Gran escuela de hostelería (parte 13)

1
3267
5
T. Lectura: 6 min.

¡Hola lectores!

Para resumir un poco a los que habéis seguido la serie, y los que os incorporáis ahora, recuerdo que la protagonista es Lexa, salía con un chico llamado Roel, al principio eran amigos con derecho a roce, pero él se declaró y se hicieron novios durante una corta temporada. Lexa empezó sus estudios de cocina y allí se enamora de un profesor llamado Jorge, con el que tiene muchas fantasías, empieza a no sentir nada por Roel, y él se da cuenta.

Tienen una bronca muy fea en año nuevo y la relación se rompe. Lexa se va de fiesta con sus compañeros de la escuela y aparece una tensión sexual con su amigo Nico, pero sin sentimientos de por medio, ella sigue con Jorge en su cabeza. Pero Roel ha ido a casa Lexa a arrastrarse por su comportamiento y han acabado teniendo sexo sin compromiso, Lexa sigue haciéndolo con Jorge en la cabeza.

Se va con su amiga Ariadna a cenar y aparece Jorge en el restaurante, Lexa se pone muy nerviosa…

¡Espero que disfrutéis de otra parte de esta serie!

Parte 13:

Entonces recuerdo esa conversación telefónica en la que le oí hablar del restaurante.

-Lexa, ¿estas bien? -me vuelvo a mirar a Ariadna.

-Si -no sueno convincente, mi voz es un hilo sin apenas volumen.

-Estas blanca. -me coge la mano con gesto preocupado. Yo me recompongo un poco y asiento con la cabeza con una sonrisa falsa.

-Voy al baño un momento.

-¿Te acompaño? -esta realmente preocupada, pero vuelvo a sonreírle.

-No te preocupes, ahora vuelvo.

Estoy en el baño y me lavo la cara con agua fría, me miro al espejo y ahí siguen mis ojos hinchados y cristalinos, que son realmente bonitos cuando están así, se me ponen verdosos, pero siempre acompañan al amargo recuerdo del llanto.

Cuando me he calmado y me he convencido de que no pasa nada, me seco bien la cara me repeino un poco y salgo decidida a seguir mi velada con mi amiga, pero en cuanto abro la puerta, ahi esta Jorge mirándome a los ojos.

-Hola Lexa -su tono no es el de la escuela, parece más amable y despreocupado.

-Hola Jorge -consigo decir, pero no puedo mantener la mirada en sus ojos y me acabo mirando los zapatos. Noto su mano en mi barbilla que me obliga a levantar la cabeza.

-¿Estás bien? -ahora sí que su tono es de preocupación. Yo asiento con la cabeza, pero mis ojos se nublan, me vuelven imágenes de lo ocurrido esta tarde en casa y de año nuevo. -¿Lexa? -rompo a llorar y de repente siento sus brazos alrededor de mi cuerpo, mi cabeza descansa sobre su pecho mientras sollozo. Al cabo de unos segundos me recompongo.

-Lo siento, no sé qué me ha pasado… -me pasa su mano por mi mejilla húmeda secando un poco esas lágrimas derramadas, se pone serio y frunce el ceño sabiendo que hay algo que no le estoy contando.

-Lexa…

-¡Lexa! ¿Estas bien? -la voz de Ariadna interrumpe lo que iba a decir Jorge.

Los dos damos un respingo y volvemos al mundo real, aparece Ariadna por el umbral de la puerta y se nos queda mirando con cara de pasmada y preocupación al verme llorando, doy un paso atrás y me seco las lágrimas.

-Estoy bien Ariadna, vamos a la mesa.

-No tienes por qué fingir, está bien no estar bien. -Esa frase de Jorge me hace abrir los ojos, realmente se preocupa por mí. Ariadna esta con la boca abierta intentando comprender que es lo que pasa.

-Tienes razón, no estoy bien, pero espero estarlo pronto, gracias Jorge. Vamos a la mesa Ariadna.

Ariadna me mira con el ceño fruncido mientras nos vamos a la mesa, casi le puedo leer los pensamientos.

-¿Pero quién es ese chico?

-Uno de la escuela de hostelería, ya te contaré, que están aquí detrás sentados. -Me mira con una sonrisa pícara y asiente con la cabeza. Yo niego con la cabeza y me echo a reír, porque sé que sus pensamientos no se acercan a lo que es la realidad.

Pasamos una velada tranquila, evito mirar hacia atrás, no quiero que sea más incómodo de lo que ya lo ha sido, pagamos la cuenta y en cuanto salimos del restaurante nos encendemos un cigarro y seguimos hablando poniéndonos al día de todo lo que nos hemos perdido estos meses sin vernos.

A mitad del cigarro sale Jorge con sus amigos del restaurante y veo que se despide de todos y se acerca a nosotras.

-Buenas noches chicas, ¿necesitáis que os lleve a casa?

-Bueno, lo cierto es que hemos venido en…

-Ay mira, pues nos haces un favor, porque voy un poco mareada de tanto vino. -Ariadna me interrumpe y cuando acaba la frase me pega un codazo y me guiña el ojo, como si Jorge no pudiera verla, yo le pongo cara de póquer y la fulminaría con la mirada. Que bien sabe hacerse la tonta cuando quiere, la he visto conducir con más copas de las que lleva hoy. Jorge se come la risa, cuando lo miro hasta a mí se me escapa la risa.

-Estupendo, pues acompañarme al coche, ¿vivís cerca?

-Bueno, yo vivo lejos de Lexa, pero cerca de aquí, así que yo seré la primera parada.

Me preparo el móvil con las direcciones en el GPS y al llegar al coche me pega un empujón para que me siente en el asiento del copiloto.

Ya en el coche tenemos 15 minutos hasta la casa de Ariadna y se hacen eternos, porque mi amiga no para de hablar de anécdotas sin sentido. Cuando al fin llegamos, me bajo del coche y me despido de ella con un abrazo y me susurra:

-Lánzate y así no te arrepentirás por no haberlo intentado. -Pongo los ojos en blanco.

-Buenas noches Ariadna, que descanses.

-Buenas noches Lexa, mañana te llamo. -y se asoma para despedirse de Jorge con la mano como si fuera una niña pequeña, yo niego con la cabeza y le doy la vuelta y empujó hasta el portal.

Vuelvo al coche y está sonando Crash and Burn, de Lifehouse, muy apropiada para la situación.

-Me encanta esta canción. -digo en un hilo de voz, presa del nerviosismo.

-Y a mí. -Jorge me dirige la mirada, me sonrojo la pone desde el principio y miro por la ventanilla mientras mi cabeza empieza a fantasear…

-Para en cuanto puedas, tenemos que hablar. -Pese a lo nerviosa que estoy mi tono es serio y seco.

-Pero si aún quedan 20 minutos para llegar a tu casa, podemos hablar por el camino.

-No, quiero que pares el coche, por favor.

Jorge encuentra una gasolinera fantasma y aparca ahí mismo.

-¿Qué pasa?

Sin decir una palabra y aun con la canción sonando me desabrocho el cinturón y me inclino hacia él, le pongo una mano en su mejilla y le acaricio la barba mientras acerco mis labios a los suyos y nos fundimos en un tierno beso.

Me separó un poco para ver su reacción, para en shock, pero no aparta la mirada de mis ojos, me coje la cara con ambas manos y me devuelve el beso. Noto que su lengua pide permiso para entrar y la dejo pasar y enredamos nuestras lenguas mientras mi corazón se acelera.

Busco su cinturón del coche y se lo desabrocho, sin separarme de él, me levanto de mi asiento y me siento en su regazo, mis manos viajan por su pelo y le estiro suavemente de él, ahoga pequeños gemidos y deja de besarme para contemplarme.

Llevo mis manos a su pecho y empiezo a desabrocharle la camisa botón a botón, dejo su torso al aire y lo masajeo mientras lo riego con pequeños besos.

Le cojo las manos y me las llevo a mi pecho, el responde masajeándolos y mis pezones se ponen duros en respuesta.

Me imita y me desabrocha la camisa, estira del sujetador hacia abajo y deja mis pechos desnudos a la vista, me envuelve en sus brazos y me aprieta hacia el mientras se lleva mis pezones a la boca y yo gimo con fuerza y elevó mi cabeza hacia el techo.

Noto su erección en mi sexo y yo cada vez estoy más mojada.

Cuando Jorge acaba con la tortura en mis pechos, inclina el asiento hacia atrás, lo que nos deja más espacio, se desabrocha el pantalón y yo lo ayudo a liberar su miembro, cojo la erección con ambas manos y empiezo a masturbarle, el me mira a los ojos y a más excitado esta más me aprieta las piernas con sus manos, de repente explota y me salpica el vientre, lo recojo con dos dedos y sin dejar de mirarle, me los meto en boca y lo saboreo, su erección se recompone de inmediato, pero ahora es mi turno.

Jorge tira de mí, me tumba sobre él y nos la vuelta, ahora yo estoy debajo, con un movimiento ágil me coge por la cintura y me lleva lo más atrás posible, lleva sus manos a mi pantalón y me lo quita con destreza dejándome solo con las bragas empapadas.

-Madre mía, Lexa, esto está chorreando. -su voz se ha vuelto oscura e increíblemente sexy.

Yo ni corta ni perezosa elevo mi cadera hacia el dándole permiso para entrar, pero en lugar de eso empieza a recorrer mi torso con sus dedos, haciendo suaves caricias y giros hasta que llega a mis bragas, me un dedo en el elástico y recorre todo el contorno con él, cuando llega a la zona de mi sexo, noto un pequeño tirón y acto seguido con un tirón más fuerte oigo como las rompe y siento mi coño liberado, sin piedad mete dos dedos en mi interior y gruñe, mi cuerpo se arquea y no puedo evitar correrme nada más tocarme, pero a él le da igual y sigue su mete saca con los dedos hasta hacerme explotar en un squirt, después de eso me mete sus dedos en mi boca y yo los chupo con fuerza.

-¿Estas lista?

-Si, por favor, entra en mí, te deseo.

Jorge me sonríe y me besa, sin separar nuestras bocas noto como se acerca su miembro a mi entrada y poco a poco me va llenando de él, cuando llega fondo gimo y muerdo su labio y el responde con un gruñido de placer. Abro los ojos y ahí está el, mirándome fijamente mientras inicia un delicioso ritmo de mete saca, me coge la manos, entrelazamos los dedos y se las lleva por encima de mi cabeza, el ritmo se va acelerando, las entradas se van endureciendo, noto sus embestidas en mis entrañas y esa es mi perdición, mientras emito un largo gemido, nos dejamos ir y caemos los dos en un delicioso y largo orgasmo…

-¿Lexa? -la mano de Jorge sobre mi pierna interrumpe mis fantasías y me devuelven al mundo real.

-Perdona, ¿que?

-¿Que si te apetece tomar algo y charlar? Hay un bar de copas cerca de tu casa.

-¡Oh! Vale… -No puedo sonar más nerviosa…

Continuará.

¡Gracias a todos por leerme y apoyarme!

Loading

1 COMENTARIO

  1. Bua encantado es poco, esperaba está parte del encuentro con ansías me ha encantado como se lo imaginaba en su cabeza 😳

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí