En penumbras

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T. Lectura: 2 min.

Terminé de ducharme, me envolví en una toalla, y salí a mi dormitorio, la habitación tenía una iluminación tenue, el sol apenas la iluminaba.

Me paré frente al espejo, el pelo aún húmedo caía por mis hombros, toqué mi pierna, que estaba descubierta por el tajo que formaba la toalla, sin dejar de mirarme en el espejo, solté la toalla y la dejé caer, quedé completamente desnuda, y contemplé mi cuerpo.

Despacio fui acariciándome las tetas, las recorrí completamente, apreté mis pezones, los cuales no tardaron en ponerse duros, me salivé los dedos y moje mis areolas, delicadamente fuí bajando mi mano, acaricié mi ombligo, formé círculos dentro de él con el dedo índice.

Mientras me miraba, mordía mi labio inferior, seguí bajando, y apenas con la uña, acaricie dándome un leve cosquilleo y llegar al monte de venus, recientemente depilado, tocarme la piel suave me hizo dar un leve gemido, acaricie mi labio inferior y superior, completamente húmedos, los lleve a mi boca, y como si fuera un labial, pase mi dedo en toda su superficie, con el sabor de mis fluidos, me costaba tener los ojos abiertos y verme mientras mi mano derecha seguía sobándome las tetas.

De a poco fui recorriendo toda mi vagina, decidí sentarme al borde de la cama, y separar bien las piernas, apoyé mi brazo derecho sobre la cama, y me acomodé para seguirme viendo en el espejo. No daba más, me introduje el índice delicadamente en la conchita, lo cual me hizo gozar y dar gemidos, ah, aah, aaah.

Recordando tal vez algún encuentro, me escuche diciendo, así, asii, aaah, que rico, ver mi cara de goce en el espejo, me excitaba más, y me toque más intensamente, tocándome el clítoris e introduciendo el dedo.

Estaba a punto de llegar a un orgasmo, dejé de tocarme las tetas y me aferré a un costado de la cama, y el orgasmo llegó, acompañado de un profundo grito. Mi mano quedó húmeda totalmente por mis fluidos, los cuales saboreé, y vi mi cara de satisfacción en el espejo; quedé recostada agitada, el corazón a mil, pero feliz y sin culpa.

En cuanto me repuse, pase por el baño y me alisté un poco, busqué lencería para ponerme, mientras me colocaba la tanguita y el soutien negro de encaje me veía en el espejo, prometiéndome que no será la última vez que lo haga. Gocé de acariciar y sentir mi cuerpo, disfrutando el momento.

Espero que les haya gustado.

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4 COMENTARIOS

  1. Se lee que estubo delicioso
    Se cómo me hubiera gustado estarte observando y no dejarlo a la imaginación

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