Estábamos por cumplir 2 años de andar con mi novia y en ese tiempo habíamos disfrutado de una relación muy abierta, porque a veces nos permitíamos coquetear con otros, pero nada más, ella no se relacionaba mucho con mis amistades, yo era más abierto con las de ella, aunque a veces me resultaban algo desconcertantes, porque podía ver en algunas no muy buena vibra que digamos. En algunas reuniones, las pláticas se ponían pesadas, ya fuera porque estaban acostumbradas a un tipo de plática de muy elevado nivel social, las tristes manías de querer aparentar lo que no es, y yo metía algún comentario de doble sentido, que obviamente no les parecía, pero alguno de los presentes harto de la misma platica aburrida me seguía la corriente y hasta ellas se ponían a tono, tanto que se ponían algo calientes los temas, al punto que notaba cuando alguna se excitaba incluso cuando decía algo en broma, que cuando sentía la mirada de Daniela (mi novia) debía cambiar de tema.
Cuando estábamos por cumplir ya los dos años de novios, quise hacerle un regalo especial, un collar con un dije y pensé en reservar una suite en un hotel de lujo también. A Keyra, una de las amigas que consideraba más accesibles, le pedí que me ayudara a escoger que collar le gustaría más a mi novia, al principio ella solo se sorprendió y sentí como que no le gustó la idea, pero accedió a ayudarme a escoger, era algo en secreto, porque deseaba sorprenderla para aniversario. Quedo de acompañarme a la Joyería, pase por ella en mi carro; fuimos al centro comercial y le mostré los que había seleccionado, ella me dio su punto de vista y concordamos en cuál era el que más le gustaría, le dije que también tenía una cena en un lugar reservado, le conté esto mientras nos tomábamos un café y la vi que se revolvía a ratos, con ansiedad, le pregunte si se sentía bien y dijo que sí, pero que si nos movíamos de lugar, ya estábamos por salir al estacionamiento cuando me pregunto qué haría después de la cena, le dije que exactamente no tenía planeado más, ella insistió y le mentí diciéndole que iríamos a mi apartamento y nos daríamos un baño con sales aromáticas (y agregue de forma demasiado descarada, que también tenía listo unos lubricantes saborizados), ella me miró con una expresión escandalizada, porque ella en general era la que siempre se mostraba más seria con todos, muchas veces solo se quedaba mirando cuando la plática se volvía demasiado explicita y descarada, pero más de una vez se rio de algo manteniéndome la mirada; esta vez, podría decir que tenía la expresión de alguien con deseo; cuando estábamos en el estacionamiento, ella se agarró de mi al bajar por una rampa, sentí sus pechos tocarme el brazo y me fije en como ella tomaba el contacto, yo sabía que ella tenía su enamorado oculto, me lo contaba Daniela, que no le decía a nadie porque prácticamente estaba interesada en alguien ya comprometido y ella seguía esperando que se quedara con ella, así que también tenía ella trataba de guardar apariencias, íbamos platicando de varias cosas y le pregunte muy sereno, que cuando presentaría al novio, ella me quedo viendo sorprendida y dijo que no tenía novio, le dije que yo notaba que muchas veces ella cancelaba alguna salida con nosotros por ir a no sé qué cuestiones y le dije que seguro es que tenía un chico escondido, llegamos al carro y ella no decía nada.
-Es casado?- le dije sin mucho tacto, ella se sorprendió mucho y hasta se ruborizó, pero no contestó, así que eso me lo confirmaba.
-no preguntes esas cosas!- Me dijo toda sonrojada, y debo decir que la descubriera creo que también la excitación del momento hacia que sus pechos reaccionaran, porque note sus pezones empezando a proyectarse de su blusa.
Le pregunte que a donde la llevaba y no se decidía, me dijo que mejor tomaría un taxi, y le puse la mano en la pierna cuando ella quiso bajar le dije que disculpara el atrevimiento, que no la quería molestar, solo conocerla más, ahí se puso algo más accesible y me conto que si el que le gustaba estaba aún saliendo de una relación seria, que le guardara el secreto, volví a poner la mano en su pierna y le dije que sería un secreto de los dos, le guiñe el ojo de forma cómplice, ya la cuestión estaba algo fuera de lugar, más que deje la mano un buen rato sobre su pierna, pero ella tampoco hizo amague de molestarse. Fue cuando le dije que si me ayudaba a preparar mi apartamento para la ocasión, que sabiendo lo quisquillosa que era Daniela era mejor ayudarme a escoger bien, le dije que aún no estaba claro, pero ella siguió y me dijo que si, que mejor chequeábamos que aromas buscaba para el baño, fuimos a un lugar al que ella conocía a escoger sales, velas y otras cosas para la noche. Después de ese momento en el carro, ella estaba muy dispuesta, cuando habitualmente no lo era, a sabiendas que casi fue a regañadientes conmigo al principio. Me pico la lengua de decirle: quieres ayudarme a preparar el baño?
Me miro por unos momentos en los que evaluaba si se lo decía como favor o como insinuación y tras unos momentos, ella acepto, y para mi… fue un pase libre.
Ya estaba más que convencido que la situación la excitaba, porque sus labios se notaban más rojos, hasta en el caminar me parecía que estaba ansiosa. Ya desde que nos encontramos ese día, le di un vistazo completo de pies a cabeza, pero cuando llegamos al apartamento y abrí la puerta, le di un nuevo vistazo, usaba ella una blusa sin mangas, de botones al frente, con tres sueltos que ya dejaban un escote algo discreto, pero sugestivo de ver, se cubría con un blazer oscuro que no pasaba de su cintura y dejaba ver las caderas enfundadas en unos jeans que resaltaban muy bien sus curvas, los tacones le hacían ver unas piernas más largas y torneadas. Terminamos de entrar y ella traía un montón de cosas que compramos, comenzó a poner las cosas en su sitio y me dijo que en la cama pusiera ciertas velas, en el baño que le conté que tenía bañera, coloco otras y me dijo de que sales debía ponerle, en eso ella reclinada sobre la bañera y de espaldas a mí, inevitablemente le miraba las nalgas, tenía muy buena forma, los jeans le resaltaban bastante las curvas, al empezar los arreglos se había quitado la chaqueta que andaba y la blusa sin mangas, resaltaban sus pechos parados y juntos, sin duda un sujetador bien elegido, que se notaba sutilmente bajo la prenda.
-¿pusiste las velas en las mesitas de noche?- dijo, aun reclinada en el baño, mientras yo desde la puerta miraba como las nalgas parecían estar empaquetadas, aquellas caderas que era imposible de esconder aunque pareciera tan seria a veces, se miraban tan deseables, tan ideales para coger con ganas.
Me acerque hacia ella y me quede justo detrás, ella lo noto y siguió un rato más hablando de los aromas que tenían las velas y muy normal se movía hasta que se puso de pie y quedamos casi respirándole sobre el cuello, ella no hizo mucho, pero el espejo del baño nos daba un reflejo de los dos, nos quedamos viendo a través de él, se notaba que estaba apenas separados, que sus nalgas no se tocaban aun con mi cuerpo, pero en su cara se miraba las ganas de que pasara, fue cuando se me paró la verga y se iba acortando la distancia a sus nalgas, ella se pegó lentamente, se fue haciendo un poco cada vez más hacia atrás, hasta que sentí que sus nalgas se apoyaban contra mí, que se presionaban justo contra mi erección… entonces la tome de la cintura y fui deslizando las manos hacia su vientre, arqueo la espalda frotando sus nalgas contra mí, yo comencé a sacar su blusa del pantalón, a soltar el cierre de su jeans, le respire sobre el cuello y ella me apretó las manos al sentir que le mordí la oreja, me las guio bajo su cintura, metí mano entre sus piernas y estaba caliente
Ella me miraba otra vez como lo hizo al salir del centro comercial, con deseo, nos quedamos viendo un rato, empecé a ver hacia su escote, hasta que su mano se posó sobre un botón y comenzó a jugar soltándolo y así fue pasando con los otros, me quede pasmado viendo cómo los iba soltando, hasta que la blusa revelo sus pechos enfundados en un sostén celeste, hizo los hombros hacia atrás haciendo que se destacaran aún más sus pechos y ahí se vino hacia mí, comenzamos a besarnos al tiempo que de manera torpe llegábamos a la cama, ahí se recostó y me lance sobre ella, nos dimos un largo morreo, mientras exploraba a lo largo de sus caderas y toqueteaba sus nalgas, ella metía manos bajo mi camisa, yo puse mi cara entre sus pechos y fui apretándolos a la vez que lamia su piel, ella comenzaba a respirar más agitadamente, en lo que metí mano en su jean y sentí sus cálidas nalgas, se las apreté con fuerza y lanzo un ligero gemido, nos miramos nos dimos vuelta y ella se sentó sobre mi estómago, luego se llevó las manos a la espalda y se desabrocho el sujetados, me retaba a quitárselo del todo y yo sabía que seguía, pero me llego una señal de alerta, sonó mi teléfono y era mi novia, fue cuando me acorde que tenía planes con ella y se estaba llegando la hora, mientras la llamada me devolvía a la realidad, aquella se quitó de encima y se abrochó nuevamente el sujetador, me levante y platique con Daniela, ella diciendo que no había contestado antes y preguntando que donde estaba, le dije que regrese al apartamento por unas cosas y que aprovecharía a bañarme, así que me diera una hora para llegar por ella, seguimos hablando un rato antes de colgar. Se me había esfumado el momento, pensé que para bien, que tal vez le pasaba igual a Keyra y quedaríamos los dos en olvidarlo. Así que me subí el pantalón, pero me sorprendió que rápidamente me jalo el pantalón hacia abajo y sin darme tiempo a reaccionar, cuando me giré ella solo me sonrió y estaba inclinada sobre mi cintura y me tiró a la cama…
Ella fue hábil, se puso de rodillas frente a mí y comenzó a frotarme entre las piernas y yo trate de mantener la compostura, seguía con la blusa abierta y se había recogido el pelo en una cola, me sonreía con picardía. Me dijo que ya que solo tenía una hora, por lo menos se quitaría las ganas de chuparlo, se abalanzó sobre mi verga, bajándome el bóxer y comenzando a frotármela con muchas energía, primero me causo escozor, pero luego su boca se encargó de lo demás, comenzó a lamérmelo, su lengua por el tallo, me chupo las bolas y sus manos calientes se entretuvieron con ellas, aunque se había enfriado el momento, ella no quería dejarlo pasar, aún seguía con la blusa abierta, se había abrochado el sostén y se arreglaba el pelo en una cola, luego me bajó el pantalón y mientras aún seguía hablando con mi novia, me lo sacó y comenzó a masajearme.
Se puso en pie, relamiéndose los labios, tomo aire antes de pasarse la mano por la cara buscando quitarse el exceso de sudor y semen del rostro, me había dado un gran placer, se la tragaba con pericia y avidez, se había quitado la blusa para no sudarla, sus pechos parecían reventar y sus pezones atravesar la prenda, ella rápidamente fue al baño para refrescarse, me quede tumbado unos minutos mientras tanto, pensando en que me quedaban 30 para salir, aguante cuanto pude para no correrme y fue tan delicioso ver que se la comía toda y que me daba una limpiada de verga con lengua y boca por todo el aparato. Desde la puerta del baño me quedo viendo muy alegre… se desabrocho el sostén y me dejo ver sus pechos redondos y sus pezones duros y con una aureola pequeña pero bien parados, levemente más oscuros que la pechos.
-en otra ocasión si quieres…- se sonrió maliciosamente y se puso nuevamente la prenda y se arregló la blusa antes de irse.
El día del cumpleaños le entregue el collar a mi novia, ella se emocionó y nos dimos un largo beso, estuvimos a punto de no ir a cenar e irnos directo a un motel, pero logramos llegar a la cena que fue especial, al terminar fuimos a mi apartamento y disfrutamos de un buen baño con sales aromáticas.