Viajero: Preciosa, hoy te extraño demasiado, ¿y sabes? me gustaría mantener una conversación íntima contigo.
Amante: Una conversación íntima… ese es mi tipo de plática preferida. Y dime, ¿cómo me estás imaginando en este momento?
Viajero: Te va a sorprender, pero cuando pienso en ti te imagino como a un caramelo.
Amante: Mmm… un caramelo. Eso suena interesante. Cuéntame más.
Viajero: De acuerdo, corazón. Lo primero que imagino es tu “envoltura”. Atractiva, perfectamente ajustada y cubriendo solo lo necesario.
Amante: No te culpo. En realidad, me encanta llevar ese tipo de “envolturas”.
Viajero: ¡Pero aún hay más! Enseguida recuerdo que debajo de esa primera capa, vienen otras envolturas más pequeñas, y más interesantes todavía.
Amante: ¡Oh! que curioso. Casualmente la ropa íntima que llevo puesta hoy, se asemeja mucho a esa descripción.
Viajero: ¿Y sí saliéramos de dudas? ¿Y si retiráramos esa delicada envoltura… que piensas que encontraríamos debajo?
Amante: Deja que tu imaginación vuele y hazte una idea. ¿Qué descubrimiento hiciste, corazón?
Viajero: Mmm… que tenemos aquí… un caramelito de tonos dorados, textura suave y bordes redondeados.
Amante: ¿Y te gustaría saborear esa tentadora golosina, cariño?
Viajero: ¡Absolutamente! muero en deseos por sentir como se deshace en mi boca
Amante: ¡Fantástico! porqué sí la saboreas apropiadamente… bueno, quizá te espera una recompensa muy, muy especial.
Viajero: Cuenta con ello; conozco bien como degustar del caramelo. Así que dime; ¿de qué clase de recompensa estamos hablando?
Amante: Bueno, si de verdad te aplicas a conciencia en tu tarea… esta dulce golosina te va premiar haciendo fluir su delicioso centro líquido para ti… abundante y viscoso.
Viajero: Lo haces realmente increíble, cariño. Me has obsequiado un fascinante material para fantasear esta noche. Espero muy pronto volver a hablar contigo.
![]()