Corina, yo y un asunto de negocios

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Ese día mi suegro me llamó para que me presentara en su casa, para la ocasión me puse un vestido blanco a media pierna, y unas medias negras, llegue Violeta, la criada me abrió y me condujo hasta la puerta del salón, a abrirla me encontré con que allí no estaba mi suegro sino Corina.

-Hola ¿Cómo estas cuñada?, me dijo.

Me senté en el sofá, donde tantas aventuras sexuales había tenido, y había visto tener, Corina se puso de pie y mirándome a la cara me dijo:

-Me parece que el cabron de mi padre quiere que tú y yo follemos.

Se acercó a mí, me puso una mano en el mentón y me dijo:

-Tranquila cuñadita, tengo experiencia en el asunto.

Y antes de que pudiera reaccionar me tumbó sobre el sofá, me subió el vestido hasta dejar al descubierto el tanga azul marino, que me había puesto por su tenía que follar con mi suegro. Y se puso a acariciarme el coño por encima de esta prenda, luego me metió la mano por debajo de esta prenda, y mientras lo hacía me dijo:

-¿Sabes una cosa cuñada? Mientras en el internado me lo hacia con algunas compañeras y algunas profesoras había veces que pensaba en ti.

Y tras ello junto sus labios con los míos y nos dimos un beso muy apasionado, hasta ese momento parecía que Corina me estaba violando, y la idea me ponía muy caliente, en ese momento ella me dijo:

-Creo que es mejor que las dos estemos de pie para que podamos desnudarnos mejor.

Lo hice y antes de que me diera cuanta la muy zorra me había quitado el vestido, dejándome únicamente con el tanga. Ese día no me había puesto sujetador, ella seguía completamente vestida, y sin dejar de besarme tiro de mi tanga hacia el suelo. En ese momento tomé yo la iniciativa y casi sin darme cuenta, comencé a quitarle la ropa, dejándola, ella tampoco se había puesto sujetador con un tanga de color amarillo, pensé que ella ya había llevado la iniciativa durante mucho tiempo, la hice apoyarse contra una de las paredes de la casa, y teniéndola de culo, me arrodillé, y vi de manera real, ese culo tan maravilloso que anteriormente solo había visto por cámara.

Después me levanté, ella se dio la vuelta y las dos nos quedamos pegadas la una a la otra, ella me dijo:

-Cuñada entiendo que el imbécil de mi hermano mayor esté colado por ti, estas buenísima.

-Tu sí que eres una mujer bellísima Corina, y además joven, y muy deseable.

Buenamente nos volvimos a besar ella me dijo:

-La verdad es que te deseo mucho, y te lo voy a demostrar.

Me empujó hasta una de las columnas del salón y allí se arrodilló ante mi y sacando su lengua de la boca la introdujo dentro de mi coño, yo no sé si Corina habría aprovechado sus años de internado para aprender otras cosas, pero desde luego en lo de aprender a comer coños era para darle matrícula de honor, su lengua jugaba con mi coño de una manera magistral, desde luego esa cría sabía lo que se hacía no tardó en provocarme un gran orgasmo, Me levanté y atrayéndola hacia mí la acaricié y la dije:

-Mi niña eres fabulosa, ahora me toca a mi demostrarte lo que se hacer.

Me puse de rodillas ante ella y, en ese momento fui yo quien introdujo su lengua en el interior del coño de mi cuñada esta al sentir mi lengua dentro de ella comenzó a gemir mientras me decía:

-No me imaginaba yo tener una cuñada tan puta y tortillera, se nota que n soy ni mucho menos el primer coño que comes.

Desde luego no lo era, pero tampoco era el momento de contarnos nuestras vidas, así que continue comiéndome el delicioso coño de Corina, que de otro lado no tardó en correrse, desde luego mi cuñadita no era de esas mujeres a las que le cuesta llegar al orgasmo, a la que me levanté ella me tenía preparada una nueva sorpresa me hizo girarme y ponerme mirando a la columna y de espaldas a ella, y cuando lo hice noté como se arrodillaba, e introducía su lengua dentro de mi culo.

Desde que me había vuelto puta para mi suegro, había intentado combinar mi higiene personal con la práctica de todas las guarrerias que se me ocurrieran en materia de sexo, sin embargo, la lengua de Corina dentro de mi culo me pareció lo más guarro, y excitante que me había ocurrido en mi vida.

No podía dejar de sentir que sentir que me estaba excitando muchísimo hasta correrme, nuevamente, en ese momento me decidí a proponerle a Corina una idea que se me estaba ocurriendo:

-¿Qué te parece cuñadita, su hacemos un sesentainueve en el suelo?

No esperé su respuesta, me tumbé en el suelo con las piernas bien abiertas ofreciendo a mi cuñada mi coño, ella al verme me dijo:

-No me imaginaba que fueras tan puta, cuñada

Se puso encima de mí, en posesión invertida, y volvió a meter su lengua dentro de mi coño, cosa que en ese rato se había convertido en una costumbre muy agradable, yo me decidí a no ser menos e introduje la mía dentro de su sexo, las dos comenzamos a lamernos nuestros coños como si fuera una competición, aunque, como ya he dicho antes, mi cuñada sabía comerlo muy bien, llevaba más tiempo sin correrse que yo, así que trabajándola con mi lengua me fue relativamente sencillo hacerla correrse, cuando lo logré, ella me dijo:

-Joder cuñada hacer maravillas, con tu lengua, su le haces lo mismo a mi hermano este debe estar alucinando contigo.

No era tiempo de contarle que en realidad todos sus hermanos habían probado mi boca, y que, al parecer habían quedado bien satisfechos. Tras decir esto ella siguió ocupándose de mi coño, una vez más tuve que admitir, que cosas de estudios no se si había aprendido mucho, pero en lo de comer coños había sido una alumna muy aplicada, jajaja, no tardó en lograr que me corriera, en ese momento dijo:

-Que zorras somos las dos. Y después me propuso, ¿Qué te parece si seguimos en el sofá? Cuñis.

Me pareció una gran idea, la pedí que se sentara en el sofá, con las piernas bien abiertas, ella al hacerlo dijo:

-Me da que este sofá no va a ser la primera follada que vea.

Me dieron ganas de reír y de decirle la verdad, que ese sofá estaba contemplando desde hacía un tiempo mucho sexo, pero una vez más no me pareció el momento, tenía ganas de comerme nuevamente el coño de mi cuñada, parecía que me había vuelto adicta a eso. Así que me puse a cuatro patas, y como si fuera una perra, saqué nuevamente mi lengua y me puse a comerle el coño a Corina, ella al sentirlo dijo:

-Parece cuñadita que le has cogido el gusto a mi coño, y ¿Sabes? Me estas haciendo gozar como nunca, en el internado ninguna tía me había hecho correrme tantas veces.

Y efectivamente se lo estuve comiendo hasta que se corrió, En ese momento Corina dijo:

-Ahora me toca a mí, venga cuñis, ven aquí y ponte sobre el respaldo del sofá,

Por supuesto accedí a lo que me pedía, ella se puso de rodillas sobre este, t desde esta postura llevó sus manos hasta mi coño y con una de ellas me lo abrió todo lo que pudo, con la otta introdujo tres de sus dedos dentro de mi coño y dijo:

-Esta es la especialidad de la casa.

Y comenzó a moverlos en su interior, pero para mi sorpresa noté como acercaba su cabeza a la entrada de mi culo, y sacando su lengua, comenzó a pasarla por los alrededores de mi agujero, me hizo sentir algo nuevo, que me llevó a la gloria, mis gemidos se hicieron más intensos, y ella me preguntaba:

-¿Te gusta cuñadita?

No hacía falta ser muy observador para darse cuanta que mi cuñada me estaba volviendo loca del gusto, mis intensos gemidos eran mi mejor respuesta a su pregunta y ella lo sabía, así que comenzó a aplicarme el mismo tratamiento hasta provocarme un orgasmo descomunal.

-¿Has quedado satisfecha cuñada me preguntó?

Pero la verdad era que no, después de lo que la cerda de mi cuñada je acababa de hacer, yo sentía que tenía que devolvérselo, así que le pedí que se pusiera a cuatro patas encima del sofá, yo lo estaba en el suelo, cuando me hizo caso, introduje mi lengua dentro del culo de mi cuñada que, al sentirla, entre gemidos dijo:

-Que copiona eres cuñada, que pena que no fueras al internado. Allí hubieras disfrutado mucho.

Era la primera vez que hacía esto y, pese a comprender que no debía de ser mu higiénico, debía de admitir que era muy agradable, y sentir gemir a mi cuñada lo hacia cada día más, la verdad es que esta situación hacía que me sintiera hambrienta de su culo, hasta que sentí como se corría, tras ello le saqué la lengua, ella dijo:

-Menuda tarde me has hecho pasar so zorra, una de las mejores de mi vida, tenemos que vivir juntas nuevas aventuras y hacer cosas.

Después me besó en la lengua nuevamente, las dos nos vestimos, y me marché de casa de mi suegro.

Pocos días después reviví, nuevamente la orden de conectarme, y cuando lo hice en la pantalla apareció la biblioteca del chalet de mi suegro y sentada en un sillón estaba Karina, ella era la mujer de otro de los principales hombres de negocios de la zona, con quien mi suegro hacia sus buenos negocios, llevaba puesto un vestido blanco muy normalito, al poco entró Corina llevaba un vestido rosado corto y tipo palabra de honor, se sentó a su lado y las dos comenzaron una conversación muy normalita, tras ella mi cuñada le explicó que su padre le había puesto a trabajar en los negocios familiares a la vez que se sacaba la carrera, y le explicó que uno de los negocios que su padre le había encargado involucraba a ambas familias, en ese momento Corina con voz insinuante dijo:

-Me he dado cuenta con como me miras, desde hace tiempo y seré muy amiga tuya si tu me ayudas en este negocio.

La otra comprendió bien la propuesta, las dos se pusieron de pie, Y Karina rodeo a mi cuñada con sus brazos y luego llevó sus manos hacia el culo de mi cuñada, esta llevó las suyas hasta la cabeza de su socia y las dos se enlazaron en un beso largo y apasionado, después, antes de que su compañera pudiera reaccionar Corina le quito el vestido dejándola con un conjunto formado por unas bragas y un sujetador blanco.

Después la hizo sentarse en el sofá, una vez que esto se produjo mi cuñada se puso de pie mirando a su compañera de frente, y se quitó el vestido, quedándose solo con un tanga diminuto, se notaba que, a diferencia de Karina, ella si había preparado este encuentro.

Acto seguido Corina se agachó y quitó el sujetador a su socia, dejándola con las tetas al aire, y lanzando su boca sobre sus pezones, mientras con sus manos le amasaba sus tetas, la socia se puso a gemir, mi cuñada le preguntó:

-¿Tu marido no te hace esto?

-No cariño, respondió esta, hace mucho que no me toca. Sospecho que se lo hace con alguna de sus empleadas.

-Los tíos son unos cerdos, dijo mi cuñada, pero yo te prometo ocuparme de que goces, si tu me ayudas en los negocios.

Como una especie de anticipo, Corina se agachó y con sus manos le quitó las bragas a Karina, llevó su boca hasta el coño de su socia y sacando su lengua se puso a lamerla el coño, Karina se puso a gemir de una manera intensa y dijo:

-Nunca hubiera imaginado que con una mujer se gozara tanto, es la primera vez que lo hago.

