Primera vez con una madura

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T. Lectura: 3 min.

Ella es perfecta. Miles de likes en sus fotos, todos alabando su belleza, sus ojos color miel y labios carnosos. Jamás da pie a malos comentarios, todo lo contrario, es la mujer perfecta, a la que todos respetan, me confesó por mensajes que tenía 50 años y no estaba interesada en conocer a alguien menor. Era obvio, tenía miles de seguidores y todos ellos con ganas de cogérsela.

Yo, con 30 años moría por meterla a mi cama y hacerla mi puta, así lo soñé. “Tomemos un café, me encanta como piensas”, le dije, ella accedió, “dime dónde y yo llego”, me respondió. La esperé ansioso, entró con un vestido corto, veía ese hermoso par de piernas acercarse hacia mí con un par de tacones que resaltaban las piernas tan bien formadas que tenía, el vestido le ajustaba perfecto al cuerpo tan bien conservado que tenía. Tengo que hacerla mi puta, pensé.

Hablamos un par de horas, solo hablamos de la vida. Nos despedimos de mano aunque en mi interior sabía que pronto la tendría.

A los pocos días la invité al cine y ella accedió; en el cine sin pensarlo la besé, para mi sorpresa ella respondió, era como si no hubiera tenido un beso así en su vida, poco a poco comencé a conocer su cuerpo con mis manos, ella permitía que la tocara, yo la tocaba haciéndola sentir una puta, tocaba su panocha que ya se sentía húmeda, sus tetas eran un placer para mí, ella metió su mano en mi pantalón y se sorprendió al tocar mi verga. Quería mamarla en ese mismo instante.

No resistí, después del cine ella supo su rol, entendió que sería mi puta y no haría más que lo que yo le pidiera hacer, me mandaba videos tocándose, abriéndose el culo, todo lo que su dueño le pidiera. La lleve a un motel, le pedí que se pusiera de rodillas y me mamara la verga, “si mi amor”, respondió. Mientras mamaba con maestría yo la cacheteaba y le dejaba claro que se había convertido en mi puta. La acosté en la cama y comencé a penetrarla tan duro que ella solo repetía “soy tu puta, soy solo tuya” yo estaba muy excitado, no solo por tener al crush de miles solo para mí, el saber que a una mujer decente la había convertido en mi puta personal le daba un plus al momento.

La puse en 4 y mientras la bombeaba, le pedí que me acariciara suavemente los huevos, no se podía negar, ella tenía que hacer todo lo que yo le pidiera para poder cumplir con su rol. Mientas me acariciaba los huevos yo la penetraba con más fuerza y le abría el culo. Le pedí que me la mamara para terminar en su boca, así lo hizo pero antes de terminar me pidió que la volviera a penetrar, quería sentir mi leche adentro, la complací y la penetré de misionero mientras la cacheteaba y le repetía quién era, eso me éxito más y cuando menos lo esperé aventé mi semen en su panocha húmeda.

Ella tenía los ojos en blanco. “Eres todo lo que imaginé, todo lo que me pidas haré, pero por favor, cógeme así siempre”, me dijo.

Cuando me repuse la hice que me mamara la verga nuevamente. Esta vez le pedí que mientras me la mamaba me acariciara los huevos y la parte entre los huevos y el ano, ella obedeció, fiel a su palabra me decía que era mi puta, la volví a penetrar en 4, esta vez ella gemía como lo que es, pidió montarme y la complací, estaba arriba de mi montada en mi verga, yo podía ver su perfecto cuerpo, un cuerpo otoñal con una figura perfecta, no resistí y me vine nuevamente adentro mientras apretaba sus tetas, esas tetas que me vuelven loco, descubrí que le encanta sentir mi leche adentro.

De regreso a su casa le dije que cada vez que yo le hablara ella tendría que hacer lo que le pidiera. Se despidió con un beso húmedo y me dijo “me convertiste en tu puta, eres mi dueño y haré todo lo que me pidas” no podía creer que ella, la mujer respetable y de ojos hermosos a la que todos se quieren coger estaba haciendo todo lo que le pedía.

Después de varios encuentros le confesé mi vida swinger y la llevé a un club pero esa historia la contaré en otro relato.

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