¿Quién es el depredador y quién es la presa? (parte 1)
Eran las 7 de la mañana, como eventualmente tenía una erección matutina, el pico de mi testosterona estaba en su punto más álgido, después de varios días sin poder descargar mis ganas, me sentía como un animal salvaje con un instinto desbordante de tomar, someter, embestir... follar