El hijo de Eva, su criada y yo

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Aquella mañana Eva me llamó, como quizá recuerden los que sigan mis historias Eva era una mujer de un cierto nivel social y muy beata a la que había logrado emputecer y hacerla mi sumisa, el motivo de su llamada era para decirme que esa tarde libraba Elena, su criada filipina, y que su hijo Román tampoco iba a estar en casa, por lo que podríamos estar las dos solas, Supongo que para sorpresa de mi putita rechacé la oferta argumentando que tenía otro compromiso.

Lo que Eva no sabía, es que en su tarde libre Elena la iba a pasar en mi casa, y que lo mismo sucedía con su Romancín, aunque cada uno ignoraba la presencia del otro.

La primera en llegar fue Elena, la había citado una hora antes que al hijo para poder estar solas las dos un rato y poder planear lo que íbamos a hacer, Elena vestia muy sexy, yo había ordenado a Eva unas semanas antes ir con ella de compra y que esta adquiriera lo que le apeteciera. Cuando abrí la puerta la besé con ganas, la dije lo sexy que estaba y me la llevé a la cama.

Ya en la cama ella abrió el escote de mi vestido y comenzó a acariciarme las tetas, yo hice lo mismo y las dos impresionantes tetas de la filipina aparecieron ante mis ojos, comencé a chupárselas, me encantaba hacerlo, mientras con mis manos se las sobaba. Pero Eva tomó la iniciativa cogió sus manos mis tetas y se puso a amasarlas, lo hacía maravillosamente bien y me dejé hacer.

Pero Eva no se conformó con esto sino que se puso a acariciarse sus tetas para que estas se pusieran bien duras, y después, sujetándoselas las acercó a las mías, yo me las sujete y aproximamos nuestros pechos hasta que se juntaron, después me tumbó en la cama y se puso encima de mi sin que nuestras tetas perdieran contacto, en esta postura llevó su boca hasta mis tetas y de nuevo se puso a chupármelas, yo en ese momento estaba tan excitada que no pude evitar llevarme una de mis manos a mi coño y masturbarme metiéndola por debajo de mi tanga.

Elena que quitó el tanga y primero llevo sus tetas hasta mi sexo e hizo que estas se tocasen con mi sexo, después llevando su lengua a mi coño comenzó a mamármelo, no sabía si tenía experiencia de antes, o había aprendido conmigo, pero el asunto es que me estaba dando un placer enorme, sabía cómo atacar mi coño, me estaba volviendo loca de placer, y no le costó que me corriera.

Ahora me tocaba a mi vengarme, la quité las bragas a ella y su coño apareció ante mí, primero le acaricie con mis dedos, ell se puso a gemir, después utilice mi lengua para esta tarea, como ya lo había hecho varias veces, sabía en que puntos del mismo podía lamer para provocarle más placer, y sus gemidos me demostraban que estaba lográndolo, no tarde en hacer que se corriera y una gran cantidad de sus líquidos fue a par a mi boca, ya más calmadas, pasado el primer calentón pase a contarle u poco a Elena lo que iba a suceder esa tarde:

Dentro de un rato va a venir a vernos un joven, podemos jugar con él pero no podemos follar, es virgen y debe de seguir siéndolo, hasta que alguien muy especial de encargue de desvirgarlo, no vamos a ser ni tu ni yo, pero si alguien que conocemos y te va a sorprender.

-¿Y quiénes son ellos?, preguntó Elena,

-Te va a sorprender mucho

-Bueno ya que me dejas con las ganas de saber quiénes son no me dejes con las ganas de comerte el coño de nuevo, dijo Elena.

Por supuesto no la iba a dejar, y poniéndome encima de ella, en posición invertida, la boca de cada una se juntó con el coño de la otra y comenzamos a comernos con verdadera ansia. Y en esas estábamos cuando sonó el portero automático, ordené a Elena permanecer en la habitación mientras yo iba a abrir, y eso hice.

Cuando abrí la puerta ya apareció Román vio como con mi dedo le hacía una señal de permanecer en silencio, y así le conduje hasta el salón, donde le ordené sentarse en el sofá. Después, cuchicheando, ordené a Elena vestirse e ir al salón, cuando llegó a estr sitio tanto ella como el hijo se llevaron una gran sorpresa, y fue Elena la primera en hablar.

-Vaya, así que aquí es donde pasa el señorito las tardes, cuando dice que va a la biblioteca.

Román no sabía dónde meterse, se sentía avergonzado de haber sido pillado en una mentira, se levantó del sofá, e hizo ademán de irse, pero entonces Elena le dijo:

-Tranquilo Romancín, era como le llamaba cariñosamente su madre, si tú haces lo que yo te diga, ni tu mami ni tu papa sabrán el hijo tan mentiroso que tienen

-¿Qué tengo que hacer? preguntó él nervioso y asustado, te daré todo el dinero que me pidas.

El dinero no tiene que ver, respondió Elena, sino el hecho de que seas obediente conmigo, hizo una pausa, sino el que sea obediente conmigo, hizo otra pausa y añadió, una de las diferencias que tienes con tu padre es que tu no vienes a mi habitación alguna noche.

-¿Mi padre va a verte a tu habitación para pecar?, preguntó asustado.

-Así es mi niño, dijo Elena, y lo primero que quiero hacer es comparar vuestros tamaños.

Acto seguido le desabrochó los pantalones, bajándoselos hasta el suelo, y después cogió con las dos manos el bóxer y se lo bajó ligeramente hasta dejar su polla al aire, al verla dijo:

-La tienes un poco más grande que tu padre, pero tampoco es que sea una maravilla de la naturaleza, se la puedes meter a alguna chica, pero creo que no te va a venir mal que un negro te la meta por el culo alguna vez.

El hijo de Eva estaba muy nervioso, sabía que su sexualidad iba a estar en manos de una mujer que no tenía por qué tenerle simpatía, Elena por su parte se subió el vestido hasta dejar al descubierto la totalidad de sus piernas y sus bragas, ante esa visión la polla del chico comenzó a endurecerse, mientras la criaba le masturbaba, y riéndose le dijo, con ironía:

-¿Qué le pasa al señorito?, ¿Le pone caliente ver las piernas de su criada al descubierto?, ¿O son las bragas?, jajaja ¿sabe que su señor padre me las compró, para que las llevara puestas los días que viene a follarme porque le ponen muy cachondo? Jajaja, ¿O es la paja que le estoy haciendo?

Elena paró la masturbación, y el chico llevó sus manos hacía su polla, para continuar haciéndolo él, pero Elena le dio un manotazo en ella y se lo apartó, mientras con una voz muy autoritaria le decía:

-Hoy la señora soy yo, y es de mala educación que un hombre, bueno un chico, jajaja se masturbe delante de una dama. Los primero que el señorito tiene que hacer es bajarse los pantalones y quitárselos.

Toman obedeció, después Elena le ordeno sentarse en el sofá la polla del chico estaba completamente dura, y Elena dijo:

-Aquí lo primero es que el señorito vea como es una mujer de verdad.

Y se quitó primero la blusa, después la falda y por último el sujetador, quedándose solamente con un tanga muy sexy, que como ya hemos visto le había regalado el padre del chico, y después mirando al chico le preguntó:

-¿Te gusto?

Tanto la cara del chico, como el estado de su polla confirmaban que si que al chico le gustaba la criada, esta volvió a llevar su mano a la polla del chico y se puso a acariciarla, mientras le repetí:

-El señorito la tiene más bien normalita, pero más grande que su padre y me parece que tanto uno como otro están destinados a ser unos cornudos, debe aprender a aceptarlo.

El chico parecía ajeno al discurso de la criada, pero no podía apartar los ojos de sus tetas, ella se dio cuenta y le ordenó:

-Tócalas

Román se mostró otra vez obediente y se puso a acariciarle los pechos, ella le sonrio y dijo:

-Esta es otra cosa en la que no es que seas muy hábil, pero claro comparado con tu padre, y añadió, ¿Dime una cosa, quieres a tu padre?

El chico negó con la cabeza, después dijo que le parecía un estúpido.

En ese momento Elena apartó las manos del chico de sus tetas y acercó las mismas a la polla de él, después con una de sus manos la restregó entre sus tetas, mientras le decía:

-Oye so cabrón, disfruta, pero no se te ocurra correrte sin mi permiso y por el momento no quiero que lo hagas.

Como la señorita diga, dijo Romancín, comprendiendo su papel de sumiso.

-Así me gusta, dijo ella, te has ganado un premio.

Y después de decir esto, se puso de pie, mientras el chico seguía sentado en el sofá, y agachándose se puso a chuparle la polla, pero no estuvo mucho tiempo, le volvió a recordar:

-Una cosa es que disfrutes un poco y otra que te corras.

Después se inclinó sobre su señorito y puso la polla del chico entre sus tetas, y añadió:

-Aquí tienes otra cosa que al cornudo de tu padre le encanta.

Y comenzó a masturbar la polla del chico de nuevo, notaba cuando él disfrutaba y le dejaba hacerlo un poquito, pero no mucho, después paraba y reiniciaba el proceso, dejando al chico siempre con las ganas, mientras le decía:

-Acostúmbrate cornudín

Fue en ese momento cuando me decidí a entrar, Elena refiriéndose a mí, le dijo al chico:

-Mira niñato, aquí tenemos a nuestra gran diosa, y es nuestro debe rendirla culto, ponte detrás de ella y quitarla la falda

El chico, una vez más obedeció y yo me quede con solo un tanga ligerísimo tapando mi coño, en ese momento la criada ordenó a Romancín inclinarse un poco, hasta que su polla, que seguía durísima, entrara por debajo de la prenda que tapaba mi coño, Elena por su parte se arrodilló y comenzó a acariciar mis muslos, a mí esto me resultaba tremendamente excitante.

Al cabo de un rato Elena dijo:

-Ama Isabel ¿Me dejas hacer cosas con él?

-Por supuesto, por supuesto, dije yo, sorpréndeme

Elena me pidió que me apartara y me pusiera a su lado, y después mirando al chico le dijo:

-Dime cornudín, ¿A que te gusta que tu polla entre en contacto con las tetas de tu criada?

Y sin esperar la aprobación de chico, que de otro lado se dio cuenta de que su respuesta no importaba nada, la criada arrimó sus tetas la punta del pene del chico, que hizo con su cara un gesto de placer. Se la tuvo así un rato hasta que sintió que Romancín está disfrutando mucho. en ese momento ella me pidió que me pusiera a su lado y las dos nos pusimos a sobar la polla del chico, se le notaba que estaba disfrutando, pero Elena dijo:

-Si seguimos mucho así esta salido se va a correr, vamos a cambiar de actividad.

Y me pidió que me pusiera de pie, y que alzara una de mis piernas hasta que rozara con la polla del chico, yo alce una de mis piernas y la puse en ángulo, hasta que tocó con la polla de Romancín, cuando lo hice Elena con la palma de la mano empezó a guiar la polla de nuestro invitado, que ante el taco de nuestros cuerpos comenzó a ponerse bien dura, le dejamos disfrutar un poco. En ese momento Elena me dijo:

-Creo que una vez me dijiste que tenías una fusta que algunas veces usabas von tu marido.

Era cierto y así se lo afirmé, ella me pidió que fuera a por ella, y así lo hice, después la criada me pidió que volviera a poner una de mis piernas en ángulo hasta volver a conectar con la polla del chico y le dijo:

-So vicioso, se que te mueres de ganas de probarlo, pero para que lo hagas en serio tendrás que ser muy vicioso y cornudo, mientras vas a dejar que tu mamita, que soy yo y la tía Isabel te hagan cositas.

Y me hizo un gesto para que las dos nos pusiéramos a acariciarle la polla nuevamente. Tras ello Elena le dijo:

-Ahora vas a confesar a te nosotras lo vicioso, o lo tonto que eres. ¿Dime cornudín te la meneas?

El chico hizo una señal de que si

-Así me gusta que seas sincero, dijo Elena.

-¿Con las bragas de tu madre?, le pregunté yo.

Esta vez la respuesta fue negativa, y Elena le sacudió con la fusta en el pecho, y le dijo:

-Este golpe por tonto.

-A partir de hoy, le dije yo, salvo que Elena o yo te digamos otra cosa te vas a hacer pajas sobre la ropa de tu madre, y pobre de ti como la criada no veamos que se lo haces.

El chico puso cara de asustado, pero a la vez sentíamos que iba a disfrutar con la tarea. Pero Elena no se conformó solo con eso, sino que le dijo:

-Ahora te vamos a enseñar lo que te puede suceder si no eres un chico obediente.

Me hizo una señal para que le diera un pequeño golpe con la fusta en su pene, no lo hice muy fuerte, pero el chico al recibirlo soltó un sonido mezcla de grito de dolor y gemido de placer, y para mi sorpresa su polla se puso aún más dura, en ese momento Elena dijo:

-Mira el muy cabrón se empalma ante la amenaza de un castigo, jajaja

Con la fusta sobre la polla del chico, le dije a la criada:

-¿Qué te parece si este joven, cuando a ti te apetezca te hace visitas nocturnas, a tu cuarto, igual que hace su papa?

-Por mi encantada, dijo Elena.

-Eso sí, nada de que te la meta por ninguno de tus agujeros, la terea de desvirgarle se queda para quien se queda, añadí, aunque ella aún no lo sabe.

Elena entendió mi idea y me dijo:

-Que perversa eres, jajaja, pero ahora yo quiero hacerle algo especial.

-Por supuesto querida, dije yo.

Elena fue a por una silla que había cerca y se sentó en ella, se puso los zapatos, de tacón que había traído, me pidió que sujetara la polla del chico y se la meneara, cuando la tuvo bien dura acercó el empeine de su zapato a la polla del chico y se puso a rozarla, mientras le decía:

-Mientras no contradiga a tu ama Isabel, me reconocerás como tu ama, aceptaras cualquier orden que dé incluso si es contraria a lo que a ti te apetezca y aunque perjudique al cornudo de tu padre y a la tonta de tu madre.

-Si mi ama Elena, asó será seré tu perro y tu esclavo y solo a tu y al ama Isabel obedeceré.

-Asó me gusta, dijo la criada.

Y mientas yo se la sujetaba, ella con su zapato seguía rozando la polla del chico, que no podía ocultar el placer que esta situación le estaba produciendo, Elena muy segura de si misma seguía masturbando la polla del chico que demostraba haber perdido cualquier reserva a manifestar su condición de sumiso hasta que se corrió y una parte de su semen fue a parar al pie y al zapato de su nueva dueña.

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