Buenas nuevas experiencias

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T. Lectura: 7 min.

Venía experimentando cierto aburrimiento en cuanto a mi vida sexual en Buenos Aires.

En un pasado había usado aplicaciones de citas, pero no las usaba más de un mes. Sacaba los contactos que me interesaban, me agregaban a IG, pero era siempre lo mismo.

Si bien experimenté en el gimnasio, en la reserva ecológica, en un sauna, pero eran cosas esporádicas y cogía siempre con los mismos que sacaba siempre de los mismos lugares.

Una tarde de mis vacaciones, aburrido, decido bajar una famosa aplicación de citas gays. Subo mis fotos, una escueta descripción, 1,85 cm, activo 23×8 de Cañitas, con lugar, sin drogas, higiene.

Al instante de haberse aprobado mis fotos comienzan a caer decenas de mensajes, de pasivos, versátiles, activos, parejas, parejas hombre – mujer, dentro de todo eso, bastante de lo que ya había en IG, X y otras redes.

Un mensaje me llamó la atención. Un masajista, fotógrafo, artista, de todo un poco. No era lo convencional que se suele ver. Delgado, tez trigueña, casi andrógino, pelo algo largo, 1,75, se describía como 1000% pasivo (si, mil por ciento pasivo); a lo que dije: ¡guau! Finalmente, cruzando unas palabras más, ¿de dónde eres? ¿Tienes lugar? Etc.; acepté ir a su consultorio. Quedamos en vernos pasadas las 18 h ya que él tenía que terminar con una clase de yoga.

Me puse un slip blanco, una remera negra, jean, y zapatillas, tomé el auto y salí a la ubicación que me había pasado.

Era un edificio de lo más común y corriente. Toqué timbre, me anuncié, luego de 7 min esperando a que bajara, finalmente lo hace, vestido de una especie de túnica blanca, el pelo negro largo suelto, sandalias,… imagen típica de gurú. Internamente pensaba que ya que me vine hasta acá y el vestido así de esa manera, esto tenía que valer la pena.

Se acomoda el pelo frente al espejo del recibidor que estaba frente al ascensor, camina hacía la entrada, abre la puerta y me dice: Hola, ¡bienvenido! ¡Guau, que alto sos! (y me da un abrazo). Yo con cierta vergüenza, hice unas palmadas en su espalda, y le respondí, ¿qué tal? ¿Todo bien?

Me responde: ¡vení, pasa!

El ascensor de ese edificio era minúsculo. Había lugar solo para dos personas delgadas y de baja estatura pero los dos entrabamos algo apretados.

Llegamos al 9º y último piso donde él reside.

Me hace pasar y era un luminoso ambiente con un balcón terraza muy lindo. Todo olía a sándalo, incienso, etc. Se lo veía un espacio muy limpio y amplio a diferencia del ascensor. En un costado se veía una camilla, con un biombo plegado que se nota que es donde hace los masajes que me había ofrecido, a unos escasos metros, otro espacio con almohadones y una alfombra donde hace clases de Yoga y en otro costado pegado a la ventana, el famoso tatami y un mueble bajito con cremas, aceites, plantas. Enfrente un sillón y afuera en el balcón, muchas plantas, dos sillones de mimbre, una pequeña mesita, y en un extremo me llamó la atención una especie de enrejado con cintas negras.

Me senté en el sillón y me dice: ¿bueno, como estas? ¿Te sentís cómodo?

Yo: si, que lindo departamento.

Bueno, ¡gracias!, me responde. Es mi hogar y santuario. Pero ahora decime, sos un tipo grandote, llamativo, de buen lomo, ¿que te hace estar buscando en aplicaciones?

Yo: estaba buscando algo diferente a lo usual que me aparece siempre en Instagram u otras apps. Además, demasiadas vueltas.

Él: ¿y que te convenció de mi perfil? No soy justamente un tipo hegemónico ni de gym. ¡Mira como te recibo!

Yo: me hiciste reír, creo que precisamente eso que te decía, lo diferente.

Se levantó, se ató el pelo haciéndose un rodete y me dice: mira, yo te puedo mostrar cosas que te van a hacer sentir bien. Hoy en modo de conocerte y que me conozcas, te ofrezco gratis un circuito de tres momentos de placer que te van ser sentir pleno, vas a expandir tu sexualidad y te vas a ir livianito. Si te gusta la experiencia, la próxima me agendas un turno y te cobro. ¿Te parece?

Yo: ¡me encantaría, dale! ¿Qué tengo que hacer?

Él: sacate la ropa y solo quedate en ropa interior.

Me desvestí como ordenó y me quede en slip. Él me miró de arriba abajo mordiéndose los labios y suspirando. Me indica que va a cubrir mis ojos con un antifaz, y que ahora yo solo me tenía que brindar al placer, al sentir, al escuchar y a relajar mi cuerpo. Subió el volumen de la música suave y escucho que abre la tapa de un envase, se frota las manos y me pide que inhale y exhale profundo. Voy a pasarte una pluma para barrer las malas energías (aclaro que era una pluma larga, desconozco de que ave).

Comenzó con mi cabeza, con mi nuca, la pasaba por mis hombros, por mis dorsales, por mi espalda baja, la pasó por mis nalgas, (me pidió que separara un poco más las piernas), la pasó por mis abductores, isquios, y eso ya hizo que mi pija se ponga gomosa. Moví mi mano hacía adelante para acomodármela. Él me dice: ¡shhh quietito! Siguió pasando la pluma por mis pantorrillas, pies… Da la vuelta y se pone enfrente. Podía sentir su respiración.

Y vuelve a pasar la pluma desde mi cabeza, mis hombros, mis brazos, mis pectorales, mi abdomen, cuando llega a mi bulto, hace varias pasadas más que en otras partes del cuerpo. Yo inhalaba y exhalaba buscando que se calme y se quede dormida, pero no había caso, comenzó a hincharse. Peor aun cuando, percibo que se arrodilla para pasar la pluma por mis cuádriceps y siento un calorcito húmedo sobre mi bulto. Eso hizo que se descontrolara más. Como les he dicho en otros relatos, mi verga tiene vida propia, su propio impulso. Seguí respirando para pensar en otra cosa.

Deja la pluma y vuelvo a escuchar que se frota las manos con algo. Se sube al sillón detrás mío y comienza a pasar un aceite por mis trapecios, hombros, como una especie de masaje no muy profundo. Se nota que quería tocar, acariciar.

Continua aceitando mis brazos, y mis pectorales, los aprieta, los acaricia. Lo mismo hace con mis dorsales, con mis abdominales, con mi espalda. Pasa directamente a mis piernas, por los gemelos, los aceita y los masajea suavemente, sube por mis rodillas, y se centra en mis muslos. Primero con el izquierdo, luego con el derecho. Mi pija normalmente está acomodada hacia la derecha.

Sube con las yemas de sus dedos, por el muslo derecho rozándome suavemente el paquete y haciendo que se ponga como piedra, logrando que la cabeza de mi verga se hinche y se asome por el borde del slip. Siguió masajeando unos instantes más y lo que al instante empecé a sentir sobre la cabeza de mi chota fue una lengua, que muy suave jugaba con ella. Yo no podía más.

Me tomó de un brazo y con un suave empujón, guiándome me pidió que dé unos pazos hacía adelante, con mi pie toqué que había una especie de alfombra, y me dice suavemente: sentate acá, y recostate hacía atrás. Me levanto suavemente de la cabeza y acercó un almohadón para que estuviera más cómodo. De igual modo, tomó cada una de mis piernas, y separándolas bien, cada una sobre un almohadón, quedé recostado con las piernas muy abiertas.

Yo seguía con los ojos tapados y con el slip blanco puesto con una erección que hacía que estuviera por estallar. Segundos después siento que él se acomoda entre mis piernas, realiza unos masajes sobre ambos muslos con ambas manos, acerca su cara a mi bulto, pasa su lengua por el costado por el cual se escapaba la cabeza de mi chota, y vuelve a ponerse tensa y con ganas de que la liberen.

Él me levanto el antifaz y me pregunta: ¿me das permiso de seguir? Voy a sujetarte de las muñecas y de los tobillos. Si algo te hace sentir incomodo o no te gusta por favor decímelo.

Yo: Ok, dale. Continúa.

Debajo de cada almohadón había unas esposas y sujetadores con abrojo. Los suelta y los coloca en mis muñecas y alrededor de mis tobillos. Si hacía fuerza, podía liberarme si lo deseaba, pero me dejé llevar.

Termina de sujetarme y vuelve a cubrir mis ojos con el antifaz. Hace unas caricias sobre mi cuerpo, y comienza a pasar sus manos por mi bulto, lo aprieta, lo acaricia, empuja y saca mi verga por el costado por el cual se escapa por mi slip y comienza con un hermoso lengüeteo que se va transformando en succión. Mi chota era un mástil de lo erecta que estaba. La ensalivaba y la masturbaba cuando se cansaba de mamar.

Llegó un momento donde se levanta la túnica/camisón blanco que llevaba puesto, se posicionó encima de mí y se fue sentando despacio sobre mi pija. Gemía y le dolía, tomó mas de su aceite de masaje, se colocó en su culo y me lo pasó por la pija. De esa manera, volvió a intentar y de a poco fue entrando. Cuando mis huevos golpearon su orto, se detuvo y espero a que se adapte. Yo respiraba agitado pero del placer.

Comenzó con un leve sube y baja y gemía con cada movimiento, abría con ambas manos sus delgadas nalgas para que entre toda mas fácil. Aceleró las embestidas y yo quería incorporarme para penetrarlo a mi manera y sepa lo que era la sumisión, pero con una mano me empujo para que continue acostado y relajado y me dejara llevar. Continuó así unos instantes mas en donde ambos gemíamos. Finalmente se detuvo, respiraba agitado y me dijo: vamos a probar otra cosa. Te va a gustar.

Liberó primero mis piernas, luego levantó el antifaz, me miró a los ojos, y sin soltarme de los brazos me besó. Me soltó de las muñecas. Me puse de pie, y nos besamos de manera morbosa.

Me dijo que mi pija era muy grande para él y que le dolía. Me llevó al balcón. Yo seguía desnudo y él con esa especie de túnica. Me dijo: vení, subite acá. Eran dos tiras de madera que estaban sobre el piso y que sujetaban ese enrejado de metal y madera. Se sube a un banquito, levanta uno de mis brazos y lo sujeta a una de las tiras de abrojo como las que usaba en el tatami. Luego lo hace con el otro brazo. Me baja el antifaz, sujeta mis pies, y pasa una de esas cintas a la altura de mi abdomen de manera de inmovilizarme. Lo positivo que hacía algo de calor, al ser un piso alto, no había mosquitos.

Vuelve a aceitar mi cuerpo y sobre todo mi pija y comienza con un juego que se llama cumcontrol. De diferentes maneras masturba mi pija para ponerme muy muy al palo, y cuando estoy por acabar le aviso y se detiene. Encendió un vibrador negro de esos parecen un micrófono, y lo pasaba suavemente por mi pija, por mis huevos, por mis tetillas, el placer era de lo mejor que había sentido en años. Por momentos lo pasaba por mis tetillas, mientras con la otra mano me masturbaba o me chupaba la pija y/o los huevos mientras jugaba con eso en mi perineo. Todo era el súmmum del placer. Con ambas manos aceitadas me pajeaba, me pedía que se detenga que iba a larga leche. Entonces se detenía.

Apretaba mis tetillas, con unos broches, les pasaba por encima el vibrador, y así un rato.

Para finalizar, se subió a ese banquito de madera que tenía cerca para sujetarme los brazos, se introdujo mi pija en su culo, comenzó a moverse, yo gemía exhausto. Tenía calor, sed, necesitaba acabar porque la sensación de que el termotanque de leche que sujetaban mis huevos, me iba a hacer explotar.

Mientras se movía sobre mi pija, gimiendo y pidiendo leche, enciende ese vibrador y lo pasa por mis huevos, no dije nada y me aguante y en un relincho de caballo le solté adentro los litros de leche que tenía. Éramos sudor, semen, aceite. Y me dice: ¡¡no me avisaste que ibas a acabar!! Ayyy dios me cae leche por todos lados. Veía lo agitado que estaba y se sube al banquito para soltarme de los brazos, me libera del torso, y yo prácticamente cuelgo la cabeza hacia abajo de lo casi por desmayarme que estaba. Me libera de los pies, me besa nuevamente, toma mi pija entre mis manos, la masturba suavemente.

Ve que sale algo de leche y se arrodilla rápidamente para no perderse una sola gota. Al hacer eso le comenzó a caer leche del culo. Me dice: ¡ayy corazón, estabas hecho un tambo! Como acabaste. Me baje de ese lugar y me senté en uno de los silloncitos de mimbre. Me trae agua fresca y me invita a pasar a su ducha.

Sin dudas una de las mejores experiencias de placer y sexo que tuve en mucho tiempo. Me despedí, volví a mi casa, me recosté haciendo tiempo para pedir el delivery y me desmayé de cansancio.

Dormí como nunca. 15 días después, lo contacté para repetir.

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5 COMENTARIOS

  1. Uuuuuuffff si. Justo de mi tipo..me gustaría. No se si se puede dejar X o tlg por acá..una vez quise poner mi IG y me borraron el comentario

  2. Que maravilla de relato y que experiencia!!! Ya hacía tiempo que nos tenías abandonado con tus historias calientes!!! Esperamos la que sigue!! No te tardes por favor!!

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