Me llamo Felipe, en esos tiempos tenía 29 años, y llevaba un año de relación con Paula, a quien conocí en la universidad, desde el primer momento que la vi me gustó, era bajita de 1.49 metros, piel blanca y tersa, en ese tiempo tenía su pelo castaño teñido rubio, tenía un lindo y delicado cuerpo, con un trasero armonioso pero que era opacado por su gran peculiaridad: un par de tetas enormes y firmes, lo que más amaba de ella.
Con Paula teníamos una vida sexual muy activa, diría que nuestra relación se basaba mayoritariamente en eso, y pasarla bien, íbamos a fiestas, y acampábamos constantemente en playas apartadas. Un día le sugerí a Paula ir a un playa que había descubierto hace poco, que tenía la peculiaridad de estar apartada de la ciudad, a los pies de unos farellones inmensos, lo que hacía que fuera un lugar tranquilo y bonito para pasar el día sin molestias externas.
Fue así que un par de días después la fui a buscar a su casa a las 9:00 am de un miércoles, con la idea de ir a comprar a una tienda para comer durante el día. Al llegar quedé impactado con lo hermosa que se veía, vestía un ajustado vestido corto blanco, que permitía translucir su colaless negro que hacía lucir su bello culo, y al no llevar sostén dejaba poco a la imaginación con sus enormes tetas que eran coronadas con pequeños pezones a medio erectar por el frío de la mañana.
Al llegar a la tienda por los alimentos, ella entró a comprar mientras yo hablaba por celular unos metros afuera, mientras conversaba me di cuenta de que el hombre ya mayor del negocio la veía descaradamente, diciéndole piropos, lejos de molestarme, esto me generó cierta excitación, ya que era innegable lo bella que Paula se veía. Al salir de la tienda mi novia solo sonrío porque había notado que yo miraba la situación con cara de pocos amigos, pero la calme diciendo que el señor tenía razón que era hermosa.
Al llegar a la playa dejamos el vehículo por encima del farellon y bajamos por un cerro hasta la playa, mientras caminábamos no podía dejar de pensar en que era afortunado de estar con una mujer que provocará tanto deseos en cualquier hombre, lo cual me excitaba bastante, por lo que al llegar a la pequeña playa e instalar nuestro quitasol, le dije a Paula que no se pusiera traje de baño que simplemente estuviera solo con su colaless y sus tetas al aire, ya que en esa zona era poco probable que hubiera alguien en día de semana, y yo quería contemplarla así todo el día.
Pese a que me dijo que no tajantemente ya que le daba vergüenza, y miedo de que alguien pasara, accedió a mi petición visiblemente avergonzada se quito su vestido, quedando solo en colaless mientras se tapaba los pezones con sus brazos, yo la animaba a que actuara con normalidad diciéndole que era hermosa y me gustaba verla desnuda, y que no se preocupara ya que por ahí no pasaba nadie y menos un día de semana, fue así como empezamos a beber un mango colado bien helado que ella había preparado la noche anterior, por lo que bebimos hasta quedar ligeramente bajo los efectos del alcohol, lo cual hizo que estuviéramos más confiados conversando y riendo bajo el sol radiante.
El verla así segura de si misma y desnuda al aire libre me hizo calentarme demasiado, por lo que de un momento a otro la comencé a besar apasionadamente, manoseando sus bellos atributos, aunque en un principio se opuso, pronto se dejo llevar y permitió que la dedeara aunque siempre atenta a su alrededor, a mi la verdad no me importaba nada más, por lo que empecé a bajar lentamente hasta devorarle esa rica vagina que rápidamente pasó de color rosita a un rojizo que hacía evidente su excitación, en un principio veía a Paula de reojo preocupada de su alrededor pero al rato ya solo la veía disfrutando mientras presionaba mi cabeza contra su vagina.
Cuando ya la sentí bastante húmeda le dije que se pusiera en cuatro, ante lo cual ella dudo, diciéndome que mejor fuéramos al auto, a lo cual simplemente la agaché y comencé a penetrarla mientras la nalgueaba, al levantar la mirada y contemplar la bella escena del culo de mi mujer al aire libre con el mar de fondo mientras gemía, pude divisar a unos 30 metros a un hombre con caña de pescar, que caminaba a nuestra zona, no estaba seguro si nos había visto ya que habían rocas enormes por el sector que tapaban en parte el lugar en donde estábamos teniendo sexo, sin embargo la mezcla entre el alcohol y la tremenda excitación de la adrenalina de la situación hizo que yo simplemente siguiera en lo mío mientras Paula ignoraba todo.
De repente veo asomarse por una roca cercana al hombre que ya a menos distancia pude divisar que era de unos 40 y tantos años, alto y de contextura media, claramente estaba observándonos mientras intentaba ocultarse, pude divisar de reojo que el tipo estaba masturbandose, mientras intentaba sin éxito escabullirse entre las rocas para ver más de cerca, todo esto pasaba mientras yo fingía que no lo había visto, al tenerlo a unos 7 metros de distancia asomado detrás de una gran roca, lo vi directamente a la cara, quedando este estupefacto con su pene en la mano, en ese momento empecé a nalguear a Paula mientras la penetraba, lo que hizo que el hombre siguiera masturbandose en el mismo lugar.
Para ese momento Paula levanto la vista y se percató de la presencia del hombre, por lo que se asustó soltando un quejido de susto. Esto hizo asustar al hombre, quien se detuvo. Inmediatamente agarre firmemente de las caderas a mi novia diciéndole, que no se veía peligroso y que le regalará la vista de su bello cuerpo ser follado para que tuviera la paja de su vida, ante esto Paula reaccionó incrédula y dudosa, pero al ver que el hombre solo se masturbaba en ese lugar lo permitió, sin dejar de quitarle la mirada con nerviosismo por lo que estábamos haciendo.
Ante esta situación al parecer el hombre se envalentonó, por lo que poco a poco comenzó a acercarse hacia nosotros, Paula me dijo que venía que nos fuéramos, pero yo le dije que estaba demasiado caliente, que no me importaba que nos vieran, de un momento a otro el hombre estaba masturbandose al lado de nosotros, ya sin shorts mientras veía con una cara de desquiciado las tetas colgando y rebotando de mi mujer mientras era embestida por mi, en un punto llego a tener su pene cerca de la cara de Paula, quien solo atinaba a a decir monosílabos, pero evidentemente excitada por la situación ya que a esas alturas su vagina estaba mucho más mojada de lo habitual ya que sentía sus chorritos en mi pene.
Al sentir esto la agarre del pelo y le dirigí su cara contra el pene del desconocido hombre que quedo sorprendido, mientras veía que mi mujer con dudas pero sumamente excitada comenzaba a lamerle de a poco la cabeza del pene hasta su base, ante eso el hombre ya tenía los ojos desorbitados de placer, y parecía no dar crédito a la situación, mi mujer ya se había soltado, y ya hasta daba arcadas por chupar el pene que si bien era de tamaño promedio, era bastante grueso.
Luego le dije a Paula que me la chupara a mi también quedando de espalda al hombre, quien nervioso solo atinó a quedarse mirando las nalgas de mi mujer que en cuatro dejaba ver su húmeda vagina mientras me chupaba el pene como nunca antes, y parecía mover instintivamente el culo al hombre quien parecía hipnotizado con aquella vista.
Mientras me la chupaba Paula que miraba a ratos al hombre verle su vagina, me dijo con tono de decepción que no habíamos traído condones, en ese momento le dije al hombre que entonces le frotara la vagina con su pene mientras me la chupaba a mi, ante lo cual el hombre de un salto empezó a frotar con la punta de su pene todo alrededor de la vagina de Paula, quien a esas alturas ya movía las caderas de manera desenfrenada, hasta que de un momento a otro simplemente agarró el pene del hombre guiándolo a su interior al mismo tiempo que soltó un exquisito gemido diciéndome que la disculpara pero que ya no aguantaba.
El hombre pareció entrar en un trance, ya que solo miraba hacia cielo mientras manoseaba frenéticamente las nalgas de mi novia, quien movía sus caderas lujuriosamente contra aquel hombre, un rato después, Paula se paró tumbando boca arriba sobre la arena al hombre, quien obedeció sin chistar, mientras miraba como Paula se montaba en su pene dejando a su disposición sus dos enormes tetas que empezó manosear frenéticamente, yo simplemente me quede mirando como mi novia se había convertido en una perra gimiendo sobre aquel hombre, viendo en primer plano como rebotaban sus nalgas y era penetrada su mojada vagina…
El hombre al poco rato, empezó a jadear intensamente hasta que pude ver como empezó a escurrir una cantidad enorme de semen mientras Paula no dejaba de montarlo, produciendo espasmos en el hombre, al ver esto me calenté a tal punto que aproveche la situación para penetrar por la vagina a Paula cuando aún se encontraba dentro el pene de aquel hombre, produciendo en Paula un gemido descontrolado lleno de placer, era su primera vez siendo penetrada por dos penes al mismo tiempo, y la primera vez que yo estaba en una situación así, podía sentir el semen caliente en el interior de su vagina el cual iba saliendo poco a poco mientras la embestía.
También podía sentir el pene del otro hombre como poco a poco recuperaba nuevamente la erección, lo cual hizo gemir aún más a Paula mientras el desconocido devoraba sus enormes tetas, a tal punto que ni siquiera sabía que hacer con ellas las chupaba, tiraba sus pezones y ponía su cara entre ellas, fue en ese momento en que sentí a Paula dar espasmos de placer sin poder controlar su cuerpo, lo cual me hizo eyacular como nunca antes dentro de ella lubricando aun mas ambos penes en el interior.
Finalmente nos repusimos los tres, quedando Paula tirada sobre una toalla mientras su vagina escurría abundante semen, exhausta pero con una cara de placer que nunca había visto en su rostro, el desconocido pareció salir del trance en el que estaba, vistiéndose nerviosamente y viendo a todos lados, solo dijo debo irme muchas gracias mientras se alejaba hacía el mismo lugar desde donde vino, yo solo me recoste al lado de Paula tapándonos con una manta y nos dormimos hasta la hora de almuerzo, no hablamos nada al respecto después de eso, pero entre nosotros creo que existe una complicidad que antes no había.
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impecable el relato loco, me calentó a más no poder cuando Paula totalmente desbordada por la calentura y el morbo de garcharse un desconocido, se metió la verga del chabon sin forro ni nada. Espero mas relatos, saludos!
Excelente me gustó mucho,, apartir de ahora ella solo va a desear 2 vergas y cada vez más grandes