Mi hijo mayor y Carmen, la madre de Pedro Pablo

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Mi hijo menor seguía convencido de que para ayudar a su amigo Pedro Pablo a no alcoholizarse lo mejor era llevarle hacia el mundo de sexo, y para ello lo mejor era transformar a toda su familia en una familia como la nuestra, completamente abierta en materia de sexo, y para ello una de la siguiente idea fue llevar a su hermano, mi hijo mayor, a follar con la madre de su amigo.

Así que un día, como por error, dejó su móvil, en casa de su amigo, después desde casa, hizo como que se había dado cuenta y desde el teléfono de su hermano llamamos al suyo, lo cogió la madre de Pedro, mi hijo menor le contó a la madre de su amigo, que al día siguiente no podía ir a recogerlo, pero que enviaría a su hermano a por él, de esta manera se propició el encuentro entre mi hijo mayor y Carmen la madre del amigo de mi hijo menor, según me contó él:

Cuando llegué a casa de Carmen y llamé a la puerta esta me abrió, debo reconocer que estaba divina, rellenita, pero tenía mucho sexy, no me extraña que mi hermano tuviera ganas de tirársela. Llevaba una blusa de tirantes que hacía destacar sus enormes tetas, y una falda caqui, por encima de las rodillas.

Le di las gracias por guardarnos el móvil, y nos pusimos a conversar, mis ojos no podían apartarse de sus tetazas, en un momento dado me coloqué detrás de ella y le dije:

-Estas buenísima, no me extraña que mi hermano se haga muchas pajas pensando en estas tetazas.

Primero se las acaricié por encima de la blusa, después le bajé las hombreras y se las dejé al descubierto, le dije:

-Me encantan tus tetas.

-Las chicas con las que seguro sales, las tendrán mucho mejores que las mías.

Le dije que no, y se las seguí acariciando, después me di la vuelta, llevé mis manos hacia la cremallera de su falda y se la bajó, en ese momento me di cuenta de que lo que yo pensaba que era una blusa en realidad era un bodi, la hice sentarse en el sofá, y cuando lo hizo se lancé con mi cabeza hacia sus impresionantes tetas, y me puse a besárselas, mientras ella me decía:

-Mi rey, me estás haciendo gozar un montón

Al rato añadió:

-Cariño ahora me toca a mi darte gustito.

Cuando me quise dar cuenta, me había bajado los pantalones y el bóxer dejando al descubierto mi polla. Al verla dijo:

-Mi amor, menudo pollón tienes.

Se tumbó en el sofá dejándome en uno de los extremos, acercó su boca a mi polla, se la metió en su boca y comenzó a chupármela, le ponían unas ganas impresionantes.

-Si lo haces así con tu marido, debe de estar en la gloria contigo, le dije.

Para nada mi amor, me respondió, con mi marido no tengo ganas de hacer nada, cuando lo hacemos es por rutina.

Y siguió chupándomela, me encantaba como lo hacía. No quería que terminara nunca, y me la estuvo chupando hasta que sacándose mi polla de su boca me dijo:

-Amor vamos a follar.

Me tumbó sobre el sofá y me quitó la camisa, que era la única prenda que todavía llevaba puesta. Ella se quitó el bodi, de esta manera los dos nos quedamos completamente desnudos, después me hizo tumbarme en el sofá, ella se puso encima de mí, y llevó mi polla hasta la entrada de su coño, y poco a poco la fue introduciendo en el interior de este, en ese momento comprendí que mi hermano no había exagerado, esa mujer follaba de maravilla.

Apoyó sus brazos, uno a dada lado de mi cuerpo, se quedó de esta manera a cuatro patas, yo al ver estas esplendidas tetas encima de mí, no pude menos de acariciárselas, y lo mismo me paso con su culo, esta mujer, como mi madre serían lo que se llaman rellenitas, y eso es algo que me da mucho morbo, ella al sentir mis manos sobre su cuerpo dijo:

-Vais a hacer que me aficione a los jóvenes, follais de maravilla.

Y continúo cabalgándome, sus gemidos eran muy intensos, lo que me excitaba aún más, pero notándola un poco cansada la propuse:

-¿Quieres que nos pongamos de lado, y follemos así?

-Cariño, yo con tal de follar contigo, follo como sea, me respondió.

Se bajó de mí y se puso en el sofá de medio lado, mientras yo me había ladeado y ahora estaba detrás de ella, le pedí que alzara una de sus piernas y se la sujeté, su coño estaba muy abierto y al alcancé de mi polla, así que desde esta postura introduje mi polla en ese maravilloso agujero, ella al sentirme dijo:

-Que delicia, con mi marido esto nunca lo haríamos.

Yo me puse a moverme, sus gemidos iban en aumento, mientras con una de sus manos acariciaba una de sus tetas, todo esto hacía que mi excitación aumentara, me propuse hacerla correrse y aumente el ritmo de mi follada, sus gemidos seguían aumentando de intensidad, mientras ella decía:

-Me estoy volviendo loca de gusto, sigue.

Seguí aumentado el ritmo hasta que sentí que se corría, en esos momentos me dijo:

-Muchas gracias, mi amor, esto es una locura maravillosa.

Ella estaba tumbada sobre el sofá, descansando, pero mi polla seguía dura y con ganas de marcha. Le pedí que abriera bien las piernas, ella al ver mi polla dijo:

-Esta dura y es preciosa, mi amor métemela de nuevo.

Me puse de rodillas sobre el sofá, alcé una de sus piernas y la puse sobre mi hombro, y de un golpe se la metí, ella nada más sentirla dentro se puso a gemir nuevamente, mientras decía:

-Nunca pensé que se pudiera gozar tanto.

Mientras decía esto llevé una de sus manos hacia un de sus tetas y me puse a acariciársela, mientras llevaba la otra hasta cerca de su coño y me puse a rozar la superficie de su sexo cercana al lugar por donde mi polla le estaba penetrando, sus gemidos eran todavía más intensos. Y decía:

-Mi amor, me estas volviendo loca.

De eso se trataba, quería volverla loca de placer, así que seguí moviendo mi polla dentro de ese coño tan caliente que ella tenía, hasta que nuevamente ella me volvió a sugerir otra postura, me hizo sentarme en el sofá y ella se sentó encima de mí, empezó a subier y bajar mientras se puso a gemir de una manera muy intensa y decía:

-Mi amor esto es fantástico, no puedo dejar de pensar en lo mucho que he dejado de follar por serle fiel al imbécil de mi marido. te adoro y quiero gozar del sexo de todas las maneras posibles,

Y siguió cabalgándome de una manera desesperada, yo sentía que estaba ante una mujer hambrienta de sexo, y mi polla deseaba complacerla a tope, oírla gemir era impresionante, y en un momento determinado soltó un fuerte gemido y dijo:

-Me corro.

Yo en ese momento le ofrecí sacarle la polla de su coño, pero ella me respondió:

-No mi amor, quiero disfrutar de sentir tu leche en mi interior.

Y siguió montándome como si no hubiera pasado nada, lo hacia con ansia, así que no tarde en correrme y mi leche se esparció por su coño, en ese momento ell se levantó y besándome en la boca me dijo:

-Te amo, me estás haciendo muy feliz.

Descansamos un poco yo aproveche para preguntarle si lo había hecho antes con jovencitos, ella me confesó que lo hacía con un amigo de su hijo, aunque sin decirme que se refería mi hermano, yo le dije que me encantaban las mujeres maduras, aunque ella por supuesto ella más que ninguna, y que buscaba una mujer abierta para hacer algunas cosas, especiales, ella se ofreció a ser mi compañera de juegos, quizás fue esta conversación, pero el caso es que mi polla comenzó a ponerse dura nuevamente.

Ella al sentirla llevó su lengua a mi miembro y se puso a lamerla, esto hizo que mi polla despertarse del todo, y ella al verla dijo:

-Cariño, me parece que los dos tenemos, y creo que debemos comenzar por donde lo dejamos.

Se volvió a sentar encima de mí y a cabalgarme. Y nuevamente, se la notaba completamente recuperada me volvió a cabalgar de una manera muy vigorosa, que demostraban que una rellenita no tiene que estar falta de energía, mientras me decía:

-Te adoro mi yogurin, eres un follador maravilloso.

Seguía cabalgándome, hasta que se dio la vuelta, de esta manera me encontré con sus impresionantes tetas sobre mi cara, por supuesto aproveché la ocasión para chupárselas, mientras, para meter ideas en su cabeza, la dije:

-Mamita, este nene adora tus tetas.

-Mi niño, me respondió ella, son todas tuyas.

Yo seguí chupándoselas, adoraba a esa mujer, y noté como sus gemidos aumentaban poco a poco, parecía que se estaba corriendo y eso para mí resultaba muy estimulante, así que seguí chupándoselas. Quería que mi polla aguantará el máximo posible, pero finalmente terminé corriéndome:

-Muchas gracias, mi amor, los chicos de hoy sois fantásticos, mucho mejor que los hombres de mi edad.

Descansamos un momento, pero yo sentí que tenía muchas ganas de comerle el coño, así que la hice tumbarse en el sofá con las piernas bien abiertas, y cuando estuvo en esa posición llevé mi cabeza hasta su coño, y sacando mi lengua me puse a comérselo, ella al sentir mi lengua me decía:

-Mi amor, eres divino, menuda lengua tienes.

Sus gemidos eran intensos, me encantaba el sabor de su coño, así que seguí comiéndoselo, hasta que ella me dijo:

-Mi amor, esto es divino, pero quiero sentir, de nuevo tu polla dentro de mí.

Nos sentamos en el sofá, juntamos nuestras bocas y nos dimos un beso muy intenso, mientras lo hacíamos, ella puso una de sus piernas encima de las mías, y luego llevó una de sus manos hasta mi polla y se puso a acariciarla, era algo delicioso.

Luego con sus manos me echó hacia atrás, hasta tumbarme sobre el sofá, y desde esta postura se sentó encima de mí e introdujo mi polla dentro de su coño. Mientras me decía:

-Mi amor adoro esa polla.

Comenzó a marcar un ritmo delicioso, se inclinó hacia mi sus tetas quedaron a mi altura de mi boca, se las chupé un poco y luego la empujé un poco hacia atrás, desde esta postura podía acariciar mejor sus deliciosas tetas, mientras ella me decía:

-Mi amor, me vuelves loca.

Estuvimos así, hasta que ella se echó hacia atrás, y apoyando sus manos sobre el sofá comenzó a moverse, su coño se desplazaba más a lo largo de mi polla y tan pronto me entraba en su totalidad, como se salía hasta casi la cabeza, desde luego esa mujer era muy viciosa, y eso me encantaba, pero en ese momento fui yo quien tuvo un capricho.

-Me gustaría follarte a cuatro patas, le dije.

-Mi amor, follame como tú quieras, pero follame.

Ella aceptando mi propuesta se salió de mí y se puso a cuatro patas encima del sofá, mientras me decía:

-+Mi amor aquí tienes a ru perrita que desea, que le des tu salchicha, bueno más bien un salchichón muy grande, jajaja.

La visión en primer plano de su culo me resultó alucinante, mi polla se puso durísima, así que la acerqué a su delicioso coño y de un golpe se la metí.

Nada más sentirla, ella se puso a gemir, nuevamente me estaba demostrando ser una mujer muy ardiente, así que comencé a moverme en su interior, mientras ella decía cosas muy deliciosas que se mezclaban, no se sabía lo que decía, pero desde luego era que estaba gozando, y sentir el sonido de mi polla chocando con su culo, me ponía todavía más caliente.

Ella también estaba muy caliente y me decía:

-Mi amor, me estas haciendo muy feliz, eres adorable.

Y la verdad es que no tardó mucho en correrse, pero yo seguía con mi polla empalmada, así que seguí follando ese coño tan caliente, hasta que ni pude evitarlo y me corrí en su interior.

Descansamos nuevamente, pero lo sucedido había hecho que un nuevo deseo apareciera en mí, quería follar ese culo tan divino, cuando se lo pedí ella me dijo:

-Mi amor, después del día que me estas haciendo pasar no puedo negarte nada.

Se puso a cuatro patas encima del sofá y me dijo:

-Aquí me tienes, soy toda tuya.

Yo m fui hacia donde estaba, me puse de rodillas detrás de ella, y volví a disfrutar de la visión en primer plano de su culo, era impresionante, así que primero se lo acaricié, des pues fui acercando mi polla hacia ese culo tan divino, y de golpe se la metí, ella dio un primer grito de dolor, que poco a poco se fue transformando en gemidos de placer, yo lo disfruté desde el primer momento. Ella me decía:

-Mi amor, nunca pensé que por el culo se pudiera disfrutar tanto, estoy descubriendo que una mujer se puede volver loca cuando se lo hacen por ahí.

Eran unas palabras que me resultaban muy estimulantes, así que seguí follandola por su trasero, era cálido y delicioso, por lo que seguí moviéndome en su interior, nuestros gemidos se hicieron más intensos, de pronto ella dijo:

-So cabron estas consiguiendo que me corra de nuevo.

Para mi oír estas palabras era música celestial. Así que seguí moviéndome en su interior hasta que sus gritos de placer me demostraron que una vez más se había corrido. Pensé en sacársela, pero ella me pidió;

-Mi amor, no me la saques quiero sentir tu leche regando mi culo.

La verdad es que yo también tenía ganas, así que seguí follando su culo, ella seguía gimiendo y animándome:

-Venga mi amor, sigue, sigue.

Sus palabras me calentaban aún más hasta que me corrí y sentí como mi leche, que aún era muy abundante regaba ese divino culo. Ella me dijo:

-Gracias, mi amor, ha sido una de las tardes más maravillosas de mi vida.

Para mi también lo había sido, y a la que se la saqué y vi mi leche corriendo por ese delicioso trasero y cubriendo toda su superficie me sentí inmensamente feliz, desde luego le debía una a mi hermano.

Pero la tarde estaba llegando a su fin, de una cosa me di cuenta, no sabía, si la idea de mi hermano para apartar a su amigo del alcohol daría resultado, pero desde luego dado lo que había que hacer merecía la pena intentarlo.

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1 COMENTARIO

  1. Hola klarisa como estás?? Muy buenos y muy calientes tus relatos…me encantó leerte.. mí nombre alejo…

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