer “otras cosas”. Es una versión más joven de Marie, una morena atlética y musculosa cuyos pechos son un poco más pequeños que los de mamá.

Sofia quería saber si podía darse una vuelta por la casa y contener la respiración para mí. Eso indicaba claramente que quería que le pagaran de nuevo. Sospeché que quería o necesitaba un poco de dinero extra para gastar.

Le dije que estaba dispuesto. Acto seguido, dijo que vendría enseguida. Inmediatamente me excité al pensar en ver cuánto tiempo podía contener la respiración para mí.

Sofia es probablemente la más aventurera de todas mis amigas. También puede ser bastante coqueta y a veces toda una puta, diversas veces nos hemos divertido de más en el agua.

Ella es probablemente a quien más le gusta mi tía, le gusta su complexión y admira la forma en que Marie, se mantiene en forma. Ella sabe que así es como me gustan, por eso visita el gimnasio varias veces a la semana.

Apenas llegó y sin saludar siquiera, Sofía corrió a cambiarse al baño.

Que grata sorpresa verla salir con un diminuto bikini blanco, parecía como si sus pechos estuvieran tratando de salir de su sostén. La tanga, era excitante y apenas cubría su entrepierna. Se acercó y me besó dulcemente.

Me pidió que me pusiera mi bañador blanco, eso me dijo todo lo que necesitaba saber. La puta quería cobrar y además poder ver cuán excitado me sentiría en su presencia.

Salimos a la piscina, nos metimos al agua y juntos contuvimos la respiración tomados de la escalera. Después de un par de sesiones de práctica, fácilmente duraba dos minutos seguidos. Pero ella quería ir más lejos y contener la respiración mientras hacía algo desafiante por lo que valiera la pena pagarle.

Ella sugirió la cuerda, la pelota rusa y las tobilleras, como las habíamos probado alguna vez, extendió su mano para tocar mi bulto rígido. "uumm tu verga dice que 'sí'", dijo riendo.

Sonreí mientras salía y cogía el equipo. También recuperé una máscara de buceo. Quería tener una vista clara de ella mientras estaba bajo el agua.

“Alcánzame esa bolsita rosa por favor y ponla aquí en la orilla”

“¿Cuál Sofía, ésta?”

“Si Diego, esa, ponla en la orilla”

Iba a revisar la bolsa cuando fui distraído al ver sus largas piernas asomarse por encima del agua.

“Esta puta viene caliente y la voy a disfrutar” pensé.

Me puse la máscara. Dejé la bolsa que me habían pedido en la orilla y nadé con la pelota rusa hasta el fondo de la piscina mientras Sofía se colocaba las esposas en los tobillos.

Se le veía ansiosa por comenzar, ella misma se sumergió momentos antes de que yo saliera a la superficie. Tenía un extremo de la cuerda en sus manos y nadaba hacia el fondo con una patada de delfín hacia abajo con los tobillos ya asegurados, me mostraba que estaba lista.

Al llegar al fondo, se sentó de modo que abriendo sus piernas pudiera ver lo pequeño del micro bikini blanco, ella misma pasó la cuerda por el mango de la pesa, entregándome el extremo de la cuerda, me volvió a tomar del bulto y nadó de regreso a la superficie.

Estábamos flotando en el agua mientras ella sonreía. “Te encanta hundirme ¿No es así, Diego? te encanta ponerme al límite.

Esta noche quizás incluso tengamos que probar algo de bondage. Me pagarás más por eso, ¿eh? ¿y si me ahogo para ti?

Sonreí… "Probablemente, ya veremos".

Sofía me devolvió la sonrisa mientras salía de la piscina y se sentaba en las escaleras,

¿Me atas los tobillos papi? preguntó.

Mientras anudaba la cuerda a sus tobillos, se inclinó sobre mi oído y preguntó “¿Apostamos por tres minutos?”

Comenzó a reír coquetamente mientras retiraba su rostro pero recorría mi brazo con sus dedos:

-“La última vez que estuve aquí, me pagaste por dos minutos, y también me dijiste que no seguirías pagando, a menos que mejorara mis tiempos y por eso estoy aquí”.

“Tres me parece un número bastante bueno al que apostar. Entonces Dieguito ¿Le pagarás a tu puta por aguantar la respiración durante tres minutos?”

“Te pagaré por eso”, respondí.

"Sigues mejorando tus tiempos, así que estoy seguro de que podrás lograrlo esta noche". Luego hice una pausa antes de preguntar: "¿Recuerdas la señal para que volvieras a subir?"

Sus ojos brillaron con picardía mientras respondía inocentemente: “¿Me quedo flácida y sin vida?”

Puse los ojos en blanco mientras ella se reía y entonces la miré de forma enfadada.

-”aaaay está bien, es esta”- hizo entonces un movimiento cortante en el cuello con la mano.

Sofía siguió jugando, se quedó boquiabierta y comenzó a sostenerse el pecho y toser como si estuviera tragando agua, volvió a reír mientras decía:

“Apuesto a que te encantaría verme ahogarme;

¿Estoy en lo cierto, señor Diego?

No le contesté.

Se metió entonces en el agua, nadando hasta ponerse arriba de la bola que estaba debajo del agua.

Antes de sumergirla le dije “No hay pago si subes antes de tres minutos. Y tú me pagarás a mí”.

Ella respondió con orgullo: "¡Está fácil, prepara tu cartera, Diego!".

"La última vez, luchaste en dos minutos”.

"He estado practicando... ¿a menos que estés dispuesto a pagarme por menos tiempo?"

"Quisieras, pero No esta noche."

Ella simplemente se río.

"Eso me imaginé. Siempre empujando mis pulmones”.

Oye "¿No tienes máscara de buceo esta vez?" le pregunté a Sofía

“¿Preferirías que me pusiera uno, Diego?”

"No precisamente."

Ella volvió a reírse.

"Justo lo que pensé, al natural”.

“Estoy lista papacito, húndeme cuanto quieras, jálame hacia abajo y no importa cuanto patalee, mantenme debajo hasta llegar a la meta, ahógame si es necesario.”

Me quedé en shock, no daba crédito a lo que acababa de escuchar, Sofía comenzó a reírse, “-ups lo dije o lo pensé- jajajaj eh, uh... quiero decir... jálame hacia abajo y mantendré la respiración para ti.”

A ese punto, ya tenía una erección, así que sólo le sonreí mientras contaba en voz alta hacia atrás, desde tres. Tiré entonces del extremo de la cuerda y Sofía fue arrastrada justo debajo, liberando algunas burbujas mientras descendía hasta que sus pies tocaron el mango de la bola rusa que se encontraba debajo.

Metí la cabeza bajo el agua y observé, llevando la cuenta del tiempo con mi reloj mientras la mantenía sumergida. Mi polla estaba rígida en mi bañador mientras me sujetaba a la escalera de la piscina.

La tela blanca de mi traje hizo poco para ocultar mi emoción.

Los pezones erectos de Sofía se hicieron claramente visibles a través de su blusa una vez que el material se mojó. Supongo que estaba excitada y algo ansiosa porque sus pechos comenzaron a agitarse, como tratando de respirar libremente. No iba a durar mucho pero aun así era increíblemente excitante.

Ella me dio la señal. Le di holgura, permitiéndole subir a la superficie con los brazos mientras daba patadas de delfín. Miré la hora cuando ella estalló y jadeó.

"¿Cómo me fue, Diego?"

Negué con la cabeza.

“Apenas y duraste 2:25. Tienes un largo camino por recorrer si quieres que te pague, Sofía ”.

"¿En verdad, apenas dos con 25?”

Hizo un puchero por un momento antes de darme una sonrisa maliciosa.

