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Una buena alumna (parte 2 y final)

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Rocío me había descubierto con las manos ocupadas y mi primera reacción instintiva fue guardarme la verga en los pantalones y disculparme con ella.

Rocío: “no tienes que disculparte, no me molestó para nada ver esa rica verga que tienes ahí, la vez anterior me pareciste guapo. Ahora sé que aparte de guapo, estás bien equipado jeje, ¿seguro no quieres jugar?”.

Ella va hacía la puerta, la abre y ve que efectivamente no ande nadie por ahí.

En honor al verano y al buen clima, Rocío esa noche vestía una faldita pequeña, algo corta y una blusa ajustada al cuerpo, con los 2 botones superiores desabrochados, el cual dejaba ver el comienzo de su escote. Ana es de piel blanca, y su estatura es de 1,58 m.

Al volver me dice, “con Juan estamos jugando esta noche, de hecho, el me hizo una petición, me pidió no usar ropa interior toda la noche. Debajo de esta faldita que ves, no tengo nada puesto”.

“Pero Juan no te ha dado permiso de nada más que eso, él es mi amigo y no le haría algo así”, dije.

R: “tienes razón, deja y le pregunto si me deja jugar contigo”.

“No lo hagas!!!, no le digas nada”, dije.

R: “tranquilo, confía en mi”.

Rocío agarra su teléfono y comienza a escribir.

“Qué haces?? No por favor”, le dije.

R: “Mira, esto le puse, para que no te alteres jaja”.

Miro la pantalla de su celular:

“A que no adivinas quién me descubrió que estoy sin ropa interior”.

Mientras estoy mirando su celular leo inmediatamente la respuesta de Juan: “debe ser tu amiga Valentina o Leo, son los únicos que faltan acá”.

Rocío, le escribe: “recuerda que la Vale se fue a dormir hace rato? jeje”.

Juan responde: “que suertudo Leo, es todo un detective, quieres hacer algo amor? Leo se debe haber asustado jaja”.

Rocío: “qué me das permiso de hacer?”.

Juan: “lo hablaré con Leo”.

Siento que suena mi celular, lo reviso y era Juan, me escribe: “estás invitado a jugar con la Rocío, sólo si tú quieres, quieres jugar?”.

“Está todo bien?”, pregunté.

Juan: “claro que lo está. Si vas a jugar con ella quiero que grabes un vídeo de Rocío como protagonista. Grábala de espalda y dile que se vaya lentamente subiendo a la cama hasta quedar en 4, quiero que se le vea todo, si haces eso, lo tomaré como un sí. Ojo, quiero que lo grabes con tu celular, confío en ti”.

Pensé un par de segundos mientras Rocío atenta me miraba, saqué mi teléfono, “gírate”, le dije, comencé a grabar sin explicarle nada.

“Súbete a la cama”.

Me hizo caso, y comenzó a subir a la cama de forma sensual, a medida que avanzaba su falda se iba levantando, finalmente se puso en 4. La vista era impresionante, no me había dado cuenta del trasero que tenía esa chica, era grande, alguna vez me había fijado en sus curvas, pero ahora me quedaba todo en evidencia. Su ano era rosadito, su vagina también rosadita y complemente depilada.

Detengo el vídeo y se lo envío a Juan, mientras el vídeo se manda, Rocío me dice: “esto es una prueba de algo”.

“Te gusta lo que ves?”, me dice. Haciendo movimientos lentos estilo twerking.

Antes de responder suena mi celular y leo el mensaje de Juan: “no te parece deliciosa?”.

“Si, está exquisita tu esposa”, respondo.

“Bajen”, me dice Juan.

“Juan dice que bajemos”, le digo a Rocío.

Rocío: “vamos entonces”.

Rocío se baja de la cama, se acerca a mí y me agarra la verga sobre el pantalón, que aún permanecía dura y muy erecta. Me toma de la mano y me lleva con ella.

Se escucha que Juan se despide de sus amigos, y nos dice “no se alcanzaron a despedir, lástima, bueno ya es tarde. ¿Quieren seguir la fiesta?”.

Rocío: “claro que sí!!!”.

Juan: “Ana, mi alumna regalona anda de fiesta bailando por acá cerca, le puse una reacción y me dice si queremos ir?”.

“Hace tiempo que no bailamos, me gustaría ir y conocer de una vez por todas a nuestro centro de inspiración”, dice Rocío.

Juan: “qué pasará con tu amiga?”

Rocío sube a verla y nos dice: “está durmiendo como un bebé, está en nuestra casa, más segura imposible. ¡Vamos!”.

Nos fuimos a la disco en Uber, eran unos 5 minutos de viaje.

Llegamos a la disco, nos encontramos con Ana, la saludamos, ella se sorprendió y se ruborizó de verme. Le dije: “no te preocupes, que todo queda acá”, me sonrió y me dio un tremendo abrazo. Rocío también la abrazó, la miró y le dijo: “ahora entiendo todo”.

Por cierto, Ana vestía increíble esa noche, un vestido negro con un tremendo escote, el vestido le llegaba sus muslos. Ana era muy voluptuosa, nunca me había querido dar realmente cuenta de ello la verdad, pero ahora en este ambiente y con la ropa que llevaba puesta se veía para comérsela, lucía unos senos enormes, no sé cómo no se le escapaban del vestido al saltar y bailar, considerando que parecía andar sin sujetador. Ella es bastante blanca de piel, y su estatura es de 1,75 m.

Ana estaba con un grupo de amigos, ninguno de la universidad por suerte. Cuando llegamos se quedó con nosotros 3, Rocío tomó a Ana y le dijo que fueran al baño. Con Juan nos quedamos y pedimos algo, mientras esperábamos me dijo: “bueno, imagino que ya relacionaste todo”.

Yo: “la verdad Rocío me explicó varias cosas, el resto era relacionable”.

Juan: “Ana es una fiera en la cama, y de Rocío ya te había contado. Rocío tenía muchas ganas de conocer a Ana”.

“Que suerte tienes!”, le dije.

Juan: “tú también puedes tener suerte esta noche, esto está recién comenzando”.

Las chicas volvieron y se fueron a bailar, Rocío se había abierto 1 botón más de su blusa, y aunque no tenía el tamaño de Ana, se notaban unos buenos senos y de muy buen tamaño.

Nos sacaron a bailar, primero estuve con Ana y Juan con su mujer.

“Que diferente te ves”, le dije.

Ana: “que diferente te ves mostrando las tetas me quieres decir? jaja”, cuando iba a decir otra cosa, Ana me interrumpe y me dice: “no te preocupes mira lo que quieras, siempre y cuando esto no llegue a la universidad”.

“Te lo dije antes, esto se queda acá”, le contesté.

Rocío tira de la mano de la chica y la deja bailando con Juan. De un momento a otro cambian la música y ponen un reggaetón bien antiguo, todos gritaron y la forma de bailar cambió rotundamente.

Rocío apegó su espectacular trasero sobre mi verga.

“Por si te preguntas, sigo sin ropa interior”, dijo Rocío.

“Jajaja Me lo imaginé”, le contesté.

Juan me levanta el dedo pulgar en señal de aprobación, ese fue mi momento revelador. Bajé mis manos, las puse sobre su vientre y luego en sus caderas, apoyando mi verga sobre su trasero, con esa faldita pequeña que tenía puesta la erección fue casi al instante.

Rocío: “mmm, ahora sí que te animaste”.

Mi verga tomó forma y me la tuve que acomodar bajo el pantalón, Rocío me dijo “dime si necesitas ayuda jeje”.

Sonreí.

Al frente Ana también pegaba su trasero a Juan, el trasero de Ana a diferencia de sus tetas era pequeño, pero se notaba bien redondo y formado.

Seguimos bailando varias canciones, luego saltaron a música más actual, donde Ana nos cantaba todas las canciones.

En un momento se acercó todo el grupo de los amigos de Ana, contándole que ya se iban a otra fiesta con after incluida. Ana prefirió quedarse con nosotros, pero de igual forma dejamos de bailar, fuimos a un lugar más apartado a pedir algo para beber.

“Tengo algo de hambre”, dijo Rocío.

Ana: “yo también”.

Rocío: “podríamos ir a nuestra casa, quedaron muchas cosas de la fiesta, quieres ir con nosotros Ana?”.

“Bueno”, dijo la chica. Pedimos un taxi, llegamos en 2 tiempos a la casa de Rocío y Juan.

“Voy a ver a la Vale!”, dijo Rocío.

Todos subimos a verla y Valentina figuraba total y completamente desnuda sobre la cama de piernas abiertas de par en par, roncando muy fuerte.

Reímos bastante de la situación.

Rocío se acercó a taparla y nos fuimos.

Bajamos a comer algo de lo que había quedado de la fiesta, luego bebimos algo de pisco con bebida y nos sentamos.

Rocío: “por fin te pude conocer Ana, Juan me había contado mucho de ti”.

Ana (algo sonrojada): “mmm que tanto te ha contado?”.

R: “lo que han hecho, con Juan nos contamos todo, eres muy hermosa Ana y tienes un cuerpo espectacular”.

A: “qué vergüenza y disculpa, pero una cosa llevó a la otra”.

R: “no te disculpes, más bien, desde que ustedes andan jugando nuestra vida sexual dio un giro, habíamos caído en la monotonía y la rutina. Aparte que no tenemos tanto tiempo para estar juntos a causa de nuestros trabajos, entonces intentamos compartir y disfrutar juntos lo que más podemos”.

A: “está todo bien entonces?”.

R: “claro que si linda!”.

Rocío invitó a Ana a fumar hierva, Ana aceptó y salieron al patio trasero.

Ana: “en el momento en que te estaba poniendo de pie me di cuenta, andas igual que yo”.

Rocío: “cómo así?”.

Ana: “Sin ropa interior”.

R: “jajaja fue un reto de Juan, me dijo que me quería toda la noche así, el tema es que Leo sabe que ando así, es más, ya tuvimos algún jueguito esta noche”.

A: “Que pareja más abierta son ustedes!”.

R: “jaja y tú? ¿por qué andas sin ropa interior?”.

A: “cuando supe que venía Juan, me la quité”.

R: “estás depilada?”

Ana tomó la mano de Rocío y la llevó a su parte baja, Rocío siguió bajando la mano y le frotó el clítoris. “Hey ya estás mojadita, que rico”, le dijo Rocío a Ana.

Ana: “tengo ganas de que me cojan esta noche, por eso vine depilada”.

Rocío: “tienes 2 vergas para ti esta noche”.

Ana: “y tú no me quieres coger?”

Rocío: “depende, si me comes rico la vagina ahora mismo te cogemos todos”.

Rocío subió la pierna y puso un pie sobre una banca que tenían en el patio. Ana sin pensarlo se agachó y le comenzó a pasar la lengua por el clítoris, Rocío agarró con una mano la cabeza de Ana, mientras con la otra fumaba su hierva.

Rocío: “que placer más grande, chúpame la zorrita pendejita caliente”.

Ana dedica varios minutos a darle sexo oral a Rocío, la hace gemir fuerte, juega con su lengua contra el clítoris. Ana detiene su cometido, sube y besa bien intenso a Rocío. Rocío toca las grandes tetas de Ana, las saca y las empieza a comer. Chupa sus pezones con calma, disfrutando cada segundo de ellos.

Con Juan llevamos varios minutos mirando en silencio la escena, “vamos” me dice Juan.

Salimos al patio sin pantalones ni ropa interior, nuestras vergas permanecían duras y paradas a más no poder. Nuestros penes eran similares, creo que el mío era algo más largo, pero el de Juan era más grueso. Ambos estábamos con casi nada de vellos en la zona genital.

Rocío nos vio y le dijo a Ana “quiero verte comiéndole la verga a Juan, mientras yo pruebo esta otra vergota”.

Ambas agachadas se lanzaron a nuestras vergas, Rocío se manejaba como una experta. Se la metió completa a su boca, estuvieron así algunos minutos.

Luego Rocío nos llevó adentro y le comenzó a chupar la verga a Juan, mientras ayudé a Ana a quitar su vestido, toqué sus tetas y se las empecé a chupar, tenían un tamaño increíble, no me alcanzaba la mano. Grandes aureolas y unos pezones deliciosos. Me di un festín con esas tetas, pero Rocío me interrumpe y nos lleva al 2do piso.

