Mi suegro emputece a su hija Lidia y esta se lo hace con Corina

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La siguiente vez que el sistema se conectó me llevé una nueva sorpresa, era como muchas veces, el salón de la casa de mi suegro, y allí estaba mi suegro con Lidia, esta era, también hija de mi suegro, la hermana melliza de Corina, Lidia, había nacido un pocos minutos antes que su hermana, por lo que Corina era la benjamina, y las dos procuraban diferenciarse la una de la otra, en esta ocasión al parecer venía de montar en moto, cosa a la que era aficionada y llevaba un traje ajustado de color negro, estaba hablando con mu suegro que le decía:

-Cariño, ¿En serio me dices que no quieres seguir estudiando?

-No, no quiero papa, le respondió ella.

-Pues yo en mi casa no quiero vagos, dijo mi suegro, así que mientras te buscas un niño de papa que satisfaga todos tus caprichos, si no estudias tendrás que trabajar en la empresa.

-¿Haciendo que papa?, preguntó ella

-Lo único que se te da bien, dijo mi suegro, follar, sé que te gusta y lo haces con varios chicos.

-Pero papa, ¿Crees que soy una puta?

-Si no lo eres lo serás, o te buscas la vida por tu cuenta, replicó mi suegro, y luego añadió, Y ¿Sabes quién va a ser tu primer cliente?, púes voy a ser yo.

Y diciendo esto la rodeo con sus brazos y comenzó a acariciarla el culo, ella trató de protestar:

-Pero tú eres mi padre, que te lo hagas conmigo es una asquerosidad.

-Tú decides, dijo mi suegro, o follas conmigo y te ganas la vida tu sabrás como.

Tras un momento de reflexión Lidia dijo:

-Está bien papa, siéntate en el sofá y deja que tu zorrita se ocupe de ti.

Antes de que mi suegro tuviera tiempo de sentarse en el sofá su hija le había bajado los pantalones y los calzoncillos, dejando su polla al aire, ella se puso de rodillas en el suelo y dijo:

-Oye papa, tienes una buena polla.

La cogió con una de sus manos, y sacando su lengua se puso a lamerle su capullo, mi suegro al sentirlo dijo:

-Que zorra que eres, la chupas muy bien, si yo se esto te hubiera hecho hacerlo hace tiempo.

-Pues esto solo está empezando papaíto.

Lidia se quitó el traje de motera y se quedó desnuda, en ese momento se sentó encima de su padre e hizo que la polla de este entrara dentro de su coño, mientras decía:

-Esto va a ser mucho más agradable de lo que pensaba, Papito, me encanta tu polla, la tienes más grande que muchos de los chicos con los que he salido.

Y siguió montándole, los gemidos de los dos eran muy intensos, mi suegro decía:

-Que bien follas, so puta.

-Menuda polla tienes so cabron.

Y siguieron follando hasta que mi suegro la ordenó:

-So puta túmbate en el suelo de medio lado, quiero meterla así.

Ella, como una buena niña obedeció a su papi, y tumbándose de lado en la moqueta del salón se quedó a la espera de lo que su padre la hiciera. Este se tumbó, también de medio lado, a su espalda y desde esta postura se la metió de lado, entre gemidos ella dijo:

-Papi, que vigoroso eres, no me extraña que de deshicieras de mi madre para juntarte con la zorra de Sonia, tienes mucho vigor.

Mi suegro siguió follandosela de lado, sus gemidos se intensificaron aún más, hasta que él, nuevamente dijo:

-Zorra quiero que te subas encima de mí.

Se la sacó y se tumbó en el suelo boca arriba, ella entendiendo lo que se esperaba que hiciera, se sentó encima de él, dándole la espalda, y apoyada sobre sus manos fue bajando, hasta que, otra vez, la polla de mi suegro se introdujo dentro de su coño y comenzó a montarle, como si fuera una moto, y comenzó a subir y bajar, mi suegro volvió a decir:

-Que puta eres, que pena los años que he pasado sin follar contigo.

Estuvieron asó hasta que mi suegro se corrió y llenó el coño de su hija con su leche, en tono jocoso ella dijo:

-Papi, espero que de esta no me dejes preñada.

-So zorra, sé que tomas precauciones, y si o ya buscaremos un tonto que cargue con el bombo.

Tras ello Lidia se arrodilló ante su padre y se puso a chuparle la polla, aunque paró un momento y dijo;

-Papito si yo llegó a saber que tu tienes esta polla, no hubiera, perdido el tiempo con otros chicos desde hoy seré solo tuya.

-De eso nada, dijo mi suegro, tu te follaras a todo lo que se menee, su eso es beneficioso para la empresa.

Al rato él le dijo a su hija:

-So zorra quiero ser yo quien te coma el coño.

Ella se sentó en el sofá y mi suegro agachándose, sacó su lengua y comenzó a lamerle el coño, mientras le decía

-Tu y la zorra de tu hermana me recordáis tanto a vuestra madre de joven.

Y siguió comiéndola el coño, después sacándole la lengua la sustituyó por uno de sus dedos y dijo:

-Lo tienes muy mojado.

Se tumbó y le indicó a ella que se pusiera encima y que le cabalgara, ella lo hizo, y mientras ella se movía encima de él mi suegro decía:

-Desde luego las dos mellizas habíais sacado el puterio de la zorra de vuestra madre cuando era joven.

Siguieron follando hasta que mi suegro se corrió, ella se bajo de encima y él se sentó y pidió a su hija que se tumbara de espaldas sobre sus piernas, ella lo hizo y le dijo:

-Me tienes como cuando de pequeña

-Pero esta vez no te voy a azotar, dijo mi suegro, aunque eso tendría su morbo, pero ahora lo que me apetece es otra cosa.

Llevo sus manos hasta los agujeros de su hija, le introdujo un dedo en su coño y otro en su culo y comenzó a masturbarla, ella al sentir los dedos de su padre en sus agujeros comenzó a gemir, mientras decía:

-Papito, eso es divino sabes qué hacer con tus dedos, seguro que la zorra de Sonia está contenta contigo.

Mi suegro siguió masturbándola por sus dos agujeros, mientras su hija gemía, hasta que la hizo correrse, en ese momento ella se levantó y agarrando la polla de su padre con sus manos comenzó a masturbarla, hasta que la tuvo bien dura, y en ese momento dijo:

-Zorra quiero follarte por el culo.

-Si ese es tu deseo, dijo ella.

Ella se puso de pie inclinándose hasta apoyar sus manos sobre el respaldo del sofá, su culo quedó en pompa, e indefenso, y mi suegro que estaba otra vez de pie de un golpe se la clavó, su polla entró muy suave en el coño de la chica, que no sintió ningún dolor por el contrario se puso a gemir de una manera muy intensa, muy suegro se animó y comenzó a moverse dentro del agujero de Lidia, que dijo:

-Papaíto, si yo sé que follas tan bien hubiera sido tu putita mucho antes.

Mientras sostenían esta conversación mi suegro no paraba de moverse dentro del culo de su hija, aunque en un momento dado dijo:

-Mi nena, ¿no te apetecería ponerte a cuatro patas en el suelo, así estarías más cómoda.

-Si es lo que deseas papito, respondió ella.

Y se puso en esta posición, mientras seguían follando, hasta que mi suegro sintió que se iba a correr y ordenó a su hija ponerse a cuatro patas encima de sofá, y desde esta posición chuparle la polla, hasta que se corrió, y la llenó la boca con su leche.

La siguiente vez que el sistema se conectó era otra vez la casa de mi suegro, pero esta vez no era el salón sino la puerta de la habitación de Corina y sobre ella estaba esta con su hermana melliza, Lidia, la primera decía a la segunda:

-Sabía que eras zorra, hermanita, pero nunca me imaginé que llegaras hasta a follar con nuestro padre.

-Jajaja hermanita, si no supiera que tú lo habías hecho antes, respondió Lidia.

Mientras tenían esta conversación Corina acariciaba el vientre de su hermana, las dos hermanas llevaban unos jeans cortísimos, lo mismo que sus tops, que dejaban al aire su vientre, Lidia se agachó y se puso a acariciar las piernas de su hermana, esta al rato le dijo:

-Hermanita, ¿Qué tal si nos quitamos los tops?

Las dos lo hicieron a la vez, resultó que ninguna llevaba sujetador y sus tetas quedaron al aire, después Corina se quitó los jeans quedándose solamente con un diminuto tanga de color negro, y le dijo a su hermana:

-Te voy a quitar los jeans, para que las dos estemos igual.

Su hermana se dejó hacer y como Corina, Lidia se quedó con una tanguita negro diminuto, parece que las dos hermanas ses habían puesto de acuerdo sobre su ropa interior, pero Corina no quedó satisfecha y pidió a su hermana que se pusiera a cuatro patas, y cuando esta lo hizo le quitó el tanga, dejándola completamente desnuda y le dijo:

-Menudo culo hermanita, no me extraña que al salido de nuestro padre le apeteciera tanto tu culo.

-Desnúdate tú también, so zorra, le respondió Lidia.

