Enamorándome de Dianita (15)

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T. Lectura: 11 min.

Resumen: Thiago tiene un encuentro con la profesora Violeta, conoce más de su vida y pasan una tarde interesante, Sofia amenaza a Thiago y lo obliga a cumplir con su trato, Paula y Dianita se enteran del encuentro de Thiago y Sofia.

Era un día caluroso pero el cielo se estaba tornando oscuro, se veía que podría caer una gran lluvia, y yo no tenía impermeable para protegerme, ya en camino hacia la casa de la profesora Violeta iba pensando en todo lo que paso con Amanda, como era posible que Dianita accediera a que tuviera sexo con una amiga suya, por mi mente se me cruzo que, si Natalia no estuviera saliendo con Cristian, ¿también hubiese tenido chances con ella y Dianita no se molestaría?, pero saque esos pensamientos de mi cabeza Natalia era la novia de mi amigo, además de que no sé porque no veía a Natalia con esos ojos de querer cogérmela, la veía como amiga, tal vez en el fondo sabía que ella y Cristian terminarían juntos.

Mi temor se hizo realidad de pronto empezó a caer un torrencial, cuando quise llegar a la casa de mi profesora estaba empapado, aumente la velocidad pero sentía que las gotas eran proyectiles cada vez que una gota me impactaba, llegue a la puerta y parque mi moto bajo un techo que había a la entrada del garaje, Sali corriendo hacia la puerta de la entrada, no sé porque ya estaba mojado, pero igual corrí, toque el timbre de la puerta empezaba hacer frio ya que llovía con brisa, la profesora Violeta abrió y quede impactado, tenía puesto una bata de seda que le cubría hasta los muslos, se notaba que no traía sostén ya que sus pezones se marcaban.

-Thiago estas empapado, por favor entra ya te busco una toalla y ponemos tu ropa en la secadora, para que no te vayas a resfriar. -me dijo la profesora.

-Muchas gracias profe, la lluvia me empezó a caer cuando ya estaba en camino para su casa, no me dio tiempo de buscar un sitio para resguardarme. -le dije

-Tranquilo, mientras ponemos tu ropa en la secadora yo me daré un baño, pensé que con la lluvia llegarías más tarde, disculpas mis fachas.

-Usted está en su casa, el que llego a indisponer he sido yo, de verdad debí esperar en otro lugar mientras terminaba de llover. -le dije

-Nada de eso lo mejor fue haber venido, si no te hubieras enfermado, mira lo mojado que estas, además otra cosa no estamos en la Universidad puedes llamarme por mi nombre Violeta. -me dijo guiñándome un ojo

Tenía la piel de gallina, hacia frio, Violeta se dio cuenta y me tomo de la mano jalándome hacia donde estaba la secadora, me dio una bata que son salida de baño, pero no era tan larga apenas cubría mis piernas, pusimos la ropa en la secadora ya era solo esperar a que estuviera seca.

-Veo que te quedo pequeña la bata, disculpa es que solo vivo yo sola en esta casa, por lo que no tengo ropa de hombre. -me dijo

-Tranquila es algo chica, pero cubre lo necesario. -reímos los dos.

-Bueno ponte cómodo mientras me ducho y me cambio de ropa, si quieres tomar algo allí está la cocina. -me dijo marchándose a su habitación.

Me dirigí a la cocina tenía un poco de sed, pero al pasar delante de su habitación vi que la puerta estaba semiabierta por lo que cuidadosamente la abrí de manera que pudiera observar a través de la rendija. La profesora Violeta se estaba desvistiendo, para ir a bañarse, Contemplé durante unos segundos su escultural cuerpo bronceado, su trasero era precioso, pude observar como la muy…

No traía puesto panty sino un hilo dental de color celeste. Sin duda eso terminó de templar mi pene. Hice aun lado la bata y comencé a frotar mi verga mientras la miraba a través de la abertura, luego de unos minutos noté que se disponía entrar al baño, así que me retiré con una carpa de circo, si la profesora saliera en ese momento no sabría que excusa decir por tener mi pene erecto, en fin, me senté en la sala y termine de tomar mi agua fría para ver si me bajaba la calentura.

Después de unos 15 o 20 minutos, la profesora Violeta, salió de su habitación con un vestido blanco suelto, el cual les llegaba casi a las rodillas. Aun así, a contraluz la tela del vestido se tornaba ligeramente transparente y podía apreciar la tanga que llevaba puesta.

-Ya faltan unos 10 o 15 minutos para que tu ropa esté seca, debes estar incomodo. -me dijo

-Bueno la verdad un poco, estar en la sala de su casa casi desnudo, no era la imagen que uno tiene pensado darle a su profesora ja, ja, ja, ja. -le dije

-Bueno podemos verlo de otra manera, no todas las profesoras tienen la oportunidad de ver a uno de sus estudiantes más guapos casi desnudo en su casa ja, ja, ja, ja, aunque esto será un secreto de los dos, si tú no dices nada, yo tampoco. -me dijo

-Ok entonces este secreto se ira conmigo a la tumba ja, ja, ja.

Ya un poco más distendidos y a la espera de mi ropa, le pregunte a la profesora Violeta en que era lo que yo podía ayudarla, ya que eso fue lo que me dijo cuando me llamo por teléfono.

Verás Thiago, te voy a contar sólo porque me alegra que hayas aceptado venir, bueno y porque eres unos de mis alumnos favorito, pero no se lo digas a nadie, porque yo lo negare ja, ja, ja, hoy mi esposo está cumpliendo 5 años de haber fallecido, y me pongo triste ya que solo se viene a mi mente las veladas románticas que solíamos pasar, y la verdad no quería pasar el resto del día sola y triste, por eso te llame espero no ser inoportuna o hacerte perder el tiempo aquí conmigo.

El corazón se me encogió el corazón, cuando la profesora me conto esto a pesar de su enorme belleza estaba sola, -pero claro que no es ninguna molestia profe, más bien es un halago que haya pensado en mi para pasar este día, además es muy gratificante tener una conversación con usted. -le dije.

Nada de usted, ya habíamos quedado que me llamarías por mi nombre, pero de verdad agradezco mucho tu compañía, hoy es uno de esos días que te sientes muy sola, mi familia vive muy lejos, y la verdad amigos no tengo, las otras profesoras me ven como la posible causante de problemas con sus esposos así que evitan salir a reunirse conmigo, y los hombres o profesores piensan que, porque estoy sola, estoy disponible para tener sexo, disculpa que lo diga así de directa. -Me dijo

Tranquila puedo entender, -pero disculpe que lo diga Prof…, ok Violeta, no lo vaya a tomar mal, pero usted es una mujer muy hermosa, incluso más hermosa que muchas de mis compañeras, usted es el amor platónico de casi todos por no decir todos los estudiantes de la universidad, pienso que debería darse otra oportunidad en el amor, no es justo que una mujer como usted se sienta sola, además de hermosa físicamente, es aún más hermosa como persona eso es lo que yo puedo ver, ahora que comparto con usted en su casa.

-Cuéntame algo, ¿para ti también soy un amor platónico?, -me pregunto sonriendo.

-¿Qué?, eh bueno no podría responderle esa pregunta sin sentir vergüenza. -le dije

-Estamos en confianza lo que hablemos aquí solo quedara entre los dos. -me dijo guiñándome un ojo.

Mm, suspire para poder responder y al fin me envalentone y dije; -como ya le había dicho usted es el amor platónico de todos los chicos y yo hago parte de ese grupo, que vergüenza decirle esto, agache mi cabeza.

-Ja, ja, ja, tranquilo te pusiste rojo como un tomate, solo te quería hacer una broma, pero no tenía idea que una mujer como yo podría ser un amor platónico de un chico como tú. -me dijo

-¿Por qué no?, usted sabe muy bien que es una mujer muy bella, y no creo que no se dé cuenta como la miran todos los hombres cada vez que la ven pasar o caminar, -es cierto me doy cuenta como me miran cuando camino o incluso cuando estoy sentada, pero a veces no me doy cuenta cuando la persona que quiero que me mire de esa forma no lo hace. -me dice estas palabras mirándome a los ojos de una forma picara.

La quedo mirando a los ojos y pienso, será que me está mandando algún mensaje, pero rápidamente me recrimino a mí mismo, déjate de pensar en tonterías Thiago, no tienes oportunidad con esta belleza de mujer, no sé porque salieron estas palabras de mi boca, pero le dije; -bueno estoy seguro que a esa persona le gustaría saber que podría tener una oportunidad con una mujer tan hermosa como usted, que pena no debí decir eso, le pido disculpas por mi impertinencia. -le dije

Violeta solo sonríe, -tranquilo no dijiste nada malo, y que pasaría si te digo que esa persona que quiero que me mire de la forma en que lo hacen todos los hombres podrías ser ¡tú! -me dice coquetamente.

En ese momento estaba tomando agua y casi me ahogo al escuchar esas palabras, empecé a toser varias veces hasta que pude asimilar su respuesta, no tuve palabras para responder solo me quedé callado, mirándola sorprendido.

-Ja, ja, ja, disculpa solo quería ver tu reacción, eso es lo que pasa todos los hombres se sienten intimidados cuando están conmigo, a mí me gustan los hombres seguros que no se dejen intimidar por una mujer y eso solo lo pude encontrar con mi difunto esposo, al decir esto su cara se puso triste, pero bueno vamos a buscar tu ropa que ya debe estar seca, -me dice.

Con la conversación no me fije que la profesora Violeta estaba sentada de lado con una pierna cruzada, y su vestido se le subía un poco dejándome ver sus preciosa piernas, y parte de sus voluptuosas nalgas Uf, que imagen, al pensar en eso mi verga empezó a levantarse, era un mal momento para ponerme de pie, -si claro yo la sigo fue lo único que se me ocurrió para ocultar mi prominente erección en ese momento.

La profesora Violeta se puso de pie y camino hacia la zona de labores, yo iba detrás de ella apreciando su escultural trasero, pero esa imagen no ayudaba a que mi pene se bajara, entramos a la zona de labores, ella se inclinó para abrir la puerta de la secadora, sus enormes nalgas quedaron calcadas en mi cerebro, podía sentir aun la lluvia pero la luz que había hacía que pareciera que no tuviera ropa, su ropa interior se apreciaba perfectamente.

Sentía que la profesora duraba más de lo normal inclinada en esa forma tan sugestiva, en eso me atrapa mirando descaradamente su culo, gira su cabeza y me observa que mis ojos están clavados en sus enormes carnes, sonríe y se endereza nuevamente, mi erección ya no la podía ocultar, tenía una carpa de circo, solo puse mis manos delante de mí ingle para tratar de ocultar mi erección.

Veo que fue mala idea agacharme de esa forma, me dice la profe Violeta mirando mi paquete, -lo siento no pude controlarme, fue lo único que pude decir.

La profe me pasa mi ropa, y pude ver cómo se muerde un labio cuando desvía su mirada a mi pene erecto, -lo bueno de la juventud es su vitalidad, -me dice a la vez que acaricia mi rostro, -puedes cambiarte aquí o en una de las habitaciones, -me dice, da la vuelta y empieza a caminar de una forma muy diferente, esta vez movía más su trasero, no pude apartar la vista a esa sugestiva caminata, cuando esta apunto de doblar hacia la sala gira su cabeza y me atrapa nuevamente mirando su culo, sonríe pícaramente y pasa sus manos por sus nalgas de la manera más sensual que haya podido ver.

Me quito la bata de baño y mi pene está totalmente erecto, me dan ganas de hacerme una paja en ese mismo momento, pero podía ser descubierto en cualquier momento, ya que no había una puerta en esa área, pero mis instintos primitivos hicieron que sin pensar mi mano bajara y cubriera mi pene, en mi mente solo estaba la imagen de la profesora inclinada marcando esas prominentes nalgas, empecé a pajearme muy suavemente, en un momento de lucidez volví a la realidad y me puse mi ropa rápidamente, mi pene lo ubique hacia arriba tratando que ocultar mi erección, Sali y me dirigí a la sala, pude observar que la profe tenía una copa de vino en su mano.

Pero algo llamaba más mi atención en su vestido se le marcaban sus pezones erectos, podía ser el frio que se sentía o podía ser que algo la excitaba, no estaba seguro, la profe estaba sentada exactamente igual que antes de pararnos a buscar mi ropa, solo que esta vez su vestido estaba más arriba de lo normal, podía ver el inicio de sus nalgas, -quieres una copa de vino. -me dijo

-Si porque no. -le dije

Se pone de pie y empieza a contonear su trasero mientras camina en busca de la copa y del vino, de regreso me entrega la copa y se sienta a mi lado, -brindemos, -me dice, -por la excelente compañía que tengo en este día lluvioso, chocamos nuestras copas y tomamos mirándonos fijamente a los ojos.

-Acompáñame a la cocina y me ayudas a buscar algo para picar, mientras nos tomamos la copa de vino te parece. -me dice la profe.

-Claro que sí, después de usted. -le dije.

-Parece que te gusta ir detrás de mí. -me dice riendo

-Digamos que usted es mejor guía que yo. -dije sonriendo.

Entramos a la cocina, a pesar que la casa era amplia el aérea de cocina por la ubicación de los muebles no era tan cómodo para dos personas, ya que en la mitad había un mesón donde estaba la estufa, a la vez que se podía picar verduras y cosas por el estilo, Violeta saco de la nevera varios pasabocas, -me podrías ayudar sacando un plato de ese estante por favor, -me dice, cuando trate de rodear el mesón, ella me dice, pasa detrás de mí es más rápido que rodear el mesón.

Al pasar traté de no hacer contacto con sus nalgas, pero el espacio era muy estrecho, por lo que al pasar, todo mi pene duro y erecto lo restregué en su enorme culo, al pasar lo hice muy despacio para prolongar esa sensación lo más que pude, no sé si fueron ideas mías, pero sentí que la profe hizo presión hacia atrás, sus nalgas sintieron la dureza de mi paquete, además me pareció escuchar un leve gemido de la profe Violeta.

-Lo siento no fue mi intención el espacio es muy estrecho. -le dije

-Tranquilo no pasa nada somos adultos, aunque debo decir que parece que Dios fue muy benévolo contigo en la repartición de dones. -me dijo sonriendo y mirando mi paquete.

-Veo que le gusta hacerme sonrojar. -le dije sonriendo

-Ja, ja, ja, que bueno que te hayas dado cuenta así la pasaremos mejor. -me dijo

La profe termino de preparar los pasabocas y nos dirigimos a la sala, seguimos tomando vino, y charlando muy amenamente, de pronto me dice. -ya veo porque tienes loquitas a Diana y a Sofia, eres un chico muy interesante.

-Pero que dice, yo no traigo loca a nadie. -le digo

-Por la forma en que te miran puedo decir que sí.

-Veo que está pendiente de todo lo que gira a mi alrededor. -le dije pícaramente

-Vaya veo que te animaste a jugar hacer sentir vergüenza al otro, -me dice

-Ja, ja, ja, usted empezó. -le dije

-Bueno dicen que este juego es jugar con fuego, ¿te quieres quemar? -me dice

-No sé, eso depende de quien sea el fuego. -le dije mirándola fijamente.

Ya el vino estaba haciendo su efecto, no pensaba para hablar, pero a la profesora no parecía molestarle, más bien le agradaba la idea, paso su mano por mi mejilla y tiernamente la acaricio, -eres un chico tierno e inteligente, por eso eres de mis preferidos. -me dice

-Bueno le digo un secreto, usted es mi profesora preferida, ojalá y nos de clases el otro semestre también. -le dije

-Bueno te digo otro secreto, voy a estar con ustedes hasta el final de sus carreras, ¿eso te hace feliz? -me dice guiñándome un ojo

-Mucho. -le conteste

No nos habíamos dado cuenta que la puerta del patio estaba abierta, llovía con fuerte brisa la profe Violeta se dio cuenta y fue a cerrar la puerta, pero el piso estaba mojado y ya el vino no la dejaba coordinar sus movimientos, por lo que resbalo, no alcanzo a caer al piso ya que pudo agarrarse del marco de la puerta, pero la fuerte brisa mojo su vestido, yo rápidamente fui en su ayuda, la tome por la cintura y ella paso su brazo por mi cuello, se había doblado el tobillo, cerré la puerta con cuidado de no caernos, pero su peso nos hizo resbalar yo caí de culo y la profe cayó encima mío, quedamos acostados en el piso mojados.

Podía sentir sus senos y duros pezones en mi pecho, además de su pelvis estaba encima de mi paquete, no quedó más remedio que reinos los dos, mi ropa quedo empapada nuevamente en la parte de atrás, nos pusimos de pie con cuidado, lleve a la profe al sillón de la sala y cuando me separe pude apreciar que al mojarse su vestido todas las tetas se veían perfectamente como si no tuviera ropa, sus pezones eran oscuros y las areolas grandes, quede hipnotizado por sus enormes pechos, por lo que tuve una fuerte erección inmediatamente que no podía disimular, los ojos de la profesora Violeta fueron directamente a mi paquete, pude ver que se mordía el labio inferior.

Yo seguía mirando los pechos de la profesora, cuando sentí que su mano acariciaba mi pene, -no sé si es el vino, pero desde que me restregaste tu miembro en la cocina tengo una excitación, que no puedo explicar. -me dice siguiendo acariciando mi verga.

Yo no puedo dejar de pensar en usted cuando estaba sacando mi ropa de la secadora, y ahora no puedo dejar de mirar sus hermosos senos que con el agua han puesto transparente su vestido, -le dije, la profesora miro sus pechos y se dio cuenta que eran completamente visibles para mí, -entonces estoy en desventaja contigo, ya tu conoces mis pechos y yo no conozco ninguna parte de tu cuerpo. -me dice

Aun sentada, me jala hacia ella de los bolsillos de mi pantalón, desabotona mi pantalón y empieza a bajar muy lentamente le cierre mientras me mira a los ojos mordiéndose los labios, termina de bajarme el pantalón junto con el bóxer y mi verga sale disparada hacia su rostro, rodeo el tronco con una mano y empuja hacia atrás y empieza a pajearme lentamente.

-Uf, pero que grande y caliente esta. -me dice

-Ah, que bien se siente profesora Violeta. -le digo

Siento su fría lengua pasar por mi glande, lo llena de saliva y se lo mete a la boca, con una mano agarraba el tronco y con la otra amasaba mis huevos, era una experiencia única, Violeta lo mamaba de maravillas tenía talento para mamar vergas se notaba, mientras lo hacía me miraba yo ya entregado a la lujuria agarre sus pechos con ambas manos, los apretaba y pellizcaba sus pezones, pero quería sentir su piel, por lo que baje los tirantes del vestido para sacar sus brazos y poder bajar el vestido, Violeta entendió lo quería hacer y ella misma saco sus brazos y bajo el vestido, sus enormes senos quedaron libres para mí, pude sentir su piel.

Termine por sacarme el pantalón y la camiseta, quedo completamente desnudo frente a la profesora Violeta, en un momento se me vino a la mente Cristian, pensé si supiera lo que me está haciendo su adorada maestra me dije a mi mismo.

La profe Violeta se tragaba toda mi verga, no pude más y ya sentía el orgasmo llegar, -profe ya voy acabar, -le dije, ella siguió mamando frenéticamente, quería exprimir mi leche, aguante todo lo que pude hasta que estallé en un intenso orgasmo, puse mis manos en la cabeza de la profesora Violeta y empecé a cogerme la boca mientras salían chorros de leche tragándoselos todos sin dejar caer una gota.

-Uf, uf, fue una pasada, pero ahora quiero hacerte disfrutar. -le dije mirándola fijamente

-Que tienes en mente. -me dijo

-No se alcanza a imaginar todo lo que quiero hacerle. -le dije

La use de pie y le saque el vestido, por fin pude apreciar su escultural cuerpo, su tanga era muy sexi, en la parte de atrás era como una malla que dejaba ver todas sus nalgas, y en la entrepierna era cubierta solo por un trocito de tela, en los alrededores tenía encaje se veía preciosa, le ordene que se pusiera de espaldas quería deleitarme con su enorme culo, le di varias nalgadas, y empecé a morder su piel, con mi lengua recorrí cada centímetro de su culo, la prenda se veía frágil, por lo que tire de ella y logre arrancarla, cuando la tuve en mis manos me la lleve a la nariz, quería recordar para siempre el olor de la profesora Violeta.

Con la profesora Violeta en cuatro, le pase la lengua por el ojete del ano, ella se retorció de placer, con mis manos abría sus nalgas, le pasaba la lengua por su vagina que estaba empapada, metí dos dedos en su vagina y empecé a hundirlos como si me la estuviera cogiendo, le agarre de las nalgas, y le di la vuelta dejándola de frente con las piernas abiertas, le di tres palmadas en su vulva ella gemía, -Ah, ah, que rico se siente hacía mucho tiempo que no me hacían disfrutar de esta manera. -me decía.

Con su respiración agitada, la tome de las manos y la jale hacia la mesa del comedor la llevaba abrazada por detrás ella sentía mi pene entre sus grandes nalgas.

-Que quieres hacer. -me dijo

Continuará…

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