Nos fuimos a la cama, Rocío tomó a Ana, la acostó y sin dudarlo le comenzó a chupar el clítoris con muchas ganas, “ahora me toca a mí comerte”, le dijo.

Rocío: “ustedes pónganle ambas vergas en la boca”.

Nos pusimos a la altura de su cara y Ana comenzó a masturbarnos y a meterse nuestras vergas en su boca alternadamente. Ana gemía fuerte, de un momento a otro nos suelta las vergas y pone sus manos sobre la cabeza de Rocío firmemente, comienza a levantar su pelvis.

Ana: “¡que rico! nunca me había comido una mujer la vagina, me harás acabar”.

Rocío: “acaba fuerte en mi boca pendeja caliente”.

Ana movió su pelvis como si estuviera cogiendo, sus piernas y abdomen se tensaron, sus gemidos se mezclaron con gritos, y tuvo un orgasmo bien fuerte. Rocío subió, agarró las tetas de Ana, chupó sus pezones duros y la besó de forma tierna, pero sensual e intensa.

Y de repente dijo, “necesito una verga dura adentro, no me importa de quien”.

Juan me dijo: “te hablan”.

Puse en 4 a Rocío, le metí la verga lentamente, primero la punta, luego la verga entera. Estaba muy mojada y caliente, mi verga caliente pasó como si nada hasta el fondo. Agarré a Rocío de los hombros para penetrarla profundo.

Rocío: “Juan, ¿dónde estás? ¡Quiero tu verga en mi boca ahora!, cójanme los dos”.

Juan le puso el pene por la boca y yo por la vagina.

Rocío: “cámbiense, quiero probar el sabor de mi vagina en la verga de otro hombre que no sea mi esposo”.

Le metimos la verga a la boca y a la vagina a la vez, pero sus gemidos y gritos no la dejaban mamar.

Nos olvidamos de Ana. Y tampoco la volví a ver en la habitación.

Rocío acostó a Juan y le comenzó a dar sentones, metiéndose la verga completa en su vagina, era fuerte la escena, me quedé mirando. Hasta que Rocío me indica su boca, me puse de pie en la cama, y me la empezó a chupar.

Luego Rocío me acostó y me empezó a dar sentones a mí, estábamos frente a frente, le empecé a comer sus tetas, que rebotaban delicioso, eran del tamaño justo para cubrirlas completa con mi mano. Su pezón estaba endurecido al máximo.

Rocío: “¡¡¡que rica verga!!!, la tienes muy dura y grandota”.

Miré a mi alrededor y no vi a Juan. Pero los movimientos de Rocío hacían que me concentrara 100% en ella, se movía como los dioses. En vez de saltar sobre mi verga, metiéndosela y sacándosela. Estaba con mi verga adentro suyo moviéndose hacía adelante y atrás.

Nuestras entrepiernas parecían hervir de lo caliente que estaban, intentaba resistir lo que más pude, de un momento a otro Rocío empezó a ir más lento, bajando la velocidad a casi no moverse. Se me acerca al oído y me dice, “¡no doy más! ¡Acabaré con tu verga adentro!” Comienza a darle con toda la intensidad a sus movimientos, gemía fuerte, atrás, adelante, atrás, adelante, hasta que la veo poner sus ojos en blanco, frena sus movimientos y se va encima de mí con un gemido final.

R: “¡que ricooo dios mío!!”.

Me besa y baja a mi verga, me la empieza a chupar y me dice “quiero toda tu leche”.

Me da un sexo oral maravilloso, era muy buena en eso. “Me la voy a tragar toda”, me dice. Ya no daba más y le comencé a tirar chorros calientes de semen, todos fueron a su garganta.

Rocío: “que rica leche”.

Nos detuvimos y escuchamos gemidos de lejos, salimos de la habitación y en la otra habitación vimos a Valentina, la amiga de Rocío con Ana sobre ella, cerrando un perfecto 69, Juan estaba a un lado masturbándose como espectador número 1 de la escena.

Rocío haciendo acto de presencia en la habitación y dice: “ustedes no pierden tiempo, y tu Vale, no estabas dormida? Jaja”

Valentina: “amiga lo siento, Ana me despertó. Tu amiga, me empezó a frotar el clítoris y a dar sexo oral, desperté con los dedos de ella adentro mío. Me dijo: “Hola, soy Ana” y me dejé querer”.

Ana: “estaba de piernas abiertas invitándome”.

Todos reímos.

Valentina era una chica bajita -1,55 m-, de piel morena, muslos generosos, delicioso trasero, y unos pezones muy sensibles, tenía un cuerpo muy sensual. Ella, tenía 35 años. Algunos menos que Rocío. Ambas tenían un cuerpo muy juvenil, no se notaba los 10 años de diferencia con Ana.

Juan les pidió poner se pie a ambas chicas.

“Amor, no te voy a mentir, que rica está la Vale”, dijo Juan mirando a Rocío.

Rocío: “te gusta la verga de Juan? Se la quieres chupar amiga”, dijo eso mirando a Vale.

Valentina: “si te soy honesta, desde que me contaste de los juegos que les gustaba hacer que yo tenía muchas ganas de participar, pero no te quería decir, me daba vergüenza que pudieras pensar de mi”.

Valentina se agacha y se mete a la boca la verga de Juan. ¿Recuerdan que les dije que Rocío era una experta? Bueno, Valentina era mejor aún. Era una estrella del porno dando sexo oral.

V: “gracias por compartir a tu esposo con tu mejor amiga, hace mucho que no tenía una verga”.

Nos quedamos mirando a la Vale, lo bien que lo hacía. Rocío me agarra el pene nuevamente duro, y me dice: “¿ya estás nuevamente listo? ¡Me gusta!”.

Rocío: “para que veas lo buena amiga que soy, no sólo vas a tener una verga hoy, vas a tener dos”.

Valentina: “amiga, pero me lo puede meter tu esposo?, quiero sentirla dentro”.

Rocío: “si claro”.

Juan sin pensarlo puso en 4 a Valentina, levantó el trasero, la agarró de sus caderas y le acomodó la verga en su vagina. Comenzó a cogerla con fuerzas, gemía fuerte, se notaba que hace algún tiempo no tenía sexo. Juan que aún no había acabado se notaba la sufrir con las embestidas que le deba a Valentina.

Rocío se acerca a Juan y le dice al oído: “¿quieres tirarle la leche en la boquita a la Vale?”, “¿le gusta eso?, le pregunta Juan. Rocío le cierra el ojo.

Rocío: “¿amiga quieres el semen de mi esposo en tu boquita o en tu vagina?”.

Vale: “podría ser en ambas partes? Jajaja”.

Todos reímos.

Rocío: “amiga elije”.

Valentina entre gemidos, dijo “lo quiero dentro de mi vagina, pero quiero acabar también, estoy cerca”.

Juan comenzó a contraer sus músculos, se notaba casi apunto de explotar.

Rocío se dio cuenta y se puso bajo Valentina a chuparle las tetas, ella sabía que, por conversaciones íntimas con su amiga, eso la volvía loca.

Valentina abrió su boca, puso sus ojos en blanco y se dejó llevar por el orgasmo, cuando empezaba a acabar, Juan no pudo más y la lleno de leche. A partir de eso Valentina comenzó a gemir muy fuerte, soltando varios gritos.

Valentina: “que rico, lo necesitaba, hace mucho que no tenía un orgasmo”.

Para sorpresa de todos Rocío se acerca y le da un tremendo beso a su amiga Valentina, luego besa a Juan, terminando en un erótico beso triple. Los 3 se van a la ducha.

Quedamos solos con Ana, esa chica hermosa que llevo conociendo desde 1er año y que ya estaba a punto de terminar su carrera. Tan inocente que la veía, quien se iba a imaginar que esa noche terminaría con ella en la misma cama. Nos miramos y me dice: “me coges profesor?”.

Me acerco, la beso, siento su olor. Huele delicioso, el sabor de su boca es a sexo. Nos ponemos de pie, la abrazo, agarro su trasero, mientras nos perdemos en un beso bien intenso.

Mi pene que ya se encuentra completamente duro y listo para la acción, se pone naturalmente entre sus piernas y Ana comienza a frotar su clítoris contra mi erección. Alguno gemidos se le escapan y me dice: “sabes que nadie me ha metido la verga esta noche, no estoy bonita acaso?”.

“Estás hermosa le dije, tengo muchas ganas de sentir mi verga dentro tuyo”.

Ana me empuja contra la cama, yo caigo con todas mis fuerzas.

“Ahora yo tengo el control”, me dice. Pone sus grandes pechos sobre mi boca, lo agarros y los comienzo a chupar.

Ana: “que rico, muérdelos”.

Muerdo sus pezones que están muy duros, saca sus senos de mi boca, sube su cuerpo y pone su clítoris sobre mi boca, estaba escurriendo sobre mi cara.

Ana: “necesito su verga profesor, la quiero de una vez por todas”.

Ella se sube sobre mí, quedamos frente a frente. Mientras me cabalga no suelto sus tetas que se mueven con una fuerza que no puedo parar de mirarlas y sentirlas, a ratos me acerco para comerlas, luego se tira hacía atrás, quedando su clítoris a la vista y ella misma se comienza a frotar, a la vez que mueve sus caderas de atrás hacía adelante, tenía un muy buen ritmo. Recordé en aquel momento cuando me dijo años atrás que estaba practicando danza árabe y eso había soltado sus caderas. Ahora podía comprobar los resultados por mí mismo. INCREIBLE.

Estuvo varios minutos así, cada cierto rato bajaba a besarme, estábamos en un muy buen ritmo, como yo había acabado hace poco podría aguantarla por mucho tiempo aún, ella lo sabía por lo que me dio fuertes sentones. La tomé de sus caderas, sólo quería sentir sus movimientos. Que pendeja más rica y caliente.

Ella bajó la velocidad, “no creo que aguante más, ¿acabarás?”, me dijo.

“No te preocupes por mí, quiero verte acabar yo a ti”, le dije.

Me besó intenso, y comenzó a moverse a mil por hora sobre mi verga, con sus enormes tetas y el movimiento de sus caderas sobre mí me tenía vuelto loco. Siguió con los ojos cerrados, en eso veo que entra Valentina y se pone a mirarla en silencio como me cabalga. Valentina baja su mano y se empieza a dedear con la imagen.

Ana: “¡Allá voooy!”.

El grito fue el más fuerte que había oído esa noche, luego de eso sus gemidos fueron de más a menos, sentí bastante más humedad en nuestras pelvis, luego se acostó sobre mi cuerpo”.

Ana: “que rico profe, aún le siento la verga dura jeje”.

Valentina: “que rico te mueves hermosa!!!”.

Ana mira a Valentina y le dice: “ven”, aún con mi verga dentro suyo, la besa, fue un beso intenso.

Vale: “gracias por despertarme”.

Ana: “merezco un premio”.

Vale: “que quieres de mí?”.

Ana: “primero besa mis tetas”.

Valentina comienza a besar y luego a chupar los pezones de Ana. Mientras se vuelve a mover con mi verga dentro suyo.

Ana se sale de mí y se va de la habitación.

Valentina, me mira y me empieza a masturbar, se lo mete a la boca. Chupa unos momentos y me dice “me montaré”.

Valentina me monta, pero me da la espalda, se mueve bien rico, en eso llega Ana y besa a Valentina, le come sus pezones sensibles.

Me pongo de pie, pongo a Valentina en 4 y le dejo espacio a Ana en la cama.

Ana se acuesta en la cama y se comienza a masturbar.

Valentina está muy mojada, mientras me la cojo en 4 comienza a estimular su clítoris con su mano, dura unos segundos así y pasa como a otro nivel de excitación.

Ana: “y si me das placer a mí con tu boquita?”.

V: “nunca se lo he hecho a una mujer, de hecho, mi primer contacto con una mujer fue contigo”.

A: “ven, quiero que mi vagina sea la primera que pruebes”.

V: “mmm se ve rica, pero no sé”.

Ana se frotaba el clítoris lentamente con una mano, mientras con la otra metía 2 dedos en su vagina, no perdía detalles de la penetración que le daba a Valentina.

Agarré firme de los hombros a Valentina, la comencé a coger profundo, pero lento. Cuando entraba la punta le daba una fuerte embestida. Eso la tenía loca.

Ana se puso de rodillas cerca de Valentina. Valentina comenzó a tocar el cuerpo de Ana, sus senos estaban enormes, más grandes de lo que estaban habitualmente, sus pezones duros apuntaban hacía adelante.

Ambos mirábamos a Ana, ella se acerca para besarme, mientras me beso con ella, Valentina, le dice a Ana: “te puedo comer las tetas”.

Ana sonríe, se acuesta y queda bajo Valentina mientras yo la sigo penetrando. Ana sube en la cama para que sus tetas queden a la altura de la boca de Valentina. La Vale pasa la lengua por los pezones de Ana.

Ana que mientras frota su clítoris, se dirige hacia la boca de Valentina y la besa.

Aumento mis embestidas a toda velocidad, Valentina gime fuerte, y me dice “dale dale dale”. Ana aprovecha el momento de excitación de Valentina y sube su vagina a la altura la boca de la Vale.

Valentina deja de un momento a otro de gemir, pensé que todo se iba a detener. Cuando comenzó a darle sexo oral a Ana mientras esta gemía, su poca experiencia la compensaba con sus ganas de satisfacerla.

Ana la fue guiando, Valentina era buen siguiendo sus instrucciones: “hazme acabar”, le dijo Ana. Valentina subió el ritmo de sus lamidas. Dejé de penetrar a la Vale y me puse a observar, ella siguió con todo comiéndose a Ana.

Ana: “voy a acabar, agarra mis tetas y cógeme con tu lengua”.

Valentina si bien no era una experta, su mirada lo decía todo y mientras lo hacía no paraba de mirarla, eso tenía muy caliente a Ana. El contacto visual es un ingrediente siempre necesario en el sexo oral.

Ana gime fuerte por varios buenos minutos, finalmente acaba, pero en vez de bajar su intensidad le dice a Valentina, “siéntate en mi boca”. Ella se sube y pone su clítoris sobre en la boca de Ana. Pasa 1 minuto y Valentina comienza a acabar. Se quita algo desperada de la boca de Ana y me dice: “ahora acuestasteee, rápido”.

Valentina se monta sobre mi verga, me cabalga intenso y a los segundos vuelve a tener un fuerte orgasmo.

La Vale, estaba con su cara roja, sudada y muerta de cansancio, pero complacida al máximo, y me dice: “me das tu lechita?”.

Ella no se había salido de mi verga, por lo que reanuda sus movimientos.

Ana que había acabado hace algún momento se pone cerca de mí y pone sus tetas cerca de mi boca: “por si necesitas más amor jeje”, me dice.

No aguanté mucho más y empecé a llenar las paredes vaginales de Valentina con semen.

Vale: “que rico, hoy me han llenado toda”.

Vale me besa y besa a Ana.

Nos levantamos, miramos si la ducha estaba disponible. Salimos y vemos a Rocío con Juan dormidos sin ropa, con ella agarrándole la verga, nos dio risa.

La ducha era grande, nos metimos los 3. Nos repartimos el jabón. Jaboné a Valentina y Ana, sus senos, piernas, espalda, vagina. Froté sus clítoris, metí mis dedos dentro de sus vaginas y me salí de la ducha. Mi verga se había puesto ya muy dura, pero tenía cosas que hacer y emprendí rumbo a mi casa.

Valentina y Ana siguieron en la ducha y tuvieron sexo nuevamente.

Ayer al salir del trabajo vi a Ana, vestida como siempre la veía para ir a universidad. La saludé, y para mi sorpresa estaba con Valentina, se iban a tomar algo a un bar cercano. Pese a la diferencia de casi 10 años, ellas se habían seguido viendo.

Para la otra te podemos invitar me dijeron, “así que atento jeje”.

Ojalá llamen algún día.

Con Juan hablé hoy, y me dijo que esperaba que todo quedará entre nosotros. No había nada que hablar, yo iba a morir con el secreto. Luego me habló de arrendar a una cabaña con Rocío, ella quería un trío me dijo. Le dije que sí, tengo muchas ganas de cogerme a Rocío nuevamente.

Juan: “espero te sirva el vídeo que le grabaste como consuelo mientras tanto”.

“Me ha servido bastante jaja”, le dije.

Y, a decir verdad, lo había visto casi todos los días.

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