Cuando Richi me culeó

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T. Lectura: 3 min.

Hola. Esta es una de las historias dignas de contar. Es una narrativa real.

Ya he tenido algunas experiencias disfrutando como pasivo y a veces como travesti de closet, todo depende de los gustos de mi hombre.

Me gusta siempre hacerlo con condón incluido el oral, cosa que a muchos hombres les desagrada, pero no falta quien si busca cuidarse y ese tipo de hombres es a quien me gusta encontrar.

Richi es un señor de aproximadamente unos 65 o más años. Por lo que se vive solo en un buen sector de la ciudad. Es amable y muy comprensivo. No sé si usará algún estimulante para tener la buena erección que se carga o es natural, no le he preguntado, pero lo que si se es que me ha hecho gozar mi femineidad al máximo.

Lo contacté en una plataforma de internet y he ido con él un par de veces y quizá vuelva a buscarlo.

En cuanto a mí, actualmente rondo en los 55 años, y debido a la pérdida de mi capacidad de tener erecciones, el hecho de disfrutar el ser penetrado me ha ayudado a poder disfrutar de esa manera mi sexualidad. Soy delgado 1.67metros de estatura. Tengo bonitas y atractivas nalgas, que ya empinadita, de cuatro o de 71 me veo super antojable.

Pues resulta que la primera vez que Richi me contactó, desde el inicio él me hizo sentir en confianza, estuvo muy de acuerdo en usar preservativo y también estuvo de acuerdo en tratarme con delicadeza tal y como se lo pedí, porque hacía muchos años que nadie me había poseído.

Una vez todo acordado, pedí un Uber y pasé a una farmacia genérica para comprar mi tubo de lubricante a base de agua y un paquete de condones sabor fresa.

Quizá él pensaba que a lo mejor no iría, porque a cada cinco minutos me preguntaba donde iba. Finalmente como vio que si me iba acercando me dijo que me abriría la puerta de su cochera.

Llegué muy amablemente me dio el pase y al ver que tengo un problema para caminar, me preguntó si así podíamos tener el encuentro. Le confirmé que a eso había ido que se preocupara, solo que me tuviera paciencia si le pedía algún cambio de posición.

Ya en su sala me ofreció una modelo bien fría y también sacó una para él. Luego me empezó a cortejar y yo muy pronto le fui dando entrada. Como en 20 minutos ya se le notaba su verga bien parada abajo de short. Por mi parte sentía palpitar mi culito de deseo. El como buen semental que se ve que es, vio que ya me tenía al punto rojo vivo, me empezó a desvestir, ahí mismo en la sala ya que yo no puedo subir escaleras por mi problema en las piernas.

Luego puso una toalla de baño sobre el sillón y me acostó boca abajo, yo muy obediente con sus órdenes o lo que sentía que él quería hacer. Una vez acostado en esa forma, me acarició la espalda baja y fue dirigiéndose hacia mis nalgas que acarició cada centímetro cuadrado y se fue centrando con más atención a mi raja trasera que me la embadurnó de gel lubricante y jugó con mi anito, dilatándolo con un dedo, después dos y estando dentro como que los doblaba y giraba, haciendo con ello que mi esfínter se dilatara cada vez más, hasta que le tuve que pedir que ya me culeara.

Pero aún se puso un condón de fresa y me metió en la boca, casi me hacía vomitar cuando me llegaba más allá de la garganta, pero justo en eso se salía de mi boca. Después de estar mamando su verga un buen rato me puso de cucharita, volvió a dedearme mi culo, para muy pronto ponerme la punta de mástil en la entrada anal y empezar la rica acción que tanto disfruto.

Metió quizá solo el glande, descansó unos instantes y entró más a mi cuerpo y finalmente entró todo hasta sentir sus huevos topar en mis nalgas. Teniéndome así, me comenzó a dar despacio pero fue aumentando el ritmo en base a mis gemidos que solos me salían.

Cuando ya vio que me tenía bien dilatado mi esfínter, me puso de cuatro sobre el sillón quedando mi cara hacia el respaldo y dejándole a su disposición mis nalgas bien calientes con ganas de tragarme aquella rica verga con mi culo ardiente y así fue; se colocó detrás de mí me tomó por la cintura y de una sola metida entró toda su verga en mi caliente y apretado culito que sufría de dolor por lo gruesa de la verga y porque así me estaba entrando toda, pero a la vez me sentía super feliz de estar disfrutando tan rico momento como tanto lo había deseado. Llegó el momento que me entró hasta el último pedazo al sentir sus bolas golpear mi perineo en cada arremetida que me daba mi hombre.

Así en esa posición mu estuvo culeando quizá por unos 40 minutos, hasta que se salió que porque ya sentía que iba a eyacular y no quería hacerlo, quizá se estaba guardando su energía para culearse a alguien más tarde, pero a mí eso no me importa, porque justo en ese momento me hizo tener un doble orgasmo, uno en mi culo y el otro con mi eyaculación, no sé cómo ocurrió, pero el sentir los espasmos de mi pene hacía que estos fueran más intensos en cada arremetida de verga que me daba.

Fue un encuentro tan rico que después volví a que me hiciera su hembra por segunda vez, pero eso se los contaré en otra historia.

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