Dejé preñada a mi tía la primera vez que lo hicimos

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T. Lectura: 11 min.

Todo empezó estando yo cursando mis estudios en la universidad y por el tema de distancia me quedaba en casa de mis tíos Ángel y Rosa en su casa de lunes a viernes. Mi tío, hermano mayor de mi madre era camionero y se encontraba de viaje y su esposa (mi tía Rosa) estaba sola en casa con sus hijos que aún eran muy pequeños, tenían 7 y 5 años de edad que puedo decirles, mi tía a sus muy treinta y pocos años estaba como decíamos en esos años para toma pan y moja y era eso lo que llevaba yo tiempo deseando, mojar, para que nos entendamos follarla, pero no sabía cómo tirarle los tejos insinuarme sin que pudiera ofenderse, enfadarse y contárselo a mi tío y entonces se podía liar.

Yo hacía unos meses que los oía cuando el volvía de algunos de sus viajes por Europa discutir por las noches en la alcoba (habitación). Una de los noches salía del baño y los oí discutir y como mi tía le decía ”siempre igual, siempre estas cansado y no tienes ganas y estoy jarta, cansada”, “algún día cuando vuelvas no vas a poder entrar por la puerta”, refiriéndose a que le iba a poner los cuernos.

Mi tía intentare describirla es bastante guapa de cara, tiene un bonito cuerpo a pesar de los dos embarazos casi seguidos se podría decir también que está muy buena, vamos más que follable, un hermoso y redondito culo, unas generosas tetas, (pechos) algo descolgados debido a haber amamantado a las dos criaturas, pero que se le pueden apreciar bastante duritas, en fin, que desde hacía tiempo me pajeaba pensando en ella.

Cuando mi tío estaba de viaje por las noches cuando me iba a la cama, a la habitación que ocupaba y que daba pared con pared con la suya me comían los demonios imaginarme en su cama desnuda sola, la enorme fuerza que tenía que hacer para no levantarme y meterme en su habitación y estar follándola hasta dejarla agotada, pero eso solo eran fantasías, no me atrevía a dar el paso sabiendo que ella estaba falta de sexo y se masturbaba por las noches, la oía y eso me ponía cardiaco teniendo que masturbarme yo también.

Todo empezó cuando un día al salir de la Uni, (universidad) mi tía me llamo al móvil para decirme que ese día volviera pronto a casa porque tenía que ayudarla a hacer unas tareas (cosas) que no podía ayudarle a hacerlas a mi primito al ser muy pequeño.

Cada día cuando salía de la universidad con algunos compañeros nos íbamos a un lugar de encuentro de chicos y chicas de nuestra edad y no volvía a casa hasta ya de noche a la hora de la cena y meterme en la cama ya que al día siguiente tenía que madrugar para coger el tren hacia la universidad.

Yo sabiendo que mi tío estaba de viaje y se encontraba sola me emocioné al pensar que a lo mejor se podía dar esa ocasión que tanto estaba deseando y poder insinuarle lo que llevaba tiempo deseando, de poder estar a solas con mi tía, aunque era consciente que era bastante difícil poder insinuarme a ella sin que se ofendiera, pero porque descartarlo.

Cuando llegué mi tía me abrió la puerta, andaba vestida de una manera que solo echarle un vistazo (verla) note como la polla (pene) se removía dentro de los pantalones me imaginaba lo placentero que sería poder follármela algún día. Primero mientras ella terminaba algo que estaba haciendo ayude a mi primito con las tareas del cole, él estaba en primaria yo ya estaba en la Universidad estudiando Ingeniería.

Terminé de ayudarle con la tarea a mi primito, aún recuerdo que era una tarea en inglés y fue por eso que mi tía me llamó porque sabía que yo hablaba bastante bien el inglés.

Mi tía se quedó hablando conmigo, yo no podía disimular y la vista se me iba sin que pudiera evitarlo a su escote o a sus piernas que por la obertura de la bata se divisaba parte de sus nalgas, ella lo notó y se me acercó y me dijo:

Ella: ¿Que te pasa? he notado que últimamente no dejas de mirarme las tetas, me miras de una forma muy atrevida.

Yo: Lo se tita, perdóname, pero es que estas tan guapa y sexy con esa batita que no puedo evitarlo.

Se empezó acercar a mí, yo no sabía que hacer, mirándome a los ojos tan cerca que sentía su aliento en la cara.

Ella: Crees que no he notado tus miradas, eso no está bien, soy tu tía.

Me agarró la cara y me dio un pico (beso), en la boca, yo no podía creer, mi tía me había besado en los labios y eso me envalentonó.

Yo: Tita, ¿Qué os pasa al tito y a ti que siempre estáis discutiendo?

Ella: Bueno son coas de matrimonio.

Yo: Cosa de matrimonio, si amenazaste la otra noche con ponerle los cuernos.

Se me quedo mirando muy seria unos segundos antes de responder.

Ella: ¿Y tú como sabes eso?

Yo: Pues porque os oí discutir y como se lo decías.

Ella: ¿Es que nos espías?

Yo: Noo, claro que no tita, fue accidental, esa tarde había bebido unas cervezas y cuando llevaba un rato en la cama me levanté a mear (hacer un pis) y cuando sali del baño os oí discutir y como se lo decías, además de otras coas.

Entonces mi tía se quedó muy seria mirándome y se le puso la cara triste y los ojos llorosos.

Ella: Tu tío últimamente está muy raro, cuando vuelve del viaje solo duerme y los ratos que no duerme se va al café con los amigos, vuelve tarde jarto de copas, y se pone a dormir, hace mucho tiempo que ni me mira. Desde que tuve la niña se pueden contar con una mano las veces que hemos hecho el amor (follado).

Aquellas palabras me dieron pie a que debía aprovechar el momento bajo en el que se encontraba mi tía, podéis pensar que soy un aprovechado, pero era tanto el deseo que sentía hacia ella, tantas las pajas (masturbaciones) que me hacía pensando en poder meterme en su cama y follármela que pensé no debía de dejar pasar ese momento.

Yo: No puedo creérmelo, ¿estás pensando que mi tío te engaña, que va con otras mujeres?

Ella: Pues a ver si no, ¿tu estarías tanto tiempo durmiendo con una mujer como yo sin hacer nada?

Aquella pregunta me cogió de sorpresa y me costó un poco encontrar una respuesta que ella no se ofendiera y se enfadara.

Yo: No puedo creerlo, ¿qué hombre teniendo una mujer como tu podría pensar en otra mujer? Que jardinero buscaría regar otro jardín teniendo el más bonito, con unas flores tan hermosas. Perdóname tita pero no se explicarlo de otra manera, a lo mejor mis palabras pueden sonar mal, pero yo no podría, regaría ese jardín varias veces cada noche.

Se me quedo mirando y pensé que me iba a echar la bronca por mi descaro.

Yo: Noo, noo, quiero decir a la mujer que estuviera conmigo.

Ella: Jajaja, varias veces, menos lobos caperucita.

Era una frase que se usa mucho para decir cuando entiendes que la otra persona está exagerando.

Yo: Porque dices eso tita.

Ella: Porque los hombres habláis mucho y morís por la boca, a la hora de la verdad, de la mitad sobra otra mitad jajaja.

Vivió a reírse.

Yo: Tita, no todos los hombres somos igual, como tampoco son igual todas las mujeres en ese aspecto, algunas se conforman con una sola regada y otras necesitan más de una.

Ella: ¿Y tú de cual eres?

Debido al nerviosismo de la conversación no entendí su pregunta.

Yo: ¿De cual soy qué?

Ella: Pues de lo que estamos hablando, ¿te has metido en muchos jardines a regar?

Me pensé la respuesta, la verdad era que no había estado con muchas, pero si con alguna. Me quede pensando la respuesta y ella añadió.

Ella: Jajaja, Uy si tu tío nos viera por un agujerito y estuviera escuchando la conversación jajaja.

Yo: Bueno somos dos personas mayores que podemos hablar de todo ¿noo?

Ella: Yaa, pero no es una conversación muy normal entre tía y sobrino o al revés ¿no crees?

Yo: En este momento solo somos un hombre y una mujer queee…

Ella capto lo que por pocos y me escapa.

Ella: Que, que, que ibas a decir.

Me dijo con una amplia sonrisa, aquello era una provocación y no deje pasar la ocasión.

Yo: Noo, nada tita, que no me vendría mal compartir los estudios con algo de jardinería jajaja.

De nuevo su mirada, su sonrisita era más que insinuante.

Ella: Vamos a ver sobrino, vamos a aclarar las cosas, ¿estás pensando lo que yo creo que estás pensando?

Tarde unos segundos en procesar la respuesta al trabalenguas.

Yo: Bueno no sé lo que tu piensas que crees que yo estoy pensado si no me lo cuentas.

De nuevo se hizo un silencio, esta vez fue ella la que dejo pasar unos segundos antes de responder.

Ella: Yo pienso que tú estás pensando meterte en un jardín a hacer algunas horas extras de jardinero, ¿me equivoco?

Me quede sin saber como responderle para que mi respuesta no sonara grosera y mal sonante.

Yo: Bueno no, a ver si me sé explicar, cuando uno se encuentra delante de un jardín mal cuidado, dejado de la mano de Dios y necesita cuidados y que lo rieguen de vez en cuando, ¿quién no se ofrecería a ayudar?

Durante unos segundos que me parecieron una eternidad nos quedamos mirando a los ojos, supongo que por la cabeza de mi tía debieron pasar miles de pensamientos, por la mía solo una, abrazarla y besarla, pero no me atrevía a dar el paso y fue ella la que lo dio. Se me acerco, me cogió la cabeza con sus manos, acerco sus labios a los míos y volvió a besarme, pero esta vez no fue un pico fue un morreo en toda regla. Cuando paramos de besarnos mi tía de nuevo mirándome con a los ojos encendidos por el deseo me dijo.

Ella: Tu eres muy pillo, ¿y estás pensando en jardín prohibido verdad?

Yo: Bueno las prohibiciones las pone siempre el dueño del jardín.

Ella: ¿Si yo te dijera que podría pedirte que fueras mi jardinero e hicieras algunas horas extras sin que se enterara nadie que pensarías?

Yo: Que sería el jardinero más afortunado del mundo y me dejaría la vida por cuidarlo lo mejor posible.

Ella: ¿Pero tú te has metido ya en algún jardín sin salir trasquilado, te atreverías a intentarlo?

Yo: Cuanto la dueña del jardín me lo pidiera.

Ella: Pero eso sí, eso tiene que ser un secreto, no debe saberlo nunca nadie sería peligroso que alguien se enterara.

Yo: El refrán dice que en boca cerrada no entran moscas, mi boca estaría sellada, nunca saldría una palabra de mi boca.

Le dije volviendo a besarla, esta vez fui yo el que tomó la iniciativa.

Cuando dejamos de besarnos se quitó la camisa y me dejó al descubierto sus pechos cubiertos por un bonito sujetador, se lo quitó también dejando al descubierto sus tetas bien hermosas y muy generosas de tamaño que desde hacía tiempo yo deseaba ver y poder acariciar. En ese momento me sentía en otra galaxia, no sabía que hacer, por donde empezarme quitó mi camisa y empezó a besarme por el pecho, luego yo la besé nuevamente en la boca y dirigí mis manos hacia su entre pierna acariciando su sexo por encima de las bragas.

Me cogió de la mano y me llevo hacia su habitación, cerramos la puerta, se desprendió de la batita dejándola caer al suelo, se bajó las bragas y quedó ante mis desorbitados ojos como Dios la trajo al mundo, desnuda por completo, yo no lo podía creer, el sueño que llevaba tantas noches reproduciendo en mi memoria mientras me masturbaba se estaba haciendo realidad.

En ese momento mi polla (pene) estaba que no me cabía en los pantalones, me dolían hasta los huevos (testículos) de la excitación, me desabrochó y bajó el pantalón, se notaba mucho la erección en los calzoncillos, puso su mano sobre el bulto y lo apretó con delicadeza, me los bajó liberando mi polla de su encierro que salto como si tuviera un muelle quedando en ángulo recto a mi vientre, tenía el capullo (glande) amoratado de la excitación.

Mi tía se le quedó viendo y me dijo:

Ella: Guau sobrino, que polla, (pene) más grande tienes, tu tío no la tiene ni la mitad de grande, que hinchada (gorda), como me va a llenar el coño, la de tu tío desde que tuve la niña casi ni la noto las pocas veces que lo hemos hecho. Sobrino me excita tu polla, me gustaría darle unas chupaditas, siempre he tenido ese deseo y nunca lo he hecho, ¿me dejas chupártela un poquito antes de meter esta hermosura en mi coño?

Nos tumbamos en su cama, me la empezó a mamar como toda una experta, no lo podía creer, me trasportaba a la gloria sus mamadas y sus caricias en los huevos (testículos), con los ojos cerrados veía estrellas de todos los colores. Aquello no podía ser verdad, llegue a pensar que era un sueño y que de un momento a otro iba despertar mi tía me estaba mamando la polla en su propia cama.

Sentía que me iba a vaciar, correr de un momento a otro al notar como se me encogían los huevos (testículos) y se lo dije, entonces dejo de mamármela, y me dijo:

Ella: Noo, primero quiero que te corras dentro el coño, (vagina), luego si es verdad lo que decías que aguantas más de una vez podrás correrte en mi boca, pero primero quiero sentir tu leche (semen) dentro mi coño (vagina).

Yo: Vale, está bien tita, pero no voy a aguantar mucho, es tanto lo que te deseaba, tantas las pajas que me he hecho pensando en que llegara este momento que mi polla está a punto de explotar.

Le dije, tumbado boca arriba en la cama.

Ella: Pues vas a tener que aguantarte, como me dejes a medias te corto los huevos (testículos).

Se puso encima de mí, pasando sus piernas a cada lado de mi cintura, con una mano dirigió la punta de la polla entre los gruesos, calientes y húmedos labios vaginales, se fue dejando caer manteniendo los ojos cerrados y mordiéndose el labio inferior con el superior de placer hasta introducírsela hasta el fondo y los testículos quedaran aplastados contra su sexo, “ufff, sobrino que placer más bueno, me voy a mear de gusto”.

Sentir mi polla dentro del coño de mi tía esa primera vez fue algo inexplicable con palabras.

En aquella postura no me podía mover, así que la cogí de la cintura y la volteé quedando yo encima de ella, abrió las piernas lo más que podía para que la penetración fuera al máximo, solo quedaba fuera de su coño los testículos.

Empecé a moverme, a embestirla con fuerzas, de nuevo mi mente comenzó a pensar que aquello no podía ser verdad.

Los jadeos y gemidos de mi tía iban en aumento a cada embestida que le daba.

Ella: Ahhh sobrino, que bien lo haces, que bien follas, no pares, no pares sigue, sigue dándole fuerte a tu tita, más, más dame fuerte, métela más, mas, toda, toda, la quiero toda, esta polla es mía, mía solo para mí.

Decía entre fuertes jadeos escapando sonidos ahogados de su garganta, ella mantenía los ojos cerrados, se retorcía de placer, de pronto empezó a gemir más fuerte, yo la seguía embistiendo, mi polla estaba entrando en lo más profundo de su cuerpo ambos jadeábamos y casi gritábamos, gemíamos, ahhh, ahhh, mi tía casi gritaba y tuve que taparle la boca para que no la oyeran.

Ella: Fóllame, fóllame, ah, ahhh, masss, masss, ayyy, ahhh, que bien que lo haces, yaa, yaa suéltala, suéltala, córrete conmigo, córrete en mi dentro mi coño (vagina) sobrino, córrete en mi coño, córrete, échame la leche, vacíame los huevos, toda, toda, la quiero toda para mí, venga esa leche quiero sentirla.

Oyendo los jadeos y gemidos de mi tía me deje llevar, sus gritos, sus resoplidos me excitaron aún más y empecé a embestirla con más rapidez y con más ganas, entonces pase mis manos bajo la cintura, creo que mi polla golpeaba en el fondo de su coño.

Yo la miraba y veía como se mordía el labio por no gritar la embestí aún con más fuerza agarrándola por la cintura cuando de pronto sentí como no podía aguantar más y el semen fluía de mi polla a grandes chorros, ambos nos vinimos, (corrimos) al mismo tiempo y soltando profundos gemidos de placer, ninguno de los dos éramos conscientes que nos podían oír mis primitos, lo más seguro es que esos gritos lo oyeron, de la punta de mi polla (pene), el semen salía a chorros dentro de su caliente y húmedo coño (vagina) que quedó inundada de semen, vi la cara de placer de mi tía al sentir los chorros de semen golpear en las profundidades de su coño (vagina).

Ella: Me lo has dejado repleto sobrino, he sentido como el chorro de un grifo dentro de mi coño, cuanta leche tenías guardada para mí.

Mi tía cerró sus ojos y dijo:

Ella: Aaaah, es el mejor polvo de mi vida sobrino.

Yo sentía como el semen seguía saliendo a borbotones por la punta de mi polla (pene). Después de unos minutos de descanso para que las respiraciones y las pulsaciones del corazón fueran volviendo a la normalidad ambos nos miramos empezamos a sonreírnos siendo conscientes de lo que había pasado entre nosotros y quedamos en que se repetiría, en su cama me quedé a dormir esa noche y fue la primera vez que dormí toda una noche con una mujer. Esa noche lo volvimos a hacer dos veces más, fueron tres polvos los que le eche a mi tía esa primera noche.

Mi tío se encontraba muy lejos por lo que nunca se daría cuenta. Ese fue sino el mas, uno de los más felices de mi vida, créanme. No me lo creerán, pero al mes siguiente no le vino la regla (periodo), (menstruación) a mi tía. Un día cuando llegue de la universidad mi tía me dijo muy sonriente.

Ella: Vamos a ser padres.

Me dijo que las dos últimas semanas se había sentido mal y que había ido al médico a hacerse unos análisis al hospital y resulta que estaba embarazada.

Yo: Pero tita, otra vez, ya tienes dos hijos.

Me miro a los ojos muy ilusionada, y me dijo, pero esta vez que el bebé era mío, le pregunté como lo sabía si también lo había hecho con mi tío y me respondió que eso una mujer lo sabe por las cuentas, que se quedó preñada (embarazada) la primera vez que lo hicimos, la noche que dormimos juntos.

Me entro el canguelo al oírla con tanta seguridad, No lo podía creer, yo les iba a dar un hermanito a mis primitos, ese bebé era hijo mío, me sentía feliz por una parte y por otra sentía miedo, si mi tío sospechaba que era yo la que la había embarazado que podía pasar.

Me afligí, sentí miedo, porque imaginaros que sospecha, pero según me dijo mi tía, él aun no sabía que mi tía estaba embarazada de dos meses, pero ella muy astuta me dijo que a vuelta del segundo viaje, ya sabiendo que estaba preñada de mi hizo el amor con mi tío según me contó pasado un mes le dijo a mi tío que había vuelto a quedar embarazada y mi tío ingenuo se había creído que era hijo de él, pues, no se imaginaba lo que llevaba pasando desde hacía un tiempo entre mi tía y yo, seguíamos haciendo día sí y otro también siempre que él estaba de viaje, incluso no estando, aunque no podíamos dormir juntos lo hacíamos cuando e marchaba al café por las noches.

Ya pasaron los nueve meses, ya nació el niño antes de lo previsto, cosa que puede ser normal sino hay sospechas y mi tío nunca sospechó de nosotros y todos contentos con el bebé, mis primitos estaban más que contentos con su nuevo hermanito, mi tío con su nuevo hijo, y toda la demás familia igual. Esto quedó como un secreto entre mi tía y yo, y lo será por siempre, ese niño es mi hijo, lleve o no lleve mi apellido, lo sabemos su madre y yo. Si aquella noche mi tía no me hubiera dejado correrme dentro de su coño no hubiera nacido, pero fue su voluntad y deseo que lo hiciera y nacido el bebé, yo quiero mucho a mi hijo, aunque no pueda decírselo y siempre estaré pendiente de si mi tía me necesita para algo.

Durante varios años seguimos manteniendo relaciones sexuales, pero tomando precauciones, no era cuestión de aumentar más la familia, aunque si lo hubiéramos hecho estoy seguro que mi tío ni se hubiera dado cuenta.

Espero les haya gustado.

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2 COMENTARIOS

  1. Interesante, son muchos los casos de este tipo, y al se choferes descuidan al jardín propio, por atender al del vecino

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