El viaje a la playa. Día 1

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T. Lectura: 7 min.

Esta anécdota sucedió el año pasado, mi esposo Fernando y yo decidimos ir a un viaje a la playa un fin de semana, yo con 23 años y el con 24, teníamos las expectativas de ir a un hotel para adultos, pensando que sería una aventura, aunque en realidad no fue lo que esperamos, si lo pasamos delicioso.

Cuando llegamos al hotel, nos dijeron que aún no podíamos pasar a la habitación, pero que podíamos dejar en resguardo las maletas y hacer uso de las áreas del lugar, nos colocaron las pulseras de entrada y nos relajamos. Yo iba preparada, debajo de mi camiseta y de mi short de mezclilla, llevaba puesto un bikini listo para la acción; fui al baño y me quité la ropa y salí lista para ir a la alberca, igualmente Fernando se quedó en su short.

Yo me sentía soñada pues habíamos hecho dieta y ejercicio y sentía que nos veíamos espectaculares, quizá no, pero yo que siempre he sido bajita de poco más de 1.50 metros, delgada, tez aperlada, con mi cabello negro largo hasta la espalda baja, me sentía muy sensual. Mis pequeñas pero firmes y levantadas nalgas lucían perfectas en la pequeña braga de color rosa que tenía puesta, en la parte superior, mis pequeñas tetas se veían bonitas dentro de los triángulos rosas del bra.

Fernando se veía muy guapo en su short celeste, sus piernas largas pero trabajadas por jugar futbol y correr mucho, me encantaron, además, su piel morena se veía muy bien. Los dos caminamos hacia la alberca, nos sentamos en la orilla y comenzamos a mojarnos un poco. No podíamos aún pedir nada hasta que nos dieran habitación así que solo mirábamos, el lugar tenía muchos matrimonios, mayormente extranjeros que disfrutaban del Caribe.

En la alberca que tenía una forma irregular y era bastante larga, había un grupo de personas jugando voleibol, entre ellos un matrimonio maduro, entre los 40 o 50 años, muy guapos y con cuerpos bellos para su edad; parecían extranjeros, nos invitaron a jugar, pero les dijimos que apenas estábamos calentando motores, ellos rieron y siguieron con el grupo.

Fernando se metió y se sumergió en la alberca, me tomó de la cintura y me metió a la alberca, la cual era no tan honda, pero por mi estatura, me hundía un poco, así que el me abrazó y yo lo abracé pasando mis brazos por su cuello y mis piernas abrazando su cintura, el aprovechó y me tomó de las nalgas, con una mano dentro de mi braga apretando un poco, algo accidental pero que a mí me fascina. Mientras nos dimos un beso, el celular de mi esposo sonó, eran de recepción invitándole a ir por la tarjeta del cuarto.

Fernando fue y me dejó en la orilla de la alberca, me dijo que regresaba con las maletas para irnos a instalar al cuarto. Mientras estaba sentada observando el lugar, que era muy bonito, con mucha vegetación, pero claramente modernizado, una chica estadounidense se acercó, comenzamos a platicar, me decía que le gustaba mi cabello largo y negro, ella era alta, cabello claro y tenía su cara y hombros de color rojo por el sol, en eso llegó su esposo, ambos platicaron, era su primera vez en México y estaban fascinados con el lugar y si gente, tenían 28 años ella y el 33.

Mientras platicábamos me preguntaban si estaba sola o si quería jugar Voleibol, yo les dije que esperaba a mi esposo, ellos insistieron pero les comenté de mi estatura y la profundidad, ella me dijo que me ayudarían, pero como eran más altos que yo, su esposo me dijo que me colocara en sus hombros, y así lo hicimos, nos unimos al juego de voleibol, él me tomaba de mis tobillos y chamorros para no caer, y yo con una mano me sujetaba de su mentón y con la otra trataba de jugar, su esposa, me pasó el balón pero no alcancé a golpearlo, sentía como mi conchita se frotaba con la nuca de su esposo.

Cuando el juego se ponía interesante, Fernando llegó, lo presenté a los nuevos amigos y les dijimos que iríamos a dejar las cosas y regresábamos. En el camino Fernando me preguntó por ellos, y dijo que estaría interesante ver si ellos eran igual a nosotros en lo “aventureros”. Le dije que fluyéramos con la vibra de ellos y así fue. Cuando regresamos a la alberca, comenzamos a beber como los demás, Fernando me colocó en sus hombros y el chico que conocimos, así como su esposa, comenzamos a jugar con la pareja madura que anteriormente nos había invitado.

Tomábamos y jugábamos, no una muy buena combinación; en una jugada, Fernando intentó saltar y yo caí de sus hombros, el chico me tomó un poco arriba de la cintura, pero por el agua llegó un poco debajo de mis senos, sentí sus manos grandes levantarme, pero por el esfuerzo me pegó a él, sentí sus brazos y pecho con bellos, no lo niego, lo disfruté. Dejamos de jugar y nos fuimos a sentar a la palapa cercana dentro de la alberca, la chica a quien le diremos Emily y su esposo John, se sentaron con nosotros, en ocasiones su inglés nos dificultaba la charla, pero nada que las bebidas no pudieran ayudarnos a manejar.

Pasó un rato y todos estábamos ya ambientados, Emily se sentó frente a mí, ambas chocábamos nuestras piernas, su esposo, John, la abrazaba por detrás, misma acción que imitó Fernando, aún no eran las 2 de la tarde y ya andábamos entonados en alcohol; el chico de la barra sacó una pistola de agua que tenía llena de una bebida, al parecer vodka, y le disparó a Emily en la boca, ella emocionada comenzó a brincar sentada, moviendo sus tetas que eran más grandes que las mías y que su top negro trataba de sostener, mi esposo y su esposo notaron los rebotes y no pudieron evitar no ver aquella maravilla.

Después me disparó a mí, yo cerré antes la boca por lo que derramé un poco en mi pecho, Fernando haciéndose el chistoso, me giró hacia él y me lamió la bebida, un grupo que estaba sentado, así como Emily y John gritaron y aplaudieron como si estuviéramos dando un show, nosotros solo reímos. Así seguimos un rato, hasta que Fernando me dijo que quería descansar, les dijimos que nos retiraríamos a comer algo y luego a descansar para en la noche seguir, ellos hicieron lo mismo.

Tras haber comido algo y dormido dos horas, Fernando y yo nos fuimos en la noche al antro del hotel, yo llevaba un vestido negro pequeño y mis sandalias del mismo color con tacón; Fernando igualmente se puso guapo con camisa y jeans, y nos fuimos a conectar la bebida.

En el antro había mucha gente, pero tras haber bebido, nos ambientamos y comenzamos a bailar en la pista, la cual era algo oscura; mientras bailábamos, Emily me tomó por sorpresa pasándome sus manos por detrás y abrazándome como queriendo bailar, yo seguí el juego y sujeté sus brazos, John venía detrás, ambos ya se veían que habían tomado, Los 4 bailamos y seguimos bebiendo.

Cerca de la 1 de la mañana, decidimos seguir bebiendo en cuarto, pedimos unas botellas y servicios. En la habitación, estábamos los 4. John sacó una moneda y la lanzó, dijo que escogiéramos un lado, así que Fernando eligió y perdimos, John de castigo me dijo que le bailara a mi esposo, nosotros reímos, pero por el alcohol, me paré frente a Fernando, él estaba sentado en la orilla de la cama, le bailé algo “sexy” entre risas y Fer me tocaba. Emily nos miraba y John disfrutaba del show.

John volvió a lanzar la moneda y esta vez perdieron, les pedimos lo mismo y Emily le bailó igual. Después, volvimos a perder y de castigo nos pidieron un beso apasionado, lo hicimos. En seguida, perdimos de nuevo y como castigo John dijo que Fer me chupara un pezón, nosotros reímos, mi esposo no dudó, bajo mi vestido y me chupo mi pequeña teta, ellos se miraron como sorprendidos. Fer les dijo que ahora ellos debían repetirlo, Emily algo insegura solo miró a John, pero esté le subió la blusa y le bajó el brasier, dándole una chupada muy fuerte.

Mientras subían de color los retos, John dijo que ahora de prendas, así lo hicimos hasta que los 4 quedamos desnudos. Yo no podía dejar de ver a John, era muy alto, su cuerpo era de gym, tenía bello en brazos, pecho y rebajado en su pelvis, su pene era grueso y algo largo, muy blanco y circuncidado; Emily tenía unas tetas grandes que se balanceaban cada que se movía, ella al igual que yo, estaba toda depilada.

Fernando me puso de castigo que le bailara a John, él se sentó en una silla y me dijo que estaba listo, Emily comenzó a aplaudir. Yo me acerqué a John que tenía las piernas abiertas y su pene colgando; abrí mis piernas sobre la pierna derecha de él y sin tocarlo comencé a bailarle, sentía sus bellos en mi conchita que estaba algo mojada, él se acomodó su pene que estaba algo duro ya y lo puso sobre su abdomen, yo le cerré sus piernas y abrí las mías, me di la vuelta y me empiné un poco, el estaba fascinado y noté que su pene se endureció, él lo movía esperando rozar mi conchita.

Me di la vuelta nuevamente y me acerqué a él, mis piernas abiertas al acercarme, hicieron que por mi estatura su pene rozara mi conchita, yo presioné mi conchita contra su verga que ya estaba dura y de color rosa, el me miró esperando que yo me la metiera, pero no lo hice.

Emily se acercó y por la parte de atrás abrazó a John, me jaló con su brazo y me besó, lo que hizo que John quedara justo en mi pecho, el con la lengua lamió mi pezón; Fernando se acercó y se puso detrás de mí, me tomaba de la cintura y me pesaba, John aprovechó para tocar mis pechos pequeños, y después con su pulgar frotar mi clítoris.

Sin darnos cuenta, ya estábamos empezando una orgía. John movía su pelvis esperando clavarse en mí, pero Fer le dijo que necesitaba condón, ninguno traía, así que Emily dijo que solo jugáramos, Fernando me levantó y me puso de espaldas a John, el me jaló y con mis piernas cerradas frotaba su pene entre mi conchita y mis piernas, podía ver como salía su pene y como me mojaba más y más, Emily fue por Fernando y lo llevó a la cama, ella lo masturbaba frotando su conchita que estaba de color rosa intenso sobre lo largo del pene de mi marido, él lo disfrutaba.

John me levantó y me cargó hasta la cama, ahí me tumbó y comenzó lamiendo mis pies, luego bajó a mi conchita donde se detuvo un rato pasando su lengua de forma muy profesional, tanto que me mojé y él lo notó; miré a Fernando y tenía sobre él a Emily, aunque no la penetraba, parecía que si lo hacían. John, subió chupando cada parte de mi hasta mis tetas, luego mi cuello y podía sentir como se movía esperando su pene se me clavara, yo colocaba mis manos para que eso no pasara, pero él las sujetó y las puso sobre mi cabeza.

En un movimiento John metió su cabeza en mi conchita, yo grite, pero el comenzó a besarme, entonces lo clavó directo, yo sentí lo fuerte que entró y por lo largo me dolió un poco, el me besaba y luego mi cuello, le dije al oído que saliera, pero él no hizo caso.

Cuando la sacó, le dijo a su mujer que hiciera 69 conmigo, así lo hicimos. Fernando y John nos veían mientras nosotras nos divertíamos, luego John se acercó a su mujer y la comenzó a coger, Fer no se resistió e hizo lo mismo.

John le dijo a Fer que le diera oportunidad de cogerme; estábamos tan calientes que ambos dijimos que sí, Fer se puso a coger con Emily, pero John me tomó de la mano y me llevó al baño, cerró la puerta y me colocó frente al espejo, ahí él se puso detrás y me comenzó a dar fuerte, me tocaba mis tetas y luego me apretaba la cintura, hasta que se inclinó y comenzó a masajear mi clítoris, yo estaba empapada, no podía sostenerme bien, como yo le quedaba muy abajo, me colocó sobre el lavabo que era amplio, ahí me comenzó a clavar nuevamente.

John sacaba su verga y me pegaba con ella en la conchita, se notaba lo mojada que estaba por que levantaba hilos pegajosos, yo estaba muy excitada, de repente, John colocó mis pies en su pecho y sin perder el ritmo comenzó a darme más duro y seguido, hasta que noté que se quería correr, le dije que saliera pero no hizo caso, por la posición yo lo empujaba, pero antes de venir, hizo algo, me la sacó pero con su mano abrió mis pequeños labios de mi conchita y aventó su chorro sobre mí.

No podía creerlo, mi conchita estaba completamente cubierta, el semen escurría y se veía la capa blanca espesa sobre mí, el temblaba, yo estaba prendida, el sin pensarlo, después de venirse me la volvió a clavar, metiendo su semen en mí; no supe que hacer, pero seguimos, luego me bajó y comenzó a masturbarse, el aventó otro chorro en mi boca.

Al terminar, abrió la regadera y nos metimos a bañar, cuando estábamos adentro, sentí algo caliente en mi espalda, él estaba aventando un chorro de pipí sobre mí, yo lo empujé, pero el solo se río, nos lavamos y salimos. Fernando estaba dormido con la verga llena de semen y Emily a un lado con las nalgas cubiertas como un glaseado, nosotros nos colocamos en la cama y nos dormimos junto a ellos.

Al día siguiente se fueron a su cuarto y Fernando y yo nos pusimos a platicar de la experiencia, al menos lo que recordábamos por culpa del alcohol, nunca le dije (hasta ahora), lo que había hecho John.

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