Pagando la deuda (1)

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Ya se venía la fiesta de 15 años de mi hija, soy madre soltera y no tenía ni un peso porque mi salario solo me da para andar al día y el papá de mi hija rara vez me da la pensión, yo sabia que mi hija anhelaba mucho su fiesta, por lo que vendiendo cosas que ya no nos servían y recolectando junté algo pero no lo suficiente, fue cuando decidí acudir a Héctor para pedirle prestado dinero.

Héctor es mi primo, a él le va bastante bien en su trabajo, aparte tiene una casa en Cuerna que renta y no tiene hijos, por lo que es muy estable económicamente, hablé con el y me presto lo que son 50 mil pesos mx ($2500 USD) con lo que complete para la fiesta.

Todo salió muy bien, mi hija fue muy feliz pero ahora había que pagar, pasó poco más de un año y mi primo no me había cobrado la deuda pero llegó el momento, me pregunto que qué había pasado con el dinero o qué si ya tenía algo.

La verdad yo no había podido juntar nada aún, por lo que decidí poner manos a la obra.

Héctor es solo tres años mayor que yo y de la edad de mi hermana, por lo que en las fiestas familiares siempre nos juntabamos a platicar, nos llevamos muy bien, yo soy siempre de vestir formal pero coqueta, blusas pegaditas, faldas ajustadas, leggings, pero nunca puede faltar mi tanguita, me es muy comoda. Yo ya había descubierto a Héctor mirandome la cola algunas veces, sabía que aunque fueramos primos le llamaba la atención y no solo yo, ya que de adolescentes, atraparon a mi hermana y a Héctor dandose unos besos y se hizo un relajo.

Fue en el cumple de mi mamá que empezó todo, yo traía puesto una falda ajustada, una blusa corta muy escotada aunque no tengo mucho pecho, pero se compensa con mi gran culo, me pinte los labios de rojo, cabello recogido y mis lentes.

La fiesta era en el patio, ya era de madrugada y mucha gente ya se había ido y muchos se habían quedado dormidos, mi primo y yo seguiamos de pie y ya teníamos muchas cervezas encima, fue lo que me ayudo para agarrar valor y decirle que me acompañara a la parte de arriba de la casa, que queria enseñarle algo.

Lo guie hasta el baño de arriba y ahí nos encerramos, me subí la falda a la cadera para poder abrir las piernas mientras me sentaba en el escusado, me subí la blusa para que viera mis pequeñas tetas y lo jalé dejandolo frente a mi, Héctor se quedó atónito, no decía nada pero tampoco puso resistencia cuando le desabroché el pantalón, se lo baje junto con su trusa y ahí pude apreciar su pequeño pene flacido, sin pensarlo me lo metí todo a la boca y comencé a juguetear con el y mi lengua, al poco tiempo aquel pequeñín se había convertido en un titán que no cabia en mi boca, me lo saque y comencé a chupar sus huevos mientras se la jalaba, regresaba a chupar palo y así una y otra vez.

De pronto se escucha que tocan e intentan abrir la puerta que tenía seguro, le hice la señal a Héctor de que guardara silencio, al poco rato la persona desistió y se fue. Ese susto puso flacido a Héctor, pero a mi el hecho de ser casi atrapados me calento mucho, así que comencé de nuevo a mamar como loca mientras me frotaba mi panochita y lo miraba a los ojos, el no hacía nada, solo me veía actuar, el efecto de las cervezas no dejaba que hiciera venir a Héctor, yo me vine y por más que mamaba y mamaba el no se venía, use el as bajo la manga, con la punta de la lengua empecé el frotar su hoyito da la punta del pene y empezó a retorcerse, en poco me dijo que se iba a venir.

Le dije que se viniera donde quisiera, en mis tetitas? En mi carita? O en mi boquita? Me dijo que me levantara y me mantuviera la falda arriba, el miraba mi panochita a través mi tanguita humeda mientras se la jalaba lo más duro que podía, cuando se iba a venir se acercó, jaló mi tanga por arriba y puso la punta de su pene en dirección a mi panocha y salieron los chorros de esperma mientras ahogaba sus gemidos, sentí su lechita calientita en mi panocha y escurrír en mis piernas.

Mientras nos limpiabamos un poco le dije que lo tomara como un adelanto a la deuda, se rio y me dijo:

—Vas a necesitar darme 100 mamadas como esa para terminar de pagar, jaja.

—No te preocupes primito, me sobra mucha saliva.

—O ser mi putita un tiempo para que pagues más rápido jajaja

—jajaja ¿cómo crees primo?

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