Corina accedió y se quedó desnuda, después le dijo a su hermana mientras las dos estaban desnudas:

-Quiero que juguemos al caballito.

Y poniéndose encima de su hermana la hizo a esta moverla por el suelo como un caballo con su jinete, hasta que Lidia le dijo;

-Hermanita, dejemos de jugar como niñas y empecemos a jugar como dos mujeres, saca tu colección de consoladores.

Corina fue hasta el armario y sacó de allí una bolsa que al parecer tenía consoladores, Lidia extrajo uno de ellos de color rosado y le dijo a su hermana:

-Zorra ponte a cuatro patas.

Cuando su hermana lo hizo, Lidia llevó su lengua hasta el agujero anal de su hermana y comenzó a lamérselo, yo estaba alucinada, me consideraba muy puta, pero llegar hasta ese punto era algo que nunca había considerado, tras estar un rato en esta postura, Lidia pidió a su hermana que se girara, y cuando esta lo hizo se puso a chuparla el coño, Corina se puso a gemir.

Fue en ese momento cuando su hermana, le introdujo el consolador en el culo, y Corina se puso a gemir de una manera muy intensa, mientras decía:

-Eres una guarra hermanita, me metes tu lengua en el culo y después en mi coño, eso es muy guarro.

-Dime que no te gusta, le replicó su hermana,

La verdad es que, aunque hubiera tratado de negarlo tanto sus gemidos de placer, como los movimientos de su cuerpo decían lo contrario. Cuando Corina se corrió le dijo a sy hermana:

-So puta, ahora me toca a mí.

Su hermana se puso tumbada en el suelo, en la misma postura que había estado ella antes y cuando lo hizo Corina sacó de la bolsa otro consolador, este era morado, y antes de que Lidia pudiera reaccionar se lo metió en el culo y dijo:

-Que bien ha entrado, hermanita, se nota que ese culo no tiene nada de virgen, jajaja.

-El tuyo tampoco, replicó su hermana.

A continuación, Corina abrió con sus dedos el coño de su hermana y se puso a acariciárselo, esta se puso a gemir y dijo:

-So puta, lo haces muy bien se nota que tienes mucha experiencia.

Su hermana siguió dándole placer de la misma manera, hasta que Corina la pidió que se pusiera a cuatro patas. Cuando esto sucedió ella puso su lengua sobre su culo, y como había hecho antes su hermana con ella comenzó a lamérselo, Lidia se puso a gemir como una verdadera cerda y dijo:

-Me parece hermanita que por algo somos mellizas, las dos somos putisimas, jajaja.

Corina siguió lamiéndole igual hasta que notó que se corrió, en ese instante le sacó el consolador, pero siguió lamiéndole el coño y el culo un poco.

Después las dos hermanas se abrazaron tumbadas en el suelo hasta que Corina dijo:

-Hermanita, ¿Qué te parece si continuamos en la cama?, Allí estaremos más cómodas.

Las dos hermanas fueron hasta la cama, y se tumbaron sobre ella, Lidia llevo una de sus manos hasta el coño de su hermana y le dijo:

-Hermanita, ¿Qué te parece si continuamos haciéndolo como mujeres?

Su hermana hizo un gesto de aceptación y Lidia comenzó a acariciarle el coño y arrimando su boca a la de su hermana le dio un beso muy profundo, luego se lanzó a por su cuello, mientras con sus manos acariciaba las tetas de Corina y le dijo:

-Me encantan tus tetas, hermanita, no me extraña que papa esté loquito por ellas.

Tras ello, llevó su cabeza hasta el coño de su hermana y comenzó, nuevamente a comerle el coño, Corina se puso a gemir, mientras decía:

-Joder hermanita, toda la vida juntas y hasta hoy no habíamos disfrutado de esta manera, por supuesto esto no va a ser solo hoy.

Después Corina, tomó el control de la situación hizo tumbarse a su hermana en la cama y se puso encima de ella de manera que sus coños se rozaban y comenzó a fortar el uno contra el otro Lidia se puso a gemir, mientras decía:

-Desde luego hermanita, te las sabes todas.

-Es lo que aprendí en el internado, respondió su hermana, como tu no quisiste venir.

Las dos se rieron, mientras seguían acariciando sus coños, parecía que las dos se habían olvidado de que eran hermanas mellizas, o quizás por recordarlo se daban más placer, pero sus gemidos se fueron intensificando, se notaba que las dos sentían algo muy especial. Gasta que Lidia dijo;

-Hermanita, me corro.

Su hermana siguió rozando sus coños hasta que sus gestos demostraron que también se estaba corriendo y en ese momento la transmisión se cortó.

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