Hijo se reencuentra con su madre culona

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Pocas cosas existen más tristes que un hijo que es separado de su madre y, al mismo tiempo, no existe nada más emotivo que un el reencuentro de los mismos tras mucho tiempo, y de eso trata está historia.

Todo comenzó en una casa, en la que un niño llamado Randy vivía junto con sus padres, y todo iba bien hasta que, un día, por razones que el infante desconocía, sus progenitores se terminaron divorciando.

Cómo el padre de Randy era un abogado muy cualificado y experimentado, este no solo logro separarse de su esposa sin perder gran parte de sus vienes sino que, además, se quedó con la custodia total de su hijo, al cual no le permitió volver a ver a su madre.

Durante los siguientes años, Randy no supo absolutamente nada de su madre, y uno de sus mayores anhelos era volver a estar con ella, a la cual quería mucho.

Finalmente, tras cumplir los 18 años, Randy, al ser mayor de edad, ya no tenía que pedirle permiso a su padre para nada al ser legalmente un adulto y decidió, por cuenta propia, buscar a su madre.

Luego de una breve investigación, Randy pudo ponerse en contacto con su madre, y los dos se pusieron de acuerdo para reunirse en un café.

Cuando llego el tan anciano día del reencuentro, Randy fue hasta el café, y se emociono al ver a su madre sentada en una mesa, y a esta le pasó lo mismo al ver a su hijo.

Emma, la madre de Randy, era una mujer blanca, rubia, muy alta, y se ojos celestes. Poseia un cuerpo con músculos marcados que no le quitaban su silueta femenina, unos muslos grandes y gruesos, un par inmenso de tetas, y un culo enorme que siempre atraída todas la miradas.

“¡Mama!” exclamó Randy, emocionado, mientras corría a abrazar a su madre.

“¡Mi querido hijo!” exclamó Emma, con lágrimas en los ojos, y quien estaba tan emocionada que, al abrazar a su hijo, lo levanto como si fuera un muñeco de trapo “¡No sabes cuánto he soñado con este momento!”

“¡Mama… me asfixias!” exclamó el joven.

“¡Perdón, hijo! Es por la emoción del momento” dijo la milf, mientras bajaba a su hijo.

“¡Haz cambiado mucho! La última vez que te vi, no eras tan musculosa”

“Es que, tras divorciarme de tu padre, me puse a entrenar como loca para sobrellevar el dolor de ser separada de mi único hijo”

Durante el resto de la tarde, madre e hijo estuvieron conversando, y se pusieron al día luego de haber estado casi ocho años separados.

Tras mucho hablar con Emma, Randy le hizo una pregunta que estuvo guardada por años:

“¿Cual fue el motivo por el que tú y papa se divorciaron?”

“Prefería hablar contigo de ese tema en privado ¿Te gustaría venir a mi departamento para seguir conversando?”

“¡Pero por supuesto! ¡Vamos nomás!”

“Por cierto ¿Tienes novia?”

“No, no tengo ¿Por qué?”

“¡Solo por curiosidad!” exclamó Emma, quien, en cuanto su hijo le dio la espalda, hizo una lujuriosa sonrisas.

Al llegar al departamento de Emma, Randy y su madre se sentaron en el sofá de la sala.

“Bien, mamá, ya basta de suspenso” dijo Randy “¡Realmente quiero saber que fue lo que ocurrió aquel día para que papá se molestase tanto contigo!”

“¡Está bien, supongo que tienes derecho a saberlo!” respondío la milf “Verás, hijo: resulta ser que tienes una madre muy cachonda, que le gusta mucho el sexo, y que no hace distinción entre hombres y mujeres ¡A mí me dicen “La Rencorosa”, porque no perdona a nadie, ¡y toda aquella persona que se me haga medianamente atractiva acaba en mi cama!”

“¿Entonces le fuiste infiel a papá?”

“¡No, para nada, yo jamás le puse los cuernos a tu padre, porque podré ser puta, pero jamás traidora! Lo que pasó es que a tu padre le pedía tener sexo constantemente, pero este no fue capaz de soportar mi ritmo, y eso comenzó a dañar nuestra realización. Una tarde, le propuse a tu padre tener un matrimonio abierto, en dónde ambos pudiéramos coger con quién quisiéramos, pero este se molestó conmigo, me dijo que era una golfa asquerosa, y tomo la decision de no solo divorciarse de mi, sino también de separarme de ti. Tu ya sabes cómo es tu padre, él es un hombre muy religioso, y no quería que su hijo fuera criado por una ninfómana como yo. Ahora ¿Cómo te sientes al saber la verdad? ¿Te disgusta saber que tienes una madre tan puta como yo?”

“Bueno… no voy a negar que es un poco raro saber que a mí madre… le gusta mucho el sexo” dijo Randy, con cierta incomodidad.

“¡Solo llámeme puta, a mí no me molesta!” exclamó Emma, mientras se acercaba a su hijo, y apoyaba sus inmensas tetas contra el brazo de este “¡Es más, adoro que me llamen así!”

“¡Solo digo que a mí me da igual como seas o lo que hagas, porque yo te amo igual, y añoraba volver a verte porque te extrañaba mucho!”

“¡Me alegra que pienses así, porque llegó la hora de celebrar nuestra reencuentro de la única forma en la que una mujer como yo puede hacerlo!” exclamó Emma, y beso apasionadamente a su hijo.

Randy quedó en shock al sentir como la lengua de su madre se metía dentro de su garganta para luego enredarse con fuerza alrededor de su propia lengua.

Al momento de separar sus bocas, las mismas siguieron unidas por un hilo de baba, y Randy se quedó sonrojado, al tiempo que su madre lo veía con una sonrisa pervertida y lujuriosa. luego, la milf cargo a su hijo en brazo, y se lo llevó a su cuarto.

“¡Llegó la hora de recuperar el tiempo perdido!” exclamó Emma, mientras dejaba a su hijo sobre la cama “¡Mamita te va a dar en una noche todo el amor materno que te hizo falta durante estos últimos ocho años!”

“¡Pero mamá… esto no está bien…!” exclamó Randy, cuyo cuerpo temblaba de tan excitado que estaba “¡Somos madre e hijo!”

“¿Y eso que carajo importa? Si yo tengo ganas y tú también, pues entonces cojamos y ya está ¿O eres igual de religioso que tu padre?

“No, pero…”

“¡Pero nada!” exclamó la mujer, mientras se desnudaba “Yo sé que tú tambien quieres degustar mi voluptuoso cuerpo. Solo haz como yo que, en cuanto te vi, una vez que se me pasó la emoción del reencuentro, me dije a mi misma: “¡Me importa un carajo que este jovencito tan guapo sea mi hijo, me lo voy a coger hasta que suplique piedad!””

Una vez desnuda, la milf comenzó a besar a su hijo en el cuello y en la boca, al tiempo que le sacaba la ropa. Luego, Emma se quedó sorprendida al ver el tamaño de la verga de Randy.

“¡Esto sí es una pija!” exclamó la milf, contenta, y luego le dió una lamida “¡Veo que heredaste lo único bueno que tiene tu padre!”

Emma comenzó a mamar, con gran fuerza y pasión, la verga de su hijo, al tiempo que este se retorcía y gemia de placer.

Tras mucho sexo oral, Randy terminó por eyacular dentro de la boca de su madre, y está se trago todo el semen.

“¡Espeso y calentito, justo como me gusta!” exclamó la milf, mientras se pasaba la lengua alrededor de la boca.

“¡Supongo que ya no tiene sentido preocuparse!” exclamó Randy, mientras abrazaba a su madre “¡Te extrañaba tanto que me da igual cometer incesto contigo!”

“¡Así se habla, querido!” exclamó Emma, mientras su hijo le chupaba las tetas “¡Cómo se nota que eres mi hijo!”

El joven, poseído por una gran lujuria y por la alegría que le daba reencontrarse con su madre, comenzó a lamer y a chupar todos y cada uno de los músculos de Emma, cosa que está disfruto mucho.

Luego, Randy se arrodilló frente a su madre, y comenzó a chuparle el coño, al tiempo que está le agarraba con fuerza la cabeza a su hijo para que esté no despegará su boca de su entrepierna.

Tras varios minutos de sentir la lengua de su hijo dentro de su coño, Emma tuvo un orgasmo, lleno la boca de su hijo con sus jugos vaginales, y le tapó la boca.

“¡Si yo me trague tu orgasmo, tu te tragas el mío!” dijo Emma, y Randy acato la orden “¡Eso es, buen chico! Ahora, prepárate para revivir tu premió”

La milf empujó a su hijo sobre la cama, se paró sobre este y, de un sentón, aplastó la cara de Randy debajo de sus inmensas nalgas.

“¿Te gusta tu premio?” pregunto Emma, mientras restregaba sus nalgas contra la cara de su hijo.

“¡El mejor premio de toda la puta historia!” exclamó Randy, y comenzó a lamerle el culo a su madre.

“¡Tu si que sabes cómo complacer a una mujer, querido!” exclamó la milf, entre gemidos, mientras sentía la lengua de Randy entrar y salir dentro de su ano.

Tras recibir muchos besos negros, Emma se paró, se puso encima de su hijo, y comenzó a tener sexo anal con él en posición Amazónica.

“¡Dile adiós a tu puta virginidad, porque ahora es mía!” gritó Emma, mientras le daba fuertes sentones a su hijo.

“¡Dios, no puedo tener suficiente de tu cuerpo!” exclamó Randy, mientras agarraba las tetas de su madre.

“¡Y yo tampoco del tuyo!” exclamó la milf, y beso apasionadamente al joven.

Luego de una muy intensa sesión de sexo anal, Randy le pidió a su madre que se pusiera en cuatro, y fue él quien tomó la iniciativa en la cama y comenzó a penetrar el culo de la milf.

“¡Dios, para ser un virgen, coges muy bien!” exclamó Emma, entre gemidos.

“¡Esta es mi forma de expresar el amor que siento por ti y la gran alegría que me da que volvamos a estar juntos!” exclamó Randy, mientras penetraba a su madre con todas sus fuerzas “¡Te amo mamá!”

“¡Y yo a tí, mi amor!” grito la milf, entre gritos de placer “¡Eso! ¡Cogeme por el culo hasta rompermelo! ¡Dame todo tu amor y todo tu semen!”

Finalmente, y tras mucho sexo salvaje, madre e hijo tuvieron un orgasmo al unisono, y el culo de Emma quedó cubierto del semen de Randy.

Luego, madre e hijo se acostaron en la cama uno al lado del otro, y Randy apoyo su cabeza en las tetas de Emma.

“¡Este reencuentro fue mejor de lo que esperaba!” exclamó Randy, quien estaba agotado pero contentó.

“¡Lo mismo digo, querido!” exclamó Emma, quien se sentía igual que su hijo “¡Por favor, ven a vivir conmigo! Quiero que recuperemos todo el tiempo perdido, y eso solo se puede hacer cogiendo como animales en celo todas las putas noches”

“¡Y yo no quisiera que fuera de otra forma!” exclamó Randy, y beso a su madre.

Luego, madre e hijo se quedaron dormidos, contentos de que, finalmente, estaban juntos otra vez.

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