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Tres son multitud

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El mundo entero disfruta de las emociones del mundial futbol Alemania 2014, empezaba esta justa deportiva mundial con sus primeros partidos, mientras tanto yo por costumbre reviso una web, en su sección contactos encuentro uno que me llama poderosamente la atención.

Se trata de Marcos R. le escribo a su correo electrónico, recibo inmediata respuesta, empezando una ágil y amena comunicación, después de varios correos me indica que tiene 67 años y que sexualmente se encuentra activo: entiendo que la experiencia de Marcos es muy amplia por su edad y sus comentarios en los correos enviados. Le comento que me agradaría mucho estar en un trio de hombres dispuestos a dar rienda suelta a la fogosidad propia de los maduros.

La comunicación se interrumpe sin mediar motivo alguno, al cabo de dos o tres semanas recibo nuevamente una misiva en la que me indica que ya ha conseguido a la tercera persona para completar mi ferviente deseo de estar en un trío. El lugar de reunión será en Quito, distante a unos 120 Km, hacia el norte del lugar de mi residencia Ambato.

Necesariamente tiene que ser sábado por las ocupaciones de los tres, ahora me toca buscar un buen pretexto para salir de casa sin dejar sospecha alguna, piensa y piensa se me ocurre decir que tengo que ir a visitar a un cliente muy importante en la ciudad capital del Ecuador que solo me puede atender en sábado pues los otros días se ausenta de la ciudad.

Al llegar el sábado me alisto para emprender viaje hacia Quito, muy temprano en la mañana tomo una ducha en agua bien caliente, pongo especial cuidado en el aseo de las partes íntimas, escojo ropa holgada, agarro un libro para ir leyendo en el camino, tomo el primer bus con rumbo a Quito. La terminal de buses está en el sur de la ciudad; mi cita es al norte, tengo un largo trayecto en trolebús.

Habrán pasado unos veintitrés minutos de mí viaje en transporte público, llamo por teléfono a Marcos y me explica en donde tenemos que toparnos; una cafetería en un importante centro comercial, le comento que voy a tardarme más de lo programado pues existe congestión vehicular en la urbe, habrán transcurridos unos largos 57 minutos y por fin mi lugar de destino está al alcance de mi vista. Presuroso me dirijo a la cafetería y no tengo trabajo alguno en ubicar a Marcos; hola soy Carlos tú eres Marcos, ¿verdad?

Un gusto conocerte son las palabras de Marcos, de verdad eres más alto de lo que pude imaginarte.

Gracias amigo, igual tú me has causado buena impresión

Marcos aparenta más edad de la que dice tener, posee un exquisito gusto para vestirse y además es bien parecido, de reojo miro su paquete pudiendo apreciar un gran bulto.

Me dice creo que debemos apresurarnos pues Pedro nos está esperando en su departamento, cruzamos la avenida 6 de diciembre e inmediatamente abordamos el primer taxi que nos ofrece sus servicios. Marcos indica la dirección al chofer y al llegar nos espera un edificio de unas cinco plantas. Parece ser que por los nervios o por alguna otra situación a mi compañero se le olvida el número de departamento al que debemos timbrar para ser atendidos por Pedro, el problema se resuelve con una llamada telefónica.

Al entrar a la edificación una señora de unos 60 años ingresa igual que nosotros al ascensor y nos queda mirando de pies a cabeza, tratando de adivinar quienes somos y que hacemos en ese lugar, La osadía de la señora no tiene límites, pregunta a Marcos que a quien vamos a visitar, inmediatamente responde que vamos de visita al departamento de Pedro. La señora dibuja una sonrisa picarona y agradece el informe, mientras tanto por mis venas recorre la adrenalina y empiezo a sudar al suponer que hemos sido descubiertos en nuestros planes por esta curiosa señora.

La puerta del departamento 402 es golpeada con tres golpes que debido a su intensidad y forma de ejecutarlos me parecen misteriosos, enseguida aparece Pedro, nos invita a ingresar, enseguida Marcos me presenta; mi amigo Carlos que viene de Ambato. Recibo una mirada de pies a cabeza escrudiñando todo mi ser, de verdad me siento incomodo al ser mirado en esa forma, puedo sentir que su contemplación se detiene en mis genitales y mi culo no se escapa de tal inspección visual.

Mucho gusto amigo, siéntete como en tú casa eres bienvenido, que tal tú viaje, fueron las primeras palabras de Pedro hacia mi persona.

Muchas gracias por recibirnos es lo único que avanzo a pronunciar, de mi viaje todo normal, el tráfico es terrible en Quito, por favor acepta mis disculpas por la demora.

Tranquilo amigo los quiteños ya estamos acostumbrados a los atracones en el tráfico.

Calculo la edad de Pedro en unos buenos 50 años, un tipo alto como de 1.70 m de estatura, su complexión más bien gruesa antes que delgada, pelo castaño y bastante atractivo. Su dialecto al hablar es propio de los habitantes del Sur del país, provincias del Cañar y Azuay.

-Pedro toma mi libro, ha carambas lees a Edgar A. Poe, magnífico escritor y sobre todo narrador.

-Así es Pedro, me gusta mucho leer y escribir relatos es mi comentario al respecto.

La conversación toca temas de varios libros y escritores, que han sido leídos por los tres, cada uno tiene gustos diferentes, con esta amena charla sobre la literatura universal es como rompemos el hielo. En el momento menos esperado Pedro dice: Vamos a lo que venimos; nos invita a pasar a su amplio dormitorio, puedo distinguir réplicas de cuadros famosos que adornan el aposento, la cama luce impecable, los adornos en sus veladores me dicen que su familia debe ser muy tradicional y religiosa a más no poder.

Me coloco en una de las cabeceras de la cama, Pedro hace lo propio en la sobrante, mientras que Marcos se ubica el pie de la misma; cada uno sin haber mencionado palabra alguna procedemos a desvestirnos hasta quedar totalmente desnudos, doblo mi ropa muy pacientemente y la ubico en un taburete dispuesto para la ocasión, no puedo dar razón de las vestimentas de mis compañeros de aventura.

Encontrándome totalmente desnudo, me giro para empezar a tener un contacto íntimo con cualquiera de los dos, pero para mi sorpresa Pedro nos invita a tomar una ducha antes de empezar nuestro fantástico encuentro, me niego a hacerlo pues me encuentro completamente limpio, a su paso hacia la ducha apenas pude distinguir el tamaño de la verga de Marcos, tan solo puedo decir que algo muy grande se movía aleatoriamente entre las piernas de nuestro adulto mayor, Marcos, de Pedro solo puedo observar sus redondeadas nalgas, mientras mis compañeros se duchan me quedo en la cama y es precisamente Pedro quien aparece por la puerta del baño, completamente empalmado, al parecer ya tuvieron caricias con Marcos.

La herramienta de Pedro es completamente normal, nada del otro mundo, las venas atraviesan por todo contorno, la cabeza es uniforme lo que le da un toque de sabor extra. Se acuesta a mi lado y empezamos un largo, sensual y apasionado beso, mientras tanto las agiles manos de Pedro tocan mi verga e inmediatamente logro una tremenda erección, hago lo propio con su mástil y la rigidez es asombrosa, rica verga de verdad.

Pedro y yo estamos en los calentamientos previos, Marcos interrumpe nuestra pasión, nos separamos para darle cabida, pero Marcos sin mediar palabra alguna se sienta sobre la erecta verga de Pedro. Hace de dos a cuatro movimientos de vaivén e inmediatamente viene en busca de mi erecto pene, hace exactamente lo realizado con Pedro, trato de agarrar el gran pene de Marcos, su flacidez sigue intacta, pero son dos o tres movimientos y saca su rico culito de mi verga. Realmente no esperaba esto de Marcos, pero me toca seguir viviendo el momento y tratar de disfrutarlo.

Marcos inmediatamente se acuesta boca arriba, eleva sus piernas y nos dice ahora si me pueden culear bien rico, cedo el paso a Pedro quien en forma violenta penetra ese abierto culo de Marcos, mientras tanto yo acaricio las hermosas y redondeadas nalgas de Pedro, trato de penetrarle pero me solicita que me cambie de condón, cosa que no lo puedo hacer pues por falta de experiencia solo había llevado uno, aunque la verdad es que yo esperaba ser penetrado entonces dije con uno es más que suficiente, craso error.

Ante esta circunstancia solicito a Pedro que me deje terminar mi faena en el húmedo y dilatado culito de Marcos. Ahora tengo ante mí a Marcos que con sus piernas abiertas y elevadas pide verga a gritos. La penetración es sencilla y profunda, mis movimientos son rítmicos, un mete y saca lento al principio, pero la maestría de Marcos me permite acelerar mis embestidas.

Pedro contemplaba nuestra escena, me dice dale más duro Carlos que este viejo es aguantón, sus palabras me estimulan y empiezo una serie de bombeadas hasta el fondo, Marcos gime de placer, se mueve rítmicamente y yo estoy a punto de tener un orgasmo magnifico, el ritmo impuesto es violento, las embestidas no paran, siento que estoy por llegar y penetro profundamente el culito de Marcos, mi leche sale a borbotones una y otra vez sin parar.

Me retiro y le dejo Pedro ese banquete a su disposición, me dirijo al baño a tomar una ducha y mientras el agua cae por mi sudoroso cuerpo puedo escucharlos gimoteos de placer tanto de Marcos y Pedro. Inmediatamente me dan el encuentro en la ducha, los dejos solos para refrescarse después de semejante palo.

Me visto y a los pocos minutos llegan al dormitorio Pedro y Marcos con una cara de felicidad que no se puede describir en palabras, la herramienta de Marcos a pesar de ser grande nunca se paró, el pene de Pedro luce dormido, dando por terminada esta hermosa sesión de sexo en trío.

Regresamos a la sala y la charla continua hasta que sugiero hacernos un delicioso café, disfrutamos esa bebida caliente y tenemos que despedirnos. Al tomar el ascensor se para un piso más abajo y coincidencia es la misma señora que ahora se fija en nuestro húmedo cabello, mueve su cabeza como diciendo: Sabía que esto iba a pasar, trio de maricones.

Me despido de Marcos en la puerta del edificio, me dirijo con rumbo norte a buscar unos utensilios que necesito en una de las mayores ferreterías del país, en el trayecto del bus que me conduce al establecimiento mencionado, pienso que para el próximo trio es muy importante tener un libreto para disfrutarlo de mejor forma, al fin y al cabo, mi culito sigue virgen y habrá que seguir buscando al afortunado varón que se me lo coma.

Espero sus valiosos comentarios: [email protected].

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