-Cariño, reconoce que desde hace tiempo miras a las mujeres con ganas, dijo Corina sacando por un momento su lengua del coño de la vieja, aunque no te hayas atrevido a admitirlo.

-Si, dijo esta mientras gemía, llevó una temporada mirando a las chicas jóvenes, pero nunca hubiera pensado en llegar a esto.

Corina seguía comiendo el coño de su compañera que no podía evitar gemir de una manera exagerada, mientras le decía a esta:

-Cariño, no pares me estas volviendo loca de placer.

Mi cuñada que no hacia mucho me había demostrado su capacidad de volver loca a una mujer seguía comiéndola el coño, mientras Karina intensificaba sus gemidos de una manera bestial, hasta que dijo:

-Mi amor no puedo más me corro.

Corina siguió comiéndola el coño y cuando su socia hizo un gesto que demostraba que estaba tendiendo un orgasmo se lo siguió comiendo hasta que la vio relajada, en ese momento dejó el coño de su socia y alzándose hasta que sus dos bocas entraron en contacto, se enzarzaron en un nuevo beso, tras ello Karina dijo a mi cuñada:

-Eres bellísima, te adoro.

-Tu también eres muy bella, muchos chicos de mi edad estarán encantados de follar contigo y si tu quieres yo te ayudare a que lo consigas, le respondió mi cuñada

-Gracias, mi amor, dijo Karina, pero ahora me gustaría ser yo quien te diera gusto a ti, pero no lo he hecho nunca, dijo Karina

-No te preocupes, respondió mi cuñada, yo te enseñaré.

Corina se sentó en el sofá, donde anteriormente había estado sentada su socia, esta acercó su boca a sus pechos y se puso a besárselos diciéndola:

-Eres tan bella.

-Muchas gracias, amor, respondió mi cuñada.

Karina continuó ocupándose de las tetas de mi cuñada y luego fue bajando poco a poco, después fue bajando, con su lengua por el vientre, en ese momento se dio cuenta de que mi cuñada aún llevaba puesto el tanga, ella se lo quitó dejando el coño de Corina al aire, y llevó su lengua hasta él, se la notaba algo nerviosa, pero tenía ganas y poco a poco fue mejorando su técnica, la cara de mi cuñada demostraba que estaba disfrutando hasta que se corrió, y dijo:

-Cariño has aprendido rápido lo vas a hacer muy bien, pero quiero que aprendas nuevas cosas, túmbate sobre el sofá.

La alumna obedeció y mi cuñada, la pidió que levantara una de sus piernas y ella se sentó encima haciendo que los coños de ambas se rozaran. Después la pidió que continuará en el sofá, pero a cuatro patas. Corina se puso de nuevo en el suelo también a cuatro patas y desde esta postura acercó su boca al culo de su socia, y se lo comenzó a besar, después, nuevamente introdujo su lengua en el coño de Karina que al sentirlo dijo:

-Mi amor, nunca pensé que esto se pudiera hacer, y que fuera tan placentero.

Y sus gemidos demostraban que decía la verdad, mi cuñada siguió aplicándole el mismo tratamiento hasta que se corrió:

-Cariño debo reconocer que esta esta siendo la mejor tarde de mi vida, dijo.

Y nuevamente la discípula insistió en imitar a la profe esta vez fue mi cuñada la que se puso a cuatro patas encima del sofá y fue la vieja la que se puso de rodillas en el suelo, e introdujo su lengua en el coño de mi cuñada, anteriormente había aprendido como hacerlo y ahora lo hacía mejor, mi cuñada le dijo:

-Cariño, lo haces divinamente, yo me ocuparé de que tengas coños que comerte.

Ella se lo seguía comiendo hasta que hizo que mi cuñada se corriera. Fue en ese momento cuando Karina miró el reloj y dijo:

-La tarde se me ha pasado volando, pero debo irme.

Después se vistió y cuando se iba a ir dijo a mi cuñada:

-Da por hecho el negocio, y todos los que tu quieras mi amor.

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