Nuevos relatos publicados: 0

Soy una esposa infiel

  • 2
  • 21.268
  • 9,00 (15 Val.)
  • 1

Casi siempre cuando mi amigo me quiere ver, envía un mensaje con la finalidad de que yo lo invite a mi intimidad y ese día tenía muchas ganas de sentir placer, así que le seguí el juego y quedamos en vernos por la noche.

Pasé por él y cuando llegamos al hotel nos metimos a bañar, terminando nos acostamos en la cama y empezamos a besarnos, a tocarnos... comenzó a deslizarse hacía mi vagina para chuparme deliciosamente, era riquísimo y muy excitante, después de un largo rato se acostó y me dijo "ven súbete", pero en el cuarto había un sillón que me gustó para hacerlo ahí, por lo que le sugerí cambiar de lugar.

Se sentó y espero a que llegara tocándose se enorme miembro, yo mientras caminaba hacia él sentí mi corazón latir más rápido, al llegar acomode su enorme verga y me senté suavemente hasta dejarme caer y sentirla hasta adentro de mí, tuve una feliz sensación, comencé a moverme cabalgando y sintiendo todo su miembro salir y entrar a mi gusto y a mi ritmo, sentía riquísimo pero me cansé y nos fuimos a la cama.

En la cama se subió arriba de mi y me penetro intensamente, lo metía y lo sacaba rápido y fuerte, me besaba y lo cambiaba la intensidad, lo metía lento y lo sacaba despacio, durante un buen rato me cogió y me cogió haciéndome gritar y gemir de placer.

Cambiamos a la posición de perrito arriba de la cama, ahí si la sentí toda hasta dentro y me cogía duro y rápido, gritaba de placer, me sentía muy bien hasta que por fin sentí todo su semen dentro de mi vagina, algo riquísimo. Descansamos un rato acostados en la cama.

Yo estaba muy caliente y quería más, así que tomé suavemente su pene, la acaricié suavemente, le di un par de chupaditas y al fin la metí dentro de mi boca para saborearla una y otra vez, sabía que él o estaba disfrutando porque escuchaba sus gemidos de placer.

Le di sexo oral hasta ponerla nuevamente dura y casi de inmediato me colocó de espaldas para penetrarme otra vez, en esta ocasión la metió despacito, la sacaba igual de lento y la volvía a meter, yo lo disfruta cada segundo, mucho rato fue así hasta que me acomodo boca arriba en la cama y de posición misionero me la volvió a meter en esta ocasión duro, fuerte y hasta dentro, muy rico lo hacía una y otra vez, mientras me cogia yo sentía todo mi cuerpo estremecer, me gusta mucho sentirla fuerte y adentro y así fue no sé cuánto tiempo, pero si fue mucho hasta sentir nuevamente su semen caliente y escucharlo gemir de placer, me hizo sonreír y recordar lo bien que me la paso con él.

Nos comenzamos a vestir y salimos del hotel para al final despedirnos con un tierno beso y yo con muchas ganas de repetirlo otra vez.

(9,00)