Economista y prosti: Me cogen ante papá que solamente mira

7
13190
15
T. Lectura: 7 min.

¡Hola!

Hoy retomo los relatos actuales, luego de mis vacaciones, aunque aún con algo de atraso. Lo que les relataré es de la segunda mitad de octubre, así que me siguen quedando encuentros de fin de octubre para relatarles, más allá de que estoy teniendo muchos, muchísimos encuentros con personas ya conocidas.

Al terminar mi brevísimo resumen de vacaciones (relato anterior), les dije que había enviado un mensaje subliminal a Bob, a través de una llamada a Tiburón Blanco, y el mensaje subliminal le llegó y Bob de inmediato aprovechó a mezclar trabajo con placer, viniendo a Montevideo por trabajo pero incluyendo en su viaje tiempo libre para realizar lo que me había pedido: tenerme delante de mi padre.

Recordarán que ya en Buenos Aires acordamos que también podría vernos Tommy, aliviando en cierto modo la carga emocional de mi papá al vernos y no poder intervenir.

Soy muy afortunada, me esmero al elegir hombres y también quienes me los recomiendan son confiables (Tibu en este caso). Bob es todo un caballero, y prueba de ello es que en cuanto llegó a Montevideo, aún sin fijar el día del encuentro, ya me transfirió a mi cuenta lo acordado, suma que les mencioné en el reporte 3 de la visita a Buenos Aires.

Confirmé con papá, confirmé con Tommy y luego propuse a Bob hacerlo el viernes de tarde, a partir de las 17, hora en la cual ya Tom podría liberarse. Y también podría estar libre papá, argumentando acompañar a Tommy a un juego de fútbol 5.

Bob aceptó encantado.

Y llegó el gran momento. Habíamos acordado con Bob que ya lo esperaríamos en mi oficina y que ya estarían presentes papá y Tom, a efectos de no generar esperas incómodas.

Así lo hicimos.

“Obligatorio” café, luego de presentarlos, para romper el hielo y que se conocieran mínimamente, hablamos un poco de nuestras vacaciones (no de sexo) y decidí que era el momento de comenzar.

Vestida de minifalda sin tanga alguna y crop top bien corto los guie por la escalera hacia la suite superior, y pudieron mirarme a gusto, los tres.

Llegados a la suite, les dije que iba al vestidor para cambiarme de ropa, (del resto ya me había preparado), y les dije que esperaran mi salida del vestidor, para entrar ellos y ponerse a gusto. Les sugerí que papá y Tommy quedaran de boxer y camisa, para que no molestara una eventual erección, mientras a Bob le sugerí que quedara en boxer y nada más.

Me fui al vestidor anexo, fui al baño, me refresqué y perfumé nuevamente y luego me puse una de mis largas batas negras, opaca y bien cerrada.

Nos cruzamos cuando pasaron al vestidor, y les dije que me dieran al menos unos cinco minutos antes de volver.

Había desarrollado mi idea en secreto, visto cuanto le gustó a Sam mi foto de cuando seduje a papá (la que le envié mientras no se decidía), decidí recrear esa pose.

Lo recuerdan seguramente, y si no lean el relato de “Cómo seduje a mi papá”.

Decidí recostarme a lo ancho de la cama. De espaldas a la puerta que da al vestidor. Cuando seduje a papá, la pose que adopté había sido inspirada en las poses de odaliscas de brillantes pintores como Ingres, Fortuny o Manet, aunque yo opté por la desnudez total, algo que no siempre ellos representaron.

Desnuda, de espaldas al vestidor, sobre mi lado derecho, con ese brazo flexionado sosteniendo mi cabeza y la pierna izquierda con la planta del pie apoyada en la cama, de modo de mostrar un poco de mi concha, los esperé.

—¡Que divina! Dijo Bob. —Esa pose tiene historia dijo Tommy. —Contale la historia dijo papá a Tommy.

Dejé que me contemplaran los tres hasta que papi y Tom se sentaron en dos pequeños sillones al costado de la cama, separados del lecho más o menos un metro y medio.

Sonreí a Bob y le indiqué de situarse entre ellos y la cama. Estaba con la verga totalmente erecta, dura. Me paré frente a él y lo besé, de lengua, mostrando descaradamente como metí la lengua en su boca.

Mirando a mi Tommy le dije: —Contale a Bob la historia de esa pose…

Mientras Tom le contaba la historia de la seducción de papá, y de la foto que me tomó en la pose de odalisca, fui bajando y lamiendo el cuerpo de Bob hasta arrodillarme y comenzar a chuparle la pija, pétrea a esa altura de los acontecimientos. Alguna vez interrumpió el relato de Tommy con un par de preguntas, pero siempre sostenía mi cabeza contra su cuerpo, metiendo la verga a fondo en mi boca. Papá me miraba como hipnotizado.

No quise arriesgar que mi cliente acabara prematuramente, y me recosté sobre la cama, a lo largo de la misma, de piernas abiertas en una obvia invitación a que me chupara la concha, ya mojada.

Ya saben los lectores cuanto me gusta que me la chupen, que me pasen la lengua, que me succionen el clítoris, que jueguen con mis pelitos. Ahora imaginen como me sentía mientras Bob me hacía todo eso y yo giraba la cabeza y miraba directamente a papá y a Tom. Los vi excitados, inquietos, se acomodaban el bulto, pero resistían y cumplían con no intervenir.

Quería que me la metiera y se lo dije a mi partenaire.

Me puse para cucharita, de frente a los observadores, bien cerca de ellos casi al borde de la cama.

Cuando Bob se recostó detrás de mí, yo sobre mi lado derecho, levanté la pierna izquierda y la pasé sobre su cuerpo.

Mi concha se ofreció a su verga, todo a la vista de mi marido y de mi padre. Una de sus manos se posó sobre mis tetas acariciándolas y la cabeza de su pija buscó la entrada a mi gruta de placer. Fue fácil, su pija y mi concha bañados en saliva facilitaron la penetración. Lo sentí entrar en mí sin esfuerzo.

—¡Que bien metida! dijo papi, quizás como modo de aliviar tensiones.

Tom tuvo una idea brillante. Con el cañón de imágenes, proyectó a la pared detrás de ello lo que se puso a filmar con su teléfono.

Bob y yo veíamos como su miembro entraba y salía de mi cuerpo, en una imagen HD de gran tamaño. Me resultaba muy excitante ver tan detalladamente como me cogía.

Era inevitable, acabé antes que Bob, y me encantó que me vieran temblar y quejarme en mi orgasmo. Segundos después su verga comenzó a verse cubierta de una espuma blanca, producto de batir mi flujo en su vaivén. Hasta que lo sentí vaciarse dentro de mi. Cada vez aprecio mejor el momento en que me acaban, lo presiento y luego cuando eyaculan, siento los chorros, tibios y casi siempre abundantes, que inundan mi lugar de placer. Los siento a ellos estirar sus músculos, gruñir a veces, estrujarme las tetas o mordérmelas.

Lo incité, moviéndome con suavidad, a que no me la sacara de inmediato. Siguió dándome y obteniendo placer hasta que ya semi blanda, su pija se salió de mí.

Casi de inmediato. Leche y flujo chorrearon mis muslos y la sábana.

Me arrodillé y lamí lo que había en la sábana, con los dedos recogí lo que pude de mis muslos y lo llevé a mi boca, saboreando.

Miré a papá; estaba intensamente pálido, sin expresión, sorprendido quizás de ver a su hija hacer todo lo que hice.

Era inevitable. Me puse a limpiar la verga de Bob chupándosela. La chupé y la lamí hasta dejarla reluciente, también le lamí los huevos. Y me tiré a lo largo de Bob a besarlo y acariciarle la pija y el cuerpo todo, caricias que devolvía él gustosamente.

—Hija, te he visto más puta de lo que pensaba. Ahora comprendo por qué tienes tanto éxito.

—Me encanta que lo comprendas, papá. Soy feliz así, tanto como cuando cojo contigo, y quiero que veas más.

—Su hija es un tesoro acotó Bob.

Tommy sirvió zumo de naranjas, cero alcohol pues casi todos debíamos conducir al terminar el encuentro.

—Bob, quiero que me hagas la cola y que me vuelvas a acabar en la concha. Quiero que esta tarde sea inolvidable.

Dije eso y me di vuelta en la cama, quedando boca abajo.

Tommy acercó gel, papá se reacomodó en su sillón.

Bob se fue a mis pies y estuvo lamiéndolos, luego subió por las pantorrillas, masajeándome con saliva. De a ratos subía a besarme mientras yo me acariciaba las tetas.

Se detuvo largo rato a besar, lamer y masajear mis muslos. Hasta que llegó al culo. Me mordía los glúteos, me daba suaves palmadas, y entonces lo impensado; les pidió una pequeña colaboración:

Me hizo poner en cuatro, se puso delante de mí para que le chupara la pija y con sus manos abrió los glúteos dejando bien a la vista mi agujero.

—No quiero usar gel, la quiero coger con saliva de ustedes. Por favor mójenle el esfínter.

Sorprendidos, no atinaron a negarse. Se pararon, se acercaron y me llenaron la raya del culo de saliva, espesa y tibia.

—Gracias, alcanzará. Dijo Bob, y metió un dedo en mi refugio anal. Suspiré y me preparé.

Apoyó la cabeza y me dijo que yo misma me lo metiera. Empujé hacia atrás y entró, vaya si entró, tanto que lancé un pequeño grito, pero luego fue todo goce. No tiene una pija muy grande, se soporta perfectamente y el vaivén me lleno de goce, sonreía, le pedía “más, más”, y estiraba uno de mis brazos para acariciarle los huevos. Tanta saliva como me habían echado, ayudaba a oír el característico plaf plaf de su pubis contra mis nalgas.

Llegó el momento de cambiar, la sacó, me di vuelta y segundos después estábamos en misionero.

La verga a fondo, todo el cuerpo de Bob sobre mi, y él me cogía moviendo solamente la pelvis… el “polvo oruga” que suele echarme mi papá y del cual le hablé previamente a mi ocasional macho.

La posición nos permitía besarnos y que me chupara las tetas. Cuando presentí que él iba a acabar, lo apreté contra mi cuerpo, casi clavando mis uñas en su espalda.

No me equivoqué, en segundos otra acabada se derramó en mi matriz y siguió y siguió cogiéndome mientras la tuvo dura. Y entonces:

—Caballeros, les agradezco su respeto a mi deseo… si gustan acabarle…

Y papá y Tommy se abalanzaron sobre mi, ya desnudos, masturbándose hasta acabarme en las tetas, sobre la concha y en la cara.

En minutos tenía sobre mi cara llena de leche tres vergas para limpiar.

Cuando se las hube chupado fue mi turno de limpiarme. Corrí a la ducha… y se dio lo que había relatado a Tommy de mi encuentro con Sam. No fue forzado, fue natural, disfrutable y nuevo.

Después, Bob y Tommy se retiraron, y me tomé una ducha verdadera con papá. Besándolo acariciándonos y hablando de cuán agradecida le estoy.

Dos horas y media habían pasado desde que llegaron a la oficina. Fue el momento de despedirnos de Sam, que en su coche viajó hasta Fray Bentos para pernoctar allí y el sábado seguir a su provincia Argentina.

Tommy llevó a papá a su casa y yo me fui a nuestra casa a preparar mi cena con Tom.

Personalmente no olvidaré jamás los detalles de este encuentro. La nobleza de papá, lo bien que me cogió Bob en cucharita frente a ellos, el respaldo de Tommy a todos mis pedidos, y el momento en que me vieron en pose odalisca.

Pero no terminó del todo el encuentro. El sábado tuve llamadas de Bob para agradecerme y para que transmitiera su agradecimiento a papá, y de Tiburón, a quien Bob había llamado para agradecerle “la recomendación de esa putita perfecta”.

Pero lo más emocionante fue la llamada de papi para decirme que pese a que en algunos momentos se sintió hasta celoso, en general quedó encantado viéndome como nunca me había visto, y sabiendo de mis honorarios. También se refirió al final, cuando fuimos todos a la ducha, y me dijo que jamás había pensado en eso, pero que ahora no puede dejar de imaginarse una repetición. Por supuesto prometí complacerlo a la brevedad.

Por último, esa noche conversamos muchísimo con mi Tommy, evaluamos todo, que nos encantó a los dos. Cada vez me gusta más entregarme o que me entregue, que me paguen y que él me vea hacer de todo, y que participe o no. El sábado nos fuimos al campo, yo tenía que atender a tres de mis amigos en ese fin de semana. Y aprovechamos todo el viaje para planificar un nuevo desfile. Todo me gusta en esto de putifina, pero lo de desfilar delante de desconocidos es algo que literalmente me vuelve loca de placer, ¡y además tengo cantidad de outfits comprados en Madrid y Paris!

Hasta la próxima queridos lectores.

Besos, Sofía.

Loading

7 COMENTARIOS

  1. Me pone al palo que hagas alusiones pictóricas bebe. Te pintaria todo el cuerpo con todas las lluvias posibles, dame esa chance y verás. Besos fogosos para mi deliciosa odalisca 🔥🔥🔥

    • Hola MVD Que comentario tan hermoso! Sabes? Me encanta que me “pinten” todo el cuerpo, por dentro y por fuera ja ja. Dejemos pasar el fin de año, y quizás antes de embarazarme tengas la oportunidad de “pintarme”.

      Un beso enorme de la odalisca Sofi.

      • Me encanta que te hagas desear así toda putona bb, mientras seguís despertando mis deseos más corruptos y mis más bajos instintos. Besos lobeznos bajo tu vientre rutilante 😘🔥

  2. Siempre es un placer leerte amiga sofi y mas saber de ti ya ansio verte prpnto por estas tierras y llenar de deites

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí