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Tú dormido y yo cogiendo con tu amigo

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Hola, llegué a esta web en mi búsqueda de situaciones similares a las que me pasó recientemente y decidí contar mi experiencia como un desahogo emocional, ya que no son temas que pueda comentar.

Mi nombre es Marce, tengo 45 años, un hijo maravilloso de 9 y casada desde hace 10 años con Mario de 48 años, ambos trabajamos y vivimos en Ciudad de México.

Somos una pareja considero que típica, me describo como de estatura promedio, cabello castaño claro lacio hasta los hombros, complexión delgada, senos de buen tamaño sin ser grandes pero mi mejor característica son mis piernas que acompañadas de unas caderas y unas nalgas de infarto como diría mi marido, hacen que los hombres me volteen a ver por la calle, siempre he sido coqueta y me gusta arreglarme bien y verme bonita. Mario es de estatura promedio, con sobrepeso, cabello rubio y ojos verdes, su verga no es de tamaño descomunal pero tampoco pequeña.

Nos conocimos en la preparatoria, yo con 16 y el 18 años, lo que me enamoró fue su seguridad y buen cuerpo en ese entonces, ya que hacía mucho ejercicio y tenía unos fuertes brazos que con la cerveza y comida se le han ido a la barriga. Mario es de carácter muy extrovertido, donde vaya hace amigos y yo soy más introvertida debido a mi educación estricta y de familia tradicional, me casé de 25 años y virgen por lo que toda mi experiencia sexual hasta ahora era con él.

Nuestra vida sexual es como la de todo matrimonio con sus altas y bajas, al principio lo hacíamos todos los días pero con el embarazo se fueron espaciando estos encuentros. Un día estábamos haciéndolo y me dijo que quería que me arreglara más sexy cuando saliéramos, que le excitaba ver cómo otros hombres me deseaban, recuerdo me molesté, pero él seguía insistiendo en el tema, hasta que accedí pero antes de salir de casa me pidió taparme porque ya no le gustó la idea, sabía que era celoso y su petición era producto de la calentura.

Pasó el tiempo y Mario cada vez que lo hacíamos me pedía lo mismo pero ahora solo en la intimidad, usar vestidos o lencería sexy, tacones y notaba que en esas ocasiones se prendía más y rendía mejor por lo que no vi problema en complacer a mi maridito. Hasta que una vez me dijo si no me llamaba la atención coger con otro hombre y saber que se sentía probar otra verga, nuevamente me moleste y dejamos un tiempo de tener relaciones, sentí que lo hacía porque no me quería o él ya tenía otra y quería justificarse, él me dijo que era normal en las parejas ponerle un poco de “sabor” al hacerlo para no caer en la monotonía, al igual que la vez anterior accedí y le seguí el juego pero noté que la verga se le ponía más dura y duraba más por lo que se volvió habitual esta clase de juegos. Imaginábamos que yo tenía sexo con extraños, pero luego empezó a preguntar por conocidos, sus hermanos, cuñados, compañeros de oficina, etc. pero sentía que eso lo excitaba y me lo hacía mejor.

Note que insistía mucho con un compañero de su trabajo llamado Adrián, un tipo de 53 años, feo y que no me caía nada bien por borracho y mujeriego pero que para mi mala suerte era su mejor amigo. Cuando el salía al tema, yo no le seguía el juego y buscaba terminar rápidamente pero de juegos de alcoba pasó a ser preguntas en cualquier momento del día ¿Te imaginas que Adrián te coja? ¿Cómo crees que la tenga Adrián? lo ignoraba, pero no le reclamaba porque cada vez que cogíamos imaginando que Adrián me lo hacía me gustaba que durara y se le pusiera durísima.

Mi esposo por motivos de trabajo tuvo que salir un mes completo fuera de la ciudad y a su regreso un viernes hace 15 días planeamos un fin de semana romántico en la casa, por la mañana le pedí a mi mamá que cuidara de mi hijo, llegue temprano de trabajar para preparar la cena, revisar que me iba a poner para esa noche, realmente estaba emocionada, en su ausencia habíamos calentado el ambiente con videollamadas sexys, fotos en lencería y estaba que moría por una buena sesión de sexo después de tanto tiempo en abstinencia.

Medio hora antes de que llegara recibí una llamada suya:

Mario: Hola preciosa, que crees? invite a Adrián a la casa para tomar unos tragos y platicar, no te molesta verdad?

Yo: pero... es nuestro fin romántico gordo además prepare un outfit que se te encantara, otro día lo invitas.

Mario: Pero tenemos dos días más para eso, solo es hoy por la noche y mañana te recompenso va? de todos modos puedes arreglarte sexy, no creo a Adrián le incomode darse un taco de ojo.

Yo: Haz lo que quieras, ahí te dejo las cosas que yo me subo a dormir, le colgué el teléfono muy enfadado y triste por el cambio de planes.

Oí que llegaron, pusieron música y hasta después de un rato subió a la recámara a saludarme.

Mario: Hola preciosa cómo estás? me extrañaste?

Yo: Sin despegar los ojos de la televisión apenas voltee a verlo y seguí viendo mi película.

Mario: No seas así preciosa, anda baja a tomar unos tragos con nosotros y se te pasa el mal genio.

Yo: Déjame tranquila y diviértete con tu amigote, le di la espalda y el salió de la habitación.

Pasó otro raro y enojada pensé, pues te valgo gorro pues va la mía y te aguantas, saque un vestidito blanco corto ceñido de arriba que acentúa mi cintura pero amplio de abajo que me hace ver más nalgona, unos tacones para lucir mis piernas, un bra de media copa que se abrocha por el frente y una tanguita blanca pequeñita muy sexy de tiritas con solo un triángulo por detrás, me alisé el cabello, maquille con toda la intención de dejar deslumbrado a Adrián y pensé “Esto quieres pues ahora que disfrute este cabrón”.

Cuando iba bajando las escaleras, Adrián estaba sentado de frente por lo que me vio primero, abrió los ojos cómo plato, me comió con los ojos e intento levantarse de la silla mientras decía “Hola Marce pero que gusto verte, te ves guapísima”, mi esposo volteo, puso cada de sorprendido y dijo “No tienes frío, te traigo un sweater”, Adrián contestó “Cuál frío, no seas celoso estamos entre amigos” rápidamente me acerqué a saludar de beso a Adrián, ignorando a mi marido pero me agache para que tuviera una buena vista de mi escote, noté que clavó su mirada en mis pechos y me sirvió un whiskey.

Adrián: Con todo respeto Mario pero brindemos por lo suertudo que eres de estar casado con esta belleza.

Yo solo esbocé una sonrisa, me senté en la silla que estaba entre ambos, crucé la pierna para que Adrián las viera mejor y mi marido se molestará más, mi plan estaba saliendo como quería, si el me agrió mi noche, yo le echaría a perder la suya.

Seguimos tomando platicando del trabajo, las familias y cualquier tema pero yo notaba a mi marido ya bastante tomado, se paró a arreglar algo de la música yo seguía platicando con Adrián pero noté que se tardaba y vi que estaba en la sala dormido.

Adrián: Uuuhh ya no aguanto, y eso que yo soy el viejo jajaja

Yo: Espera que voy a despertarlo, y no te puede ir que tienes que ayudarme a subirlo, yo sola no puedo con él.

Adrián: Déjalo dormir ahí, ahorita se despierta mejor tomate otra conmigo.

En ese momento me asusté por la mirada de Adrián y que mi plan se estaba saliendo de mis manos, pero me enoje más porque mi esposo me dejaba sola con este tipo pero no quise demostrarle miedo, yo había tomado unos 3 whiskey y me sentía un poco mareada pero pudo más el coraje y decidí continuar.

Me senté me sirvió otro trago y Adrián volvió a decir “En serio que afortunado es Mario, tener este mujeron en casa, uff Marce con todo respeto si supieras cómo me pones”, entre nervios alcancé a levantarme a la cocina para servir más botana y pensar cómo decirle que se fuera sin hacer escándalo pero haciéndome la valiente le contesté “Ah si? y según tu cómo te pongo?”

Regrese con la charola con la botana y cuál fue mi sorpresa ver a Adrián con su miembro de fuera, era la primera vez que veía uno que no fuera el de mi esposo, era más grande que la de él, venuda y cabezona súper dura, me quede pasmada por unos momentos sin reaccionar viendo cómo Adrián se la estaba jalando frente a mi, “Ay Marce, estás buenísima, lo que te haría” seguí en mi actitud de mujer fuerte, me senté y le dije “¿Qué harías?”

Adrián: Te cogería tan rico como tú te lo mereces, si vieras cuántas pajas te he dedicado.

Yo: Eso seguro le dices a todas pero termina y vete.

Cambio de mano sin dejar de jalársela y puso su mano en mis piernas ¿Qué haces? le dije pero no me moví de mi lugar, necesitaba sentirte tienes unas piernas deliciosas, metía la mano para tocar mis muslos y yo no reaccionaba, volteé a ver a mi marido y seguía perdido en eso sentí que ponía su mano en mi vagina y delicadamente tocaba mi clítoris, yo llevaba todo el día deseando coger y esa excitación me traicionaba pero lo dejé seguir. Sus dedos eran expertos y estaba sintiendo tan rico que me dejé llevar, poco a poco sentí que hacía la tanguita de lado, ganando terreno para introducirse en mi raja.

Yo: No espera, eso no mmm, pero él estaba metiendo dos dedos en mi raja y alcancé a soltar un leve gemido, Esto está mal detente...

Sentí la otra mano queriendo tocar mi culo, “Ay Marce que rico culo te cargas y esa tanguita tan rica”, mis piernas me traicionaron y sentí que se abrían, ya no me controlaba y sentí que estaba mojadisima.

El rápidamente se hincó y metió su cabeza para darme un beso, chupaba y mordía mi clítoris con una habilidad que nunca tuvo mi marido, las dos manos las tenía en mis nalgas las pellizcaba y apretaba para pegar más su cara, sentía su lengua dentro de mi, devorándome, yo tenía mi cabeza completamente tirada hacia atrás y con mis manos presionaba su cabeza contra mi sexo, una sensación tan rica que perdí la noción del tiempo y lugar en el que estaba, regrese a la tierra cuando sentí que me venía en su boca a chorros, tragándose todos mis fluidos.

Con el vestido a la cintura, recupere el sentido e intente levantarme de la silla, me recargue en la mesa pasa reincorporarme y él ya estaba detrás de mi y sentí que ponía esa verga dura entre mis nalgas, sentí su líquido preseminal embarrarse en mi culo, se sentía caliente y durísima, sus manos recorrían mis senos pero había llegado demasiado lejos e intenté que parara.

Yo; Basta Adrián, ya es hora que te vayas.

Adrián: Déjame al menos terminar entre tus nalgas, no me dejes ir así, mientras me bombeaba por detrás y deslizaba su mano otra vez a mi raja.

Yo: Pero no vas a entrar, vente y ya Ok?

Adrián: Si chiquita solo eso

Voltea a ver a mi marido y la escena me daba mucho morbo, después de tanto fantasear se le estaba cumpliendo y el muy cabrón se lo perdía. Baje mi mano y por primera vez toque el miembro de Adrián, me incline para tocarla toda, toque sus huevos y estaban que explotaban, con las uñas los acariciaba, nuestras manos se entrelazaban el tocando mi raja y yo manejando su miembro, hizo a un lado mi tanguita pensé que metería sus dedos pero sentí como de golpe me metía su verga.

