Encuentro fetichista en el bosque

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Bajo la fuerte lluvia, caminé por el bosque, allí, sentada en un banco de madera desgastado, me encontré con mi doncella, quien a mi gusto portaba una figura impresionante, se encontraba envuelta en un elaborado conjunto.

Llevaba un vestido de látex negro brillante que abrazaba un traje que cubría todo su cuerpo su figura, con un cuello alto adornado con un anillo de plata y un corpiño ajustado con filas de relucientes hebillas.

Las mangas largas y abullonadas se ensanchaban en los puños, contrastando con los guantes largos hasta el muslo que cubrían sus brazos.

Una capucha de látex a juego ocultaba su rostro, dejando visibles solo sus ojos penetrantes y sus labios, añadiendo un aire de misterio.

Me acerqué, vestido con mi propia indumentaria fetichista, un traje de cuero negro, incluyendo una capucha, todo a medida de mi cuerpo, con largos guantes y botas que crujían con cada paso y golpeaban suavemente la tierra.

El aire entre nosotros chispeaba de anticipación mientras nos rodeábamos, el susurro de las hojas formando un fondo silencioso para nuestro encuentro.

La tome y nos dirigimos a mi cabaña del bosque, el olor a tierra mojada envolvía el ambiente, cuando entramos en mi habitación, lentamente, comenzamos a quitarnos las capas.

Desabroché el arnés de mi doncella, dejándolo caer al suelo con un suave golpe, revelando los contornos de su forma debajo.

Ella levantó las manos, sus guantes temblando ligeramente mientras desabrochaba las hebillas de su corpiño, el látex se separaba para mostrar el encaje intrincado debajo.

El vestido se deslizó hacia abajo, formando un charco a su alrededor como un espejo oscuro, mientras yo ajustaba mis pantalones para permitir la salida de mi erecto pene.

Nos acercamos el uno al otro, primero en un abrazo lento, sus manos enguantadas trazando mis hombros mientras yo sostenía su cintura.

Luego, con un giro grácil, ella se recostó contra el banco, su postura elegante pero audaz, dejando descubierto en su traje su intimidad, invitándome a imitar su posición.

El baile de nuestros movimientos continuó, pasando a una pose lado a lado, follando apasionadamente, nuestras siluetas fundiéndose en masa de látex y cuero.

Cada ajuste de nuestras posiciones era deliberado, una coreografía silenciosa de confianza y atractivo, con parte de la ropa fetichista ahora esparcida como ofrendas en el suelo, mas tarde mi doncella se reclino sobre mi cama, me extasiaba la vista de su traje completo de látex negro que cubría todo su cuerpo, incluyendo las manos y los pies.

El traje debo explicar es de un material brillante y reflectante, con un acabado altamente pulido que resalta bajo la luz, creando reflejos y destellos en varias áreas, especialmente en las piernas y los pies.

El diseño del traje es ajustado, moldeando perfectamente la figura, con costuras visibles que recorren las articulaciones, como las rodillas y los tobillos.

Los pies estaban cubiertos por una parte del traje que incluye dedos individuales, similares a un guante, lo que permite ver la forma de cada dedo del pie con claridad, también con un acabado brillante.

Las piernas están flexionadas, y el traje muestra un leve estiramiento en las áreas de mayor tensión, como las rodillas y los muslos, donde la luz crea patrones de reflexión, solo mostrando su carne la cremallera de su traje que me permitía acceder a sus placeres carnales, a los cuales accedí por el resto de la noche.

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