Mi prima y mi hermana

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Os contaré una historia, es real. Pasó hace unos años, una historia que a lo primero me avergonzaba, después fui asimilándola como normal y ahora me siento orgulloso, bueno esa no es la palabra, sino, como decirlo, una etapa más de la vida, pero creo que una etapa preciosa de la vida, uno de mis secretos a igual que seguro todos los que lean esto tiene los suyos propios.

Me acuerdo que era julio de 1999. Yo había ido a pasar unos días a Madrid para descansar. Me alojé en el piso que tenían alquilado mi hermana y mi prima, que estudiaban Medicina las dos.

Llevaba ya cuatro días con ellas cuando esa noche nos fuimos a tomar unas copas juntos. Esa noche la pasemos genial, bebimos, reímos, bailamos. Algún que otro tío intentó ligar con ellas, pero rápidamente marchaban al verme a mí. Les dije que si yo les espantaba a los hombres daría un paso atrás. Las dos rieron y me dijeron que nada de eso, que esa noche era nuestra, era la noche de los tres. Al cabo de unas horas mi hermana, ya en otro local, se encontró con un compañero suyo, que se unió a nosotros en la fiesta.

Eran las cuatro de la madrugada cuando volvimos a casa. Mi hermana se fue directamente al dormitorio con su compañero, para mí era raro ver como mi hermanita se encerraba en su dormitorio con un hombre, pero ya no era una niña.

Me senté en el sofá y puse la televisión, mi prima se sentó a mi lado y seguimos conversando.

Al poco rato sentimos los gemidos de placer que salían del dormitorio de mi hermana, los dos reímos. Mi prima se inclinó y dejó caer su cabeza en mis piernas, mirándome. Yo le puse la manos en su vientre y seguimos hablando. En el primer instante no me fijé, pero después mi vista se fue hacia su falda, en aquella postura su pequeña falda se le había subido un poquito, dejando ver el principio de sus braguitas blancas.

Me imagino que los ruidos y el saber que mi hermana estaba follando al lado y la visión de sus braguitas, hicieron que mi miembro empezara a crecer. Me dio algo de corte, ya que su cabeza descansaba en mis piernas y sabía que se daría cuenta al momento. Hizo un movimiento de cabeza y la puso de lado, ahora tenía mi polla al alcance de su boca, pero entre mis pantalones.

Yo en esos momentos ya no sabía qué hacer, ella había dejado de hablar. Vi como levantó un pie, poniéndolo en el espaldar del sofá, cosa que hizo que su falda se le subiera del todo, entonces vi las trasparencias de sus braguitas, se le notaba una pequeña riestrita de vello púbico y se le veían los labios de su coño a través de aquella telita.

Noté como ella abría la boca y hacia como si me mordiera la polla, cosa que hizo que creciera aún más. Yo gemí, y no sin algo de temor acerqué mi mano a sus braguitas. Al poner los dedos noté que ya estaban húmedas, me encantó, pasé varias veces los dedos por encima, haciendo que la pequeña tela entrara dentro de su coño, quedando sus labios a ambos lados. Los tenía carnosos y rosados.

Mis dedos empezaron entonces a acariciarlos con suavidad, ella se estremecía, y se iba arqueando. Estaba tan inmenso en ver ese precioso coño y en las caricias que no me di ni cuenta cuando mi polla ya estaba fuera de mis pantalones, extraída con determinación por mi prima. Noté como sus labios empezaron a recorrérmela, su lengua jugó unos segundos con la punta de mi polla antes de que su boca se la tragase toda. El placer que me estaba dando era inmenso.

Mientras mis dedos habían pasado por debajo de sus braguitas y también entraban dentro de su coño. Me fijé que su clítoris estaba también erecto, el cual fue mi segundo objetivo, pues lo acaricié con las yemas de mis dedos, provocando gemidos casi sordos de mi prima por tener mi polla en su boca. Ella ahora estaba totalmente abierta de piernas, para que mi mano pudiera tener su coño a mi antojo. Los ruidos de la habitación ya habían acabado, pero ahora eso no importaba.

Mi prima se levantó y se puso encima del sofá, encima de mí y en un segundo su falda cayó al suelo a igual que sus braguitas, yo sentado en el sofá vi como ella aproximó su coño a mi boca. Mis manos se aferraron a su culito precioso y mi boca se introdujo entre sus piernas.

En un primer momento mi lengua recorrió su coño, luego lamí con fuerza su clítoris, dándole unos bocaditos con mis labios, que hacía provocar cada vez más gemidos en ella. Intenté, bueno intenté no, lo hice, le metí todo lo posible la lengua dentro de su coño y lamí con pasión. Un dedo mío entró en su culo mientras mi boca seguía lamiendo su coño. Mi prima parecía que iba a enloquecer de placer. Noté como una oleada de calor recorría mi boca y ella gritó y se apretó contra mí. El orgasmo que estaba recibiendo debería, bueno, fue brutal como luego me contó. Pensé que al correrse yo ya me quedaría a medias, pero al momento se separó y me dijo que quería más.

—Pero te has corrido —le dije

—Soy multiorgásmica, ya me he corrido algunas veces, pero este ha sido más grande ¡y quiero más!

Me tendió en el sofá y fue en busca de mi polla, la lamió un poco y se sentó encima, su mano era suave, los movimientos de ella alrededor de mi polla eran sensuales. Se la llevó hasta su coño y despacito empezó a metérsela. Yo no hacía nada, solo disfrutar. Creí darme cuenta que su coño estaba cada vez más caliente, pues el calor de dentro eran tan agradable y sensual.

Su coño comenzó a deslizarse por mi polla, subiendo y bajando, ella cabalgaba encima de mí, mis manos se aferraron a su cintura y las de ella comenzaron a acariciarse los pechos que salían por la camisa que tenía desabrochada, se los miré, eran medianos, pero con unos pezones muy duros y resultones.

La puesta de la habitación se abrió y salió me hermana, estaba completamente desnuda. Con una sonrisa dibujada en su cara se aproximó a nosotros. Mi prima no dejó de follarme en ningún momento y yo, pues a mí tampoco me importó ni me dio vergüenza que se aproximara y nos mirara. Mi hermana se había convertido en una mujer muy hermosa. Pechos pequeños, pezones marrones y puntiagudos, su coño totalmente rapado. Me parece mal decirlo, pero en esos momentos me la quería follar también.

—Ya era hora de que lo hicierais —dijo sonriendo.

Solté la cintura de mi prima y mi mano fue a parar al vientre de mi hermana. Vi que ella dirigía su vista a mi polla y el coño de ella mientras entraba y salía de mi prima. Mi hermana puso su mano encima de la mía. Pensé que me la quitaría, pero no fue así. Me la agarró y con suavidad hizo que bajara hasta su coño, aprontando mi maño en él. Lo noté muy húmedo. Me excitó mucho, tanto que creo que mi polla volvió a crecer más, ya sé que es imposible, pero fue increíble.

Luego ella me soltó la mano y con la suya acarició el clítoris de mi prima mientras yo la follaba. A mí me parecía estar en el paraíso. Después subió al sofá y se puso encima de mi cabeza, dejando su coño al lado de mi boca. Yo ya había soltado a mi prima del todo y ahora mis manos acariciaban el culo de mi hermana, mientras mi lengua le lamía el coño. Ellas dos se acariciaban los pechos la una a la otra y se besaban con pasión. Mis dedos entraron en el coño de mi hermana mientras mi lengua lamia su clítoris, mi polla entraba con rapidez en el coño de mi prima. Jamás pensé en un trío entre familia.

Noté como mi prima se volvía a correr y mi hermana hacia lo mismo por las caricias de mis dedos dentro de ella y mi lengua en su coño. Mi prima se levantó y se sacó mi polla, agarrándomela con las dos manos y meneándomela con fuerza, mientras mi hermana bajó su cara hacia ella y con la lengua lamía mi capullo. No tardé nada en sentir un placer extremo, mi semen empezó a esparcirse por la lengua de mi hermana y las manos de mi prima.

Los tres quedamos en el sofá abrazados, desnudos y recobrando fuerzas. Ninguno decía nada, todos sabíamos que eso no era normal, que no estaba bien, pero que nos había encantado.

Al rato salió el compañero de mi hermana y despidiéndose de nosotros se marchó como si fuera normal encontrarnos a los tres desnudos y abrazados en el sofá. Me dijeron que estuviera tranquilo, que era de confianza y que las dos se lo follaban cuando querían, que no diría nada, pues estaba casado.

Los cuatro días que duró mi estancia con ellas volvimos a repetir el trío cada noche. Cuatro días de sexo intenso entre familia.

Mi relación con mi hermana y mi prima es buenísima, las quiero mucho y ellas me quieren a mí. Jamás desde que marché de esos días, hemos sacado el tema y hasta hoy nunca hemos hablado de ello, aun estando a solas con alguna de ellas, nunca sale el tema. Una etapa de nuestras vidas que no me arrepiento y sé que ellas tampoco.

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4 COMENTARIOS

  1. Humm… yo también , pero coh dos primas. Primero una me dió las nalgas y un dia me sucedió algo parecido Con una de ellas cogimos por mucho tiempo. Parecíamos conejos. Según el decir de la otra

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