Descubriendo mi rol

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T. Lectura: 5 min.

Hace unos años, cuando tenía 24, tenía algo de éxito con las mujeres, tenía novia y una vida “normal” de heterosexual.

Mi novia, por esos días, me había regalado su virginidad anal, la había penetrado por atrás y conjuntamente con eso surgió en mi un deseo por penetrar a un hombre. Me atraía la idea de estar con un hombre en el rol activo, comencé a fijarme en algunos rasgos o modos femeninos que tenían algunos hombres y me daban ganas de penetrar a uno, de tenerlo para mí y entrar con mi pene entre sus cachetes. Me imaginaba sentir los gemidos de un hombre mientras lo penetraba tal como había sentido los gemidos de mi novia cuando la desflore analmente.

Quería estar con un hombre y gozar de él.

En ese tiempo estudiaba en la universidad y con regularidad iba a fiestas dónde conocía gente de diversas partes, en una de esas fiestas fuimos con un compañero a la casa de un amigo de él, Oscar era su nombre, estuvimos en su casa y congeniamos, nos caímos bien y estuvimos conversando harto esa noche, a mi me pareció atractivo, no era afeminado, era bien varonil, pero sentí deseos de descubrir su lado femenino, intercambiamos números telefónicos y quedamos de juntarnos.

No sé si Oscar era gay o no, pero esa noche me pareció que él me había coqueteado y creo que yo también lo hice, como sea, nos habíamos gustado mutuamente, por lo menos eso me pareció a mí. A los días lo llamé y lo invite a salir, le dije si quería ir a tomar unas cervezas por ahí, me dijo que sí. No sabía realmente si él buscaba algo más que solo ir a tomarse unas chelas o si solo le interesaba una junta de amigos, por mi parte tenía claro que yo quería “algo más”.

Para mí decepción, cuando nos juntamos él estaba con otro amigo, éramos tres, se había arruinado mi propósito, me sentí un poco frustrado.

Yo: “Hola, ¿cómo estás Oscar?”, lo saludé, “viniste con otro amigo, ¿cómo estás?”, saludé al amigo de Oscar.

Oscar: “Hola Rodrigo (es mi nombre)”, me saludó y me presento a Felipe, “Felipe se va, nos habíamos juntado porque tenía que prestarle un libro, pero tiene que hacer”

Nos despedimos de su amigo Felipe y nos fuimos con Oscar a una cervecería que había por ahí, nos miramos y ambos sonreímos y entramos al lugar a beber unas cervezas, ahí me di cuenta que Oscar también quería algo conmigo.

Estuvimos conversando y bebiendo cerveza un buen rato con Oscar, yo lo miraba mientras hablábamos de diversas cosas, nos estábamos conociendo, él también me miraba y me coqueteaba, ya estábamos un poco tocados con las cervezas, para nada ebrios pero algo “contentos”.

Oscar: “¿Cómo has estado?”

Yo: “bien, he estado bien”

Oscar: “así se ve”, me decía y se reía.

Yo: “tú también te ves bien, de hecho me gustas, jajaja”

Oscar: “¿Te gustan los hombres?”

Yo: “No sé, no me gustan todos los hombres, me gustan solo los hombres cómo tú. ¿A ti no te gustan los hombres?”

Oscar: “Un poco, jajaja”

Yo :”Podríamos probar, tal vez te terminen gustando, jajaja, yo te puedo dar a probar mi hombría si quieres”

Oscar: “jajaja, y a ti no te gustaría probar por ambos lados, ¿solo quieres dar?, ¿no te gustaría recibir también?”

Yo: “No, quiero darte a ti. Yo sé que tú quieres, desde que nos conocimos el otro día que no has parado de coquetearme, jajaja”

Oscar: “¿Yoo?, tú me has coqueteado todo el rato, jaja”, “¿De verdad te gusto?”

Yo: “Si, me gustas, me he sentido atraído a ti desde el día que estuvimos en tu casa, nunca he estado con un hombre y me gustaría ir a la cama contigo, jajaja. ¿Tú has estado con un hombre alguna vez?”

Oscar: “Si, si he estado con un hombre, dos veces…”

Yo: “¿No eres virgen?”

Oscar: “Si, soy virgen aún, la dos veces que he estado con un hombre no me penetraron, di y me dieron sexo oral, y una vez yo fui el activo”, “Si quieres podemos ir a mi casa, estoy solo en la casa, te invito a mi cama, jaja, tu también me gustas, ¿vamos?”

Yo: “vamos, jajaja, me encantaría ser el primero en penetrarte”

Nos fuimos a casa de Oscar.

Una vez ahí nos fuimos directamente a su pieza, estando ahí Oscar tomo la iniciativa y me besó, me dijo que me pusiera cómodo y que lo espere en la cama, él iba al baño y volvía.

Yo me saque la ropa (quede solo en calzoncillos) y me metí a la cama. Al rato entro Oscar a la pieza, estaba desnudo, tenía el pene semierecto, se paró al lado de la cama y me dijo, calmado y suavemente, pero con tono de autoridad:

Oscar: “Tú no quieres penetrarme, tu quieres que yo te penetre a ti, así que, si quieres, puedes tomar mi pene, chuparlo bien chupado, dejarlo bien erecto y luego me vas a pasar tu poto para que te ponga las cosas bien puestas, porque desde que nos conocimos el otro día no has hecho otra cosa que pedirlo a gritos, jajaja, ¿te parece?”

Yo no le respondí nada, solamente tome su pene y le devolví el beso que me había dado pero en su cabeza, y mientras le pasaba la lengua, se ponía erecto y crecía dentro de mi boca. Yo miraba hacia arriba a Oscar mientras le lamía su verga, él se reía y yo le devolvía la sonrisa y mientras saboreaba su rico pene me convencía de que mi rol no era la del macho-activo. Oscar me estaba poniendo en mi lugar, me enseñaba cual era mi posición.

Yo esperaba o creía que iba a tener un hombre saboreando mi hombría, pero era yo quien estaba alucinando con el pene de Oscar. No quería parar, le pasaba la lengua desde la base hasta la cabeza, le daba besitos por todas partes, me lo pasaba por la cara. Oscar se subió a la cama y se acostó de espaldas con su verga erecta enteramente disponible para mí, yo me tiré sobre su pene y lo hice desaparecer dentro de mi boca, Oscar me tenía ahí en su cama dándole sexo oral, se lo estuve chupando como unos 40 minutos, de repente me decía que parara porque podía acabar, yo dejaba de chuparlo un rato y luego volvía a mi rol, que era complacer a un hombre.

Luego Oscar me dijo que me pusiera yo de espaldas a la cama y me saco los calzoncillos, me dijo que levantará las piernas y que me las tome yo mismo por detrás de las rodillas, él acomodo su cara a la altura de mi ano y comenzó a chuparme el ano, yo cerré mis ojos y sentía como su lengua recorría todos los pliegues de mi ano, sentía como sus labios besaban la entrada de mi ano y como pasaba su lengua por toda la línea que va desde mi entrepiernas, pasando por mi ano y terminando en el final de mis cachetes y como luego volvía a hacerlo una y otra vez.

Oscar me estaba haciendo temblar y estremecer de placer, me estaba preparando para él, me estaba preparando para montarme. Sentí como me metía sus dedos y como me acariciaba con sus dedos la entrada de mi ano.

Se acercó y me dijo al oído que me quedara ahí mismo, que no me moviera, que iba a buscar algo y volvía, yo me quedé ahí mismo, con mis piernas levantadas y tomadas por detrás de las rodillas y con mi ano todo ofrecido esperando el pene de Oscar. Luego Oscar volvió y empezó a lubricar la entrada de mi ano, sentí como con su dedo me untaba con el lubricante. Me dijo que me soltara las piernas, yo obedecí, luego tomo mis patas y las puso en sus hombros y se volcó sobre mí, sentí, por primera vez su pene entre mis cachetes, yo rodie su cuello con mis brazos y me colgué de él, Oscar me tomo con una mano de una nalga y con la otra acomodo su pene en la entrada de mi ano y me dijo al oído:

Oscar: “Ahora vas a tener lo que buscas”

Yo: “Dale, entra con cuidado, no me rompas”

Oscar: “Imposible, te voy a romper igual, pero voy a entrar con cuidado, tu relájate y deja todo en mis manos”

Yo: “Bueno, estoy en tus manos”

Yo me relaje y trate de abrirme lo más posible para Oscar. Estaba en mi posición, con las patas levantadas, en los brazos de un hombre y con un pene entre mis cachetes, y mientras sentía como el pene de Oscar se habría espacio en mi ano descubría cual era mi rol, el rol de pasivo. Estaba perdiendo mi virginidad y Oscar estaba poniendo mi hombría patas para arriba. A medida que me ponía su pene me ponía a mí mismo en mi lugar, y cuando me presionó con fuerza y entro completamente no solo me saco un gemido sino que me hizo descubrirme a mí mismo.

No deseaba penetrar a un hombre, lo que deseaba y que ahora tenía era un hombre dentro de mí, un hombre llenando mi ano y dándole la forma de su pene, eso estaba haciendo Oscar con mi poto, lo estaba moldeando a la medida de su hermosa verga, y si bien en las primeras embestidas suyas me saco gemidos de dolor, una vez que su pene encontró su espacio en mi poto las embestidas se sentían más suaves, ya su pene se deslizaba en mi ano y en cada entrada el tronco de su pene pasaba acariciando las paredes de mi ano, cada vez que me lo sacaba y me lo volvía a meter la cabeza de su pene se sentía deliciosa.

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9 COMENTARIOS

  1. A mi me pasó lo mismo y que rico sentirse hembra de vez en cuando, cuando te regalan una verga grande y rica

    • Yo tengo ese detalle no me gustan los hombres pero el espesor grosor la textura de una verga me envenenan

  2. pues aparte de exitante, es algo que si no todos los heterosexuales si la mayoría, al ser producto de hembra-macho, es natural que en nuestros cuerpos habitan genes de macho y hembra.
    tu fuiste suertudote pues descubriste tu rol preferido siendo muy joven y eso te permite gozar toda una vida de machos y disfrutar tus órganos sexuales.
    aunque yo tuve algunas aventuras gay, no fue sino hasta los 60 años que decidi disfrutar el rol como maricon pasivo y afeminad@. ahora luego de que al liberar mi mente, fue que me fue fácil descubrir que el homosexualismo es mejor que ser hetero. lástima pero no desaprovechare ninguna oportunidad.

    • Hola Axel s pudiéramos charlar d tus experiencias……..yo pienso q tarde me ha despertado ese cosquilleo..,..con mis 60años nme he d sentir atractivo para otro hombre espero poder contactarte e intercambiar ideas cuídate

    • Claro que termino muy dentro mío, o sea de mi ano. Yo loco de placer. Muy rico como penetró todito mi hoyito y yo gritando de mucho placer. Ahorita soy un puto y me gusta que me penetren muy rico mi hoyito.

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