Mi hijo y la madre de su amigo Pedro

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Para mi hijo pequeño, su encuentro con Vanesa, la abuela de su amigo Pedro, había sido muy especial, aunque se lo había hecho con la madre de algún amigo y había comenzado a preguntarse ¿Por qué ellos no tenían con sus madres una relación como la que teníamos él y yo? Así que puso sus ojos en Carmen, la madre de pablo y este fue el resultado, según su relato.

Carmen la madre de Pablo era muy diferente a Vanesa, su abuela, estaba más bien rellenita, ósea que no cuidaba su figura tanto como su madre, pero tenía unas tetas impresionantes, más de una vez me había fijado en su canalillo y me había hecho pajas pensando en ella, pero después de que mi madre me iniciara y me lo hubiera hecho con la abuela de Pablo, la pregunta de ¿Por qué no con Carmen? Comenzó a dar vueltas en mi menté.

Todo se solucionó solo cuando Carmen me llamó y me dijo que quería hablar conmigo, eso despertó mi imaginación, cuando llegué a su casa y llamé, ella me abrió, llevaba puesto un vestido rosa que dejaba al descubierto gran parte de sus piernas y una amplia zona de sus tetas.

Me recibió con un beso de los normales cuando estaba su hijo y me invitó a pasar a la cocina donde estaba preparando un guiso, me explicó porque me había llamado, quería darme las gracias porque ese día había llevado a su hijo a casa de su abuela y no a la de ella:

-Si mi marido le pilla borracho es capaz de darle una paliza de campeonato.

Yo le dije que lo había hecho encantado que Pedro era mejor amigo, y que le quería mucho, Al oír mis palabras ella me abrazo, ella estaba de pie y yo sentado, mi cabeza fue a dar contra sus tetas, me pareció la gloria, y yo restregué mi cabeza contra ellas, Después me dijo que, si me apetecía algún regalo, por ser tan buen amigo, yo le respondí que me gustaría tener una foto de sus tetas, ella se rio y me dijo:

-Pero si eres un niño, ¿No deberías esperarte a crecer?

-No soy un niño, repliqué yo, tengo dieciocho años.

-Está bien, dijo ella, te dejo que me lo hagas, quizá te necesite a ver si lo de mi hijo con el alcohol no va a más.

Se bajó las hombreras de su vestido y dos tetas impresionantes aparecieron ante mis ojos, estaba excitado y creo que ella lo notó, la hice la foto, y fue en ese momento cuando ella, señalando a mi polla, que se había puesto durísima y pugnaba por salir de dentro de mi pantalón, me dijo:

-Se nota que es verdad lo de que ya no eres un niño, jajaja, y has despertado mi curiosidad.

Me hizo levantarme, y ella se arrodilló ante mí, rápidamente dirigió sus manos hacia el botón de mi pantalón, y de un golpe me bajo los pantalones y el short, mi polla se quedó al aire y estaba completamente dura, ella al verla dijo:

-Efectivamente esto no es de un niño, es de un hombre y bien dotado.

Y cogiendo mi polla con una de sus manos la rodeó con esta y comenzó una deliciosa paja, yo me la había meneado muchas veces pensando en ella, pero ahora era ella quien me la estaba meneando y lo hacía muy bien, estuvo así un rato, y después dejó su mano y acercando su boca a mi miembro comenzó a hacerle una deliciosa mamada, Pero estuvo poco tiempo así, de repente se sacó mi polla de su boca y me dijo:

Así que al nene le gustan mis tetas, pues ¿sabes una cosa? A mí me encanta tu polla.

Cogió mi polla con su mano y la acercó a sus tetas haciendo que mi punto rozase con una de ellas, ello me produjo un placer increíble, que aumentó todavía más cuando me la metió entre sus dos pechos, era algo maravilloso, y tras un rato dijo:

-Quiero volver a saborearla y se la metió en su boca.

La mamaba muy bien, sin duda el cabron de su marido, nunca me había caído bien quizá por la dureza con que trataba a pedro, así que pensar que le estaba convirtiendo en un cornudo no solo no me importaba, sino qu me estimulaba para seguir follando con esa mujer.

Al rato ella me dijo:

-Estoy cansada de estar de rodillas, mejor me tumbó y te la sigo chipando así.

De esta manera continuamos con nuestro encuentro, hasta que ella me dijo:

-Mi amor no quiero que te corras aún, sácala de mi boca y utiliza mis tetas.

Yo, muy obediente, se la saqué de su boca e introduje mi polla entre esas dos deliciosas tetas, hasta que ella dijo:

-Tengo una idea, ponte de pie.

Otra vez fui un niño obediente, nos levantamos los dos de suelo, ella fue hacia la nevera sacó un bote de esta y vino hacia mí, vi que el bote era de crema, y para mi sorpresa se lo untó sobre sus tetas y dijo:

-Así te sabrán más sabrosas.

Adoraba esas tetas y las hubiera chupado, aunque tuvieran espinas, pero tenían deliciosa nata sobre sus pezones, lo que las convertía en algo muy agradable, así que sacando mi lengua de la boca la lancé sobre ese parde pechos deliciosos y me dispuse a saborear tanto los mismos como las tetas que cubrirán, el saber era increíblemente delicioso. En un momento dado metí mi cabeza entre ellos era divino y ella dijo:

-Mi niño, eres maravilloso.

Pero yo en ese momento sentí que tenía necesidad de lanzarme hacia una zona del cuerpo de Carmen que aún no había gozado, así que me levanté un poco, le alcé el vestido, y vi que no llevaba nada debajo:

-Es que estando yo sola en casa, trato de justificarse

Pero a mí no me molestaba que no las llevara, al contrario, así no tenía que quitárselas, la hice sentarse sobre uno de los muebles de la cocina, me arrodillé ante mi diosa, e introduje mi lengua en el interior de su coño, que no necesitaba nata para estar delicioso, ella al sentir mi lengua se puso a gemir, mientras decía:

-Mi rey esto es fantástico, se me había olvidado de que existía de tanto como hace que no me lo comen.

¿Así que el cabron de su marido no se lo comía? Pues se merecía un buen par de cuernos, como los que yo le estaba poniendo en ese momento, así que seguí con mi lengua en el interior de su coño, hasta que sentí como se corría. En ese momento ella me dijo:

-Ya que hemos llegado hasta aquí, lo suyo es que lleguemos hasta el final.

Me pido que me tumbara en el suelo y poniéndose encima de mí introdujo mi polla dentro de su coño, y comenzó a moverse, sentada sobre mí, mientras con sus manos acariciaba sus tetas, yo estaba disfrutando muchísimo, mientras ella decía cosas como:

-Menuda polla tienes, mi niño, es fantástica, mucho mejor que la de mi marido, ¿Por qué no lo habremos hecho antes?

Mientras se seguía moviendo, estar dentro de su coño era una delicia, tragaba mi polla con su coño con verdadera glotonería, era maravilloso, yo sentí que si seguía en esta postura no iba a tardar en correrme, así que la pedí:

-Carmen, ¿me dejas ponerme a mí encima, es que me apetece mucho.

-Vaya el nene empeñado en demostrarme que es todo un hombre, por mi encantada mi amor, me estas demostrando que lo eres.

Y tras decir esto se salió de mi polla y se tumbó en el suelo y abrió bien sus piernas, mientras decía:

-Venga demuéstrame lo macho que eres.

Yo me puse de rodillas con mi polla al lado de su coño y la introduje en su interior, ahora era yo quien llevaba el ritmo, ella se puso a gemir mientras decía:

-Eres un macho, sabes cómo satisfacer a una mujer.

Y tras un fuerte gemido noté como se corría, yo la seguí follando, lo estaba disfrutando a tope, cuando ella notó que me iba a correr me pidió:

-Mi amor córrete entre mis tetas, es algo que me apetece mucho.

Saqué mi polla de su coño y la metí entre sus pechos ella se los apretó, y yo comencé a moverme dentro de ellos como si fuera una polla, hasta que no pude aguantarme más y eyaculé, soltando una gran cantidad de leche entre ellas.

Se la saque, ella se puso a restregarse mi semen entre sus tetas cuando en esos momentos oímos como una llave entraba en la cerradura de la puerta de la casa, con rapidez nos vestimos afortunadamente para ella solo llevaba el vestido que se puso de un golpe, yo como pude me puse el short y los pantalones y me dejé la camisa desabrochada, cuando Pedro entró en la cocina nos encontró así, ella dejó que mi amigo se acercara y la diera un beso en la mejilla mientras le decía:

-Mi amor tu amigo ha venido a verte y te estamos esperando, como aquí en la cocina hace mucho calor se ha desabrochado la camisa,

No sé si Pedro se tragó el cuento, pero no estaba en condiciones se ser muy protestón, si le decía algo a su padre, este podía separarse de su madre y eso se veía que no le apetecía, y de otro lado yo podía contarle a este lo de su borrachera, sea porque hizo esta reflexión, o sea porque se creyó lo que le decía su madre el asunto es que aceptó la situación, yo estuve con el un rato y después me volví a casa.

Pocos días después recibí una llamada de Carmen, con voz melosa me dijo que ni su marido ni su hijo iban a estar al día siguiente. Por supuesto le prometí que esa tarde iría a verla. Cuando llegué Carmen me recibo con el mismo vestido de nuestro anterior encuentro, como queriendo hacer ver que era su continuación, me llevo al sofá del salón, nos sentamos en él y comenzamos a besarnos, mis manos fueron directamente hasta sus enormes tetas que su vestido apenas podía contener y bajándole los tirantes de este se las saqué. Ella me dijo:

-¿Al nene le apetece que mama le dé tetita?

Después me hizo tumbarme en el sofá y arrimó sus tetazas a mi cara, yo acerqué mi boca a una de ellas y metiéndome uno de sus pezones en ella comencé a mamársela, ella se puso a gemir, mientras me decía:

-Me encanta mi amor.

Y llevó su mano hasta mi polla y se puso a acariciarla por encima del pantalón, la sensación que comencé a experimentar en ese momento era maravillosa, llevé una de mis manos hacia sus muslos que el vestido apenas tapaba.

Rápidamente nos quitamos la ropa la ropa, que en su caso era de apenas un tanga, diminuto y transparente de color azul, la dije lo mucho que la deseaba, ella me ordenó tumbarme sobre el sofá y se colocó de rodillas encima de mí, sus adorables tetas quedaron ligueramente por encima de mi cabeza, por lo que me puse a chupárselas, hizo que mi polla se introdujera en su coño, y comenzó a moverse encima de mí de una manera muy ágil, que nadie pensaría, yo estaba gozando muchísimo, mientras ella me decía:

-Mi amor follas muy bien me estas haciendo disfrutar mucho más que mi marido, te adoro.

Y mientras seguía cabalgándome, se echo hacia delante de manera que sus tetas quedaron pegadas a mi cabeza, la moví un poco hasta que mis labios alcanzaron uno de sus pezones, se lo lamí un poco y luego me lo metí en su boa y me puse a chupárselo, a ella le pareció encantar y dijo:

-Así que el nene quiere tetita, mami se la da encantada

Yo en ese momento me imaginé ser Pedro, y una pregunta rondó mi cabeza, ¿se lo imaginaba ella también?, no eran celos, solo quería disfrutar con ella, y era una pena que teniendo una madre y una abuela tan putas, Pedro no disfrutara de ellas, como hacía yo con mi madre, pero eso no tenía solución y se trataba de aprovechar el momento y gozar de él. Ella seguía cabalgándome y gimiendo a tope, y así rs tuvimos hasta que fui yo quien le dije:

-Carmen, me encantaría llevar el ritmo yo, al menos durante un rato., llevas razón mi amor.

-Llevas razón mi amor, me respondió ella.

Se bajo de encima de mí y se tumbó sobre el sofá y elevó la pierna que daba al respaldo de este, quedando su coño muy bien abierto, yo me use delante de ella, de rodillas, a la altura de su coño y de un golpe se la metí y comencé a moverme, ell se puso a gemir como una loca, mientras me decía:

-Mi amor, esto es fantástico.

Seguí follandomela en esa postura, mientras ella me decía:

-Mi amor, hacia años que no gozaba tanto.

Estuve folandomela en esa postura hasta que sentí que me iba a venir, intenté sacársela, pero ella me dijo:

-Mi amor no la saques. Quiero que te corras dentro de mi y que tu leche riegue mi coño. Tranquilo que no le vas a dar un hermanito a Pedro.

Sus palabras quitaron cualquier escrúpulo, así que seguí moviéndome dentro de su coño, hasta que no pude más y una gran cantidad de leche salió de mi polla y regó su coño, ella dijo:

-Mi amor, esto es fantástico, lo repetiremos todas las veces que podamos, si tu quieres, pero eso sí, que no se entere nadie, especialmente mi marido, me molería a palos, ni mi hijo, me daría mucha vergüenza.

No estaba muy convencido de cumplir lo segundo, oero por supuesto le dije que si, nos besamos apasionadamente, y en ese momento, lleve mis manos a su culo y me puse a acariciárselo, note como le gustaba, y me atreví a decirle:

-Carmen ¿Me dejas meter mi polla dentro de tu culo?

-^Lo dices en serio?, preguntó ella, vio mi cara y añadió, si te apetece es tuyo, como el resto de mi cuerpo, pero hace años que no recibo visitas por ahí, hazlo con mucho cuidado, debo de tenerlo muy cerrado.

Le dije que por supuesto ella se puso a cuatro patas encima del sofá, apoyó sus brazos sobre uno de los respaldos laterales del mismo y me dijo:

-Aquí me tienes a tu disposición, pero, por favor, ten mucho cuidado

Me arrodillé detrás de ella, mi polla se puso a mil solo con contemplar el delicioso jamón que tenía a la vista, y de un golpe se la metí, tenía miedo de haberla hecho daño, pero la realidad es que tras un primer momento de indefinición ella comenzó a gemir de una manera muy virulenta, y dijo:

-Esto es aún más alucinante de lo que recordaba.

Estas palabras me hicieron ver que estaba logrando hacerla disfrutar y comencé a moverme en el interior de su culo, era muy caliente, así que comencé a marcar un ritmo que sentía que le gustaba, sus gemidos se intensificaron, mientras decía:

-Lo que me he estado perdiendo durante todos estos años, por preocuparme de ser una buena madre y esposa y no por mi placer.

Yo quería ayudarla a recuperar el tiempo perdido y esperaba convencerla de que ser una buena madre y ocuparse del propio placer sexual no era incompatibles al contrario y mientras seguía moviendo mi polla en el interior de su culo, hasta que sentó que me iba a correr, en ese momento una gran cantidad de semen salió de mi polla y regó su culo,

-Muchas gracias, mi amor por lo que me has hecho disfrutar, dijo ella.

Luego me pidió que me pusiera de pie, elal se arrodillo delante de mí y se puso a lamerme los restos de mi leche, pese al sitio de donde había salido.

En ese momento volví a reflexionar sobre la situación tenía a la madre de un amigo chupándome la polla, lamentaba que no se lo hiciera a él también y esperaba lograr que esto cambiara algún día.

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