Conociendo lo desconocido de mi cuñada

1
46751
48
T. Lectura: 4 min.

Olimpia, es el nombre de mi cuñada, su familia y la mía se conocen desde hace mucho tiempo. Cuando mi hermano tenía 6 años nació Olimpia y sus padres le comentaron a los míos que ya había nacido la novia para mi hermano, en ese tiempo solo rieron y nunca se imaginaron que 18 años después este comentario se haría realidad, pues ellos se hicieron novios y a los 4 meses se casaron pues mi cuñada estaba embarazada.

Cuando nace mi sobrinita Olimpia tenía 19 años cumplidos y yo en ese tiempo acababa de cumplir los 18, cursaba el último año de prepa, ellos vivían en la misma casa que nosotros por lo que mi cuñada y yo al trabajar mis papas y mi hermano estábamos completamente solos.

Debo decir que durante ese tiempo que pasábamos entre mis tareas escolares y caseras que me asignaba mi mamá solo nos quedaba un ratito de una o dos horas para platicar. Ella y yo nos llevábamos bien, pues a ella la conozco como ya mencioné desde que nací, por lo que de niños jugábamos juntos, entrada la pubertad íbamos al cine, a comer, en fin, a todos lados en compañía de sus hermanas que se llevaban un año y Olimpia es la mayor, por eso al casarse con mi hermano estábamos todos felices pues todos éramos muy amigos y nos veíamos como hermanos, pues prácticamente crecimos juntos los cuatro.

Durante un tiempo mi cuñada abogó porque tanto su hermana Claudia como yo fuéramos novios, situación que nunca sucedió pues, aunque nos llevábamos muy bien, teníamos intereses muy distintos.

Mi hermano tenía en ese entonces un trabajo muy absorbente de tiempo y muy mal pagado por lo que ellos tenían problemas económicos algo serios, si bien nuestra situación no era muy holgada nunca nos faltó nada, por eso mis padres decidieron tenderles la mano y hospedarlos en casa el tiempo que fuera necesario.

Olimpia es una mujer de aproximadamente 1.60 de estatura, busto pequeño, cintura estrecha, caderas anchas y pompas algo pequeñas, como ven no es una belleza ni mucho menos exuberante.

Por estas razones aunado a que la conocía de toda mi vida y que es la esposa de mi hermano, realmente nunca me había llamado la atención como mujer hasta un día en el que tuve que regresar temprano a casa pues se interrumpieron las clases en la Universidad.

Llegué poco antes de las 11 de la mañana y con unas ganas intensas de orinar por lo que al entrar me dirigí directamente a baño, pero al entrar a dicho cuarto, me sorprendí al ver a mi cuñada salir de la ducha totalmente desnuda y húmeda, en ese momento yo sabía que debía salir corriendo hacia el otro baño, pero algo me detuvo y no puede dejar de verla ni ella de verme con mirada de sorpresa, en ese momento ocurrió lo que quería evitar, me oriné en los pantalones, a ella le dio en ese instante un ataque de risa y me dijo:

-Déjame te pongo un pañal de mi bebita -y la risa continuo.

Seguido a ese comentario salí del baño orinado y muerto de pena, esperé a que saliera y enseguida me metí a bañar para posteriormente cambiarme, una rato después ya calmado de la pena, recordé la imagen de mi cuñada desnuda, y me empecé a excitar pues realmente se veía apetecible. Un rato después entró mi cuñada a mi cuarto aun con la bata de baño, aunque ya pintada y peinada, en ese momento yo estaba ya haciendo mi tarea y aun con risilla me pregunto qué había sucedido.

-Pues nada que llegué corriendo con ganas de ir al baño y al entrar te vi ahí parada, desnuda y aun mojada, no puede reaccionar y me oriné.

-Que bárbaro, hubieras hecho ahí mismo ya estabas dentro de baño, por cierto, ¿por qué no tocaste?

-Discúlpame, pero cuando alguien se baña pone el seguro a la puerta, al no tener seguro yo entré, y si hubiera estado puesto el seguro me hubiera ido al otro baño.

-En eso tiene razón, pero bueno ¿qué te pareció?

-Que me pareció ¿Qué?

-Lo que viste

-Mmm ¿sinceramente?

-Si

-Estas muy riiica Pía (así le decimos).

-¿En serio si estoy bien?

-Claro ¿por qué la cuestión?

-Resulta que tu hermano me dice que he subido mucho de peso, que no me arreglo, e incluso que ya no soy igual de caliente que antes.

-Pues de peso si has subido, pero eso hace que te veas mejor pues se te ven más grandes las tetas, y el trasero, bueno se antoja darle un apretón, en cuanto a lo caliente, no se ahora que si quieres mi opinión…

-Que, ¿qué quieres decir?

-Pues…

-Que anda habla

-Tú y yo podríamos…

-¿Hacerlo?

-Quieres saber si eres caliente, ¿o no?

-Bueno si, ¿pero de esta forma?

-¿Conoces alguna mejor?

-No

-¿Entonces?

-No sé, no estaría bien, ¿o sí?

-Pues…

-Mira, Claudia me contó hace unos días lo que ella y tu habían hecho, con lujo de detalles y realmente al ser no muy buena mi vida sexual pues me surgió la curiosidad de hacerlo con…

-¿Conmigo?

-Si. Uff, te confieso que no lo había pensado hasta hace un ratito que te vi desnuda, pero, es difícil por los problemas que se podrían suscitar.

-En eso tienes razón, pero, tu hermano fue el primero, y hoy día me gustaría saber lo que es hacerlo con alguien más, esta rutina me esta fulminando, al grado que ya no siento placer, ya lo hago por obligación y eso tarde o temprano va a afectar mi matrimonio pues tu hermano ya se dio cuenta de esto.

-Que te puedo yo decir, caliente ya estoy, tú me gustas, pero yo creo que mejor no.

-¿Seguro?

Acto seguido se quitó la bata de baño y estaba completamente desnuda, en eso se acercó a mí, se sentó en mis piernas y me empezó a besar, yo correspondí al beso, pero no la toqué así que ella me empezó a acariciar todo el cuerpo y de la misma forma a desnudarme mientras murmuraba…

-Hazme tuya, te quero sentir, quiero sentir tu palo, chuparlo, comerme toda tu leche.

En ese momento ya no pude más y como desesperado la aventé a la cama, besé, mordí y chupé cada rincón de su cuerpo que vibraba cada vez que me sentía, al sentir la chupada en el clítoris no aguantó y se vino, esto me calentó más pues segregaba de su juguito a mares y sabia delicioso, ella gritaba, se movía como posesa hasta que después del segundo orgasmo me gritó:

-¡Métemela ya cabron quiero verga dentro, apúrate que ya no puedo más quiero palo todo dentro ya!

Pues que podía hacer más que obedecer, le metí la estocada de un solo golpe y gritó como nunca ante la había escuchado, y mientras entraba y salía mi palo, ella movía sus caderas acompasadamente acrecentando el placer al máximo, una y otra vez, probando tantas posiciones como pudimos hasta que después de 3 orgasmos más exploté dentro de ella terminando los dos juntos, en eso me da un beso en los labios y exclamó:

-Wow, jamás había cogido tan rico, prométeme que lo vamos a volver a hacer.

-Seguro Pía, esto estuvo muy pero muy padre, así que mi pito es tuyo.

Me besó nuevamente, nos bañamos otra vez, nos vestimos y juramos que este sería nuestro secretito.

Loading

1 COMENTARIO

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí