El casero

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Era una mañana de Lunes, Gabriela se dedicaba a tirar la basura en los contenedores que estaban detrás de la unidad habitacional donde ella y su pareja vivían.

La chica intentaba hacerlo con la mayor rapidez posible ya que no quería encontrarse con

—¡Hola señorita Gabriela!, ¿no es muy temprano para tirar la basura? — dijo su casero, un hombre llamado Gaspar.

El sujeto en cuestión es de complexión media fornido su cabello ya está encaneciendo y su aspecto podría pasar por el típico bonachón de barrio, pero a Gabriela tenía un mal presentimiento cada vez que estaba cerca de él según sus palabras era una mala vibra que salía de él y que no sabía cómo describir, lo que le incomoda más es la forma en la que él miraba a las mujeres en general.

Ya fueran solteras o casadas ninguna mujer en esa unidad habitacional escapaba a su lujuriosa mirada.

—¡Hola don Gaspar! —respondió Gabriela tratando de no ser grosera— es que Jorge se fue temprano a trabajar y no le dio tiempo de tirar la basura.

El hombre solo le sonrió y continúo.

—Hablando de otras cosas — dijo el hombre esbozando una gran sonrisa— me gustaría hablar sobre las nuevas cámaras de seguridad.

El sujeto traía una Tablet consiguió.

—¿Finalmente las instalarán? — dijo la mujer con fastidio—Ya era hora

—¡Cómo usted sabrá esas cosas toman tiempo! — respondió el hombre con calma— el dueño del edificio finalmente dio el visto bueno.

—¿Le gustaría ver su funcionamiento? — dijo el hombre mientras le extendía la Tablet.

Gabriela dudó un momento nuevamente esa sensación de desconfianza hacia aquel hombre se hacía presente pero no podía negar su interés en las cámaras de seguridad.

Gabriela tomo la Tablet con algo de recelo y en efecto parecía que simplemente eran imágenes del edificio y sus alrededores incluso podía verse a ella misma junto a su casero.

—Todo parece estar bien — dijo Gabriela sin notar que lo decía con voz baja y monótona.

Esa misma noche.

Gabriela y su novio Carlos se disponían a cenar.

Cuando ya se habían sentado y para tener tema de conversación simplemente dijo:

—El casero me abordó en la mañana para mostrarme la nueva seguridad del edificio — dijo Gabriela con calma

—¿Y dime qué tal? — respondió Carlos.

—No es la gran cosa, tenemos visita de las afueras del edificio y nuestro pasillo —dijo Gabriela — pero tenemos que accesar a ella por una aplicación.

—Eso se escucha bien dime el nombre para buscarla — dijo Carlos — mientras sacaba su teléfono.

—Oye eso no te incómoda siquiera un poco — dijo Gabriela ante la calma de su pareja — que un viejo verde como el pueda verme en todo momento me incómoda mucho.

Carlos miro a su novia un momento y calmadamente le respondió.

—Cariño no es como si el casero hubiera instalado cámaras en nuestra recámara o el baño — le dijo con el tono más calmado y conciliador que pudo.

—Además creo recordar que tú y otras mujeres exigieron casi a gritos las cámaras de seguridad en el edificio — continuó el hombre.

—Las pedimos por los robos de ropa íntima — respondió Gabriela —además estoy segura que él fue quien robó esas pantaletas.

Carlos suspiro con pesadez.

—¿Por qué alguien se metería en los departamentos solo para tomar unas pantaletas? Teniendo tantas cosas más valiosas que podía tomar — dijo el con tono conciliador — aún un gran pervertido se daría un momento para tomar algo de más valor.

Gabriela tomo aire un momento y le respondió a su novio.

—Quizás si tengas razón y me esté volviendo loca — respondió Gabriela con un pesado suspiro.

Carlos se levantó de su lugar para acercarse a su novia y empezar a masajear sus hombros.

—Solo estás un poco tensa — dijo el mientras acariciaba los hombros y el cuello de su pareja.

Gabriela respondió Gimiendo suavemente

—Y dime amor, ¿el día de hoy sí Lo haremos? — dijo Gabriela mientras acariciaba el brazo de su novio

—Sabes que me encantaría — respondió Carlos — pero el trabajo me dejó molido.

—Al menos chúpame la concha, ¡Por favor! — dijo Gabriela casi suplicando.

—Si me lo pides así no puedo negarme —le respondió Carlos.

Unos minutos más tarde.

En la intimidad de su habitación Gabriela gemía ruidosamente mientras su novio tenía su rostro entre sus piernas mientras le hacía su solicitado sexo oral

—¡Así amor!, ¡Así! Tú sabes dónde me gusta — decid Gabriela mientras acariciaba la cabeza de su novio

La pareja continuaba en su ocupación intima sin saber que una pequeña cámara espía los observaba.

Aquel Casero los miraba sin perder detalle alguno mientras preparaba su siguiente movimiento.

Al día siguiente.

Eran las 7 de la mañana y Carlos había salido corriendo de su apartamento su jefe le había llamado por una emergencia

Gabriela por su parte era trabajadora freelancer y no tenía ninguna comisión pendiente así que pensó que lo mejor sería relajarse un poco.

Pero inesperadamente escuchó como tocaban la puerta.

—¿Quién será tan temprano? — se dijo mientras se acercaba a la puerta— Quizás la señora Devora está buscando otra vez a su gato.

Gabriela miro por la mirilla de la puerta para encontrarse con su casero.

—Buenos días señorita Gabriela, ¿podría darme unos minutos de su tiempo? — dijo el hombre con una amplia sonrisa en su cara.

A la mujer se le fue el color de su rostro así que busco la manera más rápida para deshacerse de su nada apreciada visita.

—Disculpe don Gaspar estoy algo ocupada — respondió tratando de sonar casual — No podría pasar más tarde

—Descuide será rápido — dijo el hombre mientras él sacaba su teléfono y se lo mostraba a la mujer a través de la mirilla el aparato mostraba una luz brillante y cautivadora.

Gabriela fue víctima de la fascinante luz que apagó sus pensamientos rápidamente.

—Espero sus órdenes amo — dijo Gabriela con vos mecánica a través de su puerta

—Vaya no pensé que funcionaria tan fácilmente en usted — dijo Gaspar con una amplia sonrisa en su rostro — Realmente no es tan inteligente como presume.

—Si amo no soy tan inteligente — respondió la mujer nuevamente.

—¡Muy bien esclava! Abre la puerta inmediatamente — dijo el hombre con gran naturalidad.

La puerta se abrió y el sujeto entro dentro la mujer presentaba un estado antinatural sus ojos lucían en blanco sin pupilas visibles además de que su rostro parecía casi mecánico.

—Vamos a tu Saka para estar más cómodos — sugirió el hombre mientras entraba a el apartamento.

Una vez en la sala Gaspar tomo el rostro de la chica con su mano para verlo con más detalle.

—Tienes un encantador rostro de muñeca linda — dijo el antes de darle un pequeño beso — deberías usar maquillaje más seguido.

—Si usare maquillaje más seguido — respondió Gabriela de manera automática con un tono de voz casi mecánico.

—Que encanto — dijo el hombre alegre — cualquier sugerencia es una orden para ti, ¿No es verdad?

—Si mi amo — respondió Gabriela nuevamente con ese sexy tono mecánico de vos.

Gaspar simplemente se carcajeó un poco y luego continúo.

—Ok linda, primero empieza a desvestirte — dijo el hombre con una amplia sonrisa.

—Si mi amo — respondió la mujer mientras empezaba a quitarse la ropa.

Las prendas empezaron a caer al suelo una tras otra primero su blusa que dejaron expuesto un sencillo sostén de algodón que guardaban unas tetas copa C dejo caer su pantalón de mezclilla mostrando unas increíbles caderas y un prominente trasero la sencilla panty del juego íntimo mostraba un oscurecimiento debido al vello púbico.

—¿Por qué usas este tipo de ropa Interior tan simple? — dijo Gaspar decepcionado— teniendo un cuerpo tan erótico

—Mi cuerpo me avergüenza desde muy pequeña — respondió la mujer mientras se quitaba el sostén y las pantaletas quedando finalmente desnuda.

—Oh ya veo — dijo Gaspar mientras se acercaba a tocar el cuerpo de Gabriela — te ayudaré con eso créeme

—Veo que está bastante húmeda aquí abajo — dijo Gaspar mientras tocaba el monte de Venus —dime a qué se debe.

—La manera en que me toca me está excitando — respondió Gabriela de manera mecánica— No he tenido sexo en varias semanas mi novio trabaja mucho y no me atiende como me gustaría

—Ya veo estás insatisfecha — mientras decía eso empezó a amazar los pechos de la chica — debería solucionarlo por ti—

— Vamos a tu habitación para estar más cómodos — dijo Gaspar mientras retiraba sus ya húmedos dedos de la intimidad de Gabriela.

Una vez en la habitación Gaspar ordenó a Gabriela recostarse en la cama y abrir sus piernas sosteniendo las en el aire con sus manos.

La mujer obedeció sin cuestionar las instrucciones de su amo.

Gaspar se recostó a su lado para empezar a meter sus dedos en la cálida vagina y frotaba su hinchado clítoris.

Gabriela empezó a gemir de placer por el trato recibido lo que alentó al hombre a ir más profundo en aquella húmeda intimidad complemento el ataque empezando a succionar los pechos de la mujer.

Después de un par de minutos Gabriela tuvo su tan anhelado orgasmo vaciándose abundantemente sobre su cama.

—Alguien tendrá mucho trabajo lavando estás sábanas —dijo Gaspar mientras se relamida los fluidos de la mujer de su mano— Te has venido como una puta, se ve que no te atienden como debería

Gaspar se quitó los pantalones y saco su erecta verga para ponerla sobre la cara de Gabriela.

—Aquí está la tan anhelada verga puta — dijo él mientras la frotaba en su rostro —voy a consolar a tu vagina de perra en celo

El casero todavía no terminaba de dictar la orden para Gabriela cuándo inesperadamente ella ya le estaba dando una mamada de campeonato.

—¿Qué tanto deseabas una verga? — dijo el hombre completamente excitado—tienes una lengua fabulosa

Gaspar apenas se podía contener el trato recibido por la boca de su inquilina era delicioso y brutal al mismo tiempo.

—Ya que vas a hacer que me venga puta — dijo el hombre sintiendo que llegaba a su límite —quiero que te lo tragues todo y no desperdicies nada

El hombre se vino con violencia en la boca de la mujer llegando incluso a sostener la cabeza de la misma con fuerza mientras que ella empezaba a succionar todo lo que podía pero parte se escapó por la comisura de sus labios y su nariz.

Gaspar respiraba forzosamente por el esfuerzo realizado saco de golpe su miembro aún erecto de la boca y solo dijo.

—Voltéate voy a penetrar tu vagina de mujerzuela en celo — dio la orden con vos pesada pero firme.

Gabriela enseguida acato la orden y se colocó en posición.

—Así… así… está… bien… amo — respondió la mujer

Gaspar miro lo que tenía frente a el, un turgente trasero donde se veían una vagina húmeda y goteante de fluidos íntimos y un esfínter oscuro que parecía solicitar la atención de aquel hombre.

— Ambos agujeros piden verga — dijo Gaspar mientras sostenía su miembro con su mano.

Sonriendo con malicia la penetró de golpe y empezó a penetrarla.

—Pensé que estarías más suelta de tu vagina — dijo el hombre mientras la penetraba —Pero la tienes bastante apretada.

Gabriela no respondió a la afirmación del hombre tenía una expresión de lujuria pura con la boca abierta su lengua de fuera mientras babeaba profundamente.

—Me gustaría que pudieras ver la cara de degenerada que tienes — dijo Gaspar mientras azotaba el trasero de Gabriela —en este momento mientras te estoy cogiendo

La mujer simplemente gimió con lujuria en respuesta.

Mientras seguía penetrándola con fuerza y dando un ocasional azote en el trasero no pudo evitar sonreír y hacer una pregunta.

—Dime puta comparando, ¿Quién es mejor en la cama yo o tú cornudo novio? — dijo Gaspar mientras azotaba nuevamente el trasero de Gabriela con más fuerza que antes.

Gabriela respondió entre gemidos de lujuria pura.

—Cójame… cójame… más duro — fue lo primero que salió de sus labios — usted es increíble es mucho mejor que Carlos

Después de un aguado gemido de placer continúo.

—El pene del amo es más grande — dijo Gabriela con la voz cargada de deseo —que el pene de mi novio

—Jajaja — el hombre no pudo evitar reír por la respuesta —¡qué mujer tan asombrosamente zorra!

—Te llenaré por completo tu vagina golosa como recompensa — dijo Gaspar mientras se movía con más fuerza— Así que recibe mi semen puta

Mientras el hombre se venía Gabriela tenía un rostro de enorme placer y satisfacción.

—Vaya han pasado años desde la última vez que me vine así — dijo el hombre mientras sacaba su flácido pene de la chorreante vagina— ¿Te gustó lo que te hice?

La mujer tenía una expresión facial difícil de leer en ese momento sos ojos estaban entrecerrados su boca abierta baneante y su cuerpo temblando suavemente.

—Creo que no necesitas palabras para expresar lo que sientes — dijo Gaspar — estás feliz, ¿Verdad puta?

Gabriela simplemente se carcajeó en bajo.

Minutos más tarde.

Gabriela se encontraba frente al televisor de su propio apartamento en el cual se mostraba una espiral infinita ella estaba masturbándose furiosamente con un gran consolador de goma negro mientras decía.

—Soy una pervertida lasciva a la que le encanta la verga — decía mientras metía una y otra vez el dildo en su húmeda intimidad— me encanta la verga del señor Gaspar — emitió un gemido casi animal tras decir esa frase — esa rica verga tiene todo el control, controla mi ser, controla mi mente, controla de mi cuerpo.

A su lado aquel hombre simplemente sonreía viendo como esa mujer se convertía lentamente en nada más que una puta barata a su servicio.

A lo largo de varios días se empezó a formar una extraña rutina entre Gaspar el casero y su inquilina Gabriela.

El hombre buscaba cualquier pretexto para acercarse a ella ponerla en trance y practicar nuevas perversiones en su cuerpo además de darle nuevas instrucciones que ella asimilaba rápidamente.

Por su parte Gabriela era inconsciente de las acciones de Gaspar limitándose a seguir con su vida y su trabajo.

O lo que ella creía que era su vida.

Cierto día Gaspar miro su calendario y noto que había pasado un mes desde que comenzó el tratamiento con Gabriela.

—Me sorprende que haya tomado tanto tiempo — dijo el hombre mientras sacaba su teléfono y le enviaba un mensaje a Gabriela.

—Ha llegado el momento de sacar a la luz la puta de tu interior — dijo para sí viendo como el mensaje era recibido por Gabriela

2 horas después.

Gabriela se encontraba completamente desnuda sobre una especie de silla muy extraña estaba atada de manos y piernas sin saber que estaba pasando.

Lo único que recordaba antes de que todo se oscureciera era haber recibido un mensaje en su celular.

—Veo que finalmente despertaste — dijo una voz muy familiar para la mujer

—Gaspar ¡Maldito cerdo! — grito Gabriela con todas sus fuerzas mientras forcejea con sus ataduras.

—Es inútil luchar ,solo te lastimarás si no te controlas — respondió el hombre apareciendo atrás de ella.

Aprovechando la inmovilidad de la mujer Gaspar sujeto con firmeza los pechos de la mujer.

Gabriela no pudo evitar gemir mientras aquel sujeto acariciaba sus pechos.

¿Qué me está pasando?, ¿Por qué disfruto el trato de este cerdo?, pensaba Gabriela intentando contener su excitación.

—Tu cuerpo ya responde como lo esperaba — dijo Gaspar mientras continuaba con sus caricias obscenas.

—¿De que estás hablando maldito cerdo? — respondió la mujer que apenas contenía la gemidos de placer que salían de su boca.

—¡Déjame mostrarte! — dijo el hombre mientras una pantalla se iluminaba.

Las imágenes dejaron muda a Gabriela, en ellas Gaspar la tomaba de todas las perversas firmas que se pudiera imaginar.

Mamándole la verga mientras él estaba sentado en el sillón de su sala de estar.

Cogiéndosela salvajemente mientras estaba en la ducha.

—¡Eso tiene que ser una mentira! — grito Gabriela desesperada —Yo jamás me acostaría con un hombre tan repulsivo como usted

—¿Acaso no puede creerle a tus ojos putita? — dijo Gaspar mientras apretaba los pezones de la mujer.

Los ojos de Gabriela se llenaron de lágrimas mientras veía como el sujeto le estaba haciendo un “besó negro” para después empezar a penetrarle el culo en la cama de la alcoba principal.

—¡Hola Gabriela! — dijo una voz que para el horror de Gabriela era ella misma.

Gabriela se vio a sí misma mientras era penetrada en una posición “de a perrito” por Gaspar en una cama desconocida para ella sonriendo con malicia y lujuria,  maquillada como una puta, sus labios rojos como cerezas, su piel parecía bronceada de manera artificial y sus ojos resaltan con sombras de colores de noche su ropa no era mejor vio que estaba usando unas medidas de red a medió muslos con un ligero a juego sus pezones estaban cubiertos únicamente por unas “pasties” negras en forma de corazón por lo que estos estaban libres y rebotaban con cada embestida que recibía en su cuello ella vio un collar de cuero como el que usaría un perro en el cual colgaba una placa dorada.

Tembló pensando en lo que estaría inscrito en esa placa.

—Es inútil resistir, no somos nada, solo una puta barata que sirve a la verga de nuestro amo — dijo su versión corrupta.

El ese momento para horror de Gabriela de la parte de abajo de la silla que la aprisionaba salió un dildo negro de goma atado a lo que parecía ser un pistón y se posicionaba hasta quedar frente a su húmeda intimidad.

—No — dijo Gabriela con vos temblorosa anticipando lo que pasaría.

De un movimiento mecánico y calculado aquel dildo de introdujo dentro de Gabriela con asombrosa facilidad.

—Ahhh — un gemido escapó de su boca.

—Te resulta familiar, ¿Verdad Gabriela? — dijo su forma corrupta desde la pantalla — Es una copia exacta de la verga del amo

Después de esa revelación el falo empezó a moverse lentamente dentro de Gabriela.

Ella intento resistir la excitación que empezaba y recorrer su cuerpo pero era inútil su corazón se aceleraba, sus pezones se endurecieron hasta el punto de causarle dolor y para empeorar las cosas su intimidad empezó a lubricar y su clítoris mandaba señales placenteras a su maltrecho cerebro.

Gabriela intentó resistir pero la máquina casa ves la embestida con mayor rapidez y fuerza sumando el constante bombardeó de su versión corrupta la empezaron a doblegar lentamente.

Gabriela miraba aquella pantalla donde era penetrada salvajemente por una persona que ella despreciaba y esa imagen empezó a excitarla.

Cuando Gaspar noto ese cambió presiono un botón de un mando y el fondo de la pantalla empezó a cambiar los colores parecían derretirse formando una espiral psicodélica donde ella flotaba mientras era follada salvajemente por aquel hombre.

—Soy una pervertida lascivia que le encanta la verga — dijo su forma corrupta desde la pantalla.

En un último intento Gabriela negó con todas sus fuerzas esa afirmación cerrando los ojos y negando con la cabeza

En respuesta la frase empezó a repetirse en un bucle mientras el dildo empezaba a moverse lentamente casi hasta detenerse.

Gabriela sabía que el orgasmo le sería negado hasta que aceptará su nueva naturaleza.

Lentamente los labios de Gabriela empezaron a abrirse.

—Soy… una… pervertida lasciva a la que le encanta… La verga — decía mientras el dildo en su húmeda intimidad empezaba a moverse más.

—¡Me encanta la verga del señor Gaspar! — dijo su forma corrupta.

Su vis parecía reverberar dentro de la cabeza de Gabriela.

—Ne encanta la verga… del señor… Gaspar — emitió un gemido casi animal tras decir esa frase mientras el dildo volvía a aumentar su velocidad.

—Esa rica verga tiene todo el control… Controla mi ser… controla mi mente… controla de mi cuerpo.

—Esa rica verga tiene todo el control, controla mi ser, controla mi mente, controla mi cuerpo — respondió Gabriela

—Soy esclava de esa verga, soy esclava de Gaspar — dijo su forma corrupta mientras pareciera tener un intento orgasmo

Cuando su otra yo dijo esa frase algo se rompió en Gabriela que simplemente se limitó a responder.

—¡Siii, Siii! soy esclava de esa verga, ¡Soy esclava de Gaspar! — casi grito Gabriela con locura —dedame más, dame la verdadera verga de mi amo— dijo mientras babeaba de lujuria —¡La deseo ,la necesito!

—Eres una cerda irremediable — dijo Gaspar mientras apretaba un botón y liberaba a Gabriela de sus ataduras y retiraba el dildo.

Esta callo al piso con brusquedad.

La única respuesta que dio Gabriela fue arrastrarse por el piso y meter la flácida hombría de su amo a su boca para empezar a realizar una mamada.

—¡Buena chica! — dijo Gaspar mientras acariciaba la cabeza de su primera esclava.

Al día siguiente.

Carlos nuevamente estaba apurado para salir a su trabajo.

—¡Adiós cariño! — dijo el hombre mientras le daba un beso en la mejilla a su novia.

—¡Adiós amor! — respondió la mujer al despedirlo en la puerta.

Cuando está cerró la puerta solo suspiro pesadamente.

—Al fin se fue ese pito chico — dijo ella mientras sacaba su celular y marco un número que simplemente decía “amo”— amo mi puchita exige una verga de verdad

—¿Hiciste lo que te pedí anoche? — dijo la vid de Gaspar desde el otro lado de la línea.

—Por supuesto amo — dijo ella con una sonrisa perversa— vio su mágica espiral como me lo ordeno

—¿Y aceptó las condiciones? —dijo el hombre.

—Por supuesto amo — respondió Gabriela — sabe que de mi solo tendrá mi mano derecha — diciendo eso se sentó en su sillón y metió su mano en su entrepierna — Mis agujeros solo le pertenecen a usted

—Y si se porta bien verá como un macho de verdad me toma — mientras decía eso empezó a masturbarse.

—Perfecto puta mía — dijo el hombre — te has portado bien, prepárate para recibirme estaré contigo en unos minutos

— Sí amo — respondió la mujer mientras se imaginaba saboreando el semen del casero.

Por su parte Gaspar miraba satisfecho un diagrama de su edificio donde se mostraban las diferentes inquilinas que vivían hay tomo un sticker de corazón y lo puso al lado de la fotografía de Gabriela.

—Muy bien ahora a planear, ¿Quién será mi siguiente puta? — dijo el mientras salía de su oficina en el edificio rumbo al departamento de Gabriela.

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