Confesiones de Diana Marcela (2)

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Llevaba poco más de un año de casada y mi ex esposo por trabajo pasaba mucho tiempo fuera, pasaba tiempo con mi familia y amigas y en varias oportunidades departíamos hablando en las zonas comunes del edificio, pasó unos días empezó una de ellas a llevar un amigo a nuestras charlas que eran un poco subidas de tono y empezamos a hablar, no niego que me llamo la atención y mis amigas empezaron a hacer el cuarto al darse cuenta.

Pasaron unos 7 días y ya hablamos los dos fuera de ese círculo hasta que cedí que fuera a mi apartamento después de una reunión, e impulsada por mis amigas con la intención de que me acostara con él, además que mi esposo no era de sus agrados.

Entramos tipo 11 de la noche y nos sentamos en la sala le ofrecí una cerveza y la acepto no paraba de halagarme y entre sus palabras acercó su cara y me besó a lo que correspondí fue un beso largo apasionado que me dejo a sus manos, el aprovecho recorrió mi cuerpo y toco mis tetas recostada en el sofá no aguante y lo lleve a la habitación donde continuamos besándonos y bajo mis pantalones me quite la camisa y el bra dejando ver mis tetas (grandes por cierto) el me besaba chupaba mis tetas con desespero me acostó en la cama y se desnudó era delgado, tez morena alto y un buen pene.

Me quito el hilo haciéndome un oral delicioso que me hizo mojar pidiendo que me clavara su pené me sentó y puso su verga en mi boca la cual chupe lamí con desespero hasta sentirla muy dura me tendí abierta boca arriba y me penetro con fuerza cerrando mis piernas alrededor de su espalda mientras me clavaba con fuerza y muy rico sentía cómo me abría por dentro mientras apretaba mis nalgas y morirá mis pezones gemía desesperadamente quejándome de placer me senté encima de su verga y lo cabalgue un buen rato mientras tenía un fuerte orgasmo.

Por último me cogió en 4 con rápidos movimientos sintiendo su pene hasta el fondo estaba totalmente caliente y excitada y le pedí que me diera por el culo, el sorprendido accedió y sentí como esa cabeza abría mi ano entrando por mis intestinos hasta que sentí cómo llegaba al fondo de mi ser sintiendo su pelvis y huevas contra mis nalgas en un movimiento suave y más rápido al final hemos y gritaba de placer y dolor hasta que sentí que eyaculo dentro de mi cuerpo quedando los dos sobre la cama extasiados de placer.

No fue la única vez, pero fue placentero y con la ayuda de mis amigas que reían de cómo caí de fácil en palabras de él una monita caliente.

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