"De acuerdo. Supongo que tendré que hacerlo mejor, tal vez esta noche sea tu noche de suerte y puedas ahogarme. Vamos de nuevo, avísame antes de que me jales hacia abajo otra vez, para tomar aire; ¿OK?"

La dejé flotar en el agua poco más de un minuto, en lo que ella se concentró. Comencé la cuenta regresiva. Tres… dos… Ella respiró hondo antes de que la volviera a sumergir… uno.

El agua la cubrió dejando un rastro de burbujas mientras yo marcaba el tiempo. Se dispuso a contener la respiración durante un largo rato, tres minutos.

Después de medio minuto, quizá por aburrimiento o para distraerse del tiempo de contener la respiración y mientras me miraba fijamente, comenzó a tocarse por todas partes. Soltó algunas burbujas mientras se manoseaba y acariciaba, estaba casi seguro de que probablemente se quitaría el microtop antes de que terminara la sesión.

Acababa de levantar la cabeza sobre el agua cuando escuché:

"¿Quién es esa que está bajo el agua, Diego?".

Pillado por sorpresa, me volví sobresaltado perdiendo casi el control de la cuerda.

"¿Tía Marie? ¿Qué estás haciendo aquí?"

Parpadeé cuando vi que llevaba un diminuto bikini amarillo.

"¿Cómo que qué hago aquí? Pues si vivo aquí, tonto”.

"Quiero decir ¿Qué estás haciendo en casa tan pronto?"

“Ahhh, no había tantos clientes, así que tuve el resto de la tarde libre y decidí venirme a practicar pero parece que ya tienes a alguien en el agua. ¿Te importa si me les uno?”

“Tía, no lo creo. Ahora mismo, Sofía está bajo el agua conteniendo la respiración para mí”.

“¿Sofía? esa chica me cae bien, hace ejercicio en el gimnasio, ¿no?

"Si ella lo hace." respondí desinteresadamente, esperando si mi tía se iba o algo

Ella asintió. “mmmmh” y añadió: "Oye y ¿no crees que deberías dejarla subir a respirar?"

"¿A quién o qué?" volteé a ver a mi tía.

“pues a la chica que tienes ahí abajo" decía mientras apuntaba al fondo de la piscina

¡Carajo, Sofía!"

La había olvidado momentáneamente por distraerme con mi tía. Hundí mi cabeza y entre las burbujas que estaban comenzando a brotar, pude distinguir a Sofía cortándose frenéticamente la garganta con el borde de la mano, esa era la señal de que ya no aguantaba más.

Rápidamente le di mucha holgura, Sofía se impulsó con fuerza hacia la superficie, estallando y jadeando ruidosamente para recuperar el aliento.

Ah, ah! jadeaba, -cof, cabrón, cof, "Ahogarme te va a costar más, Diego".

Luego vio a mi tía parada a mi lado y saludó agitando la mano:

"¡Hola, Marie!".

Marie le devolvió el saludo. “¡Hola Sofía! ¿Qué tal el agua, cuánto te paga?

Ella me miró mal antes de responder: "Aún no me ha pagado nada ¿tú crees? no he llegado a los tres minutos, el agua deliciosa". Luego hizo una pausa antes de preguntar:

-¿El último si fue de tres minutos? Casi segura, estaba a nada de comenzar a ahogarme.

"No, no lo fue, creo que llegaste por ahí 2:48. Lo siento, Sofía mi tía Marie me distrajo un poco”.

"Ningún problema. Afortunadamente, no me ahogaste… bueno… al menos todavía no”.

Ella se río entre dientes. Luego pareció preocupada mientras miraba a mi tía parada junto a la escalera cerca de mí. “No vas a parar ahora ¿o sí? Tenemos un trato”.

"Pues con mi tía aquí, cómo que ahora, ya no..."

“Por mí está bien”, saludó con desdén. "Marie puede bajar y observarme si quiere".

No supe que responder, de por sí, ya era bastante malo la forma en que Sofía estaba provocando una reacción en mi bañador. Sumado a La presencia de mi tía con su diminuto bikini amarillo no iba a ayudar en nada.

Sofía vio mi indecisión y gritó: “¡Tírame hacia abajo, Diego! ¡Tu puta necesita el dinero!

“Ahhh ya de puta y toda la cosa ¿Cuánto le pagas, Diego?”

"Hasta luego, Marie", dije con un gesto desdeñoso.

Conté para Sofía y tiré de ella hacia abajo. Surgieron burbujas al sumergirse y hasta que sus pies casi tocaron el mango de la bola rusa.

Marie miró hacia el agua. "Creo que bajaré a ver cómo le va, Diego".

“Tía, no creo que sea ne…” Pero ya era demasiado tarde. Ella ya se había lanzado de cabeza al agua con un clavado. Nadó hasta Sofía mientras yo sumergía mi cara para echarle un vistazo. Mi amiga burbujeó cuando mi tía se acercó a ella, Sorprendentemente, le hizo un gesto para que se acercara hasta que las dos se abrazaron bajo el agua.

Llevé la cuenta del tiempo mientras se tomaban de la mano. Mi tía miró el artilugio de bola rusa que había instalado. Podía verla resolviendo las cosas en su mente.

Pensé que Marie subiría de inmediato, ya que esta era la primera vez que bajaba, pero me sorprendió al permanecer abajo mucho más tiempo del que esperaba. No pude evitar preguntarme cuántos problemas iba a causar y cuánto iba a intentar que le pagara.

Comprobé la hora. Sofía se estaba acercando bastante a los tres minutos. Marie estaba allí con ella como si la instara a seguir adelante.

Mi amiga comenzó a perder el aliento, su pecho empezaba a agitarse y mi polla se puso rígida de nuevo. Pero como mi tía estaba ahí abajo con ella, Sofía actuaba como si no quisiera subir todavía.

De pronto, ella perdió una gran ráfaga de aire y con eso empezó a hacer señales frenéticamente. Le di mucha holgura mientras comprobaba la hora.

Marie la ayudó a salir a la superficie. Subieron juntas, sin aliento. Entonces Sofía gritó: "¿Cómo me fue esta vez, querido?"

Sonreí y respondí: "Esa fue de 3:04".

“¡Guau! ¡Acabo de ganar cien dólares! Gritó Sofía

Marie sonrió y gritó: "¿Qué gane yo, sobrino?"

“Nada, Marie”

"Oh, eso no es justo".

“Lo sé”, le dijo Sofía con simpatía. “Es un tacaño. ¿Qué te parece si nos vamos al fondo y hacemos algo juntas, algo que haga que este calenturiento quiera pagarte a ti también?”.

No me gustó la dirección que estaba tomando esto.

“Hey mira aquí, Sofía”. “Esto es sólo entre tú y yo, no embarres a más gente por favor”.

Sofía simplemente me ignoró y dijo: “Vamos, Marie. Bajemos y montemos un espectáculo para Diego, de esa manera tendrá que pagarnos a ambas”.

"¿Cuentas hacia atrás, Diego?” preguntó mi tía.

“Marie, mantente al margen de esto”

-"¡No seas aguafiestas y cuenta hacia atrás, Diego, anda no seas sangrón!"- replicó Sofía.

Hice un gesto de negación mientras miraba a Sofía y enseguida comencé con el conteo en voz alta, desde tres. Ambas inhalaron profundamente antes de que yo tirara de la cuerda de Sofía.

Sofía fue arrastrada al fondo de la piscina, Marie la siguió para unirse a ella y pude ver cómo se abrazaban bajo el agua. Estaban lo suficientemente cerca como para empezar a tocarse. Al principio, sólo se acariciaron los brazos, hombros y el rostro.

Después de un tiempo, sus caricias se volvieron más íntimas, comenzaron a tocarse el pecho la una a la otra, sonriendo, ambas voltearon a donde estaba yo y se envolvieron en un cachondo beso que hizo que liberaran algunas burbujas mientras yo miraba desde mi lugar junto a la escalera.

Fue increíblemente erótico ver a mi tía ponerse manos a la obra con mi chica. No tenía idea de que a ella le excitaba tanto manosearse con otra mujer, a Sofía eso no le importaba lo más mínimo, ella se dejaba hacer.

Recibí otra sorpresa cuando Sofía tomó con fuerza a mi tía por la cintura con una mano y con la otra, los dedos en su entrepierna.

Eso hizo que Marie gimiera y arqueara la espalda un poco hacia atrás. Surgieron burbujas de la boca de mi tía y con un poco de fuerza, logró zafarse del abrazo de Sofía y entonces se alejó.

Por un segundo pensé que tal vez se iba a enojar. Ella miró en mi dirección y entonces mi tía, agarró por la cabeza a Sofía y la besó muy fuerte.

Mi polla se puso rígida instantáneamente.

¡Fue increíble! ¡No tenía ni idea!

Se estaban besando y fajando por todos lados. Me avergonzaba un poco la forma en que me estaba excitando, después de todo, ¡estaba viendo a mi tía, con mi tía con quién compartía casa, besándose con mi amiga!

Comprobé la hora, apenas iban a llegar a tres minutos, Sofía volvió a besar a mi tía a pesar de tener los pulmones agitados y entonces ella dio la señal.

Inmediatamente le di mucha holgura. Ella subió enseguida. Mi tía la ayudó hasta que ambas estuvieron en la superficie, jadeando ruidosamente por respirar.

"¿Cuánto estuve debajo Diego?"- preguntó Sofía

-"3:18, Sofía."- contesté.

Ella se rio y añadió -"¿Me pagas un poco más por besuquearme con tu tía?"

-"Supongo que tendré que gastar un par de dólares por eso".

"Bien." Se quedó pensativa un rato, antes de preguntar:

“Entonces, ¿qué tengo que hacer para ganar aún más? ¿Tengo que usar las esposas?”

Marie volteó a mirarme sorprendida. "Diego, ¿Quieres decir que esposas a esta chica en el agua?"

"Eso no es de tu incumbencia, tía".

Sofía se volvió hacia Marie y sonrió. “Oh, está bien, Marie. Me encanta; ¡Es realmente excitante! Y sé que aquí al calenturiento de tu sobrino, le encanta. Creo que puedo aguantar tres minutos con todo y las esposas”.

Ella sonrió mientras se giraba y me llamaba: "¿Qué te parece, Dieguito?"

¿Me pagarás más para pasar tres minutos bajo el agua esposada y atado a tu pelota rusa?

¿O tienes que ahogarme primero?

Hice una mueca por lo dura que se había puesto mi polla:-"Dame un minuto"- repliqué. Entonces coloqué el extremo de la cuerda alrededor de la escalera y salí a buscar las esposas. Mi erección era tal que se asomaba por encima del bañador.

Rápidamente localicé las esposas, regresé a la piscina y las arrojé al agua.

“¿Me harías el favor Marie?”

“¿Qué obtengo si esposo a tu Puta acuática por ti, Diego?”

"No es sólo esposarla, quiero que bajes con ella y te asegures de que no se ahogue en nuestra piscina, no quiero problemas con la policía.”

“Ash, Diego ¡no eres divertido!"

Marie nadó hasta el fondo, para recoger las esposas, una vez que las obtuvo, nadó de regreso a la superficie, para sujetar las manos de Sofía detrás de su espalda.

Fue entonces cuando mi chica gritó: “Esto va a ser un desafío un poco mayor, Diego, pero sé que puedo hacerlo. Sólo espero que hagas que valga la pena”.

-“No te preocupes Sofía, quédate abajo durante tres minutos y me aseguraré de que consigas algo de dinero.”- contesté.

“¿Qué hay de mí, sobrino?”

“Tú mantente al margen de esto, tía, ya de por sí es bastante malo que estés aquí, la idea de mi sesión era otra, pero en fin”.

"¡Ay, Diego que aguafiestas!"

Conté desde tres para luego tirar de la cuerda. Sofía fue arrastrada hacia abajo, dejando que algunas burbujas salieran a la superficie. Mi tía respiró hondo antes de bajar para unirse a ella. Sofía alcanzó el fondo y sus pies casi tocaron el mango de la pelota rusa, casi de inmediato, mi tía se puso a trabajar con ella.

Comenzó acariciándola y mimándola por todas partes, se acercó y la besó. Entonces mi tía hizo algo absolutamente inesperado. Con una de sus manos, desanudó los hilos del top de Sofía, aflojándose y cayendo al suelo casi de inmediato. Lo siguiente que noté fueron lo duros que se habían puesto los pezones de Sofía, seguro estaba muy excitada.

Marie empezó a tocar las tetas de mi chica. Incluso las besaba y lamía. Sofía burbujeó un poco mientras parecía retorcerse ante el agarre de la otra. La puta de mi tía la había tomado por la entrepierna, fue tan excitante que casi me corro en el bañador.

Marie aprovechó al máximo a Sofía mientras estaban en el fondo de la piscina. Tal vez pensó que sería una distracción que la ayudaría a contener la respiración o quizás simplemente esperaba que yo le pagara algo a cambio.

Avanzaron los segundo y Sofía se retorció en su correa mientras mi tía abusaba de ella. ¡Fue absolutamente increíble! Mi polla estaba dura como un palo.

Seguí la cuenta del tiempo en mi reloj mientras observaba de cerca. No quería perder ninguna detalle. Además, ellas estaban en lo suyo, quizás ni siquiera estarían prestándome atención.

Marie la besó de nuevo y después bajó a lamer y chupar los pezones de Sofía, esta perdió otro estallido de burbujas.

En algún momento mi chica pareció luchar un poco, sacudió la cabeza de un lado a otro. Esa era la señal que habíamos propuesto para cuando sus manos quedaran aseguradas detrás de su espalda.

Aunque le di un poco de holgura. Mi tía tenía otros planes y simplemente se aferró a ella. Era como si se negara a dejarla salir a la superficie. Sofía entonces, gritó en un gran estallido de burbujas. Marie finalmente la subió a la superficie, después de haber estado juntas más de tres minutos y medio.

Salieron jadeando. Marie le preguntó a Sofía: "¿Estás bien?"

“Cof, Sí, Marie. ¡Por un momento, cof, pensé con seguridad que me ibas a ahogar! No me lo esperaba.

"Yo no te haría eso, cariño". Luego me miró y preguntó: "¿Cuánto tiempo hizo, Diego?".

"Ella tardó menos de tres minutos y medio, tía".

Sofía estaba emocionada. "¡Hurra! ¡Me pagan de nuevo!

Grité con severidad: "Tía, deberías haberla dejado salir antes".

"Estaba mirándola, además a esta putita le gusta que la sumerjan ¿no es así Sofía?", respondió ella indignada.

“Sólo quería asegurarme de que le pagaran, eso es todo. Ella fue quien lo hizo, quien aguantó más de los tres minutos ¿o no?”

Marie ayudó a Sofía a nadar hasta el costado de la piscina, mientras la cuerda se arrastraba suelta detrás de ella. "¡Eso fue fantástico, Marie!" ella jadeó.

“Dios mío; ¡estuviste muy bien! se nota que tienes experiencia en esto.

¡Por un minuto realmente pensé que me ibas a a

hogar! Ahora realmente necesito recuperar el aliento”. ufff

¿A ti también te gustó Dieguito?

¿Qué te parece si dejas que tu tía la cuarentona lo intente? me dijo Sofía

“Sí, Diego; Yo también quiero ganar algo de dinero”. replicó Marie.

(7,00)