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Winy la wicca

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En mis años de estudiante convivía mucho con Hermes, un amigo de la uni que tenía una novia, Winy. Esta chica tenía una personalidad muy dulce, y una figura maravillosa. Era bajita, medía cerca de 1.55 m, tez apiñonada, cabello largo castaño, senos medianos y un culo grande, hermoso, y todo en su lugar, figura de reloj de arena. Debido a que yo me la pasaba mucho tiempo con Hermes, convivía mucho con Winy.

Al menos una vez a la semana íbamos a casa de Hermes a beber, y la mayoría Winy nos acompañaba. La novia de mi amigo siempre iba muy bien arreglada. Siempre traía blusas escotadas, o con transparencias, que hacían que sus senos se vieran espectaculares, pero sobre todo, usaba jeans ajustados, o leggins, los cuales hacían que su trasero resaltara y se viera espectacular. De vez en cuando usaba faldas cortas, las cuales permitían ver sus hermosas piernas y permitían ver un poco de ese manjar de culo que se cargaba.

Con el tiempo Winy y yo nos hicimos muy buenos amigos, sobre todo porque a ella le gustaba mucho bailar, y a Hermes no, por lo cual Hermes siempre me decía que bailara con su novia para que no se aburriera. Muchas de las tardes juntos, después de que Hermes ya estaba borracho, seguíamos bailando. Siempre intenté mantener mi distancia ya que era la novia de mi amigo, aunque en ocasiones era inevitable sentir el roce de sus senos al bailar muy juntos, su piel cuando traía blusas que solo llegaban por debajo de sus senos, o de su encantador trasero, que en ocasiones, rozaba con mi entrepierna. Y así pasó el tiempo, como tres amigos disfrutando de las tardes de borrachera, hasta el día en que todo cambió.

Un viernes, como cualquier otro, fui a la casa de Hermes, pusimos música y empezamos a beber. Algunas horas después, ya que ambos estábamos entonados, llegó Winy. Traía puesta una blusa blanca con transparencias, leggins negros y tacones. De pies a cabeza se veía espectacular, y fue la primera vez que me di cuenta que tenía unos pies hermosos. Traía una botella en la mano para brindar, ya que acababa de tener una entrevista de trabajo, y el brindis era para que le fuera bien. Los tres empezamos a cantar y beber, al bailar con Winy pensé que ya estaba muy borracha porque se empezaba a recargar demasiado en mí, al dar las vueltas constantemente chocaba su cadera contra la mía, y algo en ella se sentía diferente, pero pensé que era cosa mía y no le di importancia. Entrada la noche Hermes dijo que ya estaba rendido, nos tomamos el último shot los tres y mi amigo y su novia se fueron a su cuarto. Como siempre, yo me quedé en el sillón acostado.

Poco tiempo después escucho que se abre la puerta del cuarto de mi amigo, unos pasos se acercan hacia mí y escucho a Winy molesta, preguntarme si ya me había dormido, le respondí que no, que no me había podido dormir, ella se hincó para hablarme más de cerca y me dice enfadada:

-Eres un idiota. Llevo meses hablándote bonito, bajándome el escote para que puedas verme mejor las bubis cada que nos quedamos solos, te las pego cada que bailamos, e incluso me la paso rosándote la verga con mi culo, el cual te la pasas viendo descaradamente cada que te doy la espalda, y lo paro más para que lo disfrutes, ¿Y no te das cuenta de que me gustas? A ver si así ya te queda claro.

Inmediatamente después de decir eso me desabrochó el cinturón, y de un solo movimiento me bajó el pantalón y el bóxer, dejando al aire mi verga excitada por recordar todo lo que me había dicho que hacía para decirme que me gustaba. Winy se detuvo por un momento para observarla, hizo una cara de felicidad y satisfacción, y sin decir palabra alguna se la metió completa a la boca, de la sensación yo arqueé un poco la espalda, pensé que por mi movimiento se iba a atragantar y la iba a sacar, pero no fue así. La dejó adentro mientras jugueteaba con su lengua sobre mi verga, poco a poco la fue sacando, me miró a los ojos, esbozó una sonrisa y comenzó con un mete-saca de mi verga en su boca.

Me quitó el pantalón y el bóxer de una pierna, me separó las piernas y se acomodó entre ellas. Me empezó a masturbar con una mano mientras me lamía los huevos. Cada vez iba bajando más, acercándose a peligrosamente a mi ano. Con la mano que tenía libre me levantó la pierna y me metió un lengüetazo sobre el ano que me estremeció a sobremanera, jamás había sentido tanto placer, era increíble la sensación de su lengua húmeda y tibia recorriendo mi ano mientras me masturbaba. Estaba en éxtasis.

Regresó a darme chupaditas en los huevos, me soltó la verga y ahora con su boca me comenzó a dar besitos en el tronco, chupaditas, y de repente siento sus dientes hacer presión…, me asusté, fue una sensación extraña, pero que al mismo tiempo disfruté. Empezó a darme mordiditas a lo largo del tronco y después en la cabeza, y yo ya no soportaba tanto placer, me retorcía de lo sensible que me había puesto, quería eyacular pero no quería que ese momento terminara.

En el único momento en que paró, fue cuando se separó un poco de mí para levantarse la playera que traía de pijama, puso mi verga entre sus senos y me empezó a masturbar con ellos. Los empezó a mover un poco en círculos, después de arriba hacia abajo, cada que la volteaba a ver me devolvía la mirada con la más linda de las sonrisas que podían existir, y continuaba entreteniéndose con mi erección. La tersa y cálida sensación de sus senos me llevaron al límite y con la voz entre cortada le dije “voy a terminar”. En ese momento Winy se metió la verga en su boca, y por impulso, tomé su cabeza con mis dos manos y la pegué a mi cadera para que mi pene estuviera completamente adentro. Ella no se resistió, al contrario, abrazó mis piernas y recibió por completo todo el esperma que disparé, y a pesar de esto un poco se semen chorreó fuera de su boca.

Cuando terminé de disparar todos los chorros la solté, Winy tragó y empezó a limpiar los restos se semen que me quedaron encima. Al terminar se limpió la boca con la mano, se levantó y se acomodó la playera para que nuevamente sus senos quedaran cubiertos, me dio un beso en la boca, se reincorporó dispuesta a regresar a la habitación, se ajustó la playera por los lados, con lo cual pude ver su hermoso trasero adornado con un precioso cachetero, y vi ese culo que amaba alejarse hasta desaparecer, dando por terminado aquel día con el sonido de la puerta al cerrarse.

(9,20)