Humillando a mi marido

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Como he dicho en anteriores relatos, una de las ventajas de tener un marido sumiso y cornudo es que con él se puede hacer de todo, recuerdo que un fin de semana me encontraba con ganas de ser muy puta y cabrona, así que mi mente diseño un plan especial, le ordené a mi marido que cuando volviera del trabajo se preparara que nos íbamos de viaje a otra ciudad, alquilé una habitación en un hotel, y tras preparar nuestras maletas, nos preparamos nosotros, le ordené a mi cornudo ponerse un traje muy elegante, y yo hice lo mismo poniéndome una ropa que consideré que, a la vez, me hacía parecer una dama elegante y una puta.

Emprendimos el viaje de ida, y tras el mismo llegamos a nuestro destino, un hotel con un cierto aire de elegancia, en la recepción nos dieron la llave, y un botones llevó nuestras maletas hasta el cuarto, comprobé que era elegante, y en ese momento pedí que nos trajeran una botella de champan caro.

Yo no sé si mi marido concibió en su mente que íbamos a pasar un fin de semana romántico, pero yo le desengañe enseguida, nada más traernos el champan, y marcharse el camarero que nos la había traído le hice sentarse en una silla que había al lado de la cama y que arrimamos hasta que dio con la cama, en ese momento pedí a mi marido que se sentara en ella, y primero le puse un pañuelo para vendarle los ojos, y luego, con una cuerda que había traído le até las manos tanto a sus espaldas como a las de la silla, y en ese momento le dije:

-Cornudo, voy a salir, espérame aquí.

Cerré la puerta de la habitación, dejándole allí, fui a la recepción y pregunté por un lugar en la ciudad donde hubiera ambiente, el encargado de la recepción de habló de un local, lamamos a un taxi y allí me presenté, me encantó el ambiente y baile y morree con varios de los tíos que en encontraban en el mismo, hasta que mis ojos se fijaron en uno en especial no recuerdo su nombre, e ignoro si el que me dio era el real, pero mi instinto me decía que era el apropiado. Así que le dije que si se animaba a acompañarme a mi hotel y que haríamos de todo, pero que tenía un marido cornudo y tendría que ayudarme a humillarle.

Creo que tenía muchas ganas de follar, así que aceptó mi idea, nos fuimos en su coche hasta mi hotel, durante el trayecto el muy cabron no paró de meterme mano y yo le sobé el paquete, que era muy prometedor, cuando llegamos subimos a mi habitación, ya en el ascensor nos dimos un buen morreo, cuando llegamos a mi habitación abrimos, le señalé a mi marido que no se había movido, nos cercamos a él y le dije:

-Mira cornudo, como tú no sabes follar me he buscado un amigo para que me folle en condiciones, contigo oyéndolo todo, aunque no puedas ver nada.

Mi acompañante, siguiendo mis indicaciones le dijo:

-Hola cornudo, tu mujer me ha dicho que no te la sabes follar, y es una pena porque es una hembra que esta buenísima y parece muy puta, así que me la voy a follar yo, no es nada persona.

Tras esta presentación tan especial, mi ligue y yo nos volvimos a besar de una manera muy apasionada, mientras me besaba el me sobaba el culo por encima de la falda, yo le dije:

-Cariño que bien besa, no como algunos impotentes, quiero que me bajes la falda.

Por supuesto no hizo falta repetírselo, el llevó sus manos hasta la cremallera de mi falda y me la bajó, yo me quedé en bragas, y le hice una señal, mi acompañante dirigiéndose a mi marido dijo:

-Que buena esta tu mujer, creo que voy a disfrutar mucho follandomela.

A continuación, los dos nos tumbamos en la cama, él abrió la botella de champan, y llenando las dos copas que había brindamos:

-Por una tarde de folleteo intenso.

Después él comenzó a besarme el cuello, mientras decía:

-Que buena que estas.

Yo le pedí que se tumbará en la cama, y comencé a bajarle los pantalones, mientras él llevó una de sus manos a mi coño y se puso a acariciármelo encima de mis bragas, cuando, lo hube logrado me dirigí hacia sus calzoncillos y le acaricié su polla que quería salirse de ellos, le dije a mi marido:

-Cornudo, lástima que no puedas ver la polla que fasta este chico, es una polla de verdad y no tu aparatito,

Lo destapé y efectivamente era una polla de buen tamaño, y dije:

-Que pollón más delicioso, me lo voy a comer.

Y sacando mi lengua me puse a lamérsela, él comenzó a gemir y dijo:

-Que bien la chupa tu mujer, me va a volver loco, lástima que contigo no lo haga.

Mientras yo seguía chupando la polla de mi acompañante. En un momento dado se me ocurrió llevar uno de mis pies, no me había descalzado, hasta la polla de mi marido, y rozarle con mis tacones su polla que seguía aprisionada dentro de sus pantalones, y que tampoco se podía acariciar, la verdad es que la tenía bastante dura, de pronto tuve un deseo y no iba a dejar de satisfacerlo, y le dije a mi acompañante:

-Cariño, quiero que me comas el coño.

Después de decir esto, me quité las bragas y me tumbé en la cama, después abrí bien mi coño, él acercó su cabeza a mi coño, y antes de introducir su lengua en él le dijo a mi marido:

-Cornudo tu mujer tiene un coño delicioso, uno de los mejores que he visto en mi vida, lástima que tú no te lo comas nunca.

Y tras decir esto introdujo su lengua en mi interior, lo hacía fantásticamente bien, yo comencé a gemir y le dije:

-Cornudo, este chico hace maravillas, me dan ganas de quitarte la venda de los ojos a ver si aprendes algo, pero me da que no.

Él seguía chupando mi coño, lo hacía muy bien yo no podía evitar gemir como una zorra, bueno lo que soy y le decía:

-Mi amor que bien lo haces

Él continuó comiéndomelo y yo gimiendo como una loca, hasta que no pude más y me corrí en medio de un orgasmo bestial.

-Menuda mujer más puta que tienes, lástima que este con un mariquita que no sea capaz de disfrutarla, dijo mi acompañante a mi marido.

Lo oyes, dije yo, dirigiéndome a mi marido, la gente ve enseguida que eres un corundo impotente, y ahora vas a ver, bueno oír, jajaja, como folla un hombre de verdad, y dirigiéndome a mi nuevo amante añadí, ven aquí mi amor y deja que ese cornudo oiga como follas.

Yo me tumbé en la cama y volvía a dirigirme a mi marido:

-Cornudo, aquí tengo una polla en condiciones y ¿sabes lo primero que voy a hacer con ella? Darle una buena mamada.

Hice una señal a mi nuevo amante para que se acercará, y al sentir su polla cerca de mi poca la introduje en el interior de esta, la verdad es que era una polla de dimensión notable y comenzar a lamerla y más sabiendo que mi cornudo no podía verme, pero lo estaba escuchando todo, me daba mucho morbo de esta manera me puse a lamérsela, él nada más sentirla le dijo a mi marido:

Cornudo, menuda mamada me está haciendo tu mujer, ni a las putas más putas las había visto hacerlo tan bien.

Ver como mi marido era humillado me puso todavía más caliente, así que seguí chupándosela, era delicioso, mientras él no paraba de gemir, y la polla de mi marido, sin ser de gran tamaño pedía salir del pantalón, pero tenía muy claro que se iba a quedar con las ganas, seguí chupándosela, hasta que él me dijo:

-Mi amor, esta ha sido la mejor mamada que me ha hecho en mi vida, pero no puedo aguantarme más las ganas de follarte,

-Me parece muy bien, que el cornudo de mi marido oiga como folla un macho de verdad, túmbate en la cama.

Por supuesto me complació, me puse encima de él de rodillas, su pola aún no estaba dentro de mi coño, é al verme así me dijo:

-Mi amor eres bellísima, si quieres deja a la piltrafa esa y vente conmigo.

Y me acarició primero la cara, luego fue bajando, hasta llegar a mis tetas, me las acaricio un poco, y mantuvo una sobre una de mis tetas, mientras con la otra fue bajando hasta llegar a mi vientre, la verdad es que me estaba haciendo sentir algo delicioso, el miró a mi marido y dijo:

-No te mereces tener a esta diosa.

Pensé que este alago se merecía un premio y decidí que era el momento de que su deliciosa polla entrará en el interior de mi coño. Así que me la introduje y comencé a cabalgarle, él se puso a gemir mientras decía:

-Eres una verdadera diosa del sexo, no se que pintas con esa poca cosa, tu necesitas un macho que te de mucho placer.

La verdad es que yo prefería tener esa poca cosita en casa y luego buscar fuera lo que me faltaba, jajaja, pero no era cuestión de discutir con él, era cuestión de seguir follando, así que seguí cabalgándole, sus gemidos eran muy intensos, yo le decía a mi marido:

-Cornudo, oye como disfruta un macho de verdad.

Y continuaba cabalgándole, los dos estábamos disfrutando mucho, hasta que el me pidió:

-Mi amor, me gustaría follarte de lado.

Yo nunca me niego a ninguna postura y esa vez no fue una excepción, ýo me bajé de él y me giré, él también se giró, estaba detrás de mí, y desde esta postura me volvió a decir:

-Mi amor, eres preciosa, esa piltrafa no te merece.

-¿Lo oyes cornudo, como un macho de verdad sabe que soy mucho para ti?

Mientras mi acompañante, había llevado su polla hasta la entrada de mi coño y me la metió, de nuevo, desde esta postura me marcó un ritmo delicioso que me hizo olvidar la existencia de mi marido, mi amante me estaba dando un placer muy intenso, llegué al orgasmo con mucha facilidad, en ese momento volví a acordarme de mi marido y le dije:

-Cornudo, este macho me ha provocado un orgasmo bestial, algo que tu no has hecho en tu vida, ni podrás hacerlo.

Él seguía cabalgándome hasta que dijo:

-Me corro.

Y su abundante leche regó mi coño. Cuando sentí que había terminado le hice tumbarse boca arriba, nuevamente, yo me puse boca abajo, y llevé mi cabeza hasta su polla y mirando por un momento a mi marido le dije:

-Cornudo, si vieras como me ha puesto este macho mi coño con su leche, siento haber tomado anticonceptivos, hubiera sido divino que este semental me preñara, lastima, pero voy a chuparle el delicioso semen que se ha quedado pegado a su divina polla.

Y me puse a lamer con mi lengua los restos del semen que se había quedado pegado a ella, él nada más sentir mi lengua sobre su miembro dijo a mí marido:

-Decididamente es una delicia follar con tu mujer, la lame y la chupa divinamente, es adorable.

Yo seguí lamiéndole el semen hasta que su polla quedó limpia y reluciente, en ese momento él me preguntó si era virgen por el culo, fui sincera con él y le dije que no, él me respondió, quiero gozar de tu culo.

Me pidió que me pusiera a cuatro patas, él me dijo:

-Que culo tan divino tienes, pero aunque no seas virgen, antes de follarte con él quiero jugar en su interior con mis dedos.

Esto me hizo sentir curiosidad y me puse a cuatro patas, él llevó uno de sus dedos hasta la apertura de mi culo y lo introdujo en mi interior, aunque me habían entrado pollas de gran tamaño y grosor su dedo me resultó delicioso, y lo comenzó a mover de una manera tan precisa que me daba tanto o más placer que la mayoría de las pollas que habían visitado ese lugar, estuvo un rato, después me lo sacó, me pidió permiso para levantarse de la cama, fue a donde estaba mi marido y se lo acercó a la boca, luego le dijo:

En mi dedo tengo un poco del sabor del culo de esa diosa, si ella está de acuerdo me gustaría que me lo chuparas.

-Por supuesto que estoy de acuerdo, respondí, venga cornudo, chupa el dedo de ese macho alfa.

Mi marido había prendido a ser obediente a todo lo que yo me mandara así que guado por su instinto llevó su boca hasta el dedo de mi amante y se lo metió en la boca y comenzó a chuparlo, como si fuera una polla de pequeño tamaño, y así estuvo un rato hasta que el dedo quedó completamente limpio, en ese momento mi amante se dirigió a mí y me pidio:

-Me gustaría follarte por el culo.

-Por supuesto cariño, es todo tuyo, le respondí.

Me puse a cuatro patas, él se situó detrás de mí y de un golpe introdujo su polla dentro de mi culo, y comenzó a moverse a un ritmo delicioso, yo comencé a gozar y mis gemidos se hicieron más fuertes, mientras dirigiéndome a mi marido le dije:

-Que pena, cornudo, que no puedas ver como este macho taladra mi culo con su polla, y lo hace tan bien que me esta volviendo loca del gusto, ¿Te enteras maricon?

-Tu mujer tiene un culo delicioso, parece que está hecho para que se lo follen, lastima que tu no sepas hacerlo, le dijo mi amante.

Y mientras seguía moviéndose en el interior de mi culo, yo sentía que estaba en la gloria, él me dijo:

-Mi reina tienes el mejor culo que he visto en mi vida.

Y me seguía follando, supongo que mi marido debía oír el sonido de su polla chocando con mi trasero, se le notaba molesto, pero excitado, jajaja, yo seguía disfrutando de las envestidas de mi macho alfa, que me hizo llegar al orgasmo, una vez más, pero llegó un momento en que me dijo:

-Mi reina no puedo más me voy a correr en tu culo.

En ese momento mi mente tuvo una idea perversa y le dije:

-No mi rey salte, tengo una idea.

Le hice señas para que se saliera y se levantara de la cama, después de la manera más silenciosa posible yo también me levanté y nos encaminamos hacia el lugar donde estaba atado mi marido, allí le hice poner su polla cerca de la cara de mi marido y comencé a meneársela, él dijo:

-Joder tía, hasta cascándola eres la mejor.

Seguí meneándosela, hasta que vi que se iba a correr, en ese momento la enchufé para que la mayor cantidad posible de su líquido fuera a parar a la cara de mi marido, que se llenó de su leche, en ese momento le dije:

-Cornudo, esto es para que tengas algo de este macho, pero tu debes de agradecerle lo feliz que ha hecho a tu mujer, quiero que le chupes la polla.

Mi marido que ya había asumido completamente que mis deseos eran órdenes para él abrió su boca e introdujo en su interior la polla de mi amante y fue limpiando con su lengua los restos de semen que había quedado pegados a ella.

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