Buenas nuevas experiencias (2)

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T. Lectura: 6 min.

Pido disculpas por tenerlos abandonados. Aclaro que en mi perfil, tienen foto nueva.

Vamos a lo que vinimos. Despues del primer encuentro de experiencias varias con el masajista, profesor de yoga y practicante de tantra que les conté en mi relato anterior, quedé con ganas de mas.

Dejé pasar dos semanas y vuelvo a escribirle. A todo esto, se llama Gustavo, su nombre Hindi es “salam o Salman” o algo así. Le escribí diciendo que estaba dispuesto a pagarle por una nueva experiencia como la anterior, y que me diera las instrucciones de que necesitaba para llevarlo a cabo. Pasaban los minutos y no respondía mis mensajes.

Habiendo transcurrido una hora, me responde: Perdóname la demora bombón, estaba en una clase de Yoga. ¡Como no acordarme de vos! Ok, dame unos minutos y te envío instrucciones.

Pasada media hora, me escribe preguntando:

¿Queres hoy u otro día?

Yo: hoy

¿Por la tarde/noche o noche?

Yo: tarde – noche

19:30 h mi último horario. ¿Ok?

Yo: Perfecto.

vas a tocar timbre en ese horario, ni antes ni después, en ese horario. Voy a abrirte desde arriba. En la mesa que usa el portero, que se encuentra al lado de los ascensores, en el único cajón que tiene, vas a encontrar una venda negra para los ojos. Para cuando se abra en mi piso la puerta del ascensor, vos tenes que estar vendado y dejarte llevar. No te preocupes, me voy a ocupar de que entres sano y salvo al departamento.

Te voy a desvestir y solo tenes que tener puesto un slip blanco. Del modelo que sea, pero debe ser enteramente blanco.

Mi tarifa es de xxx y mi alias para la transferencia es …x…x…

Sin chistar respondí: OK, transferí el dinero y espere a que se acerque la hora.

Me fui al gimnasio.

Fui a mi casa, me duché y me puse un slip blanco sin elastico que tengo reservado para situaciones como estas.

Me vestí y salí con el coche. El tráfico estaba muy complicado, por lo que decidí dejar el auto en el garaje, y me tomé el transporte público. Cosa que muy rara vez hago. Pero pude llegar con 2 minutos de antelación a lo pactado.

Esperé en la entrada y vi gente en la recepción esperando a subir en el ascensor. Toco timbre siendo justo las 19.30 h, se abre la puerta, entro al hall de ingreso del edificio. Disimulo haciendo que estoy enviando un mensaje. Suben las últimas 2 personas en el ascensor, al cerrarse la puerta, rápidamente me muevo a la mesa de uso del encargado. Abro el cajón y encuentro el antifaz que me mencionó. Llamo al ascensor, llega y toco el botón del último piso. Al llegar al 8º, me vendo los ojos. Quedé completamente a oscuras y entregado a lo que podía ocurrir.

Suena el aviso del último piso y la ansiedad me recorría el cuerpo. Mi mente se adelantaba a situaciones que podían o no ocurrir. Inspiré profundo y exhalé y la puerta se abrió. Siento que me toman del brazo derecho, quise balbucear algo pero se me acercan al oído y me dicen: shhh.

Camino unos pasos hasta la entrada del departamento y, desde antes de ingresar, los aromas a sándalo, incienso, etc. se podían sentir. Me detienen y me piden que espere ahí. Parado, quieto, esperé.

Vuelven a tomarme del brazo, me acompañan a caminar unos pasos, me hacen girar. Se escucha música suave. Unas manos comienzan a sacarme la camisa que traigo puesta. Inmediatamente, me desabotonan la bermuda, me la bajan, acarician mis piernas. Ambas manos descienden y me piden que levante los pies para sacarme las sandalias.

Solo con el slip puesto, dichas manos comienzan a subir suavemente por mis piernas, muslos, acarician mis caderas, suavemente pasan por encima de mi bulto que ya se había puesto firme como un mastil, acarician mis abdominales, mis pectorales, brazos, espalda. Pero, siento que otras dos manos untadas en aceite, comienzan a pasarse por mis pectorales, hombros. ¿Había mas de una persona? Traté de no pensar y dejarme llevar.

Las manos que me untaban en aceite, se deslizaban por mi vientre, por mi bajo vientre, los dedos se introducian suavemente por dentro del slip y rozaban mi pija que estaba enorme, rígida.

Instantes después de que un ruido de cuencos acomodándose y pasos que se movían por el lugar, me toman del brazo izquierdo y me llevan unos pasos más y me empujan suavemente para que me siente en un lugar que era una especie de reposera. Sujetaron con unas cintas muy suaves mis muñecas, mis tobillos, y mis rodillas, a la estructura de la reposera. Quedé con las piernas y brazos muy abiertos, dejando a disposición de quien estuviera ahí, mi torso y mi bulto.

Dos manos se posicionaron sobre mis pectorales y comenzaron a realizar un masaje suave, centrándose en mis tetillas. Una nariz, lengua y labios empezaron a rozar suavemente mi bulto. la lengua se deslizaba por la apertura del slip pasando por mis huevos y por el costado por el que se escapaba la cabeza mi pija y parte del tronco.

A su vez siento que un aparato que vibraba, no sé si era el vibrador negro tipo micrófono de la otra vez, empezó a acariciar suavemente mis tetillas, lo que me generó mucho placer. Al mismo tiempo, alguien pasaba su lengua mojandome todo el slip. Con una mano, saca la parte visible de mi pija por el costado que se escapaba y suavemente comienza a lamerla y chuparla.

En una tetilla pasaba el vibrador y en la otra habia una lengua. Estaba excitadisimo. Minutos mas tarde, cambiaron y ese vibrador comenzaron a pasarlo

por mi pija y por mis huevos, sintiendo una sensación mas que agradable. La sangre estaba toda en mi verga. Me explotaba, yo no paraba de gemir. Estaba inmovilizado y no podía hacer nada mas que relajarme y sentir.

Minutos después, siento que cambian de lugar, y quien se ocupaba de mis pechos, pasa a chuparme la verga y el otro a chuparme los pechos. Me bajan el slip y una mano acariciaba mis huevos mientras la lengua y boca, se encargaba de mi pija.

La otra persona, aplica unos broches sobre mis pechos pero con una presión muy suave y que cada cierta cantidad de segundos daban un pequeño impulso eléctrico. Mis pezones estaban excitadisimos. Primera vez que siento esa clase de sensación. Luego de eso, las 4 manos, las dos bocas y lenguas se posicionan donde mi pija, y la succionan con enormes ganas, como si fuera la última gaseosa del desierto. Acarician mis abdominales, mis piernas, gimen, se besan, siguen chupando, acarician mis huevos.

Escucho un suave murmullo, se alejan un poco de donde estoy, siento que una mano agarra mi pija engarrotada, le coloca mas aceite, y se sienta en ella, poniendose a gemir y quejarse de placer y de dolor. Se la sacó y le puso mas aceite pero siento que cambia una persona por otra. Y entró más fácil, gemido y dolor por medio. Suavemente me cabalga y yo, realmente no daba mas de placer, de excitación y me controlaba para no acabar. Siguió cabalgando sobre mi pija unos minutos más hasta que siento sobre mi pelvis, unas contracciones de excitación y un liquido que se derrama.

Se levanta de encima mío, y la otra persona inmediatamente toma posesión de mi pija y ante un ahhh de dolor, comienza a cabalgarme. Quien se puso de pie, me sacó los broches de mis pezones y liberó mis brazos. Lo que me dejó tomas de las caderas y nalgas a quien me cabalgaba, por lo que sentí era Gustavo. ¿Pero quien era la otra persona? Intento sacarme el antifaz, pero quien estaba de pie, me toma de las manos y me lo re acomoda para que no vea nada. Vuelvo a tomar a Gustavo de la cadera y a empujarlo para que mi pija le entre toda. Se quejaba, gemía pero estaba poseido en como me cabalgaba.

Hacía bastante calor, y yo estaba aceitado y completamente sudado. Les pedí si podían servirme agua. Gustavo se baja de mi pija, escucho nuevamente un murmullo, y Gustavo apoya el bazo sobre mi boca y me dice: toma tranquilo, respira.

Yo: ¿Quién está con vos?

Gustavo: shhh

Termino de tomar el agua. Me toma del brazo y me dice: ¡vamos!

Me lleva nuevamente a su balcón terraza de la última vez. Allí me sujeta de brazos y piernas, posición era de pie, cual crucificado. Mi pija seguía erguida cuál mastil. Mis ojos todavía cubiertos.

Vuelven a encender el vibrador negro y a pasarlo por todo mi cuerpo. Yo gemía y me retorcía de placer. No sé quien de los dos, me chupaba la pija con muchas ganas y con una de sus manos me masturbaba.

Tampoco sé quien tomó con sus manos mi pija mientras la otra persona con voz tapada, se la introducía y gemía. Placer, dolor, mezcla de cosas, se movia más rápido que en la reposera de tela. Sudor, aceite, lubricante, precum, todo a la vez, gemidos, respiraciones agitadas.

Yo: voy a acabar, voy a acabar, ah ahhh ahhhh

Comencé a soltar leche a chorros. Quien se los dejó adentro gemía como mujer, se le deslizaba semen por las piernas.

Gustavo, me saca el antifaz y a quien me había cogido era a una mujer.

Yo: ¿quien es ella? Es una amiga y vecina. Quedate tranquilo que ya no ovula ni le interesan hijos de nadie.

Algo mareado, me había bajado todo, el momento, la excitacion, la hidratación. Me sueltan de las bandas que me sujetaban y entramos al depto. Me sirven nuevamente agua fresca y me tomo el vaso completo en segundos.

Ella me decía, soy Laura, encantada. Papito, estás impresionante, ¡¡¿cuanto hace que no me tocaba un macho como vos?! y esa pija querido! Amé esa cogida.

Yo: gracias. Laura, mira, te acabé mucho adentro. Por favor, te aclaro que soy abogado, no quiero quilombos, ni hijos, ni nada.

Ella: Papu, ya tuve dos hijos, no ovulo más tengo 46 años. Tranqui, estoy sola, solo quiero divertirme y coger. Hace 3 años que no tenia un orgasmo como el que tuve hoy. Loca me dejaste. Gus, yo tengo que ir bajando que va a llegar uno de los chicos. Abrime. Se puso un shorts así nomás, me saludó y se fue.

Gustavo: ¿que te pareció?

Yo: ¡muy loco! no garcho con minas desde hace 15 años.

Gustavo: si te decía de ella, probablemente no ibas a querer, por eso fue sorpresa. Igual, tenes que seguir conmigo que yo esa lechita la quiero para mi.

Yo exhausto, pero como dije siempre, mi pija tiene un cerebro aparte, en cuanto comenzamos a besarnos con Gustavo, y le apretaba las nalguitas, enseguida me re empalmé. Volví a sentarme en la reposera del inicio, me abrí bien de gambas, y le dije: vení, todo para vos. La succionó hermoso y me pajeó. Puso un poco de aceite, y se sentó encima. Me cabalgó un rato y me dijo: ayy amor, no puedo más. Lo levanté, lo apoyé contra la mesa del comedor, y ahí seguí cogiéndolo. La mesa se sacudía todo y rechinaba.

Lo tomé fuerte de las nalgas y me retorcí de placer. Le comencé a dejar chorros y chorros de leche adentro. Gustavo se tapaba la boca por los gemidos que daba, yo se la ensarté hasta el fondo para que no se escurra ni una sola gota de leche y me caí sobre él. Cansado, exhausto, vacío, deshidratado. Mi pija latía adentro de su orto. Nos besamos y la voy sacando despacio. Me invita a que me dé un duchaso y ya fresquito, me fui.

Voy a volver.

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3 COMENTARIOS

  1. Excelente!!¡ me calienta mucho tus relatos! Me gustaría probar tu pija y que me destroces el orto de placer!!

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