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Tomando cerveza sin calzones

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Mis queridos lectores, espero estén disfrutando aunque sea un poco estos tiempos de cuarentena, dándose muchos cariñitos.

Les contaré algo que pasó en mis últimas semanas de clase antes de este encierro. Esa mañana todo transcurría con normalidad y esperaba que el resto del día fuera igual, ya que solo tenía que ir a la facultad a hacer un examen.

Decidí ir de lo más cómoda ese día, con una blusa, falda y zapatos bajos, era la combinación perfecta ya que ese día hacía bastante calor y pues con suerte, quizá alguien podría notar que no llevaba nada debajo de la falda.

Al terminar mi examen una de mis amigas me propuso ir a tomar una cerveza, como no había nada más que hacer y aún era muy temprano decidí acompañarla.

Llegamos a un lugar donde venden cervezas cerca de metro Copilco y pedimos una michelada (La michelada es una bebida alcohólica mexicana que se prepara mezclando cerveza, jugo de limón, picante y sal) cada quien, por la hora no había muchas personas así que estábamos bastante tranquilas platicando sobre cosas banales.

Poco a poco se fue llenando el lugar, al mismo tiempo que íbamos pidiendo más cerveza, por algunas horas no sentí el transcurso del tiempo, pero el sentir una mirada me hizo reaccionar, debido a los efectos de alcohol en mi cuerpo había abierto ligeramente las piernas y el chico que estaba en la mesa de enfrente no perdía oportunidad para echar un vistazo en medio de mis piernas cada vez que me descuidaba un poco.

Si han leído mis relatos sabrán que me encanta calentar a los hombres, así que esa situación me estaba poniendo cachonda y más al ver que el bulto del pantalón de ese chico crecía al verme, y no es porque fuera muy guapo o tuviera algún atractivo, pero las cervezas que me había tomado estaban comenzando a hacer efecto, por lo que comenzaba a imaginarme saltando sobre esa verga.

Después de tantos tragos tuve que ir a hacer pipi. El lugar donde estábamos es muy pequeño por lo tanto para ir al baño tenía que pasar por en medio de mucha gente que estaba bailando, mientras me iba abriendo paso para llegar al baño sentí una mano rozando mi pompi, pensé que era alguna mano de las personas que bailaba y por accidente me habían tocado; pero descubrí que no era así cuando pusieron su mano por completo en mi nalga y le dieron un ligero apretón.

En ese momento detuve mi camino, y no pude evitar cerrar los ojos de placer y morder mi labio, mi culo es una de las zonas que más placer me produce cuando me tocan. Hubiera estado dispuesta a quedarme parada en ese momento para seguir sintiendo esos manoseos, mi mente voló por un instante imaginando tomar esa mano y describir quién era para después bailar con él sensualmente permitiendo que su mano llegará a cualquier parte de mi cuerpo que se le antojaba.

Después de ese pequeño, pero excitante momento de placer, y al ver que no continuaron tocándome seguí caminando hacia al baño pero con una calentura entre mi entrepierna que se incrementaba con cada paso que daba, al sentir los pliegues de mi vagina a cada paso experimentando algo muy rico al no llevar ropa interior.

Al sentarme para orinar, esa calentura que había empezado a sentir me obligó a llevarme los dedos a la vagina y meterlos para llenarlos de mis fluidos y poder humedecer mi clítoris y jugar con él un poco, justo en ese momento lamenté no tener novio o un amigo sexual que me sacara las ganas de una buena cogida.

Tuve que interrumpir ese rico placer que me estaba dando mi clítoris al tocarlo, para regresar a la mesa donde había dejado a mi amiga solita.

Al llegar a la mesa mi amiga ya había pedido otras micheladas nos habíamos picado. Al sentarme busque con la mirada al chico que descubrí mirándome la entrepierna, me sentí traviesa y con ganas de seguir calentándolo.

Seguimos platicando tan tranquilas que mi amiga no se daba cuenta de lo zorra que me estaba comportando con alguien que no conocía y que era algunos años más grandes que yo, mientras seguíamos en nuestro rollo yo no perdía oportunidad para abrir mis piernas y sonreírle a ese hombre que tenía enfrente, me sorprendió mucho que no le dijera a sus amigos sobre el espectáculo que le estaba dando; quizá quería comerse mi rajita el solo, el tiempo pasó y ni cuenta nos dimos cuando se acabó la cerveza en nuestro vaso, antes de irnos fue turno de mi amiga para ir al baño por lo que la espere sentada revisando mi celular, tan pronto mi amiga se fue, ese chico al que había estado seduciendo fue a sentarse junto a mi, debo confesar que verlo caminar hacia mi con su verga haciendo presión sobre el pantalón me volvió aún más puta… me encanta ver erecciones y más aún si soy yo la zorrita que las provoca.

Se presentó y me dijo si quería bailar, ya me imaginaba perreando con él sintiendo su paquete en mis nalgas al ritmo de alguna canción, así que estaba por pararme de la mesa cuando me tomo de la cintura y acercándose a mi oído me dijo que conocía otro bar a un par de calles de donde estábamos, era mi momento de hacer que su verga creciera más y es que mi ser me pedía tener una verga cerca y la de él me estaba atrayendo, por lo que también acerque mis labios a su oído fingiendo que por la música no me escucharía, teniéndolo cerquita y él aún con la mano en mi cintura y bajando tímidamente hacia mis nalgas le dije que aceptaba esa invitación a bailar, solo que me despediría de mi amiga para poder estar más cómodos.

Y así lo hice tan pronto salió mi amiga del baño le dije que debía regresar a la facultad por un libro, ella me creyó y se fue rumbo al metro. Al separarnos el chico también ya estaba fuera del bar.

Mientras caminaba hacia él trate de moverme un tanto sensual, con el propósito de no permitir que esa verga perdiera fuerza, nuevamente me tomó de la cintura y ahora sus labios fueron a mi boca, me giró ligeramente y puso una de sus manos en mi nalga mientras la apretaba ligeramente, en ese momento bailar ya era lo de menos, mi cuerpo me pedía algo más y buscaría obtenerlo así que le respondí el beso nuestras lenguas se encontraban apasionadamente mientras una de mis manos se metía en la bolsa de su pantalón para poder tocar la punta de su verga.

No sé cuánto tiempo estuvimos besándonos, pero sentía como mis fluidos empezaban a salir de mi vagina empezando a descender por en medio de mis piernas, sabía usar muy bien su lengua al besar no podía dejar de imaginarme cómo se movería al comerme la raja.

Para mi buena suerte los planes cambiaron y el chavo me dijo si no prefería ir a comprar cerveza y llevarlas a su departamento, ya que al ser foráneo vivía solo, obviamente acepte su departamento estaba un poco lejos de donde estábamos, por lo que tuvimos que pedir un taxi, durante el tiempo en que lo esperábamos no dejábamos de tocarnos ni de besarnos parecíamos novios.

Cuando por fin llegó el auto subí yo primero con la intención de hacer que mi falda se levantara para que pudiera ver de nuevo lo que estaba por comerse, eso lo volvió loco y ya sentados en el taxi mientras me besaba una de sus manos se ocupó de hace que mis piernas se abrieran y sus dedos pudieran empezar a sentir mi humedad.

Ese trayecto fue de lo más rico tenía muchas ganas de llegar a su departamento y tener su verga en la mano, siendo sincera hubiera preferido ir a algún hotel ya que esos lugares me prenden aún más y logran sacar aún más mi lado de puta, pero a veces no todo se puede.

Al llegar a su departamento por fin pudimos desatarnos y tocarnos como queríamos, empezamos a desnudarnos y a reconocer cada parte del cuerpo de la otra persona, lo primero que le quité fue su playera para encontrar debajo un cuerpo trabajado en el gym, disfrute mucho tocar su torso y sus brazos, al explorarlo con mis manos me humedecía cada vez más, el no perdió el tiempo y también me empezó a desnudar mientras me llevaba a su cama, solo me dejo con la falda puesta porque disfrutaba verme con ella le provocaba mayor excitación.

Al llegar a la orilla de su cama me aventó hacia ella, mientras él se quitaba el cinturón y se desabrochaba el pantalón. Cuando estuvo en bóxer solamente se hincó delante de mí y empezó a comerme la vagina, era delicioso poder sentir esa lengua que me hizo ver estrellas mientras me besaba pero ahora comiéndose todos mis fluidos, empezó lamiendo mis labios separándolos ligeramente con sus dedos para poder meter su lengua cada vez más… Poco a poco iba subiendo, cuando la punta de su lengua toco mi clítoris sentí como una descarga que recorría todo mi cuerpo, y el al ver el placer que me estaba dando siguió esmerándose con mi clítoris hasta que tuve mi primer orgasmo de la tarde, mientras mis manos tomaban su cabeza para que se comiera todos mis jugos.

Aún con sus labios impregnados de mi corrida fue subiéndose en mi poco a poco hasta que nuestros labios nuevamente se encontraron, en esa posición fue difícil pero conforme iba subiendo en mi le iba quitando su bóxer poco a poco haciendo uso de mis manos y mis pies, lo que me importaba era liberar su verga del encierro que le producía su ropa interior.

Por unos momentos dejó caer todo su peso en mi y su verga quedó justo debajo de mi ombligo mientras nos besábamos, aún no había podido tocar su verga sin ropa hasta el momento en que volvió a levantarse un poco y pude por fin tomarla entre mis dedos, recuerdo que con mi pulgar toque su glande lo impregne con su líquido pre seminal.

Yo levanté un poco las caderas y guíe su verga hacia mi vagina, cuando sentí la cabeza de su pene entre mis labios la solté y él empezó a mover las caderas muy suavemente, fue metiendo su verga poco a poco, fue muy placentero sentir como mis labios se iban abriendo conforme él iba metiéndome su tronco, cuando ya tenía la mitad de su verga dentro de mí me tomó del cuello para ahorcarme un poco, ver su cara de perverso me hizo intentar gemir más rico para que se motivara a seguir cogiéndome.

De repente me metió toda su verga de un solo golpe hasta que sus huevos chocaron contra mí, se quedó quieto por un rato mientras tomaba una de mis piernas para pasarla del otro lado, de esa forma mi culito quedó más expuesto a él y empezó a darme nalgadas mientras yo me estimulaba los pezones, llegó un momento donde le suplique que se empezara a mover, ya tenía su verga dentro, pero quería sentir como me envestía ese desconocido.

Para motivarlo un poco empecé a apretar los músculos de mi vagina para hacerle disfrutar un poco, aunque creo que le gusto demasiado porque en cuanto empecé a hacer eso puso los ojitos en blanco aunque solo fueron unos instantes porque después de eso empezó a clavarme con su verga sin piedad, ayudó mucho el hecho de que estuviera chorreando como puta ya que su verga estaba muy bien lubricada.

Me apasionó su temperamento al momento de coger y el dominio que ejercía en mí al ser su puta, cada palabra que me decía quería cumplirla; así que cuando me pidió que lo montara me saqué su verga por completo y me la lleve a la boca, para mí ni hay nada más rico que lamer una verga que está impregnada no solo con los fluidos del hombre, me pone muy cachonda cuando puedo probar esa mezcla de nuestros fluidos, por lo que me esmere en darle una mamada que nunca olvidará, en mi mente perversa deseaba que si se llegaba a casar en su noche de bodas tuviera por poco la mamada que le hiciera su mujer y me echara de menos.

Mis resultados fueron buenos, empecé a sentir como su verga empezaba a palpitar en mi boca… estaba a punto de venirse pero aún no quería que ese momento terminara, así que lo dejé descansar un poco pero sin permitir que perdiera la erección y me fui poniendo en posición para sentarme en su verga, ya con su pene dentro de mí, sus manos fueron directo a mi cintura y fueron escalando poco a poco hasta llegar a mis senos, estuvo muy cachondo ese momento yo moviéndome lo más rico posible y el tocando mis pezones dándome mucho placer. Estuve un par de minutos sentada en esa verga, moviendo delicioso mi cadera, sintiendo cada vena de ese delicioso pedazo de carne, pero quería sentirla aún más dentro de mi, por lo que le pedí que me cogiera como perrita… su perrita.

El entendió inmediatamente y cambiamos de posición yo estaba en el borde de la cama con mi culo completamente expuesto y disponible para él, en esa posición pude sentir como su verga llegaba más profundo, a cada embestida sentía delicioso como me partía, con mis nalgas más expuestas no perdió la oportunidad para seguir dándome nalgadas, ya se imaginaran lo perdida que estaba de placer estaba vuelta loca, tuve el segundo orgasmo de la tarde cuando escupió en mi culo y empezó a meter sus dedos en mi ano, sorprendentemente se abrieron paso sin problema, incluso pensé por un momento pedirle que me metiera su verga por ahí, pero la cordura se impuso y decidí guardar mi anito para otra ocasión aún más especial, ya que aún no me animo a experimentar el sexo anal, bueno regresando lo importante; me propuse volver a hacer que sus ojos se pusieran en blanco y usé de nuevo la técnica del beso de Singapur cada vez que el salía de mi al penetrarme apretaba los músculos en mi vagina para que sintiera aún más placer, y funcionó por que en cada embestida gemía suavemente, hasta que de pronto sacó su verga y terminó en mi espalda.

No me iba a quedar con las ganas de sentir su semen en mi boca, después de que me limpió un poco su semen de la espalda se acostó en la cama junto a mi, su verga ya había perdido algo de firmeza así que la tomé entre mis manos y empecé a masturbarlo y segundos después la metí en mi boca, una de las cosas que más me gustan del sexo es sentir como una verga de va poniendo dura en mi boca, así que ese momento lo disfrute mucho la excitación empezó de nuevo cuando lo escuche gemir al pasar mi lengua por su glande llenándolo de mi saliva, mientras mi mano masajeaba sus testículos.

Después de llenar de saliva esa verga fui recorriendo con mi lengua cada milímetro de su piel hasta llegar a sus huevos jugando con mi lengua y metiéndolos a mi boca para chuparlos mientras lo masturbaba, creo que nunca le habían mamado los huevos por que se retorcía del placer, mi lengua regresó a su verga y seguí esmerándome en darle una buena mamada, me perdí en el tiempo que la tuve en la boca, mi lengua no se quería separar de esa jugosa verga, disfrutaba demasiado cada vez que expulsaba pequeñas gotas de líquido pre seminal, las tragaba gustosamente hasta que de nuevo su pene empezó a tener espasmos, señal de que su orgasmo estaba cerca y así fue… como pude tragué todo el semen que me fue posible, no pensaba desperdiciar ni un poco por lo que una vez que había tragado su esperma seguí limpiándole la verga con mi lengua.

Después de eso entramos a su regadera ya que habíamos sudado mucho y aún sentía restos de su semen en mi rostro y en la espalda, lo que pasó en la regadera se los dejo a su imaginación.

Saliendo de su departamento me dirigí al metro donde otra vez me lograron calentar… esa historia probablemente se las contaré después.

Gracias por haberme leído, agradezco a todos los que se toman el tiempo de escribirme, trato de responderles a todos así que tarde o temprano recibirán mis saludos.

Sigan cuidándose a ustedes y a los que los rodean, espero que cuando esta situación de salud pase podamos seguir todos juntos leyéndonos.

Besitos.

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