Yo: Sacala Adrián, te dije que esto no, ahhh no Adrián para por favor, mmm nos va a escuchar.

Adrián: Sabes que la quieres Marce, llevo años matándome a pajas por ti, quieres en serio que la saque?

Dejo de moverse y noté que era yo la que más se movía, terminé por inclinarme en la mesa y le dije “Cógeme cabron dame duro, demuéstrame que me traes ganas, hazme tuya”

Me tomo de las manos las puso atrás de mi y me jalaba del cabello, yo estaba fuera de mi, quería gozar y ser solo suya en ese momento, lo hacía tan rico, con tantas ganas que parecía que la vida se le iba en ello, se le notaban las ganas de cogerme, desabrocho mi vestido y me jalo hacia él, besaba mis pechos y besaba mis pezones que estaban tan duros que me dolían.

Adrián: Así Marce que rico, muévete, que rica y apretadita estás, te voy a llenar de leche, mientras me daba unas nalgadas.

Me di cuenta que lo hacíamos sin condón, es una tontería pero que olvide por completo.

Yo: Dámelo, mételo todo quiero toda tu leche, nunca había tenido una verga como la tuya, sigue y no pares, que rico.

Sus huevos chocaban con mis nalgas, yo me aguantaba quería gritar de placer pero no quería que mi marido despertara y arruinará el momento, lo senté en la silla, retire mi tanguita y me senté sobre él, comencé a moverme arriba/ abajo quería exprimirlo, él se comía mis pezones y con las manos apretaba mis nalgas, en esa posición podía sentir todo su miembro dentro de mi, mi cara era puro placer, lo sentía, mordía mis labios y en cada movimiento aumentaba la intensidad.

“Que rica verga Adrián, métemela toda por favor”

Yo entrecortaba mis gemidos, disimulados por la música que seguía sonando, en cada estocada, mis senos rebotaban sin control, mi cabello lo tenía sobre mi cara y el con una mano controlaba mis manos y con la otra apretaba mis nalgas marcando sus dedos

Le dije al oído “Que rico me coges Adrián, cógeme más Adrián”

Estuvimos así otros 10 minutos, sentí entonces que se venía un orgasmo “Me vengo Adrián, dale más duro, venga cógeme fuerte, lléname toda, dámela toda” arque mi espalda todo lo que pude recargando mis manos en la mesa, el me bombeó más duro “Ahgg me vengo Marce, que rico ahggg”

Tomo mis nalgas y me pego contra él, sentí como un chorro caliente me llenaba toda, dejé de escuchar la música, se me nublo la vista, como si fuera a desmayarme, Adrián aquel que viejo feo, que me caía tan mal había logrado llevarme al cielo y tener mi primer orgasmo real, mi pelvis se movía por si sola, mis piernas presionaban las suyas, recibí toda esa leche hirviendo en mi interior.

Me desplome en su pecho, sentía que me faltaba el aire, sentí como sus manos acariciaban mi culo y me dijo “A sido el mejor palo de mi vida”, le contesté “el mío también”.

Me incorpore arregle mi tanguita, bra y vestido mientras el hacía lo mismo con su ropa, me dijo si me ayuda a subir a mi marido, le dije que lo dejara dormir en el sofá, que esta noche quería dormir sola, lo acompañe a la puerta y lo despedí.

Subí a mi cuarto, me mire en el espejo y tenía una sonrisa de oreja a oreja, decidí no bañarme para quedarme con esa aroma a sexo, me cambie de ropa interior por algo más cómodo ya que mi tanguita acabo totalmente mojada y con residuos de Adrián, me puse la pijama y me dormí.

A la mañana siguiente mi marido en compensación por haber arruinado la velada me invitaba a desayunar fuera y después de las disculpas me pregunto qué tal la noche, solo le dije que en cuanto él se durmió, su amigo se fue y yo subí a dormirme.

Adrián sigue trabajando con mi esposo, no lo veo desde hace 2 semanas y prefiero siga así, pero una no sabe...

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