Mi vecino del fin de semana (5)

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T. Lectura: 3 min.

Mientras descansamos desnudos en una amplia reposera al costado de la pileta y yo no dejo de acariciarlo viendo los videos que había grabado con su celular, me dice que se lo enviará a su mujer, Nina.

-Me gusta mucho Nina, le digo.

-¿Te la querés coger?

-Sí, está fuertísima. Le di un beso de lengua cuando se fue en el auto con mi mujer, me sincero.

-Es muy puta, me dice el Justi.

Jadea, nos miramos a los ojos.

-Yo me quiero coger a tu mujer, me susurra con voz ronca.

Nos besamos con furia.

-Me gustaría verlos cogiendo, quiero verlos, le digo de frente.

Lo pajeo, está bien al palo. Pienso en chuparle la pija otra vez, resoplo.

-¡Cómo me gusta tu poronga!

Se suponía que Nina ya estaba con mi Luli en el bar gay. Al toque, le llega un video de ambas, franeleando entre dos bombones bailando en el bar. Ambos de físico ligeramente marcado, remeras de colores claros ceñidas al torso, bermudas ajustadas que les marcaban los traseros y sus respectivos bultos. Uno rubio ceniza, de mirada intensa, con anteojos, pelo cortado a la moda, casi al ras a los lados y revuelto y abundante en la parte de arriba, y el otro de cabello castaño claro, lacio, raya al medio, que le caía sobre su rostro muy atractivo, ojos claros ambos y con la piel tostada con un tono muy sensual.

Nuestras mujeres se menean bailando con atrevimiento entre los dos y manoseándose entre los cuatro. Los chicos al palo y ellas mostrando sus encantos, que son muy deseables. Se dicen cosas al oído, ambas asienten, Luli le baja el top a Nina para ofrecerle sus pechos al rubio Many (supimos su nombre después) y Nina desabrocha la blusa de Luli para hacer lo mismo con el carilindo Hermán.

Los varones las besan muy atrevidamente mientras se apoderan de sus preciosas nalgas. Ellas responden con entusiasmo erótico, tomándolos de la cabeza y metiéndoles la lengua bien adentro de la boca. Los chicos les susurran al oído, ellas asienten, murmuran entre sí y con ellos, se voltean, poniéndose ambas cara a cara sin dejar de moverse y apoyando sus traseros en los respectivos bultos, comienzan un lascivo morreo de lengua y labios entre ellas que dura un rato largo. Intercambian posiciones, mi mujer atrapa al rubio y Nina le come la boca a Hermán. Se vuelven otra vez, susurran a los oídos de sus machitos y, teniendo a nuestras mujeres aferradas de los pechos, los dos chicos se besan entre sí, apasionadamente, con ellas en el medio.

Vemos el video y nos calentamos nuevamente. Sin sacar los ojos de la pantalla del móvil, en ningún momento dejo de acariciar el cuerpo de mi vecino, besar su cuello, orejas, pezones erectos, en la boca, a la que le como a cada rato, mientras le sobo la pija, otra vez parada increíblemente, y los huevos tan pequeños y delicados, recubiertos de una pelusa suave, como si fuesen un par de damascos.

Jadeando, le pido que pause el video para chuparle la pija de nuevo que lamo, beso y succiono con fruición, mientras él eleva su pelvis y lleva mi cabeza hacia abajo sin presionar mucho pero obligándome a tragármela toda, hasta el pubis. Simplemente no puedo dejar de hacerlo, me gusta mucho chuparle la pija, saborearla, sentirla toda dentro de mi boca, en un creciente sube y baja a fondo.

Comienza a grabarme con el celular, me gusta, se lo demuestro, arrodillándome a un lado para comerle la pija mirando al móvil y relamiéndome con ganas. Lamo, chupo y saboreo su glande rosado y delicioso, el tronco largo y sabroso y los huevos que semejan un par de kiwis mellizos unidos por el escroto que llena mi boca durante varios minutos, en un crescendo que lo pone muy caliente al Justi, haciendo que levante su pelvis para hacerme tragar toda su poronga. No me hago rogar y la mantengo entera en mi boca un rato largo, jugueteando con mi lengua en el tronco, mientras me pajeo.

Su pija está a punto de caramelo, me alzo para sentarme sobre ella, en cuclillas, de frente a él. La voy guiando con mi mano para acomodarla a mi ano insaciable y entra toda al primer intento. Lo cabalgo varios minutos mientras me sigue grabando y me retuerzo de gozo. Me inclino sobre su pecho para morrearlo y chuponearlo a gusto hasta que vuelvo a incorporarme para hamacarme sobre su pelvis con la pija dentro de mí.

El Justi comienza a bombearme acompasando su ritmo a mis meneos y voy apretando y aflojando el esfínter anal para retener y recibir su poronga lo más que puedo mientras me pajeo con una mano y me sostengo sobre su torso con la otra, un largo rato, hasta que lo siento tensarse, abre bien los ojos y eyacula otra vez en mi interior.

Acabo al toque pajeándome sobre su abdomen jadeando y mirando al celular y a los ojos. Un par de minutos quedo así, resoplando, con las piernas temblorosas por mi posición en cuclillas hasta que puedo inclinarme sobre su pecho para refregarme en mi propia y escasa leche, susurrándole al oído: ¡Hermoso polvo! tras lo cual nos besamos profundamente suspirando y resoplando, todo para el video que no dejó de grabar.

Debemos seguir viendo el video del bar gay que habían grabado nuestras mujeres.

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