Todo el mundo dice que “la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena” pero, el día de hoy, les voy a contar una historia donde la venganza no solo fue gratificante para la perpetradora, sino también para la víctima, por muy imposible que eso pueda parecer.
Antes que nada, les voy a hablar de Kevin, un joven que, tras graduarse de la secundaria, decidió que quería ser neurocirujano. Sin embargo, como en el pueblo en dónde vivía no existían universidades, se fue a la gran ciudad, alquiló un pequeño departamento, consiguió un trabajo de medio tiempo en un restaurante de comida rápida, y se anotó en una universidad pública.
Durante los siguientes dos años, Kevin se la paso todos los días ocupado, pues durante la mañana estudiaba, durante las tardes trabajaba para obtener dinero para pagar la renta y los víveres que consumía, y durante las noches estudiaba para poder progresar en sus estudios, pero todo eso estaba a punto de cambiar.
Un día, tras regresar del trabajo, Kevin, quien en aquel entonces tenía 19 años, vio a una mujer parada al lado de la puerta de su departamentos con varias bolsas de supermercado en las manos, y se sorprendió, porque dicha mujer era su madre.
Marín, la madre de Kevin, era una mujer de 39 años la cual tenía la piel muy bronceada, el pelo negro y corto y, aunque tenía tetas de tamaño normal, poseía una cadera muy amplia, unos muslos muy gruesos y firmes, y un par enorme de nalgas.
“¡Pero si es mi hijo querido!” exclamó la milf, con alegría.
“¡Hola, mamá!” exclamó Kevin, contento, mientras abrazaba a Marín “¡No sabes cuánto me alegra verte! ¿Qué te trae por aquí?”
“¿No es obvio? ¡Vine a hacerle una visita a mi querido hijo, y a hacerle una comida especial para celebrar el reencuentro!”
“¡Genial!”
Kevin guio a su madre hasta su apartamento, y luego le abrió la puerta para dejarla pasar.
“¿Así que este es tu hogar?” pregunto Marín, mientras dejaba las bolsas sobre el mesón de la cocina “¡No está nada mal, aunque le falta el toque femenino!”
“¿Que vas a cocinar, mamá?” pregunto Kevin, con gran entusiasmo.
“¡Pastel de carne, tu plato favorito!” exclamó la milf, y luego se dio cuenta de algo “¡Uy, que torpe! Olvide los tomates ¿Serías tan amable de ir a comprar algunos? Es que yo no conozco bien está ciudad”
“¡Claro, ya regreso!” exclamó Kevin, mientras salía del apartamento.
En cuanto su hijo se fue, Marín saco un florero de su bolsa, el cual tenía una cámara escondida, y lo coloco sobre la mesa.
Más tarde, por la noche, madre e hijo cenaron juntos, al tiempo que charlaban.
“¡Realmente estuvo muy buena la comida, mamá!” exclamó Kevin, mientras se limpiaba la boca “¡Realmente extrañaba tu cocina!”
“Si tanto la extrañabas ¿Por qué no fuiste a visitarme aunque sea una vez?” pregunto Marín, molesta “¡No he sabido nada de ti desde que te fuiste de casa hace más de un año!”
“¡Perdón, es qué no he tenido tiempo! He tenido que estudiar y trabajar”
“¿Y no pudiste, aunque sea, haberme llamado o, por lo menos, enviarme un puto mensaje? ¡La verdad, estoy muy enojada contigo pues, básicamente, me dejaste completamente abandonada, como lo hizo tu padre!”
“¡Tampoco seas tan melodramática! Todo eso ya no importa, pues ya estamos juntos de nuevo ¿O acaso no me visitaste a visitar porque querías verme?”
“¡En parte sí fue por eso, pero también vine a buscarte para vengarme de ti por haberme dejado sola durante más de un año!” exclamó Marín, quien rápidamente agarro a su hijo de la nuca, y le dio un beso muy ensalivado y apasionado.
