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Yegua mal parqueada

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Estaba ayudando a mi tío Estaban a trabajar en las caballerizas alistando los caballos para la feria que se desarrollaría en la capital, cuando fui interrumpido por el joven Ricardo quien era el hijo menor del patrón quien me llamaba algo ansioso.

Ricardo: Adolfo, Adolfo venga rápido llego mi tía Carolina!

Por lo que fui rápido atender su insistente llamado, que era justificado por que Ricardo tenía por tía a Carolina una reconocida presentadora que despertaba el deseo de más de un hombre, y no era para menos al verla personalmente admire una monumental mujer de 1,80 cm, tez blanca, un cuerpo voluminoso y aparentemente tonificado que obviamente llamo la atención de Ricardo y por eso me invitaba para admirar tan esbelta mujer, a pesar que evidentemente era mayor a nosotros, era inevitable no querer recrear el ojo con Carolina mientras que saludaba a su llegada a todos hasta mí que estaba de metido me saludo muy dulce lo cual fue música enamoradora para mí al oír en sus labios mi nombre pero lo que me dejo perplejo fue que me dio un beso en la mejilla.

Carolina; Hola Adolfo como estas?

Y mi timidez me gano por lo que no le respondí nada por lo que ella solo se rio y siguió saludando mientras que Ricardo y yo solo fuimos a jugar un rato con el playstation tal vez para disipar la mente un poco de tan hermosa tentación, pero fuimos interrumpidos por la silueta de dos hombres que estaban a lado de la ventana de la habitación que daba hacia la piscina que sin percatarse que estábamos ahí por ser la ventana polarizada comenzaron hablar sin prevención lo cual escuchamos sin querer, eran los tíos de Ricardo Don Gregorio y Don Fernando que aparentemente hablaban de Caballos porque entre tragos decían:

Don Gregorio: Esa potra sí que esta buena!

Don Fernando: Si tiene buen paso la Yegua

Don Gregorio: Con esas patotas cómo no! Jajajaja

Don Fernando: Si Carolina fuera a la feria ganaríamos

Don Gregorio: Jajaja Mucho ejemplar Carolina.

Por lo que nos acercarnos al ventanal para seguir escuchándolos atentamente para darnos cuenta que los cuchos estaban no solo refiriéndose a Carolina sino morboseandola porque estaba en la piscina con un traje de baño de dos piezas por lo que era entendible porque se robaban los malos deseos de más de uno, incluyéndonos que rápidamente nos pusimos el vestido de baño para ir a la piscina y juntarnos a ese clan de admiradores que tenía Carolina que no le perdía movimiento para moborsear su armonioso cuerpo que colota, que muslotes, que brazotes, que patotas y unas tetazas todo tamaño familiar “Grande” por lo que realmente nos puso a pasar saliva. Pero por el momento teníamos que verla todos a la distancia porque no demoro el esposo el marcar territorio con su presencia pero menos mal se inventaron las gafas oscuras que más de uno supo usarlas y sacarles provecho.

Para la noche aun trastornados con ese mujerenon de Carolina no era fácil conciliar el sueño por lo que me llego un mensaje de Ricardo a mi teléfono que decía.

Ricardo: Vamos a espiar a Carolina?

Y aunque eran cerca de la medianoche la sola idea de verla me hizo entusiasmarme y escabullirme sigilosamente para encontrarme en uno de los jardines con Ricardo quien sabia en que habitación estaban no solo Carolina sino su esposo, al llegar a la ventana de ellos no se vía nada, ni se escuchaba nada por lo que la decepción fue grande, aparentemente estábamos perdiendo el tiempo por lo que nos retiramos pero al pasar por la ventanita del baño de la habitación de ellos no solo estaba encendida sino se escuchaban las voces de Carolina y su esposo, lo cual nos miramos entre inquietos y optimistas exclamando Ricardo.

Ricardo: Esta en la tina!

Y sin perder más tiempo Ricardo me indico que lo subiera en brazos para que él se pudiera asomar por la ventanita del baño que se encontraba un poco alta para poder ver los dos lo que ocurría adentro y como Ricardo era el hijo del patrón pues él fue primero en ver que con señas confirmo la buena suerte que teníamos sin embargo en voz baja pregunte reiteradamente.

Adolfo: Se la están comiendo? Se la están comiendo?

Y Ricardo me contesto.

Ricardo: Siiii

Adolfo: Déjeme ver, déjeme ver…

Pero Ricardo concentrado no me prestaba atención por lo que me toco insistir y hasta pellizcarlo para que me dejara ver hasta que por fin accedió un momento, y al subirme a los hombros del joven Ricardo vi por primera vez en vivo una escena sexo aunque lejos de sexo salvaje de los videos porno de la web pues Carolina se lo estaban haciendo en la tina por lo que se vía poco pero por los gestos y movimientos en especial del esposo selo estaba metiendo a Carolina quien hacía gestos de satisfacción, luego escuchamos ruidos en el jardín lo que nos hizo retirarnos por precaución de vernos descubiertos.

Pero la verdad nos pareció muy pobre la relación sexual de Carolina con su esposo, muchos besitos, muy romántico, creíamos que con un mujerenon como Carolina uno le metería más ganas y menos besitos. Sin embargo me ayudo para darme una idea y alimentar mis fantasías sexuales esa noche con Carolina por lo que fue una noche muy húmeda.

Para el resto del fin de semana me toco conformarme con ver a Carolina de vez en cuando porque me toco ayudar a mi tío Estaban con la preparación de los caballos para la feria (bañarlos, cepillarlos, etc…) todo listo para que el lunes transpórtalos hacia la feria en la capital.

Al llegar el lunes antes de salir para la capital en uno de los camiones me encontré con Ricardo quien iba en uno de carros con su Padre don Gregorio y su socio don Fernando uno de los promotores equinos de la región y la feria, pero también estaban acompañados por su tía Carolina y su esposo que se devolvían a diferentes compromisos, sin embargo quién se robó mi atención fue Carolina que aunque estaba más tapadita con simple jeen, una camiseta blanca y su cabello castaño largo recogido, igual se observaba muy sexy. Por lo que me di el gusto de desnudarla con la mirada lo que me hizo sentir celos de que Ricardo tuviera el placer de irse en el carro con Carolina, el cual seguro también lo tenía inquieto.

Luego en la carretera mi tío Esteban quien conducía uno de los camiones me indico:

Tío Esteban: Ahora entiendo porque estabas tan inquieto rodando la casa grande con el joven Ricardo

Adolfo: Nooo. Normal

Tío Esteban: Tranquilo sobrino esa tal Carolina pone inquieto a cualquiera.

Adolfo: Jajajaja

En ese momento me llego un mensaje de Ricardo quien iba en el carro delante de nosotros que decía:

Ricardo: Adolfo que presa quieres que te deje? Que me voy a comer todo. Jajaja una broma!

Adolfo: Mastique bien porque se indigesta! Jajajaja una broma!

Y de repente mientras pasábamos por uno de los túneles de la carretera un ruido muy fuerte, con una fuerte bruma de tierra que no dejaba ver por lo que frenamos abruptamente para no chocar pero al dispersarse la bruma de tierra era evidente habíamos quedado atrapados en medio de dos derrumbes dentro del túnel los cinco camiones nuestros y el carro donde estaba Ricardo con su familia pero también habían quedado atrapados otros vehículos un campero y tres tracto camiones por lo que consternados nos reunimos todos para verificar la salud de todos y realizar un pequeño censo donde había 15 hombres mayores de 50 años, 4 hombres de mayores de 25 años y tres jóvenes incluyéndome siendo la única mujer Carolina entre la mayoría camioneros o coteros lo que fue un problema al pasar de las horas porque el calor que se sentía era muy sofocante y desesperante lo que no hacia consumir mucho líquido pero además no había mucho que comer lo que algunas personas estaban malhumoradas y además sin saber nada del exterior del túnel porque no era posible la comunicación entonces unos dormían otras se pusieron a jugar cartas para matar el tiempo, pero pronto se empezó a ver las miradas morbosas hacia Carolina y no demoro los comentarios burlones o atrevidos acerca de Carolina que poco a poco fueron incrementando hasta el punto de incomodarla provocando que ella con su esposo tomaran distancia del resto del grupo que por el contrario se unían perversamente.

Lo cual no demoro en dar fruto y cuando menos lo espere mientras dormía un poco me despertó los gritos de Carolina que la traían arrastras un hombre de aspecto robusto que lo llamaban “El Gordo” mientras golpean y amarraban a su esposo otros cuatro hombres, sin embargo no todos estaban de acuerdo pero El Gordo que la traía arrastras a Carolina dio un parte de calma indicando:

El Gordo: Tranquilos! solo nos va deleitar con un baile esta potra!

Y así fue obligaron a Carolina a bailar con una sola advertencia que el Gordo le dijo a Carolina.

El Gordo: A ver Potra! queremos ver tu paso fino, o prefieres que te monten?

Carolina: OK si yo bailo. Pero no me toquen y dejen a mi esposo.

Y presionada Carolina comenzó a bailar delante de todos con un reggaetón que pusieron de uno de los vehículos sin embargo Carolina guardaba la compostura a pesar de las arengas que le comenzaban a gritar cualquier cantidad de comentarios no solo morbosos sino burlones que alentaron la euforia del grupo para entonces la mayoría se había desinhibido y era evidente que Carolina había despertado los bajos instintos de todos lo que fue claro cuando Ricardo que estaba al lado me dice:

Ricardo: ¿Se la van a comer?

Adolfo: ¿Sera que la violan?

Ricardo: Pues me gustaría ver

Adolfo: ¿En serio?

Ricardo: ¿Usted no?

Adolfo: Pues… seria todo un espectáculo!

Ricardo: Que la violen! Para ver…

Y las palabras promisorias de Ricardo hicieron eco la lujuria se sentía en el habiente, de pronto al ver que Carolina paraba de bailarnos El Gordo saco un cayado arreador de Ganado y le pega a Carolina en la cola diciéndole:

El Gordo: Empelótese yegua

Pero Carolina comenzó a suplicar que por favor no la obligaran a desvestirse pero el gordo que actuaba ya como líder del grupo pregunto a todos:

El Gordo: Ustedes quieren más. Cierto?

Y el grupo en coro y en mayoría respondía; “EMPELÓTESE, EMPELÓTESE,” Y Carolina muy digna aun trato de negociar diciendo:

Carolina: Por favor no si quieren les bailo más!

El Gordo: No empelótese!

Carolina: Por favor no me hagan esto delante de mi esposo y mi familia

EL Gordo: Ok negociemos potra. Háganos un striptease y si lo haces bien te dejamos tranquila.

Carolina: Pero solo hasta quedar en ropa interior

El Gordo: Bueno pero has muy sexy potra para que te vaya bien!

Carolina no alcanzo ni asentar con la cabeza cuando El Gordo dio la orden de poner la música y lentamente comenzó a quitarse las prendas mientras sonaba la música, ya se percibía algo contrariada Carolina sin embargo trataba de seguir guardando un compostura digna y firme a pesar que solo le quedaba su brasier blanco y panty blanco para quedar desnuda seguía bailando con sin sostener la mirada en ninguno, a su vez mas de uno se estaba tocando o masturbando al verla incluyendo Don Fernando y Don Gregorio que también se había acercado a ver de cerca el espectáculo de mujeronon que también inconscientemente me tenía excitado al igual que Ricardo, era todo un éxito el striptease de Carolina, tanto que comenzaron a votarle dinero diciéndole: “Empelótese, empelótese” y cuando ya se iba vestir Carolina más de uno tomo su jeen y camiseta para no dejarla vestir, lo que contrario a Carolina diciéndonos:

Carolina: Ya basta! Entreguen mi ropa

El Gordo: Pero potra está haciendo calor, para que ropa más bien EMPELÓTESE YA!

Mientras que Carolina rogaba por que la dejaran tranquila era inevitable no escuchar algunos comentarios que decían: “Yo nunca me he comido una hermbrota así de grande, debe ser rico”, “Pero domarla debe ser aún mejor!”, “Esa yegua no debe gemir sino relinchar”, “A que la pongo a relinchar a lo loco”. Esos comentarios solo fueron el preámbulo del despertar de un gran apetito por Carolina llegando al clímax máximo del grupo que comenzó gritar: “Montémosla, Montémosla” que inquieto a Carolina aún más algo alterada pero rodeada por solo tipos que ya comenzaban a manosearla y a tocarla reiteradamente gritaba:

Carolina: No me toquen, no me toquen. Déjenme tranquila!

Y El Gordo intervino y con un arma en la mano paro la situación diciendo:

El Gordo: ¡Paren alto! No me alebresten la yegua. Vamos a ver para darle orden el que quiere montar la yegua tiene que pagar y que más tenga la monta primero.

Y quién dijo miedo rápidamente unos sacaron el dinero de sus billeteras, otros corrieron a sus vehículos por más dinero y se empezó a escuchar eufóricamente mientras corría “Vamos a violar a ese mujeronon” lo cual Carolina no vio más remedio que arrodillarse y comenzar a suplicarle por su integridad al El Gordo y detuviera a todos. Pero este ni le prestaba atención al parecer solo se divertía, en ese momento me codeo Ricardo que me decía:

Ricardo: ¡No le dije ya le figuro!

Adolfo: Si la van a violar.

Ricardo: Mire esa pose tan sugestiva de Carolina

¡Y Si! A pesar de la tensa situación era difícil no desear el cuerpo de Carolina que arrodilla se podía ver sus curvas y grandes atributos siendo mucha carne para uno solo por lo que me deje tentar y fui a donde mi tío Esteban para decirle que me diera algo de dinero para poder acceder a Carolina pero él me dijo:

Tío Esteban: No tengo sino $300 dólares para los dos

Adolfo: Pero tío no quiero ser el último. Habla con El Gordo

Y afortunadamente mi tío Esteban me secundo y secretamente hizo un trato con El Gordo mientras ya se observa un fila por 16 hombres ansiosos por montar a Carolina solo faltaban el esposo de la misma que estaba aún amarrado algo retirado y Don Fernando junto con Don Gregorio como su hijo Ricardo que estaban presentes pero no decían nada ni participaban de la fila, en cambio nosotros tomamos los puestos que nos indicó El Gordo en la fila. A mí me toco de segundas y a mi tío Esteban le toco de quinto.

Carolina no paraba de suplicar y de llorar muy alterada pero este por el contrario la tomo del cabello haciéndola andar en cuatro patas hacia el primero en la fila que era un camionero más bien viejo de unos 60 años, muy sudoroso, maloliente de pocos dientes, manos gruesas y bajito que al ver a Carolina literalmente se saboreo iba ser el primero en gozarla, mientras yo no paraba de morbosear a Carolina que definitivamente era mucho lomazo tenerla en cuatro patas tan cerca que poseído por la lujuria en segundos saque mi verga y me abalance encima de Carolina montándome encima arrancándole su brasier aferrándome a sus tetas enormes mientras El Gordo decía:

El Gordo: No es tu turno pelao quítate

Pero yo no atendía razón, solo escuchaba los gritos de Carolina que decía airada “Quítenmelo, quítenmelo” pero yo me sujetaba con fuerza a Carolina como chicle pero yo sabía que me faltaba quitarle el Paty para penetrarla, pero entre varios me arrancaron a Carolina quedándome solo con su brasier blanco, que provoco la excitación de todos al ver sus jugosas tetas que ella infructuosamente trataba de cubrirse con las manos, hasta que el viejo camionero hizo respetar su turno y le arranco sus pantys los cuales se feriaron en el grupo y ya completamente desnuda era evidente que Carolina ingenuamente aún seguía tratando de cubrirse y de escapar de su montada pero ya era un hecho se lanzó el viejo encima de Carolina que forcejeando con ella ya la manoseaba y la besaba por no decir que la babeaba pero por el tamaño de Carolina el cual era más grande que el viejo se le estaba dificultando penetrarla rápidamente por lo que El gordo dijo:

El Gordo: ¡Ayuden a este cucho para que monte a la yegua que está muy arisca aun!

Y lo que sobraron fue voluntarios cada yo la tome de una de sus inmensas patas mientras que otros le agarraban otras extremidades para contenerla, facilitando abrirla de piernas que permitió que el Viejo camionero la penetrara por fin después de unos minutos de lucha, obviamente los gritos de Carolina se agudizaron pero también el viejo agudizo las embestidas a Carolina que frenéticamente la penetraba sin parar de manosear con sus enormes manos, yo mientras tanto sumergido en la situación aprovechaba para apretar sus piernas más precisamente sus mulos jamunudos y luego de unos instantes el viejo grito: “Ya toma tu chorrooo!” y descansó encima de Carolina el viejo por lo que varios dijeron; “Ya acabo! Acabo el viejo” por lo que soltamos a Carolina y frenéticamente se levantó insultándonos y pegándonos en especial al viejo que la acaba de violar, en ese momento se acercó El Gordo y me dice:

El Gordo: ¡Ahora si vaquero a montar esa potranca! ¿Quiere que le ayudemos?

Adolfo: ¡Listo! Pero solo para metérselo, de ahí en adelante va ver como la doblego a punta de verga domándola y montándola en cuatro.

El Gordo: ¡Muy bien chino así se habla, que quede mansita esa yegua para el resto!

Y dio la orden en voz alta El Gordo: Señores aquí tenemos un semental de macho que disque nos va dejar masita esta yegua, agárrenla para que la enganche el pelao inicialmente.

Por lo que se puso más indomable pero con decisión me fui con todo hacia Carolina tumbándola al suelo y aunque sentí sus golpes mi ímpetu era mayor que pude sentir el momento exacto cuando mi punta de mi miembro ubico su vagina para perforarla salvajemente profundizando toda mi verga en Carolina que le saco un grito, quejido que hizo eco en el túnel al cual añadí: “Entre ,entre” pero yo sabía que era el comienzo que tenía que hacer la tarea de penetrarla con intensidad para que dejara de resistirse, por lo que tomando aire con un ritmo acentuado empujaba mi verga una y otra vez en Carolina apoyado por grupo que vociferaban; “Eso castígala, castígala” “Que sepa que el jinete manda” y efecto mi salvaje embestida estaba teniendo éxito porque Carolina aparentemente ya no está ejerciendo resistencia por lo que dije:

Adolfo: Suéltenla que ya la domino solo

Y efectivamente soltaron a Carolina que trato de reaccionar inmediatamente pero yo supe avasallar a Carolina con un par de estocadas con mi verga que le confirmaron que yo tenía el control sobre ella, y que ahora me permitía saborear sus grandes tetas a placer no solo chuparlos sino espicharlos como plastilina para ese momento ya había aguantado mucho y estaba punto de estallar por lo que me anime a rematarla y le dije a carolina:

Adolfo: ¡Yegua! Ponte en cuatro que tu jinete te va cabalgar

Carolina: ¡No basta! ¡Por favor!

Pero se sometió a mis caprichos obedientemente y en cuatro patas se colocó Carolina y con ferocidad nuevamente la enganche agarrándome de su cabello como riendas y sacudiéndola con mi arremetida hizo que nuevamente gritara, solo que esta vez fui tan vigoroso en mi empuje que logre que su cuerpo se entregara a mi cambiando sus gritos agudos por gemidos profundos a todo pulmón que me hicieron pensar que había logrado que la potra relinchara a mis órdenes. Lo que me hizo soltarle todo el esperma que había producido mis bolas hasta el momento generando en Carolina unos espasmos que la ponía muy rígida, tenía un orgasmo Carolina entonces me aferre a su lomo y sujetándome de sus tetas con muchos bríos hasta que exhausto me quede encima de ella hasta que por sí solo mi verga fue retirándose de adentro de ella.

Lo que género una gran ovación de todos que me felicitaban por el orgasmo de Carolina que fue todo un espectáculo y me decían; “Pelao que galope bárbaro” y El Gordo me dijo:

El Gordo: ¿La llenaste?

Adolfo: Si

El Gordo; ¡Muy bien pelao la dejaste sumisa! ¡Pero mereces el domador merece un extra!

Fue entonces cuando El Gordo agarro a Carolina del cabello y le dijo:

El Gordo: ¡Se atenta con tu jinete y chúpale su verga, que si logras excitarlo aquí acaba todo y quede limpia vamos potra ya!

Y subyugada Carolina no tuvo más remedio que mamar mi verga lo cual era una experiencia nueva y sub real para mi ver un mujeronon como Carolina arrodillada enfrente a mi chupando mi verga sin desprecio alguno es más con las manos hacia lo posible por recuperar mi verga y ponerla erguida y eso tomo su tiempo pero sí que lo estaba disfrutando por lo que comencé ayudarle a meterle mi pene más adentro de su boca lo que fue evidente que mi verga estaba creciendo dentro la boca de Carolina hasta que ella quiso parar pero yo ya tenía una erección que no iba desperdiciar por lo que la tome de la cabeza firmemente y le gritaba:

Adolfo: ¡No! ¡Chupa más! Chupa… termina lo que comenzaste yegua

Y Carolina acato mi orden y siguió chupando permitiéndome que mi verga recorriera toda su boca lo cual animo al grupo porque ellos podían deslumbrar como mi pene se movía de cachete a cachete originado comentarios burlones que le decían a Carolina: “Umm rico potra” “Se mueve mucho esa anaconda Caro”. Luego me pidieron ir a su garganta, lo que no me hice de rogar y como explorador con mi verga profundice en su garganta que hizo que le soltara mi última producción de esperma obviamente no era tan poderosa como la primera pero igual le toco tragar mi semen dejándome satisfecho nuevamente.

Y más me demore en sacar mi verga de su boca que el siguiente en el turno agarrar a Carolina que resignada a su suerte permitió que de ahí en adelante uno a uno guardando el orden de los turnos abusaran de Carolina sin reparo y a gusto del consumidor de turno solo de vez en cuando escuchaba los quejidos propios de Carolina que retumbaban por el eco del túnel para ese momento yo tenía no solo el record de duración con 19 minutos sino del orgasmo de Carolina por lo que todos había tratado de superar pero las ganas y el bocado grande de Carolina terminaba por eyacularla más pronto de lo pensado.

Sorprendentemente cuando ya el último de los 18 estaba por terminar con Carolina Don Gregorio y Don Fernando al igual que Ricardo se hicieron en la fila y pagando como todos eso si una tarifa ya devaluada para esos turnos alrededor de $50 dólares terminaron pagando por el servicio de Carolina que agobiada le toco prestarse también a los caprichos de sus familiares que se había antojado lo cual Ricardo cuando acabo con Carolina sínicamente me dice:

Ricardo: ¡Uff suculenta! No podía perder la oportunidad

Adolfo: Si ni el marido la habrá disfrutado tanto jajajaja…

 

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