Taller en la facultad de Filosofía

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Me vi la obligación de sacarme la bronca que tengo, siendo que me pelee con mi novio por algo injusto que me acusa. Entonces opte por contarles a ustedes. Una de mis tantas anécdotas sexuales. Esta vez fue en la facultad de Filosofía, entiendo que muchos se preguntarán si soy profesora, pero no, solo daba talleres de asistencialismo social, una actividad que realizaba cuando tenía 25 o 26 años y estaba muy involucrada a salvar el mundo.

Tenía un amigo que estaba en centro de estudiante de la facultad y por medio de él pude tener un lugar chiquito en el subsuelo de la facultad en donde todas las semanas daba asistencialismo social, no tenía mucha concurrencia, pero siempre dos o tres personas se acercaban a participar.

Desde hace una par de semanas se sumaron al taller cinco jóvenes que se los veía muy involucrados con la causa y eso me ponía contenta y, sobre todo, útil para lo que tenía pensado en ese momento, por medio de estos muchachos el taller se iba acrecentando semana a semana, de tener dos o tres a pasar a tener de diez a veinte personas, el corazón salía de mi cuerpo cada vez que llegaba y una horda de jóvenes me esperaban en la puerta del pequeño lugar para dar mi taller.

Fue tal el éxito que me tuvieron que dar un aula vieja en el subsuelo para que pueda dar mi taller, y así y todo la cantidad de personas era creciente semana a semana.

Los cinco muchachos, Juan, Darío, Esteban, Javier y Maxi se transformaron en mis ayudantes para poder dar el taller con mayor control y prolijidad.

Un día llegando al taller abro la puerta del aula y ese día había pocas personas, no más de diez jóvenes, mas mis cinco ayudantes, entendí que era un día muy lluvioso y que muchos estaban rindiendo finales.

Yo: -¡¡¡Parece que vamos a ser pocos, hoy!!!- exclamé con un tono descontracturado y amistoso.

Darío: -la lluvia le saca las ganas a cualquiera, yo vine porque es un placer ayudarte y verdaderamente la paso re bien en cada taller- saca el termo y el mate.

Ya acomodado todo sobre el escritorio mío y listo para dar comienzo al taller, la alarma de incendio suena poniéndonos en shock a todos los presentes.

Yo: -Uy!! ¿Y ahora dónde vamos? – pregunto asustada y sin saber que hacer.

Esteban: -Seguime a mí, yo me estudié casi de memoria el protocolo de lucha contra incendio, sígame por acá- empieza a caminar hacia un pasillo de había en el subsuelo.

Me parecía raro que ese pasillo no se dirigiera a la calle, pero por ahí él sabia una salida alternativa que no yo lo hubiera tenido en cuenta.

Habrá la puerta de una aula llena de mesas y sillas apiladas, las ventanas estaban tapadas con afiches y papel de maderas, un olor a madera húmeda y muchos papeles tirados en el suelo.

Yo: – estás seguro de que es por acá, esto es un aula y no creo que nos lleve a la calle- le digo a Esteban dubitativa.

Esteban: – es que justamente, esta aula está aislada de la parte principal del edificio, si pasara algo arriba, este es un lugar inalcanzable, el fuego o un derrumbe no llegaría a esta aula, cuando pase todo podremos salir sano y salvo, créeme- me lo dice muy convencido.

Miro mi celular y noto que no tengo señal, ya había pasado 20 minutos desde que quise empezar el taller, estaba en esa aula semi oscura y llena de polvo por todos lados.

Yo: – Dios! No hay señal para avisar a mi novio que pasó, ¡Qué mal! – refunfuñé

Maxi: – No te calientes serán unos minutos y ya nos vamos de esta mugrosa aula, como que me está agarrando asma, jajaja- le pone humor a la situación y todos nos reímos.

Yo estaba como siempre, con unos jeans apretaditos al cuerpo y una remera blanca larga hasta la cola entallada, unos zapatitos de 5 cm de tacos, un rodete en el pelo y un poco de base para no estar a cara lavada.

Javier: – hace cuanto que salís con tu novio? – se fija en el celular si tiene señal.

Yo: – Uy! ¿vamos con esas preguntas? Me parece que voy a hacer que me rescate un bombero, jajaja- me puse nerviosa porque nunca hablamos de esos temas.

Javier: – jajaja, no va a hacer falta, si no quieres contestarla está todo bien, es tu intimidad y a lo mejor la invadí con la pregunta. – sigue buscando algo en su celular.

Yo: – no, nada que ver, con Emi salgo del último año del secundario, siempre nos gustamos, pero el último año decidimos formalizar asi no nos soparíamos- me transpira las manos.

Juan: – ¿y es celoso? Porque si yo tuviera una novia como vos, no dejaría ni que se resguarde con un alumno en el aula de la facultad- se ríe sabiendo lo que dijo.

Yo: – sí, es celoso y si, sería capaz de hacerme una escena si le cuento que estuve con Uds. En un aula semi oscura apartada en el subsuelo de la facultad, pero ya hemos pasados por otras escenas y ya estoy acostumbrada, yo no soy muy santa y a veces le doy motivos, jajaja – me relajé mucho y hasta me parece que conté de más.

Sin darme cuenta veo que Esteban estaba filmando el aula y justo el momento en el que decía que haría Emi si loe contaba donde estaba y con quienes estaban.

Esteban: – ¡Uf! Mirá el material que pesque, la confesión de la encargada de taller del taller… si cae en manos equivocada esto puede causar la tercera guerra mundial- se mira con los otros cuatros.

Yo: – bueno creo que ya todo terminó, podríamos volver, ¿no? – digo preocupada y con nervios.

Darío: – ¿Terminar? Era un simulacro, de incendio, ya nos lo habían comunicado el rector la semana pasada cuando vos faltaste al taller, este simulacro dura 2 horas con charla informativa y todo- se sienta en una mesa y saca su celular.

Maxi: – en este momento no hay nadie en el edificio, estamos solos, solos, solo y haremos justicia por todos los días que venias en calza levantando ese culo hermoso que tenés, o los días que venias con la minifalda de jean que nos provocabas a todos levantártela y enlecharte el culo, o cuando venias con los trajecitos que nos hacías imaginarte chupándonos las pija y mirarnos a la cara mientras estabas arrodillada, uf! Qué puta provocadora que sos Celeste- se empezó a frotar sus entre piernas.

Yo: – si vengo vestida así es porque me gusta y soy así, yo no tengo la culpa de tener un cuerpo apetecible para los hombres, no por eso me voy a vestir como una monja, si les caliento es su problema no el mío- el enojo hizo que los enfrente sin miedo.

Esteban: – y si tu novio se hace del video… ¿También va a ser nuestro problema?

Aporta el comentario sentado en una silla desde las sombras del aula y viendo el video que había filmado.

Lentamente se levanta y me muestra el video acercándose.

Esteban: – vos sos amiga de Gerardo el del centro de estudiante, pero tengo entendido que él es más amigo de “EMI” que tuyo, ¿me equivoco? Y si le paso este video a Gerardo, ¿cuánto tiempo tardará en sacarte el taller de la facultad y de destrozar tu noviazgo? A menos que este video nunca salga a la luz, que se borre que pase como que nunca se filmó, pero… ¿Cuánto vale que eso suceda? ¿Qué tanto está dispuesta a pagar una persona semejante operación? Creo que ninguna, ¿verdad cele? – guarda su celular en el bolsillo trasero

Yo: – Si es plata lo que quieren, no tengo un centavo, solo lo que puedo hacer dando clases de inglés particular, no entiendo por que me hacen esto- las piernas me tiemblan.

Esteban: – no queremos dinero, solo equilibrar la balanza universal, hay tipos que tienen mujeres muy bonitas y las tratan mal y hombres solteros que a esas mujeres le darían todo lo que se merecen, pero así no sucede. Con que digas que sí, solamente eso, decir que si a todo lo que tenemos en mente para hacerte… el video se borra, de lo contrario sale a la luz, de hecho, no creo que te sea difícil elegir, vos misma dijiste que no sos muy santita que digamos. ¿Empezamos? – se frota el pantalón para que se asome un gran bulto.

No tenia alternativa, si ese video salía a la luz, mi taller se cerraría y mi novio me dejaría, era la ruina total y en verdad en el fondo… Darío y Maxi estaba para un permitido.

Javier se acercó y me comió la boca sin que yo le diera el ok, pero tampoco lo iba a sacar ya me había entregado a ellos, me tenían en sus manos y solo podía salir ilesa dejando que me tomen de su juguete sexual.

Me manoseaba las tetas y poco a poco me fue llevando al escritorio, los demás se reían y sacaban fotos.

“si, así, sabíamos que eras una putita de oficio”

“seguro que desde el primer día esperaba que la enlechemos”

“uf! Como me pone la pija esta puta”

Era alguna de las aclamaciones que escuchaba mientras Javier me comía la boca y me manoseaba las tetas.

Javier: – arrodíllate que quiero que me comas la pija como ninguna, te quiero enlechar la garganta trolita social, mira que dura y jugosa tengo la pija para que te la comas- saca su pija y si, era grande.

Me arrodillé la tomé con las dos manos, la masturbé para ponerla mas dura mientras lo miraba a los ojos desde abajo y la metí en mi boca muy suavemente hasta la garganta.

Al ver esto los demás, de una forma inmediata sacaron sus pijas para masturbárselas y se fueron acercando para que vaya intercalando una pija con otra en mis boca, las pijas eran medianas y grandes, pero a ellos le importaban que pase por mi boca y los mirara a los ojos…

Juan: – Bueno!, ¡¡¡apurate que el simulacro en una hora se termina y quiero enlecharte la concha más de una vez!!!- me agarra del brazo y me levanta dándome vuelta y haciendo que me apoye con los codos en el escritorio.

Juan: – levantame el culo, putita, si vos sabes de esto, no te hagas la desentendida, si tenes mas años de puta que de noviazgo- me desabrocha el jean y me lo baja hasta los muslos, me corre la tanguita blanca a un costado y escupe sus dedos para pasármelo por mi conchita casi húmeda.

Sin preámbulo previo siento como su pija se hace paso por mi conchita hasta sentir su pelvis en mis nalgas.

Yo: -¡ah! ¡Despacio please! – la primera estocada me hizo ver las estrellas

Juan: – jajaja capas que te dolió, esta concha esta apretada pero no significa que no tenga uso, ah! ¡Que rico se siente… como te voy a enlechar! ¡No tenes una idea! – y me la mete una y otra y otra vez con un ritmo bestial.

Los otros filmaban y se reían diciéndome cosas sucias.

“¡Nooo! Me encanta esas nalgas, quiero entrar yo también”

“Que puta terminaste siento”

“me hubiera gustado que traigas esa minifalda, me calienta más”

Los sacudones de Juan hacia que mi boca sacara pequeños quejiditos y eso a ellos les encantaban. Sentía como el escritorio se iba corriendo hacia la pared, pero él no dejaba de bombearme la concha con su pija caliente y dura.

Se acerca Darío y me dice:

-ese quejidito me va a hacer acabar en cualquier momento, mejor haceme ese quejidito en mi pija así te acabo rápido- apoyó su pija en mi cara y yo se la chupé como una verdadera trola. ¡Dios! Tenia a dos flacos cogiéndome en simultaneo, siempre lo fantaseé, pero nunca pensé que se iba a dar de esta manera tan extorsiva.

De un momento a otro siento que se hincha la pija de Javier, entiendo que está próximo a acabar y así era… sin pregunta que es lo que yo hubiera preferido, acabó dentro de mi conchita depositando los borbotones de leche tibian en mi vagina.

Javier: – ah! Qué bueno que estuvo, estas para estar toda la tarde y toda la noche cogiéndote sin parar, ¡ese culo como invita a ser enlechado! – y saca muy lentamente su pija de mi concha.

Esteban: – ahora vamos a saber que tan lindo es ese culito- se posiciona detrás mío me abre las nalga y desparrama un poco me mis fluidos vaginales por mi ano.

Yo: – ¡el culo no! Acabame todo lo que quieras en mi concha, te trago la leche, pero el culo no, lo conservo virgen para Emi – se lo imploro, pero parece que eso lo motivó más.

Esteban: – creo que se tardó mucho Emi, yo te lo hubiera hecho el segundo día que hubiéremos empezado a salir, ahora este culito es mío y lo voy a enlechar como todos los aquí presentes, ¿no muchachos? – todos dijeron que sí, eso me dio la pauta que no terminaría en breve.

Y así fue, Esteban después de estar quince minutos bombeándome el culo, a principio con mucho dolor que creía que se me caía el mundo encima después con más placer, me enlechó el culo, para después sacarme el pantalón por completo y ver como Darío se acostaba en el escritorio para hacerme subir encima de el y que me coja la concha mientras atrás mío estaba juan haciéndome el culito y maxi me dejaba su leche en mi garganta.

Se turnaron como quisieron y hasta Esteban y Maxi me metieron su pija de manera simultanea en mi concha, mientras Darío saco de mi bolso un desodorante impulse y lo usaba como dildo para metérmelo por el culo. Cuatro flacos haciendo de mí, su depósito de leche y morbo. Luego Juan y Javier hicieron lo mismo pero con mi colita, metieron su pija en simultaneo y me obligaron a meterme el impulse por mi concha mientras me destrozaban el orto.

En el fondo me sentí una víctima de una extorción injusta, pero había otro perfil que le encantaba la adrenalina que causaba el sentirme tan manoseada sin derecho a decidir, solo decir que sí a sus bajos instintos.

Se quedaron sin leche todos y me dejaron vestirme mientras Esteban me mostraba como borraba el video. Salimos de ahí y la facultad estaba funcionando normalmente, ese día no hubo taller, por dos meses no fui y suspendí todo, el último mes hice el taller y estaban ellos… ese día se habían ido todos y se quedaron Esteban y Javier.

Me arrinconaron y me mostraron las foto y videos de cuando los cinco hicieron de mi lo que quisieron, ya sabía cuál era el precio… fuimos otra vez al aula del fondo y entre Esteban y Javier hicieron lo que quisieron de mi para borrar todo el material, ese día se ajusticiaron bien, porque había ido con la minifalda de jean, una remerita apretadita, unos zapatos de 5 cm de tacos y el pelo recogido en una sola cola. Ese día como era tarde cuando terminó el taller, nos quedamos toda la noche, ya que era un lugar abandonado y nadie iba por ahí, esos dos crápulas se pudieron sacar bien las ganas y hasta llevaron un consolador para llenarme todos mis agujeros en simultaneo.

Ese fue el último día de taller en la facultad de filosofía, después me dediqué a otras cosas en donde por h o por b siempre terminaba en algún evento sexual. Y me encanta que eso suceda.

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