Sacala

0
55932
T. Lectura: 2 min.

Antes que todo les quiero agradecer los comentarios y calificaciones, las leemos con mi chica y nos encantan.  Gracias, espero les guste ese nuevo relato que sucedió hace bastante.

Esto pasó hace tiempo ya, una noche nos encontramos calientes, besándonos y manoseándonos. Disfrutábamos introducirnos manos debajo de nuestra ropa interior y ver gozar al otro.

Bastaron unos minutos para devorarme ese hermoso cuello delicioso, su gemidos me decían que lo disfrutaba y más mientras ella jugueteaba con su mano en mí miembro.

Me dirijo a su boca carnosa y nos comemos desesperados de ganas, cuando ella se aparta y me dice:

-tengo una idea- levantándose camina hacia la cocina, no podía ver otra cosa que ese hermoso culito tan rico que me puede.

Sentí el ruido de cerrar la heladera y segundos después la veo asomarse con algo en las manos.

Totalmente caliente no sabía qué hacía ella, pero no me importaba, iba a ser mía de nuevo y era lo más importante.

Seguí con mí mirada su mano al sacar el pote de helado que habíamos comprado y había sobrado un poco.

A esta hora le dio hambre y en este momento juguetón pensé.

Y si tenía hambre pero no una común pues así me lo indico

-sacala!- me dijo atándose el pelo hacia atrás, todo sabemos lo que se venia

Confundido, pero dispuesto a complacerla, dejé mi miembro al aire a su vista, erecto como ella lo desea.

Y quizás puedan imaginarse la sensación espero que si y puedan llegar a disfrutarlo algún día.

Ver a tu mujer besando acariciándote en tus partes es un delirio, pero verla frenar de su besos para colocarle helado en la punta y a los segundo verla devorárselo junto al miembro por completo.

Creo que mí alarido o gemido como quieran llamarlo fue espectacular, los primeras veces no la mire por solo gozar y tirar mí cabeza había atrás, pero luego verla hacerlo me enloqueció.

Su lengua rozaba cada centímetro en su recorrido, me encontraba demasiado mojado y a ella más le gustaba no creo que haya dejado partes de mis zonas sin probar o recorrer con sus labios.

Obviamente luego cuando se terminó el helado siguió una noche salvaje como se merecía semejante delicadeza.

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí