Mia y Kati, madre e hija, dos culos de infarto (2)

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Se puso ella misma de perrito y le he echado una escupida a ese ojete y comienzo la penetración. Qué culito más apretado tiene esta chica y con paciencia se lo fui dilatando hasta que mi glande entró y dio un buen gemido. Le dije que se relajara o quería que se lo sacara. Me pidió que se lo sacara y que se lo volviera a meter, que esa sensación de dolor le había gustado. Repetí aquello una docena de veces hasta que ella misma movía la pelvis y poco a poco se hundió mi verga.

Me pedía que se la sacara toda y que se la volviera a meter y me dijo: ¡Nunca pensé hacer esto Tony! ¡Me encanta, que delicia! -Esa voz llevaba timbre de erotismo y comencé a taladrar ese culo con la confianza que esta niña lo estaba gozando. Ya estaba buscando mi primera corrida, pues cuando uno tiene ya mucho tiempo excitado, como que uno pierde sensación y le daba a ese culo y me concentraba en esas nalgas y tetas que colgaban libres.

Los gemidos de Kati me ayudaron a encontrar esa vía y en ese momento me decía que se corría: -Tony me vengo… por Dios me vengo. Oh… Dios, que rica su verga, deme duro, deme esa verga, entiérremela toda… así, así papito… Uff ¡que delicioso! Mis pectorales y espalda estaban sudadas y ese golpeteo se intensificó y el chapoteo de mi verga entrando y saliendo de ese hermoso culo se escuchaba fuerte y todo eso y los gemidos de Kati me llevaron a la gloria y exploté, mis huevos se fruncieron y le escupí tres a cuatro compresiones de esperma.

¡Que rica esa corrida! Estuvo fenomenal y ver a esta chica correrse analmente era un incentivo más que deberíamos repetir. Nos fuimos a bañar juntos donde también hubo de todo. Kati se fue bien servida y bastante exhausta esa tarde pues pasamos cogiendo entre descansos breves cuatro horas. Quedamos en volver a coger cuando ella se moviera a su nuevo apartamento cerca de la universidad.

Y ese día que cogíamos en su cama, me pidió filmar con su celular cuando me montaba a la inversa dándole por ese rico culito. Quería tener algo visual para ella usarlo como inspiración en sus momentos íntimos de autosatisfacción. Me dijo que ahora que vivía a solas podría tener juguetes sexuales y me comprometí a regalarle algunos y ella me dijo que siempre tendría las piernas abiertas para mi cuando quisiera llegar.

Ahora, con Mia su madre, mi amiga Diana me ha dicho que ella piensa invitarme a un asado a su casa. Me va a decir que a ella ha invitado a Diana y a su esposo y que en una llamada telefónica Diana nos dirá que por algunos motivos no podrá llegar dejándonos solos y que definitivamente Diana sabe que Mia quiere coger, está necesitada de una buena cogida.

No ocurrió de esa manera, creo que Mia intentaba sacar de todo contexto a mi amiga Diana, para que de ninguna manera ella supiera que se había involucrado conmigo, para no tener cola que le pisen, aunque es algo que se lo quería hacer, pero no con mis pies. Fue una llamada telefónica:

-¡Hola Antonio! Me gustaría invitarte a cenar a mi casa. Ya que mi hija se movió a su apartamento, siento que esta casa me queda muy grande y silenciosa. ¿Cree que algún día de estos me puede acompañar? (La conversación fue mucho más larga, pero en este formato solo te permiten 4000 palabras por relato).

-¿Qué te parece si lo dejamos para este próximo viernes por la noche? 6 pm ¿te parece?

-Me parece bien… dame alguna llamada si hay cambios.

Esos tres días me daban la pauta de pensarlo bien pues, aunque ya había tenido la experiencia de cogerme hermanas y madres, a mis 58 años el contexto, lo que esto implicaba me parecía a esta edad un enorme peso y más que todo porque me había fascinado coger con esa chica tan linda que es Kati y con la que había quedado otro encuentro y llevarle juguetes sexuales ese sábado.

Esa semana ya habíamos cogido con Kati en dos ocasiones diferentes, intentar cogerme a su madre ese viernes y regresar con Kati el sábado no me hacía sentirme muy bien. Pero como dicen por ahí que muchas veces nosotros los hombres pensamos con la cabeza de abajo más que todo, el viernes estaba tocándole la puerta a la hora pautada.

Lo sorprendente para mí era la fuerza de Mia pues, no hubo protocolo absoluto. No sé si ella lo planeo así, lo deseaba así, quizá pensando que no le quería darle vueltas a esto y optó ella ir derecho al grano. Abrió la puerta y nos dimos un beso que parecía éramos pareja de por toda la vida. Esos besos de lengua fueron de un nivel de triple x. No hubo invitación de bebida o de alardear del entorno de su casa. Simplemente nos besábamos y ella me atrapaba del cuello y yo de sus hermosas nalgas.

Mia vestía un pantalón negro bien suelto y cuando le masajeaba sus nalgas podía sentir los relieves de sus bragas… no era una tanga, era algo así como un cachetero de tela que podría parecer áspera. Solo vestía una blusa desmangada y con un brasier que era obvio y le sostenía sus hermosas tetas comprimidas.

No recuerdo muchas palabras, pues ni siquiera me invitó a sentarme o tomar algo y me desprendió del cinto, mis pantalones se fueron abajo y, mi verga apareció por una de las mangas de mi bóxer y se escuchaba ya ese chapoteo de una rica mamada. La única frase que repitió varias veces, pues gravaba con mi celular la situación por cualquier cosa y que Mia repetía mientras hacía pausas para respirar y tragarse mi verga: -¡Que hermosa verga tienes! Quiero sentirla en todo mi cuerpo.

Mia estaba acurrucada mamándome la verga y la levanté para quitarle su camisa y brasier. Era el molde de la chica que me había cogido días atrás… unas tetas sólidas, con unos pezones cafesosos y alargados. Le bajé el pantalón rápidamente y me quedó esa silueta de un cuerpo perfecto y sin quitarle el cachetero sabía que era una raya bien depilada y con unos labios que parecían unos pétalos de rosa. Al igual que Mia yo no tuve protocolos y me fui a invadir su sexo y le hundí mi lengua en su panocha cuando ella estaba todavía parada. Ella ya lo esperaba y abría las piernas como haciendo flexiones y sentí al igual que los de su hija, esos jugos espesos y dulzones.

Nos devanamos en esa alfombra de su casa como si estuviéramos poseídos y podía sentir los jugos de su vagina emanando. Sabía que se iba a correr y ella como que se quería soltar y me até a sus caderas y le di un lengüeteo frenético a esa panochita que no tenía más que explotar. Se corrió de una manera divina y escandalosa y en español me dijo lo siguiente en esa intensidad de su orgasmo: -¡Esta cuquita es tuya guapo!

Por alguna razón Mia pensaba que yo era árabe y que no hablaba español. Ella había nacido en El Salvador y había venido por estos lugares cuando ella solo tenía 5 años. Yo no me lo imaginaba pues su inglés es fluido. En ese momento supimos que teníamos el idioma en común y que, por mi experiencia con chicas suramericanas, centroamericana, sabía que me decía: -Mi sexo es tuyo.

Fue un orgasmo escandaloso que le había provocado oralmente y cuando se recuperaba y nos levantamos me dio un beso de lengua en la boca saboreando sus propios jugos vaginales. Apoyó sus ricas nalgas contra el parte de descaso de los brazos de un sofá de cuero y me haló para que le metiera la verga en esa rica cuca. Levantó sus piernas y le he quitado el cachetero bien mojado y una liga espesa se extendió hasta que se rompió. Mi verga estaba totalmente erecta y le he insertado mi falo sin misericordia y lo ha recibido con un aullido y una pequeña frase: -¡Ay que rico!

Pasé a un taladreo frenético que Mia se sostenía sus tetas y le di por algunos 5 minutos con sus piernas elevadas apoyadas a mis pectorales y sabía que se iba a correr de nuevo pues su vagina me lo decía. Ese vibrar era rico de su vagina y sus jugos eran muy abundantes y se oía el golpeteo de mi pelvis en sus nalgas y el chapoteo delicioso de mi verga pompeando su rica cuquita. Miraba como me miraba, de vez en cuando cerraba sus ojos y se mordía los labios y me decía: -¡Que rico Tony, dame así, amor, cariño no pares, dame así, si así cariño, dame esa verga mi amor: Allí, allí, allí… no pares, dame, dame, Uff que rico, me vengo, me vengo, vengo… uff.

Un segundo orgasmo más escandaloso que el primero y podía ver su respiración profusa, su piel húmeda por el sudor de la batalla sexual y en una maniobra de mucha flexibilidad en el mismo sofá, ahí donde uno regularmente descansa los brazos, ahí se volvió a acostar y me pidió que le cogiera la boca de esa manera. Comenzó con mi verga en una mamada rica y luego me pidió que me diera vuelta como prácticamente dándole las nalgas y comenzó a chuparme los huevos y luego me paseaba su lengua en mi perineo hasta sentir su lengüetazos en mi culo y con sus manos me la chaqueteaba.

Ahí me comenzó a abrir el cielo y ella lo presintió también y me dijo que se lo echara en la cara. Me di vuelta de nuevo, siguió chupándome solo el glande y a masajearme con sus manos los huevos y exploté con una buen corrida que le dejé ir 3 a 4 compresiones de esperma que le llegó hasta por sus hermosas tetas.

Aquella sala olía a orgasmo y ya que estábamos recuperando la respiración podía ver ese lindo rostro y cuerpo húmedo de Mia. Era muy parecido al cuerpo de su hija, al igual el cabello largo, lacio y oscuro cayendo casi en sus nalgas. A diferencia de su hija que no tenía tatuaje alguno; Mia si lucía unos que recorrían su columna vertebral con algo que parecían jeroglíficos en color negro y algo muy similar en sus hombros.

Estéticamente se le miraban bien pues odio un cuerpo lleno de manchas que no tengan sentido y que no tengan simetría con ese cuerpo. Mia se volvió a acercar y me sentó en ese sofá y me la volvía a mamar con una felación bien rítmica que me la volvió a parar en un par de minutos hasta que ya no le cupo en la boca. A esta mujer le encanta mamar y que rico es verla como se traga una verga. Y así pasó por unos diez minutos.

Me levantó y nuevamente buscó el mismo sofá y donde se me puso de perrito y ella me lo pidió: -¡Fuck my ass Tony! (Cógeme el culo Tony). – Miraba ese hermoso culo que prácticamente era el molde de su hija y comencé lentamente a chuparle las nalgas. Se le erizaba la piel sintiendo mi lengua en las paredes y alrededor de sus nalgas. Es una delicia hacerle un oral a este culo, es un culo espectacular como si se lo hubiese mandado a hacer. Desde ese punto miraba esa flor, una flor preciosa que succionaba apretándole el clítoris para sentir sus jugos dulzones.

Me concentré en ese culo y le chupeteaba y succionaba el ojete, le metía un dedo y me quedaba lengüeteando su perineo, dos dedos y volvía a hacer lo mismo, al principio lento y luego más rápido y mis dedos perforaban ese culo una y otra vez mientras Mia solo gemía y me incentivaba diciéndome cosas: -Quiero esa verga en mi culo Tony, este culo desea tu verga cariño… dámela, no seas malo, dame, verga Tony… la quiero sentir ya mi amor, dame tu verga cariño.

Así pasamos unos diez minutos y sus contracciones de su vulva me decían que estaba a poco de correrse de nuevo y le asomé el glande y me dijo: -¡Que rico mi amor! ¡Lo quiero todo, métemela toda Tony… si así cariño… Métemela toda hasta sentir tus bolas en mi cuquita! La tenía toda adentro y ella comenzó con su movimiento pélvico y yo dejaba que ella hiciera ese movimiento rítmico y yo de repente la sorprendía con una estocada que el golpe producía ecos en las paredes. A ella le gustaba ese golpeteo fuerte y me pidió que le acelerara el golpeteo que ya sentía que las luces se encendían… Hay veces hacía como que se corría y luego una pausa.

Nuevamente gemía y parecía que se estaba viniendo de nuevo, pero a la tercera podía ver las contracciones de sus nalgas que no tenían control y se dejó caer con un escándalo que parecía la ahogaban y no dejé de darle verga hasta que de nuevo mis testículos se fruncieron y le dejé ir un par de escupidas de esperma en su culo. Mia bufaba, se ahogaba en su excitación y mi verga salía flácida dejando su culo bien abierto.

En esta última ocasión ella me invitó a pasar a la ducha y a asearnos. Nos comíamos a besos, ella me chupaba la verga y yo las tetas, ella el falo y yo su cuquita y culo. Nos secamos y fue hasta allí cuando me invitó a una bebida. La verdad que habíamos comenzado con el postre y me había sorprendió y encantado. Mia es una mujer que tiene mucho vigor en el sexo y luego de unos apetitivos nos echamos otro asalto donde ella me montó y de frente y a la inversa me cogía la verga con su cuca y dejando el culo por último.

Tiene un vigor que creo se habrá corrido seis veces en ese asalto y donde yo me corrí de nuevo en su culo. De hecho, en ese asalto su hija Kati nos interrumpió con una llamada a su madre y solo dio una excusa con la promesa de llamarla lo más pronto. Y ahora pensaba en la cogida que le estaría de estar dando a Kati el siguiente día. Pero con su hija sé que la entretengo mucho con mi lengua y dedos o los juguetes que le pienso llevar.

Con Mia pasamos unas cuatro horas entre comiendo apetitivos y a nosotros mismos. Fue una cogida espectacular donde al despedirnos me pidió discreción junto a la promesa que cuando yo quisiera lo repetiríamos. Mia a sus 36 tiene esa experiencia en coger y es libre y lo hace rico y al otro lado esta su hija que es más inocente y que parece mas tímida, pero igual es un rico polvo con el cual me voy a entretener hasta que pueda. Si me preguntas con cual me quedo, te diría que por el momento con las dos.

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