De la sala a la recámara

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T. Lectura: 3 min.

Buenas noches estimados lectores, hoy les relataré otro encuentro (de muchos) que tuvo mi esposa con mi amigo Luis, la verdad es que la química sexual entre ellos era muy intensa por lo que tener encuentros era relativamente fácil, si bien pasó primero otro encuentro en un motel entre ellos dos, cuando realicé un viaje a los Países Bajos que después les narraré, les escribo este.

Sucedió como siempre un viernes, ya que los trabajos de los tres permitían que ese día se pudiera llevar a cabo el evento, siempre era en el departamento donde nosotros vivíamos, llegaba mi amigo bañado y perfumado y degustábamos una rica cena con unos buenos tequilas o un tinto o ambos.

Para esa ocasión mi esposa nuevamente se vistió muy sexy, un vestido negro ultra escotado que permitía admirar sus grandes senos, corto, pero utilizaba unas medidas de red que la hacían ver muy sexy, con unas zapatillas negras, una coleta, lista para entrar en acción.

Lo curioso de nuestros encuentros es que no charlábamos nada de sexo, quizá alguna que otra frase aislada, pero nada directo, aunque los tres sabíamos de qué se trataba el asunto.

Sin duda los tintos más los tequilas inducían a un ambiente sexoso, todos sabíamos perfecto nuestro rol y a mí me excitaba mucho dejarlos solos en la sala con el pretexto de ir al sanitario y escuchar su platicas en el pasillo contiguo a la sala, pero en realidad no eran mucha charla.

En cuanto yo me levantaba y salía de la sala, mi amigo se acercaba a mi esposa y se empezaban a besar, yo lograba escuchar el ruido de sus besos, y el se atrevía a meter un poco sus manos dentro del escote de mi esposa, la cual como ya les comete, es muy sensible al tacto en sus senos, se excita muy rápido, fueron unas 3 o 4 veces que pretexte ir al baño para dejarlos solo y permitir que fajaran rico, hasta que en la última, al salir yo de la recamara principal, ellos venían tomados de la mano (mi esposa halaba a mi amigo de la mano), rumbo a la recamara.

Sin ningún tipo de incomodidad, les invite a pasar a la recamara, donde ni tardo ni perezoso, el tomo a mi esposa de su cintura y la atrajo hacia su cuerpo para empezar a besarla, unos besos con lengua intensos, mientras sus manos exploraban sus hombros desnudos, bajando el vestido y dejando al descubierto sus ricos senos, los cuales fueron sometidos a ricas caricias, besos, lengüetazos, particularmente en los pezones erectos, finalmente mi esposa dejo caer el vestido para quedarse solo con los medias de red, se veía deliciosa, mi amigo se vio un poco nervioso y no podía quitar las medias, a lo que mi esposa sin problema se las retiro, quedando solo con sus bragas.

Mi amigo llevo las manos de mi esposa a sus genitales para que los acariciaran, obvio ya tenía una erección bien puesta, él se retiró su ropa y le pidió a ella que se lo chupara, a lo que ella accedió sin ningún problema, pasando su lengua desde el prepucio hasta la base, chupándolo, mientras mi amigo continuaba acariciando el bello cuerpo de mi esposa.

Estaba a punto de venirse, y le pidió que parara, la recostó y le quito el calzón, se metió entre sus muslos y empezó a besar su vulva, lentamente, pasando por su clítoris, el sexo oral a mi esposa le encanta y excita y es muy rápida para venirse con ello, por lo que pronto tuvo su primer orgasmo, gimió rico, y pidió que la penetraran.

Sacó un preservativo del cajón del tocador y se lo dio a mi amigo, quien pronto se lo puso, y en posición del misionero la penetro intensamente, mientras metía su lengua en su boca, acariciaba sus senos, sus piernas, la hizo venir nuevamente, y la cambio de posición ahora la puso en cuatro, admirando su trasero que estaba listo nuevamente para recibir su pene erecto, se acercó y nuevamente la penetro, pidiendo que le dijera que si le gustaba ese pene, a lo que mi esposa contesto que le encantaba y le excitaba mucho, la intensidad se incrementó y los dos se vinieron al mismo tiempo.

Mi amigo se retiró y se sentó en una silla de la recamara, yo ya estaba desnudo y excitado, solo puse nuevamente a mi esposa boca arriba, le abrí nuevamente sus ricos muslos y así, me metí, su humedad estaba al tope, seguía muy excitada y no tardo nuevamente en tener otro orgasmo muy sonoro, ya que gemía muy rico, mi excitación también era increíble y me vine dentro de ella, derramando mi semen en su vagina caliente y humedad, uff que rico.

Mi amigo ya se había recuperado, yo me pase a ocupar la silla para el descanso y mi amigo se tendió en la cama, en donde nuevamente un fellatio de mi esposa a mi amigo se inició, hasta que nuevamente logro una erección, ahora ella se subió en él, dejando sus senos frente a su boca mientras su vagina apretada muy rico al pene de mi amigo, nuevamente se vinieron.

Todos estábamos cansados, por lo que decidimos tomar una pausa, aunque después decidimos que otro día continuaríamos cogiendo a mi esposa entre los dos.

Mi amigo tomó su auto y se marchó, mientras mi esposa y yo tuvimos nuevamente sexo intenso y excitante.

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1 COMENTARIO

  1. Soy lector nuevo, he leído varios relatos y a mi y a mi esposa nos pasa algo muy rico, ella me fue infiel con uno y yo supe que se fueron a coger, con el tiempo yo le pedía a ella que me contara lo que pasó esa ocasión por que me pone bien pinche caliente imaginar como alguien más se la cogio, pensé que era una persona anormal por qué pensé que era de locos eso, pero ahora leyéndolos veo que es de lo más normal, no es por darles a decíar o por presumir pero mi mujer tiene un hermoso y grande culo, que cuando me cuenta como la penetraron terminó
    Saludos

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