Valeria. Netflix y la felación mas deliciosa de mi hijastra

4
38965
56
T. Lectura: 6 min.

Comimos mientras platicábamos cosas triviales. Valeria me platicaba que apenas tenia un año en la universidad, estudiaba pedagogía y le gustaba la idea de poder ser maestra mas adelante. Nayeli hablaba de su trabajo. Era secretaria de una oficina de gobierno y no le iba mal. La casa donde vivía era de su exmarido y le gustaba pasarla bien, salir de fiesta con sus amigos y en fin. La verdad es que no le ponía mucha atención. Sentía como por debajo de la mesa, Valeria acercaba su pie al mío y ese solo hecho me puso muy cachondo. Comencé a tener una erección espontanea.

Realmente esta señorita era mucho mas seductora que su madre. Me sorprendía como alguien de tan solo 19 años ya tuviera tanta experiencia en el arte de la seducción y el erotismo. Sobre todo, me causó extrañeza el amplio conocimiento de los fetiches y deseos oscuros de los hombres mayores. Moria de la curiosidad de platicar solo con ella y conocerla mejor.

Respiré muy hondo y traté de concentrarme para agarrar el hilo de lo que Nayeli platicaba. No quería que se diera cuenta que toda mi atención estaba en su hija y mucho menos deseaba que se diera cuenta de mi entrepierna abultada.

Después de terminar de comer sugerí que fuéramos a su casa mejor, podríamos ver una peli ahí y llevar unas cervezas para pasarla mejor si es que así querían. Gracias al cielo ambas aceptaron. Me pare algo lento para disimular mi “detalle”, pusimos la basura en su lugar y nos dirigimos hacia la salida. Pedí el Uber y la espera se me hizo eterna. No podía esperar a llegar a su casa, poner borracha a Nayeli y ver que podría pasar mas adelante.

Al llegar el taxi abrí la puerta trasera para dejarlas pasar a ambas, pero se pasó primero Vale, después me dijeron que me fuera en medio y al final se subió Naye.

Cabe hacer mención que por costumbre siempre cargo una pequeña mochila, donde traigo un libro, una loción, cepillo de dientes y gafas oscuras. Nunca está de más. Además, ese día llevaba mi chamarra, así que cuando ya estábamos en ruta, puse mi mochila sobre mis piernas al igual que mi chamarra.

Fue aquí cuando recordé un pasaje bíblico “que tu mano izquierda nunca sepa lo que hace tu mano derecha” cuánta razón tenía en este momento esa máxima.

Puse mi mano derecha en las piernas de Naye mientras que la otra iba sobre mi mochila y chamarra. Vale iba como entretenida en su cel (o al menos esa impresión daba) cuando de repente sentí en mi pierna izquierda un pequeño roce, como una caricia furtiva pero no le di importancia. Hice como que no pasaba nada hasta que sentí la mano de Valeria por debajo de mi mochila buscando mi ingle. Podía sentir como su dedo meñique se esforzaba por rosar mi miembro. Cabe destacar que eso se me hizo tan prohibido y excitante al mismo tiempo que, mi verga se empezó a abrir paso entre el boxer y mi pantalón.

Sentía como la sangre se agolpaba en la base de mi miembro queriendo llenar cada cavidad.

Busqué la manera de acomodarme para que sus dedos tuvieran paso despejado y ver que podía pasar. Ya no estaba pensando con claridad. Abrace a naye con mi mano derecha y busque discretamente su escote. Iba rosando esas tetas grandes y deliciosas por el borde superior y eso me puso aun mas caliente. En ese momento Valeria hizo algo que me dejo impresionado de su creatividad (confirmo que ella tiene más experiencia que su mamá).

-¿Oye Hugo, te molestaría si me recargo en tu hombro en lo que llegamos a mi casa? – preguntó de manera muy casual – Es que tengo sueño y por el trafico me mareo. Prefiero dormir un poco.

-Claro vale. Recárgate, no te preocupes.

Entonces acomodó su mano derecha sobre la mochila a manera de almohada y la izquierda por debajo de la mochila, escondida debajo de todo.

Posó su mano completa sobre mi verga ya dura para ese momento. Movía de forma muy sutil pero firme sus dedos. Sentía como recorrían el cuerpo de mi virilidad. Con el pulgar jugaba en círculos en el glande. Aprovechaba cada bache, tope, frenada o lo que fuera para sujetarlo y apretarlo. Yo luchaba afanosamente por no venirme, estaba demasiado excitado.

Lo mas loco del caso es que Nayeli se empezó a poner cachonda con el rose de mis dedos sobre el borde superior de sus tetas y la mirada lasciva del conductor. Pude ver que el taxista discretamente ajustó su retrovisor para poder tener un mejor ángulo de los pechos.

Mi novia acercó su boca a mi oído y me dijo:

-¿Quieres que juguemos un poco?

-¿Qué tienes en mente? – le respondí con mirada picara.

-¿Esta Valeria dormida? – Evidentemente no. Vale iba muy entretenida sobándome la verga, pero yo dije que sí, completamente dormida.

Naye se recargó aún más, como deslizándose hacia abajo a manera de que mi mano quedara más libre para hurgar en su escote. Metí mi mano entre ambas tetas y busqué de inmediato indagar entre la copa y su piel hasta que llegué a su pezón. Lo empecé a masajear y vi cómo se puso nervioso el taxista. Me le quedé mirando por el espejo y cuando se percató miro hacia el frente, concentrándose en el camino. Yo seguía manoseando las chichis de mi novia mientras que su hija seguía apretando mi miembro con esas juveniles y blancas manos.

Era notorio como al taxista se le estaba parando la verga, pero Nayeli estaba muy entrada disfrutando ser manoseada enfrente de un perfecto extraño. Yo estaba aún incrédulo. ¿Cómo una madre podía ir jugando sexualmente con su novio incipiente mientras que, su hija “dormía” en el hombro, del otro lado?

¿Qué clase de mamá se comporta de esa manera frente a su hija?

Pasaban demasiadas preguntas moralinas por mi cabeza, pero eran ignoradas por mi subconsciente. Yo estaba viviendo algo que, solo en sueños había sido posible.

Estábamos a 2 minutos de llegar a su casa así que saqué la mano de la blusa de mi novia. Le hable muy cerquita del oído de su hija para que se “despertara” y sacara su mano de la forma más discreta posible de entre mis piernas.

Nos bajamos del taxi y entramos a su casa.

Yo me excuse con ellas para poder ir al baño de inmediato. Cerré la puerta detrás de mi para revisarme y tal cual lo esperaba: mi ropa interior estaba completamente húmeda, lleno de liquido seminal, mi glande completamente baboso y sensible. Necesitaba asearlo un poco así que me acerqué al lavabo, abrí las llaves y acerqué mi pene lo mas posible. El agua fría lo calmó un poco. Después de enjuagarlo con jabón y agua lo sequé con la toalla de manos. Respire profundo y Sali del sanitario.

Naye ya estaba preparando la app para ver la película mientras que Valeria estaba abriendo las cervezas. Destapó 3. No pensé que bebería con nosotros, pero me agradó la idea. Naye y yo nos sentamos en el sillón grande y vale se quedo en el individual. Pusieron la primera de Harry Potter, (yo odiaba esas películas, se me hacían muy aburridas). Cheleando viendo al niño mago era algo surrealista pero bien valía la pena.

Las primeras cervezas se acabaron muy rápido y procedí a abrir otras. Vale ya no quiso. Parecía que su mamá tenía mucha sed porque la segunda la tomó muy rápido también. Yo aún seguía con la segunda y ella ya estaba a mitad de la tercera. No había pasado ni una hora de la película cuando Naye ya se había tomado 5 latas. Eso estaba muy bien porque debajo de la mantita ya me había sacado la verga. Me estaba masturbando discretamente y vale lo sabía. Discretamente veía de reojo y noté como apretaba sus piernas.

Sin preámbulo Naye le dijo a su hija que nos iríamos a recostar a su recamara pero que si ella quería seguir viendo la peli no había problema. Se levantó y me dijo, ven cariño, vamos a mi cuarto. Dio la vuelta y se fue caminando. No me dejó guardarme el pene dentro del pantalón, me dejo con la verga parada frente a su hija. Valeria se le quedó viendo a mi miembro, se mordió el labio un poco y me guiño un ojo.

-Vayan con cuidado, yo sigo viendo la peli – Y en voz baja me hizo entender de que me esperaría según lo platicado en la plaza.

Como pude guarde el miembro dentro del pantalón y caminé rumbo a la recamara. Al entrar quedé un poco desconcertado. Naye estaba boca abajo completamente dormida. No puede ser que alguien se duerma con 5 cervezas, no así de rápido. Por un momento no supe que hacer. Me acerqué a ella, pero no cerré la puerta.

La dejé completamente abierta. Le quite los zapatos, desabroché su pantalón y lo baje suavemente, deslizándolo por su piel sintiendo con mis dedos su desnudez. Lo quité por fin y solo quedaba la blusa y la tanga, pero la dejé así. La puse de lado y la cobijé con una manta. Me saqué la verga y empecé a masturbarme y al dar la vuelta, ahí estaba, mirándome. Me hizo una seña con su dedo índice y camino hacia la otra puerta, la de su cuarto sin darme la espalda.

Ya no traía los leggins. Ya no traía la tanga puesta. La traía en las manos. El top estaba levantado dejando a la luz unas tetas tan hermosas, redondas, pezones rositas, turgentes, firmes. Yo estaba hipnotizado, mi voluntad abandonaba mi cuerpo. Empecé a caminar hacia ella con paso lento, buscando no despertar a su mamá. Al cruzar el umbral y estar al pie de su puerta ella esta justo ahí.

De rodillas. Abría su boquita y sacaba su lengua, casi como su fuera un polluelo esperando la lombriz que la madre le trajera para alimentarse. Sin dudarlo me acerqué. La tomé tiernamente del cuello y como si fuera un labial, pasé mi glande por sus labios, le recorrí todo el contorno, mi líquido seminal volvía a surgir ávidamente dejándole babosos los labios. Ella envolvió mi verga con su tanga mientras empezaba a masturbarme y llevó su otra mano hacia su clítoris. Comenzó a frotarlo muy rápido. Le sujeté la nuca y le di una embestida. Se arqueo instantáneamente. Hizo el sonido característico como cuando van a vomitar, pero lo contuvo. Empezó a mamar con desesperación.

Solo se escuchaba la peli de fondo y el chasquido de su saliva escurriendo de su mano. Mi pene empezó a palpitar, a ponerse mas grueso, mas duro, ya no podía contenerme y solté un chorro de semen hirviendo directo al fondo de su boca, el cual saco de inmediato embarrándolo en su tanga, la puso para que toda mi simiente queda en esa tela tan delicada y diminuta. Mis piernas temblaron. Tuve que sujetarme del borde de su puerta. Valeria se puso de pie, me miro de la manera mas lujuriosa y cautivadora posible, se puso la tanga llena de leche y la frotó en su vagina. Metió uno de sus dedos en su vulva, recorriendo sus labios, lo sacó completamente mojado, viscoso y lo llevo a mi boca.

Sin dudarlo le tomé la muñeca y recorrí con mi lengua cada falange de ese hermoso dedo captando cada gota de su miel que escurría. Lo deje completamente limpio. Ella solo sonrió tiernamente, me empujo hacia fuera de su cuarto, cerró la puerta y se fue a dormir.

Loading

4 COMENTARIOS

    • Seguirán todas las vivencias con mi hijastra, igual en mi perfil de x ire subiendo fotos suyas

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí