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Vacaciones interraciales con mi esposa
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Tiempo de lectura: 20 minutos

Somos una pareja madura, atractiva, que nos apasiona el nudismo, aunque no siempre fue así.

Yo siempre practique el nudismo, pero mi mujer tenía recelo de mostrarse desnuda en un sitio público, no tenía problema en hacer top-less pero le cortaba quitarse la parte de abajo del bikini.

La verdad es que mi pretensión era exhibir a mi esposa, que es una mujer muy atractiva, con un culazo y un buen par de tetas, además de ser muy ardiente en la cama, capaz de correrse 10 o 12 veces en una sesión de sexo, pero si no se atrevía a desnudarse, como para exhibirse. Me ponía cachondo cuando me daba cuenta de cómo le miraban los tíos, la desnudaban con la mirada y yo intentaba provocar situaciones en la que ella se mostrará, por ejemplo, cuando íbamos a un hotel y enfrente había viviendas, dejaba un poco abierta la cortina de la ventana e imaginaba que desde otra ventana, en la lejanía, alguien la observaba mientras se desnudaba. Ella siempre descubría mi travesura y cerraba la cortina a cal y canto.

Por fin, en unas vacaciones en las playas de Almería, conseguí que se atreviera a desnudarse y la verdad es que le cogió gusto y empezamos a veranear en playas nudistas.

Un día descubrí, en un folleto de viajes, un hotel nudista en Vera, Almería, y le propuse pasar allí unos días de vacaciones, sorprendentemente acepto y reservamos un apartamento que estaba en la planta baja, por fuera del hotel y daba directamente a la arena de la playa, tenía una terraza privada desde la que se podía entrar directamente cuando volvíamos de la playa, abriendo una puerta de cristal y accedíamos al apartamento sin pasar por el hotel.

Estábamos encantados, era un apartamento amplio y podíamos tomar el sol desnudos en la terraza y darnos baños en la playa.

Sería por estar desnudos, por el sol y por la relajación pero no parábamos de follar, en la siesta, por la noche, todos los días follábamos dos o tres veces.

Una noche mi mujer estaba leyendo en la habitación y se quedó dormida con La Luz encendida, la persiana de la puerta estaba a medio bajar y yo estaba en la terraza tumbado en la hamaca a oscuras, fumando un cigarro, me levante para salir a la playa y mire hacia la ventana, me acerqué para mirar adentro y vi a mi mujer tumbada de lado, dormida, enseñando su espléndido culo fuera de la sabana. Inmediatamente se me puso la polla como una piedra y jugué a ser un mirón que aprovechaba la ocasión y furtivamente se metía en la terraza del apartamento y la observaba. Empecé a meneármela y con una excitación tremenda, entre en la habitación y empecé a meterle mano y a tocarle el culo y la vulva, ella respondió rápidamente y nos enredamos en un polvazo salvaje. Después me pregunto lo que me había pasado, porque estaba tan caliente.

No la respondí y nos dormimos plácidamente.

O sea que además de querer exhibir a mi mujer resulta que también me excitaba observarla cuando no sabía que lo hacía.

Una tarde, mientras Ella había ido al gimnasio del hotel, yo salí a dar una vuelta por la playa, estaba anocheciendo, había refrescado y no había nadie, yo me aleje paseando y andaba pensando en mis cosas, cuando me sorprendí al observar a un chico negro de unos veintitantos años, paseaba cerca de los apartamentos y se paraba en los que había una luz encendida, evidentemente era un mirón o un ladrón y decidí acercarme a él sin que se diera cuenta y ver que pretendía.

El chico fingía pasear como si fuera un huésped más del hotel, pero su actitud no era muy normal, se acerba a los apartamentos iluminados y entraba en la terraza con sigilo. Me alarme, pensé que quizás pretendía robar alguna cosa que se pudieran haber dejado en la terraza, y apreté El Paso con sigilo para observar más de cerca lo que hacía. Cuando estaba solo 5 o 6 metros de él, escondido detrás de una palmera, vi cómo se acercaba a la ventana y se echaba mano al paquete, ¡¡¡era un mirón!!!

De pronto se dio la vuelta y casi me vio. Salió de la terraza y siguió observando otros apartamentos, entrando y saliendo de las distintas terrazas. Ya había anochecido y yo podía seguirle sin tanto riesgo. Estaba paseando, cuando se encendió la luz de mi apartamento, mi mujer había llegado, inmediatamente el chico se dirigió a mi apartamento y entro en la terraza, lo primero en lo que me fijé fue en si me había dejado abierta la puerta de la habitación por si decidía entrar y hacer daño a mi mujer, pero estaba cerrada y desde mi posición, podía ver cómo ella de desnudaba y se movía por habitación en cueros. El no hizo intención de entrar, solo se quedó mirándola a través de la ventana y pude observar desde mi escondite, cómo se masturbaba mirando a mi esposa.

El día anterior me había excitado, pero en ese momento me calenté de tal manera que yo también empecé a meneármela, los dos estábamos haciéndonos una paja mientras la veíamos como sentada en el sillón, nos mostraba su precioso coño. El chico seguía tocándose hasta que se corrió. Cuando terminó salió de la terraza, había conseguido su objetivo. Se había hecho una paja mirando a mi mujer desnuda.

Aquel acontecimiento me tenía todo el día excitado y empecé a tener fantasías que me calentaban aún más. Tenía que taparme con la toalla para disimular mis erecciones al ir a la piscina.

Mi mujer estaba un poco alucinada conmigo, no parábamos de follar.

Una tarde cuando ella estaba en alguna actividad de animación del hotel, yo salí a la playa y me senté en el escondite del día anterior, había apagado la luz para que cuando ella llegara poder verla, y de pronto, vi cómo se acercaba nuevamente el chico del día anterior y venía acompañado de otro chico negro. Estaba claro había descubierto un filón y se lo había contado a su amigo, le diría:

-Vente conmigo que vas a ver a una guarra en peloteas que está buenísima.

Ocurrió lo mismo que el día anterior nos masturbamos los tres.

Me rondaba una fantasía en la cabeza pero me daba un poco de miedo realizarla, no sabía si hacerlo o no, pero cada vez que pensaba en ello, se me encogía el estómago y me calentaba un huevo.

Una tarde decidí ponerlo en práctica, me armé de valor y decidí que tenía que hacerlo. Deje un sobre en la cama con una nota para mí mujer. Le había escrito una nota que decía, “cariño, te propongo un juego morboso”. “Quiero que uses el juguete que te compre y te hagas una buena paja, yo entraré después y quiero comerme tu coño completamente mojado”.

Volví repetir la rutina de días anteriores, mientras mi mujer se fue a las actividades, yo salí a fumar un cigarrillo y esperar a nuestro mirón. De pronto, vi cómo se acercaba, esta vez venía solo, y yo me refugié en mi escondite. Vi cómo se dirigía a un apartamento al lado del mío y cuando iba a entrar en la terraza, yo salí despacio de mi escondite y él se sorprendió en un primer momento, pero pensó que yo era otro mirón y no dijo nada, permitiendo que yo también entrará en la terraza.

Nos pusimos los dos a mirar por el hueco que dejaba la cortina y se podía ver a una mujer desnuda haciendo la cama. Cuando intentaba estirar las sabanas, se echaba para adelante y separaba las piernas, enseñándonos un hermoso coño rasurado con unos labios grandes y una Vulva preciosa, en ese momento baje la mirada y observe como mi amigo se meneaba un pedazo de rabo, se lo agitaba de arriba abajo enseñando un capullo enorme, yo también estaba empalmado, creo que por la situación y por mi nueva faceta de voyeur.

La mujer se acostó en la cama y apago la luz, fin del espectáculo.

Los dos salimos de la terraza y le ofrecí un cigarrillo que aceptó. Nos sentamos a fumar en la oscuridad y le pregunté cómo se llamaba. Me contó que era camerunés y que había venido a España para trabajar y que lo había conseguido. Se llamaba David.

Era un tipo simpático y muy guapo. Comenzamos a charlar como dos amigos cómplices.

De pronto vimos cómo se encendía la luz de mi apartamento, se me encogió el estómago.

David dijo: ¡¡qué suerte!! Ven, sígueme, vas a ver a una tía que está buenísima, que me pone como una moto, me la follaría. Yo le seguí, fingiendo no saber a dónde me dirigía. La cortina ya la había dejado yo entreabierta, desde nuestra posición, se veía toda la habitación y un espejo en la pared nos mostraba todos los rincones.

Vi cómo mi mujer entraba en el dormitorio y se quitaba la sudadera mostrándonos una tetas preciosas, luego se bajaba el pantalón y se quedaba en peloteas. Mi amigo ya estaba empalmado

Y con la polla en la mano. Yo tenía el estómago encogido. Ella se metió al baño y salió desnuda al dormitorio comenzando a darse la crema por todo el cuerpo, mi nuevo amigo bufaba y yo tenía una erección como hacía años. De pronto ella descubrió mi carta, se sentó en la cama y empezó a leerla, se rio, se recostó en la cama frente al espejo y separo las piernas. Nosotros modificamos nuestra posición hasta donde podíamos verla reflejada en el espejo, podíamos contemplar su rajita completamente abierta. Abrió el lubricante y se lo restregó por el coño, cogió el vibrador y se lo colocó en el clítoris, empezando a menearse de placer. David no se creía lo que estaba viendo, mi mujer se convulsionaba y el eyaculaba en el suelo de la terraza si apenas tocarse, yo me corrí como nunca, tenía el corazón a mil. Pudimos ver con claridad como tenía un orgasmo brutal. Luego se quedó tumbada en la cama disfrutando el momento de placer.

Salimos de la terraza a fumar un cigarro.

David me dijo: lo que daría por tíramela, debe de ser una pedazo de puta, se ve que le gusta follar.

Yo le contesté que yo también me la tiraría. Nos despedimos para quedar al día siguiente y le propuse vernos a una hora y tomar unas cañas antes de nuestra sesión voyeur.

Rápidamente volví al hotel y entre en la habitación, la paja la había puesto muy cachonda, no era una mujer que se conformará con un orgasmo. Me desnude, corrí la cortina y empecé a comerle el coño y a sobarla, ella estaba como una perra, estuvimos follando una hora.

Aún nos quedaban varios días de vacaciones, pasaba las horas tirados en la playa, en la piscina, esperando con ansiedad a que llegara la tarde.

Yo había quedado con mi amigo sobre las 7 de la tarde en un bar cercano al hotel, le dije a mi mujer que me iba a acercar a Mojacar a un taller para que viera el coche que me estaba fallando, mientras ella iba a las actividades del hotel.

Estaba sentado en la terraza del bar, donde había quedado con David y vi que se acercaba, se sentó y pidió una cerveza. Estuvimos charlando un rato, yo estaba muy nervioso, pero decidí contarle mi plan.

Mira David, tengo que contarte una cosa que te va a gusta mucho. Él se sorprendió.

La verdad es que te he engañado. El me miraba si decir nada

-Yo realmente no soy un mirón, bueno sí que lo soy, pero tengo que contarte que estoy alojado en el hotel y que la tía que vimos anoche, en realidad es mi mujer.

Se le abrieron los ojos de par en par, no entendía lo que quería decirle.

-Verás, continúe, a mi me pone mucho que veas a mi mujer desnuda pajeándose, me excita muchísimo, Ella no sabe nada, yo dejo la cortina abierta para que algún mirón pueda verla.

David me pregunto:

-entonces, ¿tú eres un cornudo?

-Si respondí, pero no exactamente un cornudo.

El chico me seguía atento, un poco flipado.

-Verás, continué, me gustaría que vieras como me follo a mi mujer y lo puta que llega a ser.

El seguía callado, sin perderse detalle.

– He pensado que mañana por la noche sobre las 10,30, cuando vengamos de cenar, tú estés escondido en la terraza. Te voy a enseñar cómo se lo hace la puta de mi esposa.

Pero, me dijo David, a mi me gustaría follármela.

No pidas más, confórmate con lo que te propongo Y disfrutaras un huevo.

– Bien, pero solo pongo una condición, me dijo un poco subido, voy a traer a un amigo, a veces vamos los dos a mirar, es un buen colega y no puedo dejarle fuera.

– No te preocupes, le dije, me dará más morbo pensar que tengo dos mirones pajeándose, mientras le meto el rabo a mi chica.

Bien, quedamos para el día siguiente.

Esa noche no pude dormir.

Sobre las ocho de la tarde, le dije a mi mujer que podíamos ir a tomar unas tapitas a Mojacar y le pareció una buena idea.

Yo estaba muy cachondo y en el recorrido hasta el pueblo, le pedí a mi mujer que me enseñara las tetas. Me hizo caso sin insistir, lo que identificaba que estaba dispuesta.

Durante la cena nos tomamos unas cuantas cervezas y a ella se le subieron a la cabeza. Cuando dejamos el coche en el hotel, encendí un porro y lo fuimos fumando paseando. No fumamos nunca, pero un amigo me había dado un poco de mierda y me pareció un momento oportuno para probarla.

Cuando mi mujer fuma, se pone como una moto. Íbamos por los pasillos del hotel metiéndonos mano, de pronto me paro en medio de aquel pasillo eterno y me abrió la bragueta haciéndome una mamada impresionante. A trompicones entramos en la habitación, nos besábamos, nos sobábamos, nos tumbamos cruzados en la cama, apuntando hacia la puerta de cristal y pude comprobar que tenía una rendija suficiente para que mis amigos pudieran ver el espectáculo.

Le abrí el vestido, la separe las piernas para que mostrará su hermoso coño a mis amigos.

Ella se incorporó, cogió el succionador de la mesilla y se lo colocó en medio de la empapada raja

Fue hacerlo y empezar a correrse, a abrir y cerrar las piernas mientras yo le comía las tetas.

Se corrió como tres veces seguidas. Yo iba a explotar, solo pensaba en mis amigos, mirando y pajeándose, viendo cómo se lo hacía mi mujer.

Se levantó y mirándose al espejo, empezó a tocarse de nuevo. Yo le dije: gírate hacia la ventana e imagina que te están mirando dos negros guapos desde fuera y se están tocando sus enormes pollas. Ni se lo pensó, por alguna razón o por el pedo que llevaba. Colocó un sillón a 50 cm de la puerta de cristal, se abrió de piernas y se volvió a colocar el aparatito. Estaba viviendo mi fantasía, se metió dos dedos en el coño y casi pierde el conocimiento al correrse.

Yo estaba alucinado, me imaginaba a mis amigos disfrutando del espectáculo.

Me senté en el sillón y le pedí que me la chupara. Ella se puso a cuatro patas dejando su coño pegado al cristal. Mientras se metía mi polla hasta la garganta meneaba el culo como si la estuvieran dando por detrás, el coño se le abría y dejaba ver su vulva completamente empapada.

Yo imaginaba la visión que tenían los dos chicos, con el coño de mi mujer pegado al cristal y me endurecí como una piedra.

No podía más, la levante y la tire en la cama, me monte como un macho cabrío y empezó a darle fuerte, nos corrimos en cuatro o cinco embestidas.

Tras unos momentos de reposo, se levantó y fue a ducharse, momento que aproveche para abrir con sigilo la puerta de la terraza, los dos negros estaban alucinados, David hizo el gesto de querer entrar en la habitación, pero le aparte y le dije que el trato que habíamos hecho llegaba hasta allí.

Se marcharon y nos acostamos a dormir.

Cuando estábamos los dos en la cama le dije: cariño tú no eres mujer para un solo hombre, deberías plantearte lo que hemos hablado muchas veces.

-Que? Me pregunto.

Lo de hacerlo con otros tíos, eres una mujer muy caliente e ibas a disfrutar a tope y a mí no me importaría, todo lo contrario, me volvería loco de ver cómo te follan dos negrazos con rabos enormes.

No dijo nada, pero note que se había vuelto a excitar, me cogió la polla flácida y se la metió en la boca hasta tenerla tiesa como un palo, se montó en ella y me cabalgó hasta correrse, yo me derrame en su coño y tuvimos otro orgasmo más.

Los dos días siguientes no vi a mis amigo, el tercer día estábamos tomando el sol en la playa desnudos casi al atardecer, cuando vi como se acercaban dos negros, desnudos, paseando por la playa.

Se acercaron y pusieron sus toallas muy cerca de nosotros, como si no nos conocieran. Mi mujer no pudo evitar mirarlos a través de sus gafas de sol, no era para menos, los dos tenían un herramienta de película porno. Yo la observaba de reojo. David, se dirigió a ella y le pidió fuego y cuando él se acercó a coger el mechero, dejó su polla a la altura de la cara de ella. Note perfectamente cómo se ruborizaba.

-Te acuerdas de la conversación de anoche? Me pregunto.

-Cuál? la de hacerlo con dos tíos?

-Si, dijo, mira que par de candidatos tengo aquí cerca

-Me reí. No estaría mal, verdad? Son muy guapos.

-Y están bien dotados, dijo ella, echándoles una mirada disimulada.

Los dos nos reímos, como si todo fuera en broma. Pero note que ella se lo estaba planteando.

Aquellas vacaciones la habían trasformado.

Puse una disculpa para ausentarme, le dije que iba a la habitación para ir al baño.

Desde la ventana del apartamento podía observarlos perfectamente, estaban a unos 10 metros de mi. Estaba nervioso por si los chicos no sabían mantener nuestro secreto, pero decidí dejar que las cosas pasaran y disfrutar mirando cómo se desarrollaban los acontecimientos.

David, se dirigió a ella y le pidió fuego y cuando él se acercó a coger el mechero, dejó su polla a la altura de la cara de ella. Note perfectamente cómo ella se cortaba, pero no le quitaba ojo.

El otro chico se acercó y entablaron conversación con ella y con esa disculpa acercaron sus toallas a las nuestras. Desde lejos podía ver cómo ella se reía por los comentarios de ellos. En un momento ella se puso boca abajo mostrándoles su culazo y Eric, el otro chico, se ofreció para darle crema en la espalda y ella, sorprendentemente, aceptó. Seguro que estaba imaginando que yo les observaba.

Solo ver cómo las manos negras resbalaban por su espalda blanca, me empino el rabo. Desde mi posición podía ver cómo ella no se negaba a recibir el masaje y reía continuamente por las bromas que le hacían. Cuando regrese, mi mujer me dijo: mira estos chicos son de Camerún están trabajando aquí en Vera. Les salude cómo si no los conociera y me senté en la toalla.

Los dos eran muy simpáticos y hablaban perfectamente español, tenían un buen sentido del humor y gastaban bromas, yo reía nerviosamente, no sabía cómo acabaría aquello.

Nos dijeron que conocían un pub muy agradable en el que hacían actuaciones en directo y que, si nos apetecía, podíamos quedar a tomar una copa por la noche, estaba cerca del hotel. Yo le pregunte a ella y aceptó inmediatamente.

Quedamos a las 11 de la noche en la puerta del pub.

Estaba refrescando y mi mujer se despidió y fue al apartamento, quedándome solo con ellos.

-Que pretendéis con esto? , les dije cabreado, casi me da un infarto cuando os he visto acercaros.

-A ti te gustaría ver cómo nos la follamos los dos?

Dude un instante, una cosa era que nos observarán mientras follabamos y otra era dejar que se la follaran ellos. No estoy seguro de que me mole esta historia, pero los dos miraron mi polla erecta y se echaron a reír.

-No te preocupes tenemos experiencia, alguna vez hemos quedado con parejas extranjeras que viene a buscar chicos.

-Bueno, dije, pero no me comprometo a nada, si ella no quiere o se encuentra incomoda, se acabó el asunto.

No te preocupes si prueba el tema con nosotros le encantará, a todas les vuelve locas follar con negros. Sentí una mezcla de excitación y de miedo, no quería que le pasara nada, pero la situación me ponía muchísimo y no sabía cómo ella reaccionaria, aunque la había visto muy interesada.

El resto de la tarde, estuvimos sin hablar del tema, pero yo estaba muy cachonda y podía sentir que ella también lo estaba.

Sobre las 9 salimos a cenar a Mojacar, mi mujer estuvo más de media hora en el baño, se depilo, se peinó, se dio crema por todo el cuerpo y se puso un vestido con botones de arriba abajo, bastante cortito, un vestido que a mí me ponía mucho porque era muy pegado al cuerpo y dejaba dos o tres botones sin abrochar, con lo que se le veían los muslos y marcaba su tetazas.

-Podías ir sin bragas, ya sabes que me pone mucho, le dije.

Ella no respondió, se subió el vestido y no las llevaba.

-Serás puta!!! Pensé. Parece que le mola la situación.

Estuvimos cenando en el restaurante al que solíamos ir, durante la cena la estuve gastando bromas y bebimos más de la cuenta, luego dimos un paseo por el puerto hasta hacerse la hora en la que habíamos quedado con nuestros nuevos amigos. Ella iba muy nerviosa se le notaba claramente.

Cuando llegamos al pub estaban esperándonos en la puerta, los dos se habían arreglado, estaban guapísimos. La saludaron con dos besos agarrándola de la cintura y a mí me dieron la mano, entramos en el pub, todo estaba muy oscuro, soñaba música caribeña y nos sentamos en un reservado al principio del local. Pedimos unas copas ( más copas!!) y empezamos a charlar, los dos la echaban piropos de lo guapa que estaba, David la invitó a bailar, ella me miró como pidiéndome permiso y yo la hice un gesto de aprobación, se fueron a la otra parte del pub, desde mi sitio los veía con dificultad. Eric, el otro chico, me miró y me dijo. Joder tío que buena está tu chica, no se me va de la cabeza, cuando os espiamos por la ventana y teníamos a pocos centímetros su chocho rico, me machaque la polla. Es una guarrilla!!!

Se levantó y fue adonde estaban bailando, yo me cambie de mesa para poder tener mejor ángulo .Llego al lado de ellos y se puso por detrás, dejándola entre los dos, simulando que bailaban los tres juntos, aunque en realidad la estaba pegando la polla en el culo y el otro la apretaba contra él, seguro que ella lo notaba porque estarían empalmados. Vi como ella miraba hacia la dirección en donde estaba yo, pero no alcanzaba a verme, pensé que quizás se sentía incómoda, pero no se separaba ni dejaba de bailar. Luego los perdí de vista, pues había mucha gente bailando. Al cabo de un buen rato regresaron, la traían en medio de los dos, uno la cogía por la cintura y el otro por el hombro. Traía cara de estar muy caliente, yo la conozco bien y sabía que le estaba gustando el rollo.

Estuvimos hasta las tantas tomando copas, ellos estaban bailando, se turnaban o bailaban los tres. En algún momento me pareció ver entre las sombras del local, como si la besaran los dos, David en la boca y Eric por detrás en el cuello, pero quizás era lo que quería ver, incentivado por el pedo que llevaba. Me la imaginaba comiéndoles la polla, follada a cuatro patas y estaba dispuesto a dejar que los acontecimientos sucedieran. Luego les perdí la pista durante un rato pero pensé que estarían fumando en la playa.

Por fin se acercaron a mi mesa riendo, yo fingí que estaba muy borracho y les dije que tendrían que llevarnos al hotel porque yo no podía conducir. Nos subimos a mi coche, Eric conducía y yo iba delante. Mi mujer subió atrás con David pero no sé si pasó algo. Creo que me dormí en el trayecto.

Cuando aparcamos en el hotel nos dijeron que tenían una marihuana de su país que era la bomba para que nos fumáramos unos canutos. Mi mujer propuso fumarlos en el apartamento para no dar más el cante, ya que ir con tres tíos, dos de ellos negros y tener que atravesar la zona de pubs liberales, donde había muchas parejas en busca de encuentros morbosos, nos habíamos convertido en el centro de todas las miradas. Les indicamos que fueran por fuera del hotel, por la terraza que daba a la playa.

Nos dirigimos a nuestra habitación por aquellos interminables pasillos y yo fingía estar más pedo de lo que estaba, aunque la que iba perjudicada era ella. Por fin entramos en el apartamento y abrimos la puerta a nuestros amigos. Mi mujer puso música suave y apago las luces poniendo unas velas en la mesilla. Estos dos estaban muy lanzados. Se sentaron en la cama supletoria, uno en cada extremo y yo me senté en un sillón frente a ellos. Empezaron a pasar los canutos y yo no quise dar más de 2 caladas porque quería estar consciente.

Paloma preparó unas bebidas y se sentó en medio de los dos. Yo fingí que me quedaba dormido, pero la luz de las velas me permitía entreabrir los ojos para no perderme detalle. Eric pasó el brazo por el hombro de mi mujer, le volvió la cara y la plantó un beso en la boca, un beso largo, morboso, metiéndole la lengua hasta dentro, ella no se apartó, me di cuenta que me miro, como esperando ver mi reacción, pero al verme dormido, se enganchó a la boca del chico. David empezó a desabrocharle el vestido y saco sus tetas, empezó a chuparle los pezones con ansia, ella se corrió, estaba como una fiera. Después le separó las piernas, comprobando que no llevaba bragas, le abrió bien en coño y le metió la lengua en el agujero, el otro chico se sacó la polla, ya no aguantaba más, y se la dio. Cuando ella vio el pedazo rabo que tenía, la agarro con una mano y se la metió en la boca hasta donde podía, se la mamo con vicio.

Yo tuve mi primera corrida sin tocarme.

La tumbaron en la cama y mientras David le daba su ración de rabo, el otro la separó las piernas y le colocó la punta de la polla en la entrada de su vagina y poco a poco la fue penetrando hasta casi los huevos. Cada empujón que daba producía una corrida de ella y encima se la estaba follando a pelo. La dieron la vuelta y ella se colocó encima, fue coger la postura y empezar a cabalgarle como una verdadera puta, mucho más puta que conmigo. Se metía el rabo hasta dentro y gritaba de gusto. David se estaba untando aceite de almendras, que había en la mesilla, en la polla y le echo un chorro en el ojete. Le comió un poco el culo para dilatarlo y le aproximó la punta de su aparato al agujero, ella protestó, pero estaba sintiendo tanto gusto que se dejó hacer.

David apretó un poco, sacando un quejido de dolor de ella, pero no se compadeció y poco a poco le metió toda la carne. Cuando la tuvo dentro, se paró y ella dio un grito de placer. El empezó a bombearla y el otro le daba pollazos en el coño, estaba empalada entre los dos.

Creo que ella estaba inmersa en el folleteo, en un continuo orgasmo. David le saco el rabo del culo, se la sacudió dos o tres veces y le echo un chorro de leche en la espalda que le llegó al pelo.

El otro la puso en el borde de la cama, con las piernas colgando y le encajó el pollon de un solo golpe. Yo veía el mete-saca en primera fila, me había vuelto a empalmar y cuando él le saco el brutal aparato y se derramó encima de sus tetas, yo me la machaque con furia y me corrí de una manera brutal.

Se quedaron tumbados los tres, desnudos, ella en medio de los dos, destacaba su blancura. Se quedó dormida y yo despedí a mis amigos. La limpie la lefa que tenía por todo el cuerpo y la acosté en la cama. Yo me quede a dormir en el sillón.

Como tengo una mente morbosa pensé fingir al día siguiente y preguntarle cómo había acabado la fiesta porque yo me había dormido nada más fumar el porro y me había despertado en el sillón. Tenía el morbo de que me contara todo, además de haberlo visto, contado por ella podía ser muy fuerte.

La primera luz que entró por la ventana, me despertó, abrí los ojos y vi a mi mujer tumbada en la cama, desnuda, enseñándome su culazo. Me levante, la toque la espalda y el culo y estaba pegajosa, la eche la sabana por encima, fui a La Cocina y prepare un café cargado, se lo lleve a la cama y dándole un beso la desperté.

Se despedazó y me dio un beso de amor.

Me dijo -estoy agotada.

-No te preocupes, yo preparo el desayuno, dúchate y desayunamos en la terraza.

Me fui a preparar el resto del desayuno mientras ella se duchaba, prepare la mesa en la terraza y la espere. Cuando llegó desnuda me dio un pinchazo en el estómago porque me vino una imagen de la noche anterior, cuando estaba entre los dos negros, pero quería hacer mi plan para que me contara todo.

-Sabes, no me acuerdo de nada de lo que pasó anoche, solo recuerdo llegar al hotel en coche y echarme en el sillón, en el que he amanecido. ¿Estuvieron mucho rato?, ¿fumamos maría?

-No recuerdo nada, es increíble!!

-No te preocupes que te lo voy a contar con todos los detalles, sé que te va a gustar mucho lo que ha pasado y mejor aun lo que va a seguir pasando. Vamos a la cama y méteme la polla que te lo cuento todo mientras me follas. Uff había sacado la puta que llevada dentro, me asustaba lo bien que lo había aceptado y el vició con que lo contaba mientras se corría una y otra vez.

Me encanta cariño, le dije, no sabes lo feliz que me has hecho, esto es el principio de muchas aventuras guarras, te quiero. Aunque no lo creas, me dijo, yo me lo había planteado muchas veces, pero no sabía si tu aceptarías, pensaba que tu morbo era solo mental y que en el fondo no querías hacerlo, cuando, en la playa vi a esos dos tíos, con esas pollas enormes, tan simpáticos y tan guapos, me puse muy caliente y cuando te ausentaste y me quedé sola con ellos y Eric me dio crema, me moje completamente. Por eso cuando tú aceptaste quedar con ellos en el pub, se me disparo la cabeza ya me veía comiéndome esos dos monstruos.

Bueno té cuento con detalle, cuando llegamos al pub, yo estaba bastante pedo. Cuando me saco David a bailar, con ese meneo, agarrándome por la cintura, muy pegado, tanto, que notaba perfectamente su rabo en mi coño. Me estaba rozando y me hablaba sin parar, ya estaba a punto de correrme, cuando llegó su amigo, se me pego por detrás y me abrazo, notando su polla en la raja del culo. Hacían que bailaban pero se estaban restregando contra mi y no pude evitarlo y me corrí entre los dos. Ellos se dieron cuenta, me cogieron de la mano, me llevaron entre la gente y salimos del bar a la playa por una puerta lateral, tú no te diste cuenta. Me arrodillaron en la arena de la playa, se sacaron las pollas y me comí las dos hasta que se corrieron, me llenaron la cara y las tetas de leche caliente. Me tumbaron en la hamaca y seguían empalmados y cuando me iban a follar salió un hombre del servicio y me corte, porque además, estabas tú en el pub y no podía dar un escándalo y que te enteraras. Yo pensaba que estabas pedo y a tu bola y que no te habías percatado de nada. No sé lo que me pasó, estaba muy pedo y, no se me desmadré como nunca en mi vida.

Luego, continuó, mientras íbamos al hotel en el coche, David me hizo una paja mientras se la mamaba, me metió dos dedos en el coño y me volví a correr. Me ponen muy caliente estos tíos, me tienen poseída, me han enviciado.

Yo seguía metiéndole la polla a punto de reventarme, pero quería seguir escuchando el relato, que se entrecortaba con los continuos orgasmos de ella.

En el dormitorio, continuó, me senté entre los dos y empezaron a besarme, a sobarme, David me comía las tetas y el chocho y yo se la comía al otro. Me puso muy caliente estar haciéndolo contigo delante, aunque estuvieras dormido, me ponía mucho pensar que te despertabas y me veías empalada entre las dos pollas, porque tengo que contarte que David me penetro el culo, me dolió mucho, pero tenía la otra polla de Eric dentro de mi y sentir los dos rabos palpitando en mis entrañas y dándome pollazos, creo que perdí el conocimiento del placer tan enorme que sentí. Me lo hicieron a pelo y me llenaron el cuerpo de lefa. Luego me despertaste tú esta mañana. No sé cómo llegué a la cama. No recuerdo nada más. Estoy feliz.

El relato había consiguió que eyaculara dentro de su coño encharcándola.

Nuestros amigos no podían venir en dos días y decidimos no follar en su ausencia para darle más morbo a la situación. Ella me dijo que estaba deseando tirárselos de nuevo y que lo que le había dado más morbo es que yo estuviera dormido, había actuado como una golfa, como si me pusiera los cuernos aprovechando mi sueño y eso la calentó mucho más que si hubiera participado. Le ponía ser adúltera y que yo lo viera escondido o que estuviera ausente y luego me lo contara. A mí esta opción me pareció excelente, podía fomentar mi faceta de voyeur y luego, cuando se marcharan, follarmela sobada por otros.

Solo nos quedaba una noche, al día siguiente nos marchábamos a Madrid. Ella me propuso un juego que la ponía desde hacía mucho tiempo y nunca se había atrevido a contármelo.

Me pidió que la atara a la cama con correas, los brazos y las piernas abiertas, con los ojos tapados por un pañuelo y que dejara la puerta de la terraza abierta. Me dijo que hablara con David y Eric para que entraran mientras estaba atada y que hicieran con ella lo que quisieran.

Me pareció una idea súper fuerte, se había desatado la hembra que llevaba dentro, era casi perverso.

Quede en darme una vuelta por la playa, mientras ella se iba a las actividades del hotel, para encontrarme con David y Eric y proponerles el juego. Les llame por teléfono y me dijeron que estaban tomando cañas en un bar de la playa. Me acerqué caminando hasta el chiringuito y cuando les vi, estaban con otro tío negro, este era gordo y más mayor. Los tres estaban en pelotas y Samuel (el nuevo amigo) tenía una polla muy gorda, casi como el doble de la mía, aunque no era muy larga. Samuel tendría 50 años.

Me quede sorprendido al ver una persona más, pero ya había quedado con Ella y estaba deseando realizar el juego, pensé que no la importaría porque se excita tanto que metidos en laberinto no le importaría.

Siguiendo el plan, Paloma se duchó, se rapo completamente el coño, se dio aceite por todo el cuerpo y se tumbó en la cama separando los brazos y las piernas. Yo cogí unas correas y le ate a la cama. Encendí unas velas y me marché, dejando la puerta abierta de par en par. Ella no sabía adónde me había ido, estaba atada a la cama y sin poder defenderse, sabía que la puerta estaba completamente abierta por la brisa que entraba, no sabía si lo había acordado con nuestros amigos o la dejaría en manos de los primeros tíos que se acercaran, me creía capaz de ello, estaba jadeando ante la incertidumbre. No sabía quién se la iba a follar. Yo les dije a los tres que tardarán un rato en entrar para que la espera la excitara más. La contemplaban desde la puerta, completamente desnudos y los tres empalmados.

David se puso en un lado de la cama, Eric en el otro y dejaron a Samuel frente a ella. Los tres en silencio y ella sin saber quién tenía a su alrededor.

Comenzó Eric a rozarle un pecho, ella se estremeció y esa fue la señal para empezar a magrearla.

Los dos de los lados se turnaban a meterle la polla en la boca y cuando más apasionada estaba, sintió que alguien se ponía encima de ella, restregándole un pollon por la raja. Se percató que estaba con tres tios a la vez, pero esto la puso muy cachonda porque empezó a menear el culo para facilitar la entrada del enorme rabo que sentía. Yo me aproximé a la entrada del apartamento, desde donde podía ver todos los detalles. Paloma estaba a cien, el gordo le pasaba el nabo por la raja y de pronto se la puso en la entrada y de un empujón se la metió a fondo, tuvo que dejar de chupar una polla Para correrse. A partir de ese momento, se la follaron de todas las maneras posibles, hicieron una doble penetración, ella no paraba de correrse, la habían desatado y cabalgaba sobre la polla de Samuel, dándose pollazos violentos, hasta que él se corrió dentro de ella sin poder evitarlo, esto le provocó un orgasmo bestial, sentir la leche caliente dentro la volvió loca. Los otros se turnaron para ponerse encima de ella y también se corrieron dejando la vagina repleta de leche, estuvieron dos horas follandola en todas las posturas, la volvieron a atar y después de darle un beso se marcharon, tal y como yo había quedado con ellos.

Entre en el dormitorio y la vi abierta de piernas, con el chocho chorreando leche de los tres, me abalancé y le comí toda la raja empapada, tenía un sabor amargo, esto le provocó otro orgasmo, luego me monte encima y, sin contemplaciones , la di todos los pollazos que puede hasta que también aporte mi lechazo.

Al quedamos para despedirnos de los chisto en un bar de la playa. Tomamos unas cervezas y nos marchamos para Madrid, quedando para volver a vernos el próximo año.

Aquella experiencia fue la primera de muchas otras. Mi mujer había descubierto su potencial sexual y se sentía mejor que nunca.

En el viaje me reconoció que había vivido una experiencia brutal que la había transformado.

-Bueno cariño, que pena que se acaben las vacaciones, le dije.

-Si, ha sido maravillosas, pero seguro que conoces algún bar de Madrid donde vayan negros.

Creo que me he hecho ADI

Los dos nos reímos y volvimos a casa.

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