Kevin trato de despegar su boca de la de su madre, pero está lo tenía bien agarrado, al tiempo que metía su lengua tan adentro de la garganta como podía. Finalmente, la milf soltó a su hijos y este quedó en estado de Shock por lo que le habían hecho
“¿Pero qué mierda te pasa, mamá?” preguntó el joven, quien tenía una gran erección.
“Me pasa que, durante mucho tiempo, estuve pensando en que te haría para vengarme de ti, y me di cuenta de que el mejor castigo que te puedo dar es generarte un pequeño trauma abusando sexualmente de ti” exclamó Marín, mientras se sacaba los pantalones, dejando en libertad a su culo gordo “¡Es lo mínimo que se merece un desagradecido como tú!”
Al percatarse de lo que su madre quería hacer, Kevin intentó huir, pero Marín se abalanzó sobre él, lo derribo, lo agarro de las piernas, y lo arrastró hasta el sofá de la sala.
Luego, la milf envolvió sus piernas al rededor del cuello de Kevin y, haciendo uso de sus gruesos, gigantescos, y poderosos muslos, empezó a estrangular a su hijo.
“¡Mama, detente!” exclamó el joven, mientras luchaba en un banco intentó de liberarse “¡Me asfixias!”
“Pues así es como yo me sentía cuando no sabía nada de ti ¡Sentía que me faltaba el aire!” exclamó la milf, mientras seguía ejerciendo presión sobre el cuello de su hijo “Te dejare respirar si gritas: “¡Soy la putita de mamá!””
“¡De ninguna manera!” exclamó Kevin pero, al sentir que el aire lo abandonaba, decidió ceder “¡Está bien, tu ganas! ¡Soy la putita de mamá!”
“¡No creo que estés siendo sincero! ¡Gritarlo como si realmente lo fueras, porque lo eres!”
“¡Soy la putita de mi mamá!” grito el joven, con todas sus fuerzas, y su madre dejo de estrangularlo.
Aprovechando que su hijo estaba aletargado por la falta de oxígeno, Marín le agarro la cabeza de este, y aplastó la boca de Kevin contra su coño húmedo y perfectamente depilado.
“¡Mete tu lengua allí adentro, puta sucia!” ordenó la milf.
“¡Pero mamá…!”
“¡No me cuestiones!” exclamó Marín, mientras sale daba un fuerte tirón de orejas a Kevin “¡Las putitas no cuestionan, obedecen sin rechistar!”
Al no tener más opción, Kevin termina metiendo su lengua dentro del coño de su madre, haciendo que está gimiera.
“¡Dentro de todo, no puedes quejarte!” exclamó ella, de forma sarcástica, mientras disfrutaba del sexo oral “¡Pese a que has sido un mal hijo, yo igual te prepare una buena cena, y también estás disfrutando de un rico postre! ¿No te parece?”
“¡No conforme con abusar de mí, encima se burla!” pensó Kevin quien, pese a estar muy excitado, se sentía humillando.
Tras mucho sexo oral, Marín empujó a Kevin sobre el sofá, y dejó caer violentamente su culo sobre su cara, para luego levantarse, y repetir el mismo movimiento varias beses.
“¡Mama, detente!” dijo el joven, justo antes de que su cara quedará dentro de las inmensas nalgas de Marín “¡Me plastas!”
“¡Pues tú aplastaste mi corazón al dejarme sola, así que te la aguantas!” exclamó la milf, y luego restregó su trasero contra la cara de su hijo “¡Ahora, quiero que me comas el culo a besos!”
“¡No, eso es muy humillante!” exclamó el joven, mientras trataba de sacarse a su madre de encima.
“¡Pues entonces espero que estés cómodo, porque no me voy a levantar hasta que sienta tu lengua mal agradecida entre dentro de mi culo!” Afirmó la milf, y luego cruzo sus brazos.
Al percatarse de que no tenía más opciones, Kevin se dio por vencido, y comenzó a chupar el culo de su madre.
“¡Yo sabía que, como la buena putita que eres, ibas a terminar cediendo!” exclamó la milf, entre gemidos “¡Es tu obligaciones darme placer para compensar todo el daño que me hiciste!”
Los besos negros que Kevin le dió a Marín fueron tan intensos que, al momento en el que la milf separó su trasero de la boca de su hijo, varios hilos de baba seguían uniendo la lengua del joven al culo de su madre.
Luego, Marín se puso sobre Kevin, y guío la verga de este hacia su coño.
“¡Piedad, mamá!” exclamó Kevin, mientras todo su cuerpo temblaba de la excitación “¡Usemos condón por lo menos!”
“¡A las putitas se las coge sin condón!” dijo la milf, mientras la verga de su hijo penetraba su coño.
Madre e hijo pegaron un grito de placer al momento de unir sus cuerpos y, una vez superado el gran placer inicial, la milf se empezó a mover con gran violencia, haciendo que la verga de su hijo entrara y saliera de su coño a gran velocidad.
“¡Vamos, puta sucia, gime para mí!” grito Marín, quien le dio una bofetada a su hijo, y luego lo beso apasionadamente “¡Gime para tu mamita!”
“¡Dios, el coño de mamá es mil veces mejor que el de las otras chicas con la que he estado, ya que es más húmedo y más apretado!” pensó Kevin, mientras recibía los potentes movimientos de su madre “¿Cómo es posible que este disfrutando el abuso sexual que me está propinando mi propia madre? ¡No puedo caer más bajo!”
Un rato después, Marín le dio la espalda a su hijo, saco la verga de este de adentro de su coño, y se la metió en el culo.
“¡Voy a romperte la cadera a puro sentones, sucia puta de mierda!” exclamó la milf mientras ella y su hijo tenían sexo anal “¡Y que no se te ocurra venirte hasta que yo lo haya hecho primero porque, si lo haces, juro que te arrepentirás!”
“¡Su culo está mucho más apretado que su coño!” pensó Kevin, quien ya babeaba y lloraba de placer “¡No sé cómo voy a hacer para aguantar!”
Finalmente, tras mucho sexo, madre e hijo tuvieron un orgasmo al unísono, y Marín se desplomó justo al lado de su hijo.
“¿Quién dice que la venganza te deja vacío por dentro? ¡Yo me siento bien llena y muy satisfecha!” exclamó Marín, mientras sus culo chorreaba semen.
“¡Eso fue… fue… no tengo palabra para describir lo que sentí!” exclamó Kevin, agotado “¡Pero, por lo menos, ya podré volver a mi vida normal!”
“¡Sabía que dirías algo así, y es por eso que grave todo lo que hicimos!” exclamó Marín, mientras agarraba el florero que dejó sobre la mesa “¡Sonríe a la cámara!”
“¿Nos filmaste?” pregunto él joven, sorprendido “¿Pero para qué?”
“¡Para asegurarme de que no me volverás a abandonar! De ahora en adelante, me tendrás que visitar todos los domingos, para que pasemos tiempo juntos, charlar de lo que hicimos en la semana y, por supuesto, tener sexo salvaje. Si tú no me visitas o no me complaces en la cama, juro que subiré el video de lo que hicimos está noche a internet, y todos sabrán no solo que fuiste dominado sexualmente por tu propia madre sino que, además, lo disfrutaste ¿Fui clara?”
“¡Si… muy claro!” respondía, preocupado.
“¡Genial! Bueno, eso es todo, ahora volveré al hotel donde me hospedó, porque mañana regresaré al pueblo” dijo contenta Marín, y beso a su hijo “La verdad, pese a todo, realmente me encantó reunirme contigo, hijo ¡Cuídate, Kevin, nos vemos la semana que viene!”
En cuanto su madre se fue del departamento, Kevin se fue hasta su cuarto y se acostó en la cama para pensar en todo lo que le había pasado, sin estar seguro si debía considerar la “venganza” de su madre como un castigo o como un premio.
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Eso si estuvo bueno