Nuevos relatos publicados: 9

Striptease, paja con las tetas y

  • 4
  • 25.773
  • 9,80 (5 Val.)
  • 8

Este relato tiene un poco de todo, quizás no destaquen muchas cosas, pero solo por el final este relato es digno de contar. Esto pasó hace meses.

Llevaba conociendo a un chico durante semanas y se notaba lo que queríamos, ya nos habíamos liado anteriores veces pero nunca tuvimos la oportunidad de tener sexo, cosa que una noche, mientras veíamos La Isla de las Tentaciones, pudo ocurrir. En el salón de la habitación de la casa del chico, mientras sus padres dormían en el piso de arriba.

No llevábamos ni quince minutos y ya nos empezamos a besar en el sofá, ambos sabíamos lo que queríamos y di el paso a ello. Después de un largo y húmedo beso me levanté, me puse en frente de él y empecé a quitarme la ropa de forma sensual mientras me tocaba por encima y movía las caderas como si fuese una prostituta recién contratada: primero me quité el top dejando en descubierto mis pechos tapados por el sujetador, luego los leggins que marcaban y dejaban ver un poco mi tanga de color rojo que conjuntaba con mi sujetador.

Me senté encima de él y empecé a mover el culo de abajo a arriba y viceversa presionando mis glúteos contra su pantalón, sentía como su bulto iba creciendo poco a poco lo que me calentaba aún más, él me agarraba de mis caderas dejándose llevar por mis movimientos, luego subió sus manos a mis tetas para apretarlas y moverlas en círculos.

Me quité el sujetador, me puse encima de él dejando mis senos cerca de su boca para que se las comiese mientras yo cabalgaba lentamente sobre su polla aún tapada por el pantalón. Nos besamos de nuevo, bajé a su pantalón y se lo quité acompañado de su bóxer, y ahí vi su miembro erecto y húmedo por la punta esperando a ser tragado por mí, tras juguetear con él entre mis manos procedí a introducirlo entero en mi boca que estaba salivando desde hace un buen rato, de arriba y abajo iba comiéndole la polla con ansias, ganas y baboseando dejándola toda mojada. Me la metía hasta que tocase mi campanilla dejando escapar unos jadeos muy sonoros, me la sacaba, la manoseaba y luego repetía el proceso.

Tras un buen rato practicándole una mamada ansiosa y después de dejarle la polla mojadísima, me quité el tanga que llevaba, me puse encima de él y me la metí poco a poco en la vagina, cabalgaba en frente de él mientras el chico agarraba y azotaba mis tetas que estaban rebotando a la vez que yo soltaba gemidos. Disfrutaba tener su polla dentro ya que aunque no fuese muy larga la tenía muy gruesa y eso me satisfacía muchísimo, tanto que la cabalgata empezó a convertirse en sentones muy violentos que me hacían gemir cada vez más fuerte hasta correrme encima de su miembro, lubricándolo aún más.

Después de montarme en su polla, fui a recoger un botecito de lubricante que tenía en el bolso, se lo di al afortunado, me puse en cuatro en el sofá y le dije que me la metiese por el culo. Él obedeció, dejó caer lubricante sobre mi ano, y tras esparcirlo y lamerlo un poco, empezó a introducirme su grueso pene dentro de mi culo lentamente, cosa que me generaba una satisfacción mayor que con el sexo vaginal. Al meterla ya entera la sacó y volvió a repetir el proceso ahora un poco más rápido, y así de seguido hasta empezar a follarme el culo violentamente acompañando sus penetraciones con azotes a mi glúteos.

Yo me sentía en el cielo, sintiendo como me estaba abriendo el culo aunque me doliese, eso me generaba mucha satisfacción, soltaba gemidos de dolor pero a la vez de placer, soltaba lágrimas, me agarraba fuertemente al sofá ya que la fuerza de las penetraciones movían mi cuerpo entero e intentaba no chillar. Tras todo eso llegué a mi segundo orgasmo dejándome rendida y tirada en el sofá.

Me saqué su polla e inmediatamente me puse a practicarle otra mamada más frenética y húmeda que la anterior. Mientras se lo hacía, me acordé que al chico le gustaban mis tetas por lo que en vez de concluir con la mamada, decidí masturbarle con mis tetas. Me lubriqué las tetas, me restregué el lubricante por todos mis pechos haciendo que estos quedasen brillantes y húmedos, agarré su pene lo puse entre mis tetas y presionándolas contra su miembro empecé a masturbarle la polla con mis pechos. Viéndole sabía que lo estaba gozando, su pene se deslizaba suavemente entre mis tetas.

Tener su miembro ahí se sentía muy bien y ahora solo esperaba a que se corriese encima de mi. Pero de repente escuchamos un "oh dios". Asustada y sorprendida miré hacia las escaleras, que es por donde escuché la expresión y vi a su madre mirándonos con la boca abierta mientras bajaba lentamente los escalones. El chico se tapó inmediatamente con los pantalones, yo lo único que pude hacer es darme la vuelta ocultando mis pechos y mi vagina. "Sube a tu habitación ahora" le dijo a su hijo con cierta indignación, él subió sin rechistar.

Tras irse me quedé a solas con ella aún desnuda. "Lo siento..." la dije cabizbaja, ella agarró mi ropa que estaba tirada por el suelo, y a la vez que me la daba me dijo "dúchate anda, hoy dormirás en el sofá pero porque me gustas, eres mejor que las demás chicas que se trajo aunque eres muy chillona también" yo la miraba sorprendida por lo que estaba diciendo "la próxima vez que lo hagáis no gimas tanto, ¿sí?". Yo aún impactada solté un "entendido" tímido, a lo que ella me dijo "venga anda, que tengas buenas noches cielo" y se fue.

A día de hoy es de las cosas más sorprendentes que me han pasado hasta ahora. Si os preguntáis si lo hicimos de nuevo en su casa, la respuesta es no, lo hicimos un par de veces más pero en su coche y en mi casa. Ya no me hablo con él pero de vez en cuando su madre y yo nos escribimos y puedo decir que es de las mejores madres que he conocido hasta ahora.

Mis queridos lectores y lectoras, otro relato llega a su fin y espero que os haya gustado tanto como a mi. Y antes de concluir del todo, a veces me da curiosidad por saber si habéis vivido alguna situación parecida a esta, si os han pillado alguna vez en el acto, si es así, me gustaría leeros.

Ahora sí, muchos besos y cariño xxxx.

(9,80)