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Tarde de sexo con mi atractiva entrenadora personal

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Hace unos minutos mi entrenadora personal llegó a mi casa, ella es la hermosa chica que me motiva a hacer gimnasia.

Se llama Valentina, tiene 26 años, cabello negro y largo hasta la cintura con rizos perfectos, ojos azules como el cielo mismo. Hoy se ha venido muy sexy vestida, tiene puesto un pantalón corto deportivo color rosa que parece una tanga de lo corto que le queda y se ha puesto un corpiño deportivo del mismo color que hace que sus tetas quieran salirse del mismo.

Me quedo mirando su bonito cuerpo, ella dirige su vista hacia mí y me saluda con un beso en la mejilla.

Yo tengo puesta una calza deportiva color azul que me queda bien apretada y hace que mi vagina quede bien marcada y tengo un top deportivo que me luce bien sexy todo mi abdomen.

-Vamos a empezar con los estiramientos- me dice Valentina.

-Empecemos a mover el pie de esta manera- me informa sobre esto y lo muestra- Debemos hacer esto por unos segundos, vamos a movilizar todas las zonas del cuerpo hasta llegar al cuello- vuelve a hablar.

Cuando ya movimos hasta el cuello como ella quería, pasamos a hacer la apertura de piernas para prepararnos mejor.

-Vamos a separar nuestras piernas de esta forma- dice Valentina y separa las piernas de una manera que su culo queda muy al aire libre, yo me quedo mirándoselo por unos minutos.

Decido hacer lo mismo que Valentina y separo mis piernas.

-Ahora vamos a tomarnos el pie con la mano- dice y me muestra como se hace.

-Muy bien, Ludmila, ahora vamos a sentarnos en el piso con las piernas separadas- Valentina ve lo que yo hago y me felicita.

-Tienes una buena elongación- se inclina hacia mí para mostrarme un estiramiento y por accidente se le salen ambas tetas de su sostén deportivo.

Ella se sonroja y se las cubre con una mano.

-Perdón- dice mi entrenadora, mi vista accidentalmente baja hacia su pantalón deportivo y veo que no lleva puesta tanga porque los labios de su vagina se escapan por los costados.

-No te disculpes- le contesto, la agarro de la cintura para sentarla en mis piernas y le quito el sostén dejándole sus pechos libres.

-Tus senos querían su libertad y yo hace rato que los quiero ver- le digo, tomo ambas tetas y me las llevo directamente a la boca.

Lo que siguió después fue que me di una verdadera cena de pechos blancos y redondos.

No cabían enteros en mi boca de lo grandes que eran.

Estaba en el paraíso lambiéndolos y mordiendo sus pezones como yo quería.

Valentina lo único que hacía era gemir del placer que estaba recibiendo.

Cuando me llene de sus senos, ella me tomo mi rostro entre sus manos y me dio un dulce beso con mucha lengua en mis labios, lo que duro ese beso lo usamos para desnudarnos por completo, Valentina como yo había sospechado no tenía tanga y su cuerpo desnudo era de lo más hermoso. Abrió sus piernas, pero esta vez no había pantalón alguno que se interpusiera entre su vagina y mi lengua, no me pude resistir por mucho tiempo, hundí mi lengua en su clítoris al tiempo que con mi boca humedecía todas las zonas de su concha a la vez que le metía dos de mis dedos.

Me estaba encantando jugar con sus dedos en el interior de Valentina, tan cálida y húmeda era su concha, mis dedos podían entrar fácilmente por su gran humedad.

Saque mis dedos, los lambí y luego le di unas últimas lambidas a la vagina de Valentina hasta que se corrió en mi boca. Ella se puso después en cuatro invitándome a comerme su delicioso trasero.

Se abrió las nalgas ella sola y pude ver el agujero de su trasero. Puse ambas manos en los cachetes de su culo y mi lengua fue directo a su agujero que estaba muy rico para chupárselo todo el día Comerle la concha y el culo a una chica como ella es una verdadera delicia. Pero lo que más satisfacción me da es escuchar sus gemidos de puta, si grita como lo está haciendo ahora significa que le está gustando como estoy jugando con mi lengua dentro de ella.

Después de unos minutos empieza a masturbarse al tiempo que hace los gemidos cada vez más fuertes.

La sentí temblar de placer y luego pude saborear mucho más de su eyaculación femenina, ahora tenía sus dos agujeros completamente mojados gracias a mí.

Después como una adicta al sexo se subió encima de mí, pero Valentina quedo de costado, así unimos nuestras vaginas y ella empezó a moverse. Hizo movimientos lentos, pero muy ardientes que le daban mucho placer a nuestras conchas que estaban gozosas.

Quería mucho más, deseaba que nuestras vuelvas se movieran más rápido hasta quedar bien rojas por la unión misma. La tomé de la cintura y la hice dar pequeños e intensos saltos sobre mí hasta que fui yo la que eyaculo. Mi eyaculación fue directo a su vagina.

Ella me comenta su fantasía sexual, también me dice que nunca la ha cumplido y quiere hacerlo conmigo, yo acepto encantada, ya que antes de empezar la clase con ella he bebido muchísima agua.

-¿Dónde la quieres- le pregunto.

-En mis pechos- responde mi entrenadora.

Me pongo de pie y coloco mi vagina en dirección a sus senos, relajo mi cuerpo y una gran cantidad de lluvia dorada cae sobre esas hermosas tetas, todo un espectáculo erótico de ver.

Ella sonríe feliz de la vida.

-Gracias- me dice.

-A ti, por hacerme pasar la mejor tarde de mi vida- le doy un suave beso en los labios antes de que empiece a masturbarse los senos.

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