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Un giro a mi vida, el novio de mi amiga
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Mi nombre es Luisa Benites, tengo 26 años soy egresada de la UNMSM de la facultad de educación, pertenezco a la Benemérita y Centenaria Compañía Nacional de Bomberos Voluntarios Olaya 13. Hace ya unos años les conté la primera felación que le hice a un chico nuevo de la universidad su nombre era Juanjo, han pasado 3 años desde entonces y hoy por hoy soy consciente que haber hecho eso ha marcado mucho en mi relación con Sebastián “mi novio” ya que de las pocas veces que tenemos sexo con condón, “obviamente porque no quiero salir embarazada”, yo no me siento satisfecha o llena del todo con él, de sólo pensar que existen otros chicos muy dotados a comparación de Sebastián como lo era Juanjo por ejemplo, no me sube el libido como quisiera sentirlo.

Estas cosas no se las quiero decir a Sebastián para no hacerlo sentir mal ya que en verdad yo lo amo, él es muy lindo conmigo siempre está cuando lo necesito, su familia también es buena y tienen mucha consideración conmigo, pero nada quita el hecho y el derecho de que nosotras las mujeres también tenemos necesidades, deseos y fantasías igual que todos hombres.

El día de ayer alrededor de las 3:00 de la tarde, me encontraba yo en casa de mi amiga Ana y su familia cuando recibí la llamada de Sebastián para decirme que estaría pasando por mí a recogerme a las 6:00 p.m. para asistir a una charla en la compañía de bomberos y tocar el tema de la “prevención de muerte por intoxicación” a lo cual le dije que lo estaría esperándolo, concluida la llamada seguí conversando con Ana en su habitación sobre temas de chicas, como cuando ella le sacó la vuelta a su ex “Tony” con su mejor amigo de él “Diego” con quién está actualmente hasta el día de hoy, así como yo le conté lo de Juanjo en alguna ocasión.

-Oye Ana y por qué dejaste a Tony por Diego, le pregunté y ella me dijo:

-Hay chica Diego es un gran hombre, me vuelve loca no hay comparación. Con decirte que cada que lo hacemos me olvido que Tony existía jajajaja

-Qué malvada eres Ana cómo puedes decir esas cosas.

-Mira Luisa tú se la mamaste a un desconocido en la universidad estando con Sebastián dime quién es la malvada.

-Hay Ana no era un desconocido porque me dijo su nombre, Juanjo, tenía 18 años y estaba en la lista del salón jajajaja

-jajajaja

Cuando en eso llaman a la puerta; era el novio de Ana, Diego. Y a pesar de las cosas que ella diga respecto a él, a mí ese chico me hace sentir un poco incómoda, éste aprovecha cada momento que mi amiga se descuida para tratar de rosarme y hacer contacto con migo, desde un roce tan inocente como sus manos y las mías hasta un roce tan grosero de mi culo y su paquete.

Diego ingresó a la habitación, saludó a Ana tomándola de la cintura y dándole un beso en la mejilla, y como ya les dije en esta ocasión sucedió lo de siempre en el momento que me iba a saludar, mi amiga se distrajo mirando por la ventana hacia el patio de la casa, Diego se acercó rápidamente a mí me agarró del seno acercándome a él y con intención de darme un beso forzado en los labios a lo cual yo pude evadirlo empujándolo hacia atrás, en ese instante mi amiga volteó y le dijo a Diego: “ya está libre”, yo no entendía nada de lo que estaba pasando me sentía confundida, nerviosa e incómoda por la situación por lo que agarré mi celular y me puse a tontear.

En ese momento Diego le dice a Ana que bueno bebé entonces vamos, Ana me dijo: amiga vuelvo en un momento. Yo la miré y solo le dije ok, sin entender por qué y a dónde iban, así que me quedé sola en su habitación con mi celular en mano, pero me daba mucha curiosidad saber a dónde se fue Ana y Diego. Entonces mirando por la ventana de su habitación que daba al patio pude notar a ambos ingresar a la habitación prefabricada que estaba construyendo un albañil hace unos minutos.

Ya eran como las 4:00 p.m. y al parecer las funciones laborales del albañil habían terminado por lo que en aquella habitación no había nadie más que Ana y Diego, mi curiosidad se acrecentaba más y más así que tome la decisión de ir y averiguar que estaba pasando allí, con mucha cautela me acerqué hacia la habitación prefabricada y con cada paso que daba escuchaba quejidos y gemidos de Ana diciendo: hay Dios, despacio, duele. Yo hasta este punto me sentía realmente nerviosa que pudieran percatarse de mi presencia pero mi curiosidad pudo más, asomándome a la ventana como una gata hambrienta en busca de su presa pude observar como Ana intentaba mamarle el pene a Diego, y lo digo así literal “intentaba”, porque el pene de Diego era realmente enorme y monstruoso tanto que me asusté y me pregunté; cómo es que puede existir alguien con semejante miembro viril tan imponente ya que la complexión de Diego no es muy grande como para hacer sincronía con semejante cosa.

El hecho de ver a Ana tratando de mamársela a Diego me hizo verme a mí misma hace un par de años cuando se la tragué a Juanjo salvo que aquel pene que estaba contemplando tenía mayores dimensiones. Ana no podía meterse toda esa cosa dentro de su boca por la que sólo empezó a lamer y lamer hasta que pude notar como ese gran falo empezó a brotar líquido seminal, podría jurar que hasta ese punto la erección tendría un tamaño aproximado de 30 cm de largo con un grosor que superaba mis muñecas razón por la cual me parecía descomunal, Ana miró fijamente a Diego y se puso espaldas a él inclinándose y poniéndose en la famosa posición de “perrito”, el empezó a bajarle la falda muy lentamente cuando de pronto el padre de Ana la llama autoritariamente, ella subiéndose acomodándose presurosa sus prendas le dice a Diego:

-Diego avísale a Luisa que llegó mi papá y no quiere visitas trata de buscar un lugar donde esconderla y trata de buscar un lugar donde esconderte tú

-Pero Ana que te pasa terminemos esto, tu papá puede esperar unos minutos

-No entiendes idiota si mi papá te ve aquí te mata

Ana sale corriendo sin darse cuenta que yo me encontraba a centímetros de ella junto a la ventana y detrás de la puerta la cual se encontraba semiabierta.

Diego se encontraba muy fastidiado al parecer ya que no pudo concluir con su eyaculación, de pronto se tornó un silencio en la habitación con cautela me vuelvo a asomar por la ventana y pude ver a Diego observando el celular de Ana la cual lo había olvidado y con la otra mano se estaba masturbando lentamente, aunque Diego me caía muy mal empecé a sentir lástima por él, seguí observando cómo se masturbaba y empecé a sentir una fuerte atracción sexual por Diego y empezaba a comprender cuando Ana me decía que se volvía loca cada vez que estaba con él ya que en esos momentos me sentía hipnotizada por ese gran falo del cual no podía quitarle los ojos de encima. Diego observando el celular de Ana empezó a murmurar frases vulgares:

-mmm que rica que estás, no sabes cómo deseo follarte, mira como me la pones, que culote y que tetas tiene esta hembra, te voy a preñar ya verás.

Me quedé sorprendida al escuchar con que palabrotas se expresaba de Ana, acto seguido dijo:

-Bueno la llamaré

Yo mentalmente dije este es un idiota que le pasa por que va a joder a Ana si sabe que está con su padre, en ese instante suena mi celular, era Ana, o mejor dicho Diego quien tenía el celular. El sonido delató mi ubicación por lo que Diego con el pene al aire y medio erecto salió presuroso y me encontró junto a la ventana y detrás de la puerta.

-¡Luisa! ¿Qué… que haces aquí?

-Bueno yo… yo estaba…

En ese instante Diego me agarró fuertemente y me metió a la habitación, me puse súper nerviosa y le pregunte qué cosa estaba haciendo me tapó la boca y me dijo:

-Observa ahí viene Ana y su padre

-Oye si te ve, te mata

-¿cómo sabes eso? ¿Estuviste detrás de la puerta todo el tiempo?

-¿qué? Yo… este yo…

Nos encontrábamos en una situación tan desesperante en una habitación prefabricada donde solo había bolsas vacías de cemento, arena, unos cuantos cinceles y palas; herramientas del albañil, y Ana con su padre acercándose, por suerte pude observar que en un rincón había un barril sucio y vacío al parecer donde almacenan agua o quizás algún otro material, un lugar para poder esconderse ya que si salíamos de esa habitación era seguro que nos verían, acto seguido le dije me esconderé en este lugar, rápidamente entre antes que él lo hiciera, Ana y su padre estaban a pocos metros y Diego no tuvo mejor idea que entrar al mismo barril en donde yo me encontraba, una sola persona entraba perfectamente pero ¿dos? éramos como dos sardinas muy apretadas y el detrás de mí.

El padre de Ana entra con ella a la habitación diciendo: el albañil está avanzando muy lentamente así nunca se va a terminar esta habitación, Ana le respondió: y encima deja todo regado y sucio, y mientras ellos discutían pude notar como la falda que traía puesta empezaba a bajarse poco a poco con el roce y la presión que había entre Diego y yo, sumado a eso el calor que se estaba apoderando de nosotros dentro del barril era fuerte, tan fuerte y caliente como el pene que empecé a sentir primero en mis piernas luego rozó mis muslos llegando a posarse finalmente en la entrada de mi vagina, aunque yo me encontraba con mi calzón puesto pude notarlo como chocaba su pene en la entrada de mi vagina yo no podía moverme ya que si lo hacía me sentía más incómoda, pude escuchar como el padre de Ana empezaba a hacer limpieza de la habitación y a ella diciendo: vaya olvidé mi celular aquí, o mi amiga Luisa sale guapa en sus fotos mira papá ella es mi amiga Luisa de la universidad. Al escuchar esto pude darme cuenta que a quien se refería Diego con todas esas palabrotas no era a Ana, si no a mí.

En ese instante Diego empezó a besarme el cuello con lo que me sorprendió y me excité un poco y di un pequeño gemido mientras la falda se me bajaba más y más y no había forma de subírmela a menos que me parara o saliera del barril.

Con el culo expuesto a Diego, éste empezó a meterme la mano bajo la falda retirando mi calzón con lo que me puse nerviosa y le dije:

-Si me haces algo grito

-Grita todo lo que quieras el viejo te va a ver y pensará que eres una puta

-eres un puto bastardo, mira haremos una cosa métela y quédate quieto por favor

-okey Luisa me gusta tu idea así quizás estaremos más cómodos

-idiota, sólo no te muevas

Pero cometí el más grande error al olvidar el gran tamaño de su falo.

Cuando su pene estuvo en la entrada de mi vagina ya sin calzón, recién lo recordé y le dije:

-Por favor métela despacio no quiero que me hagas daño

-No te preocupes, todo estará bien

Entonces Diego empezó a metérmela muy despacio le agradecí por eso y para sorpresa mía entraba sin dificultad, la razón era que yo me encontraba muy lubricada de forma natural con la excitación que tenía.

Mientras el padre de Ana terminaba con la limpieza Diego cumplió su palabra de mantenerse quieto y solamente tenerme ensartada en todo ese tiempo, hasta puedo decir que se sentía lindo, cómodo y rico tener ese pene caliente solamente palpitando en mi interior, literal sentía como vibraba naturalmente dentro de mí.

Pasaron 10 minutos aproximadamente cuando Ana y su padre terminaron de limpiar y pasaron a retirarse, Diego me tenía ensartada todo ese tiempo, cuando Diego se disponía a parase para salir del barril, lo detuve y le dije: no te vayas por favor quédate un rato más, charlemos así, el me miró me sobó los muslos mientras yo me hacia una cola en el cabello y empezamos a conocernos mejor, cabe recalcar que me sorprendía como mantenía esa erección por tanto tiempo dentro de mí, pasaron otros 20 minutos más en los cuales ya empezaba a sentirse la incomodidad de la posición pero nada quitaba el placer que yo sentía al estar penetrada por él, así que le propuse salir juntos pero que no me la saque ya que me sentía muy pero muy cómoda con ese gran y hermoso pene dentro mío, les confieso que me enamoré desde la primera clavada que me dio, en las pláticas que tuve con Diego también tocamos el tema de cuando yo le fui infiel a Sebastián con Juanjo, así que eso lo excitó más, justo en ese preciso momento suena mi celular, era Sebastián mi novio, contesté el teléfono ensartada tiernamente:

-¿Aló?

-Alo Luisa, amor estoy afuera de la casa de Ana eh venido a recogerte para ir a la charla de la compañía, sal afuera amor.

-Ok Sebas ya salgo en unos minutos estoy en el baño

-Ok te espero

Diego escuchó eso y empezó a bombearme con fuerza a lo cual decidí darle un giro a mi vida, quedarme con Diego como pareja, le seguí el ritmo de su movimiento porque sabía que teníamos poco tiempo, el cual aprovechamos muy bien, después de un par de minutos tuve la vagina rebalsando del semen de Diego, quién sacó suave y tiernamente su pene de mí, me voltee le di un beso intenso en los labios y como en ese lugar no había papel o alguna toallita, limpié su pene con una buena lamida ya que en mi boca, así como en el de Ana, tampoco cabía, le dije que por favor se repitiera esto a lo cual el contesto con mucho gusto ya eres mi mujer y en nueve meses reconoceré a nuestro hijo, yo le respondí: por supuesto mi rey te amo, ya veré como termino mi relación actual.

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