Lo que se puede hacer con una zanahoria

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T. Lectura: 4 min.

Mi nombre es Sabrina. Nací en Puerto Rico de madre dominicana y padre puertorriqueño. No soy muy alta, tengo el cabello oscuro y los ojos marrones. Todos dicen que estoy muy rica. Lo que les quiero contar ahora me pasó hace un par de años con un chico uruguayo de 32 años que conocí en un chat room. A mí siempre me ha gustado masturbarme, pero hacerlo junto a alguien que está a miles de kilómetros de distancia es algo excitante. Y más aún si la otra persona te va diciendo lo que tienes que hacerte. Este relato lo escribí a petición de mi cybernovio (en aquel momento) pues quería guardarlo de recuerdo de la noche que pasamos. Aquí les va:

“Como me pediste, aquí te estoy escribiendo lo que disfrutamos la otra noche. No me acuerdo mucho de lo que hablamos, ni que decías para excitarme tanto, pero estaba tan caliente que solo quería hacer todo lo que me pedías. Primero me pediste que me quitara las panties y me las quité, me subí la bata de dormir hasta las tetas y comencé a tocármelas, con una mano te escribía y con la otra me acariciaba el clítoris, cada vez más rápido. Me metí un dedo en mi rajita y lo moví, empecé a meterlo y sacarlo rápido, tu seguías hablándome y excitándome hasta que me vine. Luego me dijiste que fuera a buscar una zanahoria, traje una como de 5 pulgadas la punta era como del fino de mi dedo pulgar y luego se iba poniendo más gorda.

Me dijiste que me la metiera, abrí bien las piernas y empecé a metérmela. Estaba todavía mojada y me la metí hasta casi llegar a la mitad y seguí empujando. Me dolía un poco y te lo dije, tú me preguntaste si me gustaba y te dije que sí. Me la empujé más hasta que la tuve toda adentro y entonces me dijiste que la metiera y la sacara… mmm que rico sentía.

Me la dejé toda adentro y me agarré las tetas y me las apreté y me pellizqué los pezones. Me molestaba la bata de dormir y me la quité. Quedé toda desnuda con una mano en el teclado, las piernas bien abiertas y la zanahoria metida hasta el tronco por mi chochita. Así como estaba me comencé a tocar el clítoris, me lo toqué muchas veces, cada vez más rápido y entonces me vine de nuevo.

Seguimos hablando, pero no me podía sacar la zanahoria, la tenía todavía adentro porque los músculos de mi chochita la estaban apretando. Seguiste excitándome, diciéndome que era tu puta y solo tuya que querías meterme toda tu verga y me volvías loca. Te dije que quería meterme un dedo por el culo, me dijiste que todavía no, que después, pero ya era muy tarde. Ya tenía una pierna encima de la mesa y me había echado para atrás y me estaba metiendo el dedo. Que rico sentí con la zanahoria metida en mi puchita y ese dedo moviéndose en mi culo, quería morirme. casi no podía escribirte.

Estuve un rato sin escribir, porque no quería sacar mi dedo del culo quería meterme otro, pero no pude. Meterme el dedo me puso bien caliente y metiéndolo y sacándolo rápido, me vine otra vez fue muy rápido. entonces me paré y me saqué la zanahoria de la rajita.

Me dijiste que me la metiera en la boca y la chupara. Mmmm… eso si me gustó, que rico sabia mi leche junto con el sabor de la zanahoria, me la metí toda en la boca como si estuviera chupando una verga. Luego me dijiste que querías ver cuántos dedos podía meterme en mi chocha. Me dijiste que los fuera metiendo uno a uno. Abrí las piernas y me metí un dedo, entró fácil porque estaba mojada, luego me metí el otro mmm… cuando fui a meterme el tercer dedo, no pude y solo pude meter la puntita.

Esto me calentó más y tu seguías diciéndome que era una puta, que era tu putita… no podía estar sentada. Dejé de escribir y me paré y con tres dedos en mi raja moviéndolos me recosté de la pared y abrí las piernas y me agarré el clítoris y me lo pellizqué hasta que me vine de nuevo. Ya me estaba cansando, pero todavía estaba caliente.

Tu no me dejaste descansar y me ordenaste que me metiera la zanahoria por el culo. Me dijiste que la mojara con mi saliva, pero yo te dije que mejor la mojaba con mi leche. Con la idea de meterme la zanahoria por el culo, me puse bien caliente. Me pare de la silla y subí una pierna en la asentadera. Metí mi mano por debajo y moje la zana con mi leche y comencé a metérmela por el culo. Aaay como me dolió, pero me dolió tan rico seguí metiéndomela y moviéndola.

Luego que ya estaba por la mitad adentro de mi culo, bajé la pierna y comencé a sentarme hasta que sentí que me sentaba encima de la zanahoria, eso me la metió un poquito más. Comencé a mover las caderas y me agarré las tetas fuerte para que me dolieran también, ya para esto no te estaba escribiendo nada.

Me decías “¿y? ¿y?” pero yo no te podía contestar. Entonces me metí un dedo por mi raja y te dije como estaba, me dijiste que me metiera otro y lo hice. No te escribí más y con la mano libre me agarré el clítoris y con dos dedos comencé a frotármelo duro y a pasarle la uña por dentro, donde es más sensible… quería que me doliera todo como me dolía el culo. Cuando me vine lance un gritito, y todo me tembló.

Me dolían las piernas por estar medio sentada, pero estaba feliz y satisfecha. Me dolía mi culito, la puchita, y las tetas y todo gracias a ti amor. Pero lo que más me gustó fue cuando me dijiste “puta”, eso era lo que más me calentaba.

Creo que eso es todo amor, si se me olvidó algo, me lo recuerdas esta noche. Espero que te guste. A ver qué cosas me vas a ordenar que haga hoy.

Eso me ha tenido pensando en ti todo el día y he estado muy caliente. Espero que se te ocurran cosas buenas.”

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