Tengo 36 años, mi esposa 28 esto sucedió hace como 5 años fue nuestra primera experiencia en un lugar público, aunque ya lo había hecho en el patio de sus padres. Ella tiene sus atributos de 1,60 de estatura con su buen par de teta y un culo que encanta. Fuimos de salida a un parque acuático de la ciudad con la suegra y la cuñada y el bebé.
Estando en la piscina con ella nos empezamos a calentar de tanto frotaba que nos damos y la manera en que ella me agarraba el pene. Decidimos dejar a cargo al niño con la suegra y nos fuimos a los baños del lugar el cual tenía varios y algunos de quedaban retirados y era un día entre semana, llegamos y nos empezamos a besar acaloradamente mientras aprieto sus senos y su trasero y ella acaricia mi pene, baja mi short y toma posición a acariciar mi pene y frotarlo, lo mete en su caliente boca y empiezo a sentir esa calidez de su lengua cuando frota la cabeza del pene el cual es de 16 cm grueso y grande del glande.
Lo más lindo del sexo para mi es ver una mujer con el verga en la boca sumisa succionado y esa mirada que enloquece. Así estuve un buen tiempo contemplando como mi mujer succionaba mi verga y me miraba y se me puso en cuatro esperando ser penetrada a lo cual procedí durante varios minutos mi verga entraba y salía escuchando como contenía sus gemidos en cada embestida que le daba a lo cual jale su cabello cosa que le encanta y me lo pide cuando llega a tal excitación que le gusta que la trate como una putita. A lo me dice soy tu puta dame duro, así.
Empecé a repetir duro contra ese trasero, soy de las personas que le cuesta acabar, pero eso situación me llevo al clímax, ya me venía cuando le aviso y se da vuelta para acabar en su boca y terminó de limpiar mi verga con su boquita limpiando todo.
La sensación de ser descubierto es incomparable aumenta la excitación y los impulsos. Anímense